Lunes 28 de Noviembre de 2005
OMC: El Sur no debe relajarse todavía
por Martin Khor
Noviembre de 2005 – Tras el fracaso de dos recientes reuniones, los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se vieron obligados a reducir sus expectativas para la próxima Conferencia Ministerial, a realizarse en Hong Kong a mediados de diciembre. Pero el Sur no debe relajarse todavía, dado que las conversaciones se intensificarán con miras a incluir decisiones importantes en el proyecto de Declaración Ministerial que se llevará a Hong Kong.
La reducción de las expectativas se vio forzada por continuas diferencias sobre cuestiones fundamentales. Esto hará más difícil la finalización de las negociaciones conocidas como Ronda de Doha antes del fin de 2006.
Y si ese objetivo no se alcanza, las negociaciones entrarán en un estado de hibernación, porque será difícil para el presidente de Estados Unidos renovar su autoridad para negociar tratados comerciales por la “vía rápida”, que vence a mediados de 2007.
Dos reuniones ministeriales clave celebradas recientemente produjeron pocos resultados en cuanto a la sustancia de las conversaciones comerciales. Esto llevó a los miembros de la OMC a aceptar la imposibilidad de un acuerdo interino en Hong Kong sobre liberalización del comercio de productos agrícolas, industriales y de servicios.
Ahora se habla de una segunda conferencia ministerial a realizarse en marzo de 2006, que es un plazo final para concretar las “modalidades plenas” de las negociaciones, es decir, las fórmulas y números o porcentajes de reducción arancelaria.
Después de eso, se precisarán varios meses para que cada país prepare sus calendarios o detalles de los recortes arancelarios para cada uno de los miles de productos importados.
Muchas otras cuestiones que forman parte de esta Ronda también deben acordarse todavía, incluso compromisos para abrir servicios y emprender la facilitación del comercio; el trato especial para los países en desarrollo y sus problemas para aplicar las normas de la OMC; la propiedad intelectual; nuevas normas sobre antidumping y acuerdos regionales de comercio, y comercio y medio ambiente.
Una reunión el 7 de noviembre de los ministros de cinco miembros clave de la OMC (Estados Unidos, la Unión Europea, India, Brasil y Japón) no logró acuerdo. La Unión Europea dijo que no podía mejorar su oferta de liberalización del sector agrícola y pretendió volcar las negociaciones hacia otros temas: hasta qué punto los países en desarrollo estaban dispuestos a abrir sus mercados a los bienes y servicios industriales.
Estados Unidos, que antes había criticado a la Unión Europea por no hacer lo suficiente, respaldó esta vez la propuesta del bloque de cambiar el énfasis de la agenda sobre agricultura. La nueva postura de Estados Unidos, según algunos analistas comerciales, podría ser reflejo de que Washington y la Unión Europea acordaron “perdonarse mutuamente los pecados agrícolas” y unirse para presionar a los países en desarrollo a que abran sus economías a los bienes y servicios de ambos.
Sin embargo, la mayoría de los países en desarrollo no están dispuestos a aceptar este cambio de énfasis. El ministro de Comercio de Brasil, Celso Amorim, destacó que la agricultura es el sector más distorsionado del mundo comercial (con mayor protección mediante aranceles y subsidios) y que el principal objetivo de la Ronda es eliminar y reducir esas distorsiones.
Hasta que haya señales claras de que los países industrializados recortarán efectivamente sus subsidios y aranceles, los países en desarrollo no podrán hacer compromisos claros de apertura de sus mercados, agregó.
El ministro de Comercio de India, Kamal Nath, recordó que esta es una Ronda de Desarrollo, no una “Ronda de acceso a los mercados”, y por tanto se deben proteger los intereses de los pequeños agricultores de los países en desarrollo. Nath rechazó los reclamos de la Unión Europea en cuanto a recortes de aranceles industriales.
El 8 y 9 de noviembre, la reunión se trasladó a Ginebra, con la participación de 28 países. Más países presentaron sus propias preocupaciones, complicando la situación.
Los presentes decidieron entonces que no había tiempo suficiente para encontrar una solución antes de la conferencia de Hong Kong y por tanto era necesario “recalibrar” las expectativas para ese encuentro. Mantener el objetivo original de alcanzar “modalidades plenas” conllevaría el riesgo de un gran colapso, como ocurrió en la Conferencia Ministerial anterior (Cancún, 2003).
Sin embargo, las negociaciones continuarán a gran velocidad en las próximas semanas a fin de preparar un proyecto de Declaración Ministerial para Hong Kong que “encierre” lo que se haya acordado en diversas áreas. El proyecto también podría contener un plan de trabajo para el año próximo, que podría incluir una o dos conferencias ministeriales más.
Mientras, continúa el “juego de la mentira”. La mayoría de las delegaciones, ONG y medios de prensa siguen criticando a la Unión Europea en particular y a los países industrializados en general por no ofrecer lo suficiente en materia de reducción de sus subsidios y aranceles agrícolas.
Como consecuencia, los agricultores de los países en desarrollo continuarán amenazados por importaciones subsidiadas baratas y no podrán ingresar en los mercados agrícolas protegidos del Norte.
El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, intentó desviar la atención de esta crítica señalando que Brasil y otros países en desarrollo no han abierto sus propios mercados. Estos países, por su parte, consideraron irrazonables las demandas de la Unión Europea, principalmente la de que los países en desarrollo reduzcan sus aranceles industriales por debajo de 10 por ciento, mientras que, según otra propuesta europea, los países industrializados podrían mantener un nivel máximo de 100 por ciento en sus aranceles agrícolas.
Otro requerimiento extremo de la Unión Europea es que los países en desarrollo deben ahora comprometerse en 57 por ciento de todos los subsectores de servicios. Las normas actuales les permiten elegir cuántos sectores liberalizar y en qué medida.
Muchos creen que la Unión Europea realiza esas demandas extremas deliberadamente, de modo que, cuando sean rechazadas, disponga de una excusa para no hacer más concesiones en materia de agricultura.
“Pero quizá no sea sólo una táctica y la Unión Europea crea realmente en las demandas que hace a los países en desarrollo. Eso sería aún peor”, dijo un alto diplomático comercial.
En todo caso, las negociaciones de la OMC no darán descanso en las próximas semanas. La reducción de las expectativas para Hong Kong no es motivo para que los países en desarrollo se aflojen, dado que en el proyecto de Declaración Ministerial aparecerán muchas decisiones importantes que deberán resolver los ministros de Comercio en la conferencia. – Third World Network Features 2885
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