Martes 6 de Noviembre de 2007
Alimentos baratos
El fin de una era
por Martin Khor
Las malas noticias se repiten
en todo el mundo: los altos
precios de los alimentos
parecen haber llegado para quedarse.
El trigo y la leche han alcanzado
récord históricos en el mercado
internacional, el arroz se encuentra en
su nivel más alto de los últimos diez
años, el maíz y la soja también están
por encima de los precios promedio
de hace una década y la carne se ha
disparado en muchos países.
La era de la comida barata
parece haber terminado. Con una
demanda que excede la oferta,
hay preocupación de una escasez
inminente, en tanto que las reservas
declinan y algunos países restringen
la exportación de alimentos.
No es raro que los precios
de algunos alimentos aumenten
repentinamente y que luego declinen.
Esto se debe generalmente a que las
cosechas se ven afectadas por sequías
o por algún tipo de plaga. La actual
sequía en algunos países productores
de trigo es una de las razones del
reciente aumento de este cereal.
Sin embargo, esta vez parecen
existir también factores estructurales
y de largo plazo que sugieren que
los altos precios de los alimentos se
mantendrán o incluso continuarán
aumentando.
El primero es el incremento de la
demanda de alimentos en los países
en desarrollo, debido al aumento de la
población, los mayores ingresos y un
cambio en las preferencias. China es
un claro ejemplo, pero hay numerosos
países donde la demanda está dejando
atrás la oferta local, produciendo a su
vez un aumento de la presión en los
mercados internacionales.
El segundo factor es el aumento
de precio de los insumos para la
producción de alimentos. El petróleo
constituye un claro ejemplo: su precio
se ha disparado alcanzando la semana
pasada el récord de noventa y dos
dólares por barril y algunos expertos
predicen que alcanzará los cien
dólares. Esto impacta en el precio de
los alimentos al menos en dos formas:
produciendo un aumento del precio
de insumos como el combustible
para los tractores y los fertilizantes, y
también de los costos de transporte
marítimo de los alimentos.
El tercero es el auge de los
biocombustibles, que está provocando
que tierras que podrían utilizarse
en la producción de alimentos sean
usadas para cultivos destinados a la
producción de combustibles.
Según un informe publicado en
junio por la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación (FAO) y la
Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE),
el aumento de la demanda de
biocombustibles está produciendo
cambios fundamentales en los
mercados que pueden resultar en un
aumento de los precios internacionales
de muchos productos agrícolas.
El informe, titulado “Perspectivas
de la Agricultura: 2007-2016”, afirma
que factores temporales como sequías
y bajas reservas pueden explicar el
reciente aumento del precio de los
commodities agrícolas. “Pero se están
produciendo cambios estructurales
que bien podrían mantener los precios
nominales relativamente elevados
de muchos productos agrícolas en la
próxima década”, advierte.
El cambio más importante es “el
creciente uso de cereales, azúcar y
oleaginosas y aceites vegetales para
producir etanol y biodiésel, sustitutos
de combustibles fósiles. Esto sostiene
los precios de las cosechas y, en tanto
que el costo de las raciones es mayor,
también sostiene el precio del ganado”.
Este cambio en el uso de la tierra,
de la producción de alimentos a la
de combustibles, está haciendo sonar
algunas alarmas. Jean Ziegler, relator
especial de las Naciones Unidas para
el derecho a la alimentación, dijo el
26 de octubre en una conferencia
de prensa que debería haber una
moratoria de cinco años en la
producción de biocombustibles, “ya
que es un crimen contra la humanidad
convertir en combustible cultivos que
pueden ser utilizados como alimento”.
Y añadió: “Los biocombustibles están
promoviendo un aumento de los
precios de los alimentos mientras
existen en el mundo 854 millones de
personas que padecen hambre”.
Otro informe reciente de la FAO,
titulado “Perspectivas de cosechas
y situación alimentaria”, afirma
que los precios internacionales del
trigo han experimentado un fuerte
aumento desde junio, alcanzando
precios récord en setiembre debido a
una reducción de la oferta mundial,
bajas reservas y una demanda
sostenida. Los altos precios de
exportación y el aumento en el costo
del transporte “impulsan al alza
los precios internos del pan y de
otros alimentos básicos en los países
en desarrollo que dependen de la
importación, y provocan tensión
social en algunas áreas”.
El alza en el precio de la harina
de trigo, y su posible traslado
inflacionario al pan y la pasta, han
acaparado las noticias de prensa en
Malasia. El gobierno, por su parte,
hizo un llamado a los productores de
alimentos derivados del trigo a no
aumentar los precios excesivamente.
Se estima que los países en
desarrollo gastarán globalmente
este año una cifra récord de 52.000
millones de dólares en la importación
de cereales.
El informe de la FAO también
destaca que:
- Los precios del maíz se encuentran
muy por encima de los del año
pasado, pese a las cosechas
extraordinarias, debido a una fuerte
demanda de la industria de los
biocombustibles.
- La cosecha de cereales de este año
sólo alcanzará a cubrir los niveles de
utilización de 2008, lo que significa
que las reservas no se recuperarán. Las
existencias permanecerán en niveles
muy bajos en el futuro próximo.
- Las reservas de trigo son
preocupantes. La demanda sostenida
y el aumento insuficiente de la
producción en este año pueden
provocar que las reservas mundiales
caigan al menos en catorce millones
de toneladas, hasta los 143 millones
de toneladas, el nivel más bajo en
veinticinco años.
- Treinta y seis países enfrentan
actualmente crisis alimentarias.
Con los precios de los alimentos en
alza y el aumento de la inseguridad
alimentaria, en tanto que las reservas
apenas se mantienen o caen, muchos
países planean incrementar su propia
producción. Como la importación
de alimentos es tan onerosa resulta
económicamente más rentable, tanto
para los agricultores como para
los países, comenzar a producir o
aumentar la producción de varios
tipos de cultivos destinados a la
alimentación.
Martin Khor es director de Third World
Network (TWN).
Este artículo fue publicado el 1 de noviembre 2007 en Agenda Global, suplemento semanal publicado los jueves en el periódico La Diaria de Montevideo. www.ladiaria.com.uy
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