Lunes 31 de Octubre de 2005
¿Esperar la ruina o aprovechar la oportunidad?
por Red Constantino
El recalentamiento del planeta o cambio climático es la mayor amenaza ambiental que enfrenta la Tierra hoy en día, y empeorará a menos que busquemos soluciones. No sólo debemos ocuparnos de las causas de los huracanes Katrina, Rita y otros fenómenos similares, sino de la probabilidad de que el recalentamiento planetario haga a los huracanes cada vez más destructivos en el futuro, junto con otros efectos climáticos atribuibles al aumento de las temperaturas mundiales.
El fenómeno que puede definir el bienestar o la ruina de Filipinas y el sudeste asiático está curiosamente ausente del acalorado debate sobre la seguridad nacional y regional. Algunos lo llaman “calentamiento global”. Los científicos lo denominan “cambio climático”. Es la mayor amenaza ambiental que enfrenta el planeta hoy en día, y empeorará cada vez más si no le buscamos y aplicamos soluciones.
Es imposible establecer un vínculo definitivo entre el cambio climático y cualquier otro fenómeno del clima, como los recientes huracanes Katrina y Rita, en el Atlántico, y los devastadores tifones que asolaron a Filipinas este año. Sin embargo, pruebas científicas sugieren que los huracanes tienden a volverse más destructivos a medida que aumentan las temperaturas oceánicas. Y un aumento descontrolado de la concentración de gases invernadero en la atmósfera probablemente haga subir más esas temperaturas, “superando cualquier oscilación natural”.
Kerry Emanuel, experto en huracanes del Instituto de Tecnología de Massachusetts, fue inequívoco cuando escribió, en base a sus investigaciones, que “el notable aumento de las tormentas en la última década no tiene precedentes, y probablemente refleja el efecto del calentamiento global”.
Aunque el trabajo de Emanuel es objeto de intensas discusiones, en definitiva, la respuesta a qué causó los recientes tifones tiene escaso valor práctico. Lo que debemos enfrentar no es la causa de Katrina o Rita o tifones que hayan afectado a Filipinas, sino la probabilidad de que el calentamiento global aumente la fuerza de los huracanes en el futuro, junto con otros efectos climáticos atribuibles al aumento de la temperatura mundial.
Existen pruebas de que está en curso un cambio climático inducido por los seres humanos. Los efectos se sienten desde Alaska hasta la península de la Florida y África subsahariana, India, el sudeste de Asia, China y la tundra rusa.
Se prevé que hasta 64 por ciento de los glaciares de China desaparecerán para 2050, poniendo en riesgo hasta un cuarto de la población nacional que depende del agua de esos glaciares, y aumentando la probabilidad de conflictos futuros por recursos naturales no petroleros.
Recientemente, Tailandia fue afectada por una mortal sequía que afectó a 63 de las 76 provincias del país y costó al gobierno 193,2 millones de dólares. “Una de las principales causas de la prolongada sequía es el calentamiento global”, afirmó Kansri Boonpragob, vicepresidente del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la mayor autoridad mundial en el tema. En Filipinas, se ha proyectado que el rendimiento de las cosechas caerá 10 por ciento por cada grado que aumente la temperatura. Es un hecho que las noches en Filipinas son ahora 2,5 grados más calurosas que hace 50 años.
Un instituto determinó que, entre la década de 1970 y la actualidad, la superficie mundial afectada por la sequía se duplicó debido al cambio climático. En base a investigaciones realizadas por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica, en Colorado, el estudio determinó que hay una sequía muy extendida en gran parte del mundo, incluso Asia, e identificó al aumento de la temperatura mundial como la causa principal del fenómeno.
Mientras, los episodios de decoloración de corales en el sudeste asiático y el Pacífico aumentarán en frecuencia e intensidad si no se reducen las emisiones de gases de invernadero. Los corales tienden a morir en grandes números inmediatamente después de esos episodios.
Considerada uno de los hábitat tropicales marinos más diversos, Filipinas alberga 488 especies de corales de un total de 500 especies conocidas en todo el mundo. Más de un tercio de las 2.300 especies conocidas de peces en Filipinas están asociadas a arrecifes.
Según el famoso experto en arrecifes de coral Ove Hoegh-Guldberg, un calentamiento planetario descontrolado puede significar “la catástrofe para los ecosistemas tropicales marinos de todo el mundo”, y la ocurrencia anual de episodios de decoloración será “muy probable” en tres décadas. Episodios tan graves como el de 1998 podrían volverse comunes en 20 años. La década de 1990 fue la más calurosa de que se tenga registro, y 1998 fue el año más caluroso de todos.
La actual crisis de los combustibles no sólo tiene que ver con los altos precios del petróleo. Desde la revolución industrial, las masivas emisiones de dióxido de carbono producidas por la quema de combustibles fósiles como el carbón (el combustible fósil más sucio) han modificado gravemente la composición de la atmósfera del planeta y atrapado la energía solar, creando patrones climáticos cada vez más devastadores.
Una declaración conjunta de 11 de las más distinguidas academias nacionales de ciencias ofreció un consejo inequívoco a los líderes mundiales en julio: “La comprensión científica del cambio climático es ahora lo suficientemente clara para que los países adopten medidas con prontitud”. Sin embargo, entre los países del sudeste asiático, pocos parecen escuchar, en particular el gobierno filipino.
Menos de 0,2 por ciento de la capacidad instalada de generación de energía en Filipinas (unos 15.000 megavatios) procede de fuentes renovables como el viento, el sol o la biomasa. Asimismo, el gobierno está determinado a construir y ampliar centrales a carbón en todo el país en los próximos años. Si la seguridad nacional es realmente una prioridad del gobierno, debe corregir este enorme desequilibrio, y pronto.
Es innegable que países como Estados Unidos y Australia, ambos contaminadores de clase mundial, son responsables de gran parte del problema. Pero es muy fácil echar la culpa a otros por lo que ocurre en nuestras orillas. También debemos hacer nuestra parte. El interés de Filipinas lo exige, y la abundancia de recursos de energía renovables lo permite. El futuro de todo el planeta lo precisa.
Ya es hora de que el gobierno de Filipinas fije objetivos y plazos claros si desea realmente la seguridad de la nación. Para el ao 2010, 10 por ciento de la energía que usemos debe proceder del sol, el viento y la biomasa moderna.– Third World Network Features 2879/05
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Acerca del autor: Red Constantino es un escritor y pintor residente en Quezon City, Filipinas. Es director ejecutivo de la Fundación de Estudios Nacionalistas. Sus trabajos recientes están disponibles en www.redconstantino.blogspot.com. Envíe sus comentarios a xioi@excite.com.
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