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   No. 92 - Junio 1999
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No. 92 - Junio 1999

PROTOCOLO DE BIOSEGURIDAD

La posición del Sur

Las delegaciones nacionales del Sur presentaron en Cartagena los elementos que consideran básicos para un protocolo sobre bioseguridad efectivo. Gurdial Singh Nijar, que asistió a la conferencia en representación de la Red del Tercer Mundo, explica cuáles son esos elementos.

Los países del Sur realizaron varias concesiones al Norte para permitir la conclusión de un protocolo sobre bioseguridad, pero las retiraron en vista de la falta de reciprocidad, especialmente de parte del Grupo de Miami, explicó Tewolde Egziabher, portavoz de los países en desarrollo. En la próxima ronda de negociaciones, "pondremos de nuevo sobre la mesa todos los elementos clave para un protocolo efectivo", advirtió Egziabher en la sesión de clausura de la conferencia de Cartagena.
La insistencia del Sur en un protocolo fuerte se debe a que serán sus campos los que sirvan de sitio experimental para los cultivos transgénicos. Además, el Sur no está equipado para hacer frente a los riesgos de la biotecnología. Por eso, considera indispensable que un protocolo sobre bioseguridad incluya los siguientes elementos:

1. Alcance: todos los organismos y productos transgénicos

El protocolo debería exigir una evaluación del riesgo presentado por todos los organismos modificados genéticamente, las combinaciones de dichos organismos y sus productos derivados.

Los cultivos transgénicos liberados al ambiente podrían causar graves amenazas al ambiente y la salud humana, además de tener un fuerte impacto socioeconómico. Asimismo, los productos básicos transgénicos destinados a su procesamiento para alimentación humana y animal son potencialmente peligrosos. Algunos ejemplos son frutas y verduras como fresas, papas, tomates, calabaza y limón; microorganismos para su uso en yogur y en la producción de enzimas alimentarias; banano y otras frutas utilizadas en la fabricación de vacunas para seres humanos, y soja y maíz para alimentación animal.

Los productos derivados de organismos transgénicos también deberían incluirse en el protocolo, dado que presentan un riesgo tan serio como el de éstos, según pruebas científicas. Por ejemplo, una cantidad considerable de ADN recombinado persiste en la proteína de soja derivada de los frijoles de soja transgénicos. Dicho ADN puede transferirse a la microflora del intestino de humanos y animales, y de allí al ambiente. De manera similar, los marcadores de resistencia a antibióticos en productos derivados de organismos modificados genéticamente podrían ocasionar nuevas enfermedades infecciosas y el resurgimiento de otras.

El protocolo también debería incluir todas las actividades relacionadas con organismos y productos transgénicos, como su introducción deliberada en el ambiente, su colocación en el mercado, toda forma de manejo -incluso el uso confinado y el experimental o con otros fines de desarrollo-, el movimiento transfronterizo y el transporte dentro de los países. Las actividades cubiertas por el documento deberían referirse a todo el ciclo de vida de los organismos modificados genéticamente, desde su desarrollo hasta su eliminación.

2. Principio cautelar

Este principio permitiría a los países rechazar la introducción de organismos y productos transgénicos si no existe certeza científica sobre su seguridad. Actualmente no hay un consenso científico sobre los efectos de esta nueva tecnología, que implica la introducción de genes extraños en diversas especies y podría tener resultados impredecibles.

El principio cautelar integra leyes nacionales de varios países de la Unión Europea y también instrumentos internacionales como la Convención sobre Diversidad Biológica y la Comisión sobre Desarrollo Sustentable. Su inclusión en el protocolo impediría que la Organización Mundial de Comercio (OMC) impugnara cualquier rechazo de importación de organismos manipulados genéticamente.

3. Derecho a rechazar la importación de organismos transgénicos o productos derivados

Los países deberían tener el derecho soberano a rechazarlos, y los países exportadores tendrían que obtener antes del embarque el consentimiento informado del importador. Este procedimiento es descrito en el texto de negociación como Acuerdo sobre Información Anticipada, y permitiría a las naciones importadoras realizar evaluaciones de riesgos y tomar las decisiones correspondientes. No debería establecerse un límite de tiempo para dicha evaluación, ya que ello impediría un estudio profundo y adecuado. La Unión Europea, por ejemplo, demoró dos años en aprobar la importación de maíz transgénico de Estados Unidos.

4. Derecho a tomar medidas más estrictas que las establecidas en el protocolo

Dado que el protocolo sería un documento consensual con un mínimo de normas, debería permitir que cada país adopte medidas más estrictas para proteger su ambiente y la salud de su población.

5. Mecanismos de responsabilidad socioeconómica y compensación

Un protocolo sobre seguridad no tendría sentido si no estableciera sanciones y mecanismos de compensación para casos de violación de las normas y los procedimientos acordados por la comunidad internacional. Los estados deberían ser responsables por los actos que perjudiquen a otro país. El sistema debería ser estricto y no establecer excepciones por errores, al igual que las normas nacionales e internacionales sobre productos y actividades de alto riesgo.

6. Separación y etiquetado

La separación facilitaría la identificación de los productos transgénicos y permitiría retirarlos del mercado o destruirlos si se detectara un riesgo. Se trata de una medida claramente posible que permitiría a los comerciantes ofrecer a los consumidores alimentos libres de biotecnología.

El etiquetado es esencial para el derecho de los consumidores a elegir qué tipo de alimentos desean consumir.

7. Impacto socioeconómico

Los países deberían poder evaluar el impacto de los organismos y productos modificados genéticamente, ya que, por ejemplo, éstos podrían destruir la agricultura en lugares de diversidad biológica, arruinar tecnologías indígenas esenciales para la biodiversidad y el desarrollo sustentable, desplazar cultivos o exportaciones y, por lo tanto, debilitar la economía nacional y causar inestabilidad social.

8. Impacto sobre la salud humana

Es esencial que el protocolo establezca disposiciones relacionadas con este asunto, ya que se desconocen aún los posibles efectos de los productos transgénicos sobre la salud humana. Por ejemplo, el uso frecuente de marcadores genéticos contra antibióticos ha sido asociado con la creciente resistencia a estos fármacos. Como resultado, podrían resurgir enfermedades infecciosas y proliferar otras nuevas.

9. Relación con instrumentos comerciales

El protocolo es negociado en el marco de la Convención sobre Diversidad Biológica, cuyo objetivo consiste en preservar la biodiversidad mundial y promover el desarrollo sustentable. Por lo tanto, no puede estar subordinado a otros instrumentos internacionales como los acuerdos de la OMC, que promueven el libre comercio sin tener en cuenta los efectos ambientales y sanitarios.






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