Mientras se preparaba la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Diversidad Biológica, que se celebró del 22 al 24 de febrero en Cartagena, Colombia, el diario británico The Guardian denunció que el científico Arpad Pusztai, del prestigioso Instituto de Investigación Rowett, había sido despedido por plantear su preocupación sobre la seguridad de los alimentos modificados genéticamente. La destitución de Pusztai y el ocultamiento de sus descubrimientos sólo sirvieron para confirmar el poder y la influencia de la industria de la biotecnología, que se ha opuesto a todo intento de regulación.
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