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Finanzas Internacionales

Lunes 20 de Agosto de 2007

Caos financiero se expande por todo el mundo

por Martin Khor

La volatilidad de los mercados financieros se profundizó la semana pasada.

La crisis comenzó en el mercado hipotecario de Estados Unidos para propagarse luego por los mercados bursátiles de todo el mundo y por los fondos de inversión operados por los bancos. Los bancos centrales de Europa, Estados Unidos y Asia volcaron entre jueves y viernes más de 200.000 millones de dólares en sus sistemas bancarios, en un intento por impedir que la falta de liquidez se convirtiera en una restricción para el otorgamiento de créditos y, eventualmente, en una recesión económica.

Después de bruscas caídas en Europa y Asia el viernes, este lunes los mercados bursátiles terminaron recuperándose o se estabilizaron, lo que se atribuyó a medidas adoptadas por varios bancos centrales. El Banco Central Europeo puso otros 48.000 millones de euros en el sistema bancario, con lo que el apoyo monetario superó los 200.000 millones de euros, y el banco central de Japón inyectó 600.000 millones de yenes (unos 5.000 millones de dólares), que se suman al billón (8.500 millones de dólares) de la semana pasada.

Los bancos centrales asiáticos también intentaron calmar sus mercados minimizando los efectos que tendrá en sus economías la crisis de las hipotecas subprime (de alto riesgo) de Estados Unidos. En Corea del Sur, el Ministerio de Hacienda anunció que proporcionará fondos al sistema bancario en caso de falta de liquidez, e informó que las instituciones de ese país habían invertido ochocientos cincuenta millones de dólares en el mercado subprime estadounidense.

No obstante, varios economistas y analistas alertan que se avecinan más problemas, y algunos gobiernos ya exhortan a adoptar medidas contra las acciones fraudulentas de las instituciones financieras que dieron comienzo a la crisis, e imponer reglamentaciones más severas.

La semana pasada terminó muy mal. El viernes muchos mercados bursátiles cayeron abruptamente. En Europa, la caída fue de un promedio del tres por ciento: el Reino Unido cayó 3,7 y Francia 3,1. En Asia, los índices de la bolsa cayeron dos por ciento en Malasia, más de 2,5 en Japón, Hong Kong y Australia y 4,3 en Corea del Sur.

En Estados Unidos, el índice Dow Jones cayó 2,8 por ciento el jueves, y los precios de las acciones se derrumbaron aún más el viernes, hasta que la Reserva Federal inyectó 38.000 millones de dólares al sistema financiero, además de los 24.000 millones del jueves. Como resultado, el índice cerró a 13,239, con una baja de treinta y un puntos.

Cuando la crisis se expandió a Europa, el Banco Central Europeo inyectó al sistema bancario 95.000 millones de euros el jueves y otros 61.000 millones el viernes.

Las medidas extraordinarias de los bancos centrales de Estados Unidos y Europa fueron un intento por frenar la caída en picada de las tasas de interés a corto plazo del mercado monetario, que se dispararon por encima de sus niveles, lo que provocó un aumento de la demanda de efectivo. La tasa clave del Banco Central Europeo es de cuatro por ciento, pero la tasa de interés a corto plazo aumentó a 4,7 por ciento.

La intervención del Banco Central Europeo fue tan inesperada que un columnista del Financial Times se preguntó si “hay algo verdaderamente malo que nos acecha con relación a las pérdidas del crédito y de lo cual solo el Banco Central Europeo sabe”.

Las acciones evidenciaron la gravedad de la situación, a medida que más instituciones financieras mostraron signos de ser afectadas por la crisis que comenzó en el sector de hipotecas inmobiliarias subprime en Estados Unidos. Los bancos y fondos de inversión que prestaron o invirtieron en ese sector sufrieron pérdidas y otras instituciones vinculadas a ellos también sufrieron efectos secundarios.

El mayor golpe de la semana pasada fue el anuncio hecho el jueves de que el banco francés BNP Paribas suspendió el retiro de dinero de tres fondos de inversión que habían quedado expuestos al mercado hipotecario de alto riesgo de Estados Unidos. La crisis ha afectado hasta ahora al público inversor, que no puede rescatar sus inversiones de los fondos afectados. BNP Paribas dijo que el congelamiento de los fondos se debió a “la evaporación total de la liquidez” en ciertos segmentos de mercado de Estados Unidos, lo que quiere decir que no había compradores. El valor combinado de los tres fondos fue de 1.600 millones de euros, algo por debajo de los 2.000 millones del 27 de julio.

Según el Financial Times, también fueron afectados otros fondos de inversión. El fondo North American Equity Opportunities, dirigido por Goldman Sachs, cayó doce por ciento en julio y otro doce por ciento en agosto. El banco de inversión holandés NIBC también informó el jueves pasado de sus pérdidas por la exposición al mercado hipotecario de alto riesgo. A principios de mayo, el banco suizo UBS anunció que su fondo afiliado Dillon Read había perdido ciento cincuenta millones de francos suizos por inversiones en el sector subprime de Estados Unidos.

La institución europea afectada por la crisis de las hipotecas de alto riesgo más publicitada es el banco alemán IKB, cuya filial, el Fondo Rhineland, compró 14.000 millones de euros de bonos en Estados Unidos, algunos con respaldo de las hipotecas subprime de ese país. Las pérdidas masivas de sus operaciones dieron lugar a un salvataje organizado por el gobierno alemán, que incluyó un rescate financiero de 3.500 millones de euros más 14.600 millones de garantías de liquidez, que deben ser respaldadas por otros bancos alemanes. El principal regulador financiero alemán dijo que se corría el riesgo de entrar en la peor crisis financiera desde la década del treinta.

En Estados Unidos, el banco Bear Stearns cerró a principios de julio dos fondos de cobertura después de sufrir pérdidas casi totales por apuestas al mercado subprime por un valor superior a 20.000 millones de dólares.

La complicación de las últimas tres semanas ha provocado incertidumbres en cuanto a qué hay por delante, y cómo se resolverá la crisis. “A los inversionistas les resulta difícil lidiar con dos grandes incertidumbres”, se afirmó en una columna del Wall Street Journal.

El economista Paul Krugman opinó en su columna del New York Times acerca de cómo la falta de liquidez puede producir una reacción en cadena de desastres: “La institución financiera A no puede vender sus acciones respaldadas por hipoteca, de manera que no puede recaudar el suficiente efectivo como para pagar lo que le debe a la institución B, la cual entonces no tiene el dinero para pagarle a la institución C, y los que tienen efectivo se sientan sobre él, porque no confían en que alguien le vaya a rembolsar un préstamo, lo que empeora aún más las cosas”.

Lo que más espanta en las crisis de liquidez es que resulta muy difícil para las autoridades hacer algo al respecto, dijo Krugman. Los bancos centrales pueden responder reduciendo los tipos de interés o prestando dinero a los bancos que tienen falta de efectivo. “Pero cuando no hay liquidez, las políticas normales pierden gran parte de su eficacia”, comentó. “Reducir el costo del dinero no ayuda mucho a los que piden prestado si no hay nadie que esté dispuesto a dar préstamos. Asegurar que los bancos tengan mucho dinero en efectivo no ayuda mucho si el efectivo se queda en las bóvedas de los bancos”.

Mientras tanto se exhorta a las autoridades financieras a que no solo actúen para detener la crisis sino para investigar a las partes responsables y castigarlas.

Danny Schechter, editor de MediaChannel.Org y director de la película In Debt We Trust: America Before The Bubble Bursts (En la deuda confiamos: América antes del estallido de la burbuja), dijo que es cuestión de tiempo ver la restricción para el otorgamiento de créditos subprime como lo que realmente es: “Una inversión fraudulenta en la cual millones de personas pierden sus hogares por tácticas criminales y tramposas utilizadas por instituciones financieras que se las dan de respetables en un sistema bursátil que se parece a un casino trucado”.

Según Schechter, las compañías suspendieron sus “normas” usuales y su “diligencia debida”, y a sabiendas le sacaron el dinero a gente con malos antecedentes crediticios. Esas mismas compañías se están desmoronando y colapsando en todo el mundo. “Esto se hizo deliberadamente, con premeditación y malicia, un plan bien orquestado para crear ejércitos de ‘imbéciles’ y robarles –sí, lo dije- su dinero para apalancar negocios aún mayores. Su codicia no tiene límites, hasta que el sistema colapse”.

“Detrás de todo esto están los llamados ‘Amos del Universo’, los hombres sabios de Wall Street que trabajaron entre bambalinas para convertir a los prestamistas hipotecarios y a los pequeños prestamistas en parte de lo que un día se verá como una red criminal que merece ser procesada como conspiración”, afirmó Schechter. “Deberíamos reclamar castigos penales a los que se enriquecieron con todo esto y parecen haber terminado destruyendo el mismo sistema del que se aprovecharon”.

Martin Khor es director de Third World Network (TWN).

Este artículo fue publicado el 16 de agosto de 2007 en Agenda Global un suplemento semanal que circula los jueves en La Diaria de Montevideo, Uruguay. www.ladiaria.com.uy




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