Lunes 26 de Junio de 2006
Consejo de Derechos Humanos celebra sesión inaugural
por Kanaga Raja
El nuevo Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas inició el lunes 19 de junio su primer período de sesiones, de dos semanas de duración, con un segmento de alto nivel que incluyó declaraciones del secretario general de la ONU, el presidente de la Asamblea General, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos y ministros y dignatarios de más de 20 países.
En su período inaugural de sesiones (19 al 30 de junio), los 47 miembros del Consejo eligieron al embajador de México, Luis Alfonso de Alba, como presidente del organismo.
Según un comunicado de prensa del Consejo, el nuevo presidente deberá guiar al Consejo en la planificación de su cronograma de trabajo para el año próximo. Se preveía que, en las dos semanas siguientes a la inauguración, el Consejo acordara un Programa de Trabajo para futuras sesiones.
El Consejo también eligió a sus cuatro vicepresidentes: Tomas Husak (República Checa, grupo de Europa oriental); Mohammed Loulichki (Marruecos, grupo de África); Blaise Godet (Suiza, grupo de Europa occidental y otros), y Musa Burayzat (Jordania, grupo de Asia), quien asumirá la función de relator.
El segmento de alto nivel de esta sesión inaugural tuvo lugar del 19 al 22 de junio y fue seguido por una presentación de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos el viernes 23.
El comunicado de prensa del Consejo anunció que la segunda semana de sesiones comenzaría con una sesión sobre problemas acuciantes de derechos humanos, seguida de informes de los cinco Grupos de Trabajo intergubernamentales sobre racismo; derecho al desarrollo; derechos económicos, sociales y culturales; desapariciones forzadas, y derechos indígenas.
El Consejo también lanzará discusiones sobre el proceso de elaboración del mecanismo universal de revisión periódica, por el cual se revisará la actuación de todos los estados miembros de la ONU en materia de derechos humanos y todos los mandatos de la Comisión de Derechos Humanos.
El Consejo recibió el mandato de reunirse regularmente, no menos de tres veces al año. Esto incluye un período principal de sesiones, que debe durar al menos 10 semanas.
En su discurso inaugural, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que el trabajo del Consejo debería marcar una ruptura con el pasado, y que eso debería reflejarse en su forma de desarrollar y aplicar el mecanismo universal de revisión periódica y en su disposición a enfrentar y discutir cuestiones difíciles, si es necesario para subsanar o prevenir violaciones a los derechos humanos. El Consejo nunca debe convertirse en rehén político ni involucrarse en maniobras mezquinas, sino que debe pensar siempre en aquellos que son privados de sus derechos.
Los ojos del mundo, en especial de aquellos cuyos derechos humanos son desconocidos, amenazados o infringidos, están vueltos hacia el Consejo, advirtió Annan. Se ha proclamado una nueva era en la tarea de la ONU sobre derechos humanos, dijo, y agregó que todos los miembros debían tener en mente estas esperanzas y estar determinados a no frustrarlas. Los pueblos del mundo estarán observando que se cumplan los más altos estándares de derechos humanos, previno.
La Comisión de Derechos Humanos creó muchos mecanismos útiles que deben conservarse y fortalecerse, en particular el sistema de procedimientos especiales, por los cuales la Comisión se convirtió en promotora y protectora de los derechos humanos, exhortó el secretario general. Estos mecanismos constituyeron las herramientas esenciales para proteger los derechos humanos y advertir tempranamente sobre violaciones.
“La Comisión también legó dos documentos vitales: el proyecto de Convención sobre Desapariciones Forzadas y el proyecto de Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Esto brinda al Consejo la oportunidad de considerarlos y aprobarlos lo antes posible, para comenzar el trabajo con un logro tangible”, destacó Annan.
Mientras, el presidente de la Asamblea General, Jan Eliasson, reflexionó en su discurso inaugural sobre las difíciles negociaciones que resultaron en la creación del nuevo organismo y urgió a los estados miembros a continuar trabajando en un espíritu de compromiso y responsabilidad.
“Ahora, deben demostrar determinación y coraje para traducir las intenciones y palabras en acciones y cambio de realidades. Esto exige de todos nosotros habilidad de estadistas y preparación, no solo para examinarnos recíprocamente sino también a nosotros mismos”, dijo.
“Hemos construido un instrumento más fuerte para promover y proteger los derechos humanos. Ahora tenemos un Consejo construido sobre la cooperación y el diálogo, que sin embargo está basado en fuertes principios y anclado firmemente en el derecho humanitario. Es un Consejo que revisará el cumplimiento de las obligaciones de todos los estados miembros en materia de derechos humanos, asegurando así un tratamiento igualitario”, agregó.
“Todos acordamos seguir desarrollando las fortalezas de la Comisión de Derechos Humanos, por ejemplo la participación de ONG y el sistema de Procedimientos especiales”, dijo. Y añadió: “Pero también debemos tener presente la dinámica negativa del pasado... En nuestro trabajo, dejémonos guiar por un espíritu de cooperación renovada y defensa de los más altos estándares de derechos humanos”.
Tras asumir la presidencia del Consejo, Luis Alfonso de Alba declaró: “Nos encontramos en una encrucijada histórica. Podemos y debemos contribuir a aumentar el respeto a los derechos humanos en todo el mundo, y al mismo tiempo, podemos y debemos contribuir a reformar y fortalecer el sistema multilateral”.
“Es de gran importancia acordar una agenda equilibrada que refleje nuestra voluntad de ocuparnos de todos los derechos en todos los países, identificar brechas y evitar duplicaciones innecesarias para fortalecer los mecanismos vigentes. También es necesario mejorar la coordinación con organismos y agencias dentro y fuera del sistema de las Naciones Unidas, y al mismo tiempo, promover la incorporación de una perspectiva de derechos humanos en todas las actividades”, exhortó.
Asimismo, se debería generar un mecanismo de evaluación universal y periódica, a fin de conocer los avances y las tareas más acuciantes que cada estado tiene por delante en materia de derechos humanos. Esto “evitaría la politización excesiva y el uso del doble discurso del que se acusó a la anterior Comisión”, agregó.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Louise Arbour, destacó que el flamante Consejo era depositario de grandes esperanzas y debía abrir el camino a un nuevo período de afirmación de los ideales y normas de derechos humanos, para asegurar su aplicación efectiva. Cuando los sistemas nacionales de protección fracasan, la tarea del Consejo es reconocerlo y responder a la desesperación o la indignación generadas por el abuso, la inequidad y la discriminación, dijo.
El Consejo de Derechos Humanos, añadió, está en condiciones únicas de corregir los errores del pasado, dado que está facultado para determinar medios destinados a prevenir abusos, proteger a los más vulnerables y exponer a los perpetradores. Todos los miembros del Consejo deben demostrar que sus críticos están equivocados y ganarse la confianza que se ha invertido en el nuevo organismo, instó.
En su sesión matinal, el segmento de alto nivel escuchó a dignatarios de Suiza, Colombia, España, Nepal, Austria (en representacion de la Unión Europea), Argentina, Canadá, Holanda, Chile, Finlandia y Rumania.
Los oradores también urgieron a los estados miembros a cumplir la tarea que se habían fijado, sin descender a la politización, es decir, permaneciendo imparciales y siempre teniendo en cuenta a aquellos que son privados de sus derechos.
Muchos oradores también plantearon la necesidad de avanzar rápidamente en lo relativo a la Convención sobre Desapariciones Forzadas y el proyecto de Convención sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Entre otros asuntos se plantearon el del terrorismo, y el deber de los estados de proteger a su población frente a ese flagelo y a la vez respetar los derechos humanos de todos. Otros oradores también subrayaron la importancia de proteger y promover los derechos humanos de las mujeres.
En la sesión vespertina hicieron uso de la palabra ministros y dignatarios de Sri Lanka, Luxemburgo, Gabón, Serbia, Francia, Marruecos, Brasil, Alemania, Corea del Sur, India, Liechtenstein, Ghana, Nigeria, Mauricio, Malasia, Grecia, la ex república yugoslava de Macedonia, Italia, Uruguay, Japón y Portugal.
Los oradores reafirmaron su compromiso con el Consejo de Derechos Humanos y celebraron el potencial de cambio que este organismo representa. Muchos aprobaron el plan de establecer un mecanismo universal de revisión periódica, como forma de protección contra la selectividad y el doble discurso, que a su criterio afectaron el trabajo del órgano predecesor del Consejo. Algunas delegaciones también hicieron referencia a los esfuerzos actuales de sus gobiernos por promover y proteger los derechos humanos.
El segmento de alto nivel continuó escuchando declaraciones de ministros y dignatarios de otros países hasta el 22 de junio. www.sunsonline.org.
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