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Finanzas Internacionales

Viernes 4 de Abril de 2008

Sistema financiero al borde de un tsunami

por Martin Khor

El sistema financiero mundial ha experimentado en los últimos días su propio tsunami. Seguimos viviendo tiempos tumultuosos, con un problema atrás del otro.

El viernes pasado tuvo su punto culminante, cuando casi colapsa Bear Stearns, el quinto banco de Estados Unidos, que debió ser rescatado por los fondos de emergencia de la Reserva Federal canalizados a través de otro banco, el JP Morgan, en una medida desesperada por evitar un desastre en los mercados mundiales.

Las noticias sobre Bear Stearns desencadenaron nuevos sacudones en los mercados financieros: el Dow Jones cayó 195 puntos y el índice S&P 500 cerró con un descenso de 2,1 por ciento. El propio valor de las acciones de Bear Stearn cayó un cuarenta y siete por ciento ese día, y perdió más de tres cuartas partes de su valor del año pasado.

La semana pasada hubo al menos siete acontecimientos importantes que indican que la crisis aumenta en espiral.

En primer lugar, el 7 de marzo se brindaron datos que indicaban que Estados Unidos perdió sesenta y tres mil puestos en trabajo en febrero, además de una caída de otros veintidós mil en enero, lo que llevó a numerosos economistas a concluir que el país está en recesión. Y no se trata de un chapuzón momentáneo, sino de una recesión profunda que podría ser la más grave desde la Segunda Guerra Mundial, según Martin Feldstein, presidente del Departamento Nacional de Investigación Económica. “La situación es mala, está empeorando y el riesgo es que podría llegar a ser muy mala”, declaró.

En segundo lugar, el 13 de marzo el dólar tuvo una caída muy brusca que lo situó por debajo de cien yenes (99,77) por primera vez desde 1995 y en un registro histórico de 1,56 con respecto al euro. Se espera que caiga aún más.

En tercer lugar, también el 13 de marzo el oro superó por primera vez el nivel de los mil dólares y el petróleo (el West Texas) alcanzó los 111 dólares el barril. El mismo día cayeron los mercados bursátiles de Asia: en Hong Kong 4,8 por ciento y en Japón 3,3 por ciento.

En cuarto lugar, hay creciente evidencia de que la crisis se ha extendido a los fondos de cobertura. Los bancos que prestaron a los fondos de cobertura apalancados -es decir con muchas deudas en proporción a los fondos propios-, están exigiendo coberturas suplementarias. Para satisfacer esas demandas los fondos tienen que vender sus acciones. Los inversionistas nerviosos también están rescatando sus acciones, añadiendo con ello más presión a los fondos de cobertura para que vendan, y en un mercado a la baja. Por lo tanto, sus pérdidas trepan cada vez más.

Un signo identificable de esto fue la crisis la semana pasada de Carlyle Capital Corporation (CCC), un fondo de cobertura que es parte del Grupo Carlyle, uno de los fondos de capital más grandes del mundo. CCC, que había invertido imprudentemente en acciones respaldadas por hipotecas, reveló que al 12 de marzo había dejado de cumplir el pago de 16.600 millones de dólares de su endeudamiento, y se esperaba que pronto también cayera en morosidad con la deuda restante. Añadió que sus bancos seguramente tomarán posesión de los activos restantes y los liquidarán, después de quedar sin efectivo para cubrir las exigencias de cobertura suplementaria.

El Financial Times, afirmó en su portada del 14 de marzo que los mercados están “lidiando con crecientes signos de ventas forzadas provocadas por la intención de los fondos de cobertura de reducir sus carteras empujados por los prestamistas que quieren reducir sus propias exposiciones al riesgo”. El economista principal de Merrill Lynch, David Rosenberg, habría declarado que “la recesión del crédito ha llegado ahora a la industria de los fondos de cobertura”. Y el copresidente ejecutivo de Pimco, Mohammed El Erian, opinó que había señales de que una creciente cantidad de fondos de cobertura tienen que pasar a funcionar en condiciones de supervivencia.

En quinto lugar, también aumenta el costo de la protección contra la morosidad del crédito, y esto pronto podría desencadenar ventas forzadas de instrumentos de crédito estructurados. El costo de la protección frente a los riesgos del crédito se mide por dos índices: en Estados Unidos, el índice CDX para compañías con una calificación crediticia de grado de inversión, y en Europa el índice iTraxx, que mide la cobertura de riesgos en renta fija privada.
El 10 de marzo el índice CDX trepó quince puntos llegando a un nivel récord de 193 puntos (un año atrás el índice estaba en 30-40). El índice iTraxx cotizaba el 10 de marzo en 157 puntos, superando los 146 del 7 de marzo.

“Las negociaciones estructuradas basadas en el valor del CDX y el iTraxx están por alcanzar un punto de inflexión importante”, según el Financial Times. “Numerosas estructuras complejas que incluyen las llamadas obligaciones de deuda de proporción constante tienen disparadores que se liberan cuando el diferencial de riesgo llega a cierto nivel. Esto podría provocar que esos vehículos complejos comiencen a venderse en el mercado y provoquen una ampliación aún mayor de los diferenciales”.

El CDX y el iTraxx están muy cerca de desencadenar una ola de esas ventas forzadas. Nuevas caídas de las calificaciones también podrían llevar a la venta de otros instrumentos de crédito estructurados y pesar más en los índices CDX e iTraxx, según agentes accionarios.

En sexto lugar está la crisis de Bear Stearns. El 11 de marzo, el presidente del comité ejecutivo, Ace Greenberg, desestimó las especulaciones de que el banco tuviera problemas de liquidez, calificándolas de “totalmente ridículas”. Sólo tres días más tarde se reveló que había quedado insolvente y tenía que ser rescatado. Bear Stearns tuvo que cancelar miles de millones de dólares de pérdidas de inversiones relacionadas con hipotecas, y los inversionistas habían estado retirando sus fondos, lo que obligó al banco a buscar ayuda financiera.

El séptimo lugar lo ocupan las noticias de que las dos grandes compañías Fannie Mae y Freddie Mac, que eran garantía de la mayoría de los préstamos inmobiliarios de Estados Unidos, también enfrentan una crisis y que la primera de ellas tal vez solicite al gobierno un rescate financiero. Credit Suisse ha estimado que Fannie y Freddie podrían tener que cancelar 5.000 millones de dólares de sus carteras de bonos hipotecarios de alto riesgo (subprime).

Estos sucesos son señales de una crisis grave que está provocando el resquebrajamiento de partes importantes de la estructura financiera de Estados Unidos. El impacto en la economía real de producción, puestos de trabajo e ingresos será grave, no sólo para ese país sino también para el resto del mundo.(FIN)

Martin Khor es director de Third World Network (TWN).

Este artículo fue publicado el 20 de marzo de 2008 en Agenda Global, un suplemento semanal que circula los jueves con el periódico La Diaria de Montevideo, Uruguay www.ladiaria.com.uy




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