Lunes 13 de Junio de 2005
Crisis mundial del empleo es “el problema político más acuciante”
por Kanaga Raja
“La crisis mundial del empleo es el problema político más acuciante de nuestro tiempo” y pone en riesgo a la democracia, la seguridad y la estabilidad, advirtió el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Juan Somavía.
En su discurso a la sesión plenaria de la 93 Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada del 31 de mayo al 16 de junio, Somavía previno que la enorme brecha entre la generación de riqueza y la de empleos, creada por la economía global, presenta una creciente amenaza para la seguridad internacional, el desarrollo y la democracia, y debe atenderse de manera urgente.
“La luz de advertencia está parpadeando en la economía global de hoy”, dijo Somavía a más de 3.000 delegados de gobiernos, sindicatos y empresas en la conferencia tripartita.
El funcionario citó datos de la OIT que muestran un contraste entre el saludable crecimiento de la economía mundial de cinco por ciento y la decepcionante expansión del empleo, de sólo 1,7 por ciento en 2004. “En otras palabras, la producción mundial aumentó casi cuatro billones de dólares, pero el desempleo mundial sólo se redujo en 500.000 puestos”, señaló.
“Billones en creación de riqueza, frente a un goteo de empleos”, observó el director general de la organización. “La crisis mundial del empleo coloca en riesgo la seguridad, el desarrollo, las economías y las sociedades abiertas. Este no es un camino sostenible”, advirtió.
El aumento de la cantidad y la calidad de los empleos es el factor estructural más importante que puede traer más paz y estabilidad al mundo, dijo Somavía, y lamentó que “las políticas dominantes” hayan fallado “en demasiados lugares”.
La economía mundial se ha transformado en “un vacío ético, con políticas que muchos consideran demasiado organizadas en torno a valores del mercado y muy poco en torno a valores humanos. El efecto general es más inseguridad y menos libertad”, declaró.
Aunque mujeres y hombres pueden notar muchos beneficios de la globalización como consumidores, las dudas sobre la dirección de ese proceso siguen aumentando para manifestantes callejeros, empleados preocupados, familias que luchan por sobrevivir, votantes y aun inversores que no saben dónde colocar su dinero.
Somavía dijo a los delegados de la conferencia que está aumentando la preocupación por el desequilibrio entre la globalización y el crecimiento y la creación de empleo. Más de mil millones de personas están desempleadas o son trabajadores pobres, y casi la mitad de la fuerza de trabajo del mundo vive con menos de dos dólares al día.
En algunos países, hasta nueve de cada 10 habitantes trabaja en la economía formal de manera “desorganizada, desprotegida e inestable”, y menos de la mitad de los jóvenes en condiciones de trabajar tenía empleo el año pasado.
“Debemos reparar esta desconexión entre el crecimiento económico y la creación de empleo, reequilibrar las prioridades, revalorizar el trabajo e instrumentar las políticas de inversión adecuadas”, exhortó Somavía. “Debemos incorporar plenamente el empleo y el trabajo decente al debate internacional sobre desarrollo”, añadió.
El funcionario destacó que “el trabajo está en el epicentro de las preocupaciones económicas, políticas y sociales de la gente” y señaló que su organización respondió a la crisis mundial del empleo reorientando su agenda hacia sus valores esenciales, reenergizando sus operaciones y promoviendo el trabajo decente.
Asimismo, se refirió al creciente apoyo a la agenda del trabajo decente, manifestado en foros como la Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana sobre Empleo y Pobreza, el pasado septiembre, la Conferencia Regional Europea de la OIT, celebrada en Budapest el pasado febrero, recientes reuniones de jefes de estado latinoamericanos y la Agenda Social de la Comisión Europea.
Además, el informe 2004 de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización generó un debate mundial sobre formas de hacer más justa la globalización y recibió el apoyo de la Asamblea General de la ONU, en una resolución adoptada el pasado septiembre.
El temario de la 93 Conferencia Internacional del Trabajo también reflejó ese apoyo, observó Somavía, y citó iniciativas como: los esfuerzos por ayudar a los jóvenes a encontrar trabajo decente; la descripción y propuesta de soluciones a los problemas de los trabajadores que enfrentan “terribles limitaciones y condiciones extremadamente duras” para sí mismos y sus familias en los territorios árabes ocupados; el combate al trabajo forzado en la economía mundial; la creación de un fuerte marco de salud laboral y normas de seguridad; la finalización de nuevas normas para la industria pesquera; la revisión del efecto de las normas sobre las horas de trabajo, y la vigilancia de la aplicación de las convenciones y normas en los países miembros de la OIT.
El mayor desafío que enfrenta la OIT es responder a la crisis mundial del empleo convirtiendo el trabajo decente en un objetivo mundial, dijo Somavía. En este sentido, expuso tres series de acciones interrelacionadas:
• “construir nuestra capacidad colectiva” fortaleciendo a los sindicatos, las organizaciones de empleadores y los ministerios de trabajo y asuntos sociales;
• fortalecer los esfuerzos de la OIT para promover el trabajo decente a nivel nacional y regional, para que la organización pueda contribuir mejor a las prioridades nacionales, e
• incorporar el empleo y el trabajo decente al debate sobre desarrollo, colocando el crecimiento, la inversión y el empleo en el centro de la cooperación internacional.
El sistema multilateral debe reconocer la importancia del trabajo decente dentro de la agenda internacional de desarrollo y su contribución a los objetivos de reducción de la pobreza y de una globalización inclusiva y equitativa. Esto es clave para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio, dijo Somavía.
“Las políticas macroeconómicas, financieras, comerciales, de inversión y de empleo deben converger para convertir al trabajo decente en un objetivo de la creación de políticas, y no en un resultado esperado. No podemos hacerlo solos, pero tampoco puede hacerse sin nosotros. Si tenemos la voluntad necesaria, podemos lograrlo”, concluyó. SUNS (www.sunsonline.org)
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