Jueves 12 de Junio de 2003
Multinacionales ponen la mira en América Central
por Central America Report, diciembre 2002
Mientras emerge de décadas de conflictos, América Central recibe numerosas propuestas comerciales de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), organizaciones financieras internacionales y compañías multinacionales.
En los últimos años, los países de América Central fueron inundados con ofertas de acuerdos comerciales. Muchos creen que este aumento del interés comercial producirá oportunidades de desarrollo a través del aumento de las inversiones y la mejora de la infraestructura y los servicios. Otros advierten que tales beneficios serán escasos y que los grandes bloques comerciales se llevarán la parte del león, a expensas de los productores, las empresas públicas y los recursos naturales de la región.
En la Cumbre de Quebec de 2001, los líderes regionales acordaron con los de los otros países americanos impulsar el acuerdo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), con miras a su entrada en vigor para enero de 2005.
En su visita a la región el año pasado, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dio su bendición al Acuerdo de Libre Comercio de América Central (CAFTA), al que considera un gran paso hacia el ALCA.
(El representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, y los ministros de Comercio del G-5 anunciaron el 8 de enero de este año que el CAFTA estaría listo antes de diciembre).
De manera similar, en mayo del año pasado la UE anunció que deseaba empezar negociaciones para la firma de acuerdos comerciales con la región.
A estos proyectos se agrega el propuesto Plan Puebla-Panamá, aprobado en México en junio de 2001 por todos los gobiernos de la región. El objetivo oficial del plan, según el presidente mexicano Vicente Fox, es promover la libre circulación de bienes “y traer bienestar al sudeste, la región más pobre de México, consolidando a Mesoamérica como destino de capitales privados”.
Mientras, empresas multinacionales adquieren rápidamente compañías de bebidas y telecomunicaciones, así como pequeñas y medianas empresas, tales como distribuidoras de gas.
Nicolas Aguzin, jefe del departamento de Fusiones y Adquisiciones en América Latina de J.P. Morgan, cree que, gracias al aislamiento de América Central durante décadas de guerra, la región está de alguna forma protegida de las agitaciones de la economía mundial.
“Norteamérica puede ser muy competitiva, y Sudamérica está muy mal ahora. Por eso, América Central es el gran paso inmediato. América Central nos ha mantenido con vida”, declaró.
Compañías internacionales de cerveza realizaron fuertes inversiones en la región, donde compraron fábricas por casi 1.000 millones de dólares desde noviembre de 2001.
SABMiller PLC, la segunda empresa cervecera del mundo, inició operaciones en El Salvador y Honduras, mientras Heineken, la tercera, se instaló en Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
Para facilitar su entrada al mercado, Heineken se asoció con una cervecera costarricense y con Panamerican Beverages Inc., la principal embotelladora de Coca-Cola de la región.
Otros sectores también atrajeron inversiones extranjeras, entre ellos el de los supermercados, que ahora enfrentan la competencia de la cadena holandesa Royal Ahold NV (AHO). Luego de operar durante varios años en Sudamérica, esta empresa está abriendo sucursales en El Salvador, Costa Rica y Nicaragua. Royal Ahold predijo ventas anuales por 1.500 millones de dólares en la región.
“El proceso de globalización ha generado la creencia de que la inversión extranjera genera automáticamente desarrollo social, pero esta creencia está alejada de la realidad”, señaló Alejandro Arauz, un economista nicaragüense.
Arauz sostuvo que la inversión extranjera se traduce muchas veces en economías de enclave, contravención de las leyes laborales, polarización de la distribución de los ingresos, corrupción, postergación del gasto social y reducción del valor agregado.
“La producción mundial no ha crecido en los últimos años. Lo que se han registrado son cambios en la propiedad de los recursos naturales, que han pasado de manos de los estados a manos de entidades multinacionales”, afirmó Wim Dierkxsens, un economista holandés que vive en Costa Rica desde 1971.
Esta transferencia ofrece grandes oportunidades de ganancias a las compañías, y el resultado ha sido un marcado incremento en la explotación de los recursos naturales, según Dierkxsens.
Oswald Duran, sociólogo y miembro de la Federación de Conservación de Costa Rica, está preocupado por la privatización de los recursos naturales. “Notamos una política comercial particularmente agresiva de los países ricos, que intentan aplicar una estrategia de control directo sobre las regiones del mundo que albergan las mayores fuentes de riqueza natural”, declaró. — Third World Network Features. (FIN)
Infopress Centroamericana, Central America Report, diciembre 2002
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