Lunes 14 de Marzo de 2005
ONGs reclaman firme implementación del tratado anti-tabaco
por Kanaga Raja
El Convenio Marco para el Control del Tabaco, el primer tratado mundial de salud pública, entró en vigor el 27 de febrero. Organizaciones de la sociedad civil esperan que los gobiernos actúen con determinación para implementarla.
Organizaciones de la sociedad civil que hicieron campaña para la firma de un fuerte tratado mundial contra el tabaco urgieron a los gobiernos a actuar con determinación para implementarlo.
La Red para la Responsabilidad de las Transnacionales del Tabaco (NATT, por sus siglas en inglés), que comprende a más de 100 organizaciones de 50 países, realizaron la exhortación mientras un Grupo Intergubernamental de Trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estaba reunido para tratar el asunto.
El Convenio Marco sobre el Control del Tabaco, el primer tratado mundial de salud pública, fue adoptado por unanimidad por los 192 países miembros de la OMS en mayo de 2003 y entró en vigor el 27 de febrero de este año, tras recibir las 40 ratificaciones necesarias el pasado noviembre.
Entre otros elementos, el tratado establece una prohibición total de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco en un plazo de cinco años a partir de su entrada en vigor, prioriza la salud sobre cuestiones comerciales y estimula la cooperación internacional para responsabilizar a las empresas tabacaleras por el daño que causan.
Hasta ahora, 55 países ratificaron el convenio, y la Conferencia de las Partes (COP), responsable de su implementación, debe ser convocada dentro del año siguiente a su entrada en vigencia. Sin embargo, aún no se ha fijado fecha para la primera reunión de la COP.
El Grupo Intergubernamental de Trabajo, abierto a todos los miembros de la OMS, se ha reunido para formular recomendaciones a la COP sobre asuntos como las instituciones y los mecanismos del tratado, incluido el papel de la Secretaría, las normas de procedimiento y la financiación.
Corporate Accountability International (CAI), un grupo estadounidense vigilante de las grandes empresas e integrante de la NATT, hace campaña para que la Secretaría se estructure y financie de forma que “deba rendir cuentas a la Conferencia de las Partes, los países que han ratificado quién deberá ejecutar el tratado”.
“Las recomendaciones que surjan de esta reunión contribuirán en mucho a determinar el grado de eficacia del tratado sobre el tabaco. Exhortamos a los países que abrieron el camino en el proceso de negociación a asegurar que el tratado quede libre de interferencia de la industria del tabaco y sus países aliados que no lo han ratificado”, declaró Kathryn Mulvey, directora ejecutiva de CAI.
Mulvey planteó su preocupación por la interferencia de países no ratificantes en una rueda de prensa el 3 de febrero. Por ejemplo, recordó, Estados Unidos sugirió en las discusiones sobre las normas de procedimiento del Grupo Intergubernamental que se nombrara a la Organización Mundial del Comercio (OMC) como observadora de la COP, con el argumento de que el contenido del Convenio Marco está relacionado con la OMC.
Organizaciones de la sociedad civil han combatido antes intentos por subordinar el convenio a las normas comerciales, y parece que la sugerencia de Estados Unidos será la próxima etapa de su lucha, señaló Mulvey. Por ejemplo, si el debate sobre el etiquetado de los paquetes de cigarrillos se trasladara a la OMC, se enlentecería la implementación del tratado, advirtió.
Estados Unidos firmó el Convenio Marco en mayo de 2004, pero aún no lo ha presentado al Senado para su ratificación.
Mulvey también destacó algunas señales positivas surgidas de la reunión del Grupo Intergubernamental de Trabajo a principios de febrero, como que los países de África, Asia sudoriental y Medio Oriente, que fueron los líderes durante las negociaciones del tratado, ahora tratan de asegurar que éste desarrolle su pleno potencial.
Uno de los principales temas en discusión es el papel de la Secretaría, el organismo que ayudará a las partes a implementar el acuerdo. Mulvey destacó en la reunión de principios de febrero que la Secretaría debe ser estructurada de forma que deba rendir cuentas a la COP y tenga suficiente independencia financiera dentro de la OMS.
Mulvey señaló un potencial conflicto de interés entre la COP, que incluiría a los 55 países que han ratificado el tratado, y la OMS, con 192 miembros, incluidos aquellos que no lo han ratificado.
“No todos los miembros de la OMS son parte del Convenio, y una gran parte del presupuesto de la OMC procede de países que no son parte. Existe un potencial conflicto entre los objetivos del Convenio Marco y la COP por un lado, y la OMS y la Asamblea Mundial de la Salud por otro”, dijo Mulvey.
Otro aspecto alentador de las conversaciones de febrero, señaló CAI, fue el reconocimiento de contribuciones positivas por parte de ONGs de interés público al Convenio Marco, y el abrumador apoyo que los países expresaron hacia su participación.
Igualmente importante, muchos miembros destacaron la necesidad de mantener a la industria del tabaco fuera de la implementación y el desarrollo del Convenio, agregó CAI. Para que el tratado pueda desarrollar todo su potencial, debe tener una Secretaría fuerte y única, responsable ante la COP; ser financiado plena y adecuadamente, garantizar el acceso de ONGs de interés público a la COP, y excluir explícitamente a la industria del tabaco y sus afiliadas de la implementación del tratado.
Casi cinco millones de personas mueren cada año por enfermedades relacionadas con el tabaco, y si la actual tendencia continúa, el tabaco se transformará en la principal causa de muerte mundial para 2030, y 70 por ciento de esos fallecimientos ocurrirán en los países en desarrollo, señaló el grupo.
En 2003, los ingresos combinados de Philip Morris/Altria, British American Tobacco (BAT) y Japan Tobacco International, las tres principales compañías tabacaleras, sumaron 147.000 millones de dólares.
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Acerca del autor: Kanaga Raja es investigador de la Red del Tercer Mundo, residente en Ginebra.
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