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Comercio

Lunes 21 de Marzo de 2005

EEUU bloquea acceso del sur a medicamentos, dice Edward Kennedy

por Martin Khor

El senador estadounidense Edward Kennedy criticó al gobierno de Bush por usar acuerdos bilaterales de libre comercio para restringir el acceso de los países en desarrollo a medicamentos genéricos.



El senador estadounidense Edward Kennedy criticó a la administración de George W. Bush por utilizar acuerdos bilaterales de libre comercio para limitar el uso de licencias obligatorias en los países en desarrollo y otras medidas que les facilitan el acceso a medicamentos genéricos, más baratos que los de marca.

En una declaración realizada en el Senado de Estados Unidos el pasado 16 de febrero, Kennedy afirmó que su gobierno utilizó pactos bilaterales para promover los intereses de la industria farmacéutica a expensas del acceso de los países del Sur a los medicamentos.

Kennedy habló de “una política atroz” y acusó al gobierno de contravenir la Declaración de Doha acerca del Acuerdo sobre los TRIPS y la Salud Pública al imponer restricciones injustificadas a la disponibilidad de fármacos patentados, bloquear la aprobación y el uso de medicamentos genéricos e impedir que nuevos tratamientos para el VIH/sida lleguen al mundo en desarrollo.

Asimismo, Kennedy ofreció detalles de cómo varias disposiciones de acuerdos de libre comercio que Estados Unidos ha firmado o está negociando con muchos países en desarrollo restringen el uso de medidas de salud pública que la Organización Mundial del Comercio (OMC) permite.

Varias organizaciones no gubernamentales, entre ellas Médicos sin Fronteras, Proyecto de Consumidores sobre Tecnología y Oxfam Internacional, criticaron la inclusión por Estados Unidos de disposiciones “TRIPS más” sobre propiedad intelectual en acuerdos bilaterales de libre comercio, que obstaculizan el uso de fármacos genéricos por países en desarrollo.

La declaración de Kennedy (senador por Massachusetts, miembro de varias comisiones del Senado y una de las principales figuras del opositor Partido Demócrata) es la crítica más explícita y detallada realizada hasta ahora por un líder político estadounidense sobre el aspecto de los pactos bilaterales de libre comercio relacionados con los derechos de propiedad intelectual.

Kennedy realizó su declaración en referencia al significado de la enmienda de la Ley de Autoridad de Promoción Comercial de 2002, que exige al representante comercial de Estados Unidos respetar la Declaración de Doha acerca del Acuerdo sobre los TRIPS y la Salud Pública en todas las negociaciones comerciales. La Declaración de Doha, adoptada por la OMC en su Conferencia Ministerial de 2001, aborda la necesidad de medicamentos para todos y cómo conciliar esa necesidad con la protección de la propiedad intelectual.

En su declaración, Kennedy señaló que dicha ley otorga al presidente y al representante comercial poderes para negociar acuerdos bilaterales y multilaterales que el Congreso debe considerar rápidamente. También recordó que cuando la ley se sometió a consideración del Senado, él y el senador Feinstein propusieron incluir una enmienda estableciendo que uno de los objetivos principales de Estados Unidos era respetar la Declaración de Doha en todas las negociaciones comerciales. “Lamentablemente, en varios acuerdos comerciales celebrados desde entonces, el gobierno se ha rehusado a cumplir con esta obligación”, señaló Kennedy.

Kennedy citó varias frases de la Declaración de Doha, entre ellas la que dice que el acuerdo sobre los TRIPS (Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio) “no impide ni debe impedir a los miembros tomar medidas para proteger la salud pública”, y que los miembros de la OMC tienen derecho a “otorgar licencias obligatorias” y disponen de “libertad para determinar los criterios de otorgamiento de dichas licencias”.

El senador destacó que la Declaración de Doha reconoce un principio básico: los pobres de los países en desarrollo no pueden costearse medicamentos patentados, aunque ellos sean su única esperanza contra el sida y otras enfermedades graves. La Declaración, entonces, tiene el claro propósito de impedir que las patentes bloqueen el acceso a fármacos que pueden salvar la vida de millones de personas.

La enmienda propuesta por Kennedy a la Ley de Autoridad de Promoción Comercial fortalece ese principio de la Declaración de Doha. En lugar de respetarlo, “la administración de Bush ha utilizado acuerdos comerciales para promover los intereses de la industria farmacéutica a expensas del acceso a los medicamentos en países en desarrollo”, lamentó el senador.

“Una y otra vez, el gobierno ha desafiado la Declaración de Doha e impuesto restricciones injustificadas a la disponibilidad de drogas patentadas. Lo ha hecho en sus pactos comerciales con Australia, Jordania, Marruecos, Singapur y otros países, en contra de la esencia misma de la Declaración de Doha. Ahora, intenta hacerlo con el Tratado de Libre Comercio de América Central”, afirmó Kennedy.

“Bloquean la aprobación y el uso de versiones genéricas de medicamentos. Impiden que nuevos tratamientos para el VIH/sida lleguen al mundo en desarrollo. Es una política atroz. Ahora, el gobierno quiere bloquear el acceso a medicamentos para el sida en América Central, porque considera más importante proteger las ganancias de las compañías farmacéuticas”, acusó.

Kennedy agregó que el gobierno contradice el objetivo de la Declaración de Doha de “garantizar el acceso a medicamentos esenciales para los pobres y enfermos de los países en desarrollo”.

“Usa incontables tácticas legales para demorar la aprobación de fármacos genéricos en los países en desarrollo, aun cuando las patentes no son válidas o no son infringidas de modo alguno por las drogas genéricas. En esencia, el gobierno ha creado un cuello de botella para impedir la aprobación legal de medicamentos genéricos en muchos países del mundo en desarrollo. Eso es completamente contrario a la Declaración de Doha”, dijo.

Según Kennedy, la ley estadounidense permite a los laboratorios utilizar medicamentos patentados para desarrollar una versión genérica antes del vencimiento de la patente, dado que lleva tiempo desarrollar un medicamento, probarlo y someterlo al examen de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos. El fundamento es que ese proceso debe poder terminarse antes de que venza la patente, para que los países en desarrollo puedan obtener versiones genéricas lo antes posible.

El acuerdo sobre los TRIPS habilita ese procedimiento, pero los pactos bilaterales de comercio no. “De hecho, otorgan a las compañías farmacéuticas la oportunidad de bloquearlo en cada uno de los países en desarrollo. Este es otro ejemplo de cómo el gobierno protege cínicamente los intereses de las grandes empresas en contra de la ley”, observó Kennedy.

“El gobierno protege bien la industria de los medicamentos de marca, pero nunca impulsó ni una cláusula (en los pactos comerciales) acorde con la Declaración de Doha. Interpretar las leyes selectivamente para aplicar algunas disposiciones e ignorar otras es inaceptable. No es secreto que la industria farmacéutica quiere patentes más fuertes y más exclusividades en Estados Unidos. El gobierno hace mal en ponerse de su lado en los acuerdos comerciales, en contra de la Declaración de Doha”, dijo Kennedy.

El senador criticó a la adminsitración de Bush por bloquear sistemáticamente en el Congreso cualquier cambio a las normas sobre protección de la propiedad intelectual, salvo si es para favorecer a la industria farmacéutica. Y la situación tiende a agravarse, añadió.

“Las compañías farmacéuticas presionan para obtener protecciones legislativas mayores que las nacionales en nuestros países socios comerciales, y luego arguyen que Estados Unidos debería ‘armonizar’ sus leyes de propiedad intelectual con aquéllas”, señaló. “Eso es una bofetada para el Congreso y el pueblo estadounidense”, consideró.

Kennedy sugirió cuatro medidas para dar fuerza a la Declaración de Doha en los acuerdos comerciales. En primer lugar, el gobierno debe respetar la ley estadounidense y dicha Declaración en las futuras negociaciones comerciales, y detener de inmediato la búsqueda de nuevas protecciones a la propiedad intelectual que dificulten el acceso a los fármacos, además de procurar normas que promuevan el objetivo de “medicamentos para todos”.

Segundo, los negociadores de los socios comerciales deben detenerse a pensar cada vez que el representante comercial de Estados Unidos solicite una cláusula sobre propiedad intelectual, en especial si se refiere específicamente a patentes sobre fármacos, y preguntar de qué manera esa disposición afectaría el acceso a los medicamentos.

Tercero, el representante comercial de Estados Unidos no debe sorprenderse si negociadores de países en desarrollo se niegan a aceptar cláusulas violatorias de la Declaración de Doha. Esos negociadores “deben desafiar a nuestro representante comercial a obedecer las leyes”, exhortó.

Por último, el Congreso estadounidense debe insistir en que los acuerdos comerciales firmados por Estados Unidos se ajusten a la letra y el espíritu de la Declaración de Doha. “Es la ley nacional y además es una cuestión de vida o muerte para cientos de millones de personas de otros países”, recordó Kennedy.

“Las tácticas que usamos contra ellos sólo pueden crear más resentimiento y odio hacia Estados Unidos. Y no podemos dejar que eso ocurra en este momento tan crítico de nuestro papel mundial”, exhortó.

--- Acerca del autor: Martin Khor es director de la Red del Tercer Mundo. Esta es una versión abreviada de un artículo publicado en South-North Development Monitor (SUNS), edición 5747.




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