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Derechos de Propiedad Intelectual

Viernes 19 de Noviembre de 2004

UNCTAD reclama medidas urgentes para proteger conocimiento tradicional .

por Kanaga Raja

El conocimiento tradicional, reconocido como un bien de valor tanto por países industrializados como en desarrollo, podría perderse para siempre a menos que se adopten medidas de protección urgentes, advirtió el martes la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Es necesario tomar medidas nacionales e internacionales para proteger y fortalecer ese bien, porque hasta 80 por ciento de la población mundial depende de los productos y servicios derivados del conocimiento y las prácticas tradicionales para satisfacer sus necesidades cotidianas de alimentación y salud.

La agencia de las Naciones Unidas realizó esa advertencia en un nuevo libro, “Protecting and Promoting Traditional Knowledge: Systems, National Experiences and International Dimensions” (Protegiendo y promoviendo el conocimiento tradicional: Sistemas, experiencias nacionales y dimensiones internacionales), que contiene 46 ponencias de expertos, organizaciones intergubernamentales y grupos de la sociedad civil de América Latina, Africa, Asia-Pacífico y Europa. El libro se basa en una reunión de expertos de la UNCTAD sobre el tema, realizada en el año 2000.

El conocimiento tradicional es indispensable para la supervivencia de los segmentos más pobres de la sociedad, en particular de las mujeres, los indígenas y los habitantes del campo, y especialmente en los países menos desarrollados. Más de 90 por ciento de los alimentos de Africa subsahariana, por ejemplo, se producen mediante prácticas agrícolas tradicionales. El conocimiento tradicional también es esencial para el manejo de ecosistemas por comunidades locales, subraya la UNCTAD.

Asimismo, el conocimiento tradicional se usa como insumo de industrias modernas para la producción de fármacos, cosméticos, productos agrícolas, aditivos de alimentos, enzimas industriales, pesticidas biológicos y artículos de cuidado personal, pero la mayor parte del valor agregado queda en manos de empresas con sede en países industrializados, señala la agencia.

La UNCTAD también advierte que la crisis de diversidad biológica se acompaña de una crisis de diversidad cultural que podría provocar la desaparición, en los próximos 100 años, de hasta 90 por ciento de los idiomas del mundo y del conocimiento tradicional y la cultura que ellos expresan.

Uno de los principales desafíos de la actualidad es asegurar que los beneficios de las innovaciones acumuladas derivadas del conocimiento tradicional lleguen a sus fuentes y promuevan su desarrollo socioeconómico, destacaron los expertos autores de los artículos. Con frecuencia, el conocimiento tradicional es utilizado y apropiado sin el previo consentimiento informado de sus fuentes.

Los expertos señalaron también varias razones por las que proteger el conocimiento tradicional es tan importante: para mejorar el sustento de los poseedores de conocimientos tradicionales, beneficiar a las economías nacionales, prevenir la biopiratería y asegurar la viabilidad de ecosistemas naturales a largo plazo.

Muchos estudios destacan que los actuales regímenes de propiedad intelectual no pueden proteger en forma adecuada el conocimiento tradicional mediante sus patentes y medios de protección de obtenciones genéticas, marcas, diseños y derechos de autor. En general, esos regímenes protegen derechos individuales de propiedad, aunque la propiedad del conocimiento tradicional es, en general, colectiva.

Además, el conocimiento tradicional se desarrolla a través del tiempo y está codificado en textos antiguos o retenido en la tradición oral a través de las generaciones, por lo tanto no posee los atributos de la novedad ni de la innovación, necesarios para la concesión de patentes.

Varios expertos destacaron que el actual sistema de derechos de propiedad intelectual es inadecuado para el reconocimiento y la protección del conocimiento tradicional, porque existen conflictos inherentes entre ambos. Otros señalaron también que el actual sistema no hace nada por prevenir la biopiratería ni la piratería de conocimiento tradicional. Algunos describieron situaciones reales que impiden a los tenedores de conocimientos tradicionales usar los sistemas convencionales de propiedad intelectual para proteger esos conocimientos, por ejemplo las dificultades para cumplir con los estrictos requisitos de solicitud de patentes, la falta de recursos financieros para cubrir el alto costo de las solicitudes y los eventuales costos de la aplicación, entre otros.

Existe un consenso general sobre la necesidad de desarrollar nuevos criterios y medidas, tales como sistemas sui generis que combinen herramientas de manera apropiada para la protección del conocimiento tradicional a nivel nacional e internacional, y de que esos sistemas se desarrollen en estrecha consulta con comunidades indígenas y locales.

Otros documentos publicados en el libro destacan el papel esencial del conocimiento tradicional en la atención primaria de la salud en países en desarrollo.

Xiaorui Zhang, un experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que en el año 2000 el mercado mundial de medicamentos y productos basados en hierbas se estimaba en 60.000 millones de dólares.

Zhang también destacó las dificultades existentes para proteger las medicinas tradicionales mediante los instrumentos convencionales para la protección de los derechos de propiedad intelectual, dado que las hierbas medicinales son simples plantas sobre las cuales no se puede reivindicar nuevos elementos químicos ni innovaciones.

Varias de las ponencias publicadas en el libro se concentran en diversas formas de proteger el conocimiento tradicional a nivel nacional, regional e internacional. Los autores refieren esfuerzos realizados en América Latina, Africa, Asia y el Pacífico a fin de aplicar actuales instrumentos de propiedad intelectual y desarrollar sistemas sui generis para la protección del conocimiento tradicional, junto con iniciativas relacionadas con el acceso, el registro y la distribución de beneficios del conocimiento tradicional.

En países como India, Panamá, Perú y Venezuela se documenta el conocimiento tradicional a través de bases de datos o registros, con objetivos diversos, desde preservar dicho conocimiento a nivel de comunidades locales hasta establecer derechos para producir y vender artesanías indígenas a nivel nacional.

El libro también resalta dos iniciativas regionales: la Ley Modelo de la Organización de Unidad Africana, la cual establece derechos comunitarios y puede servir como base para el desarrollo de legislación nacional, y la Decisión 391 de la Comunidad Andina, por la que los países miembros (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) acordaron un Régimen Común sobre Acceso a Recursos Genéticos.

Varias organizaciones intergubernamentales han realizado trabajos relacionados con la protección del conocimiento tradicional, entre ellas la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Comité Intergubernamental de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, sobre recursos genéticos, conocimiento tradicional y folklore.

Aunque el Convenio de la Unión para la Protección de Nuevas Obtenciones Vegetales (UPOV) no menciona el conocimiento tradicional, incluye algunas disposiciones relativas a la protección de los intereses de los agricultores y las comunidades locales, señaló en un artículo Barry Greengrass, subsecretario general de la UPOV.

La UNCTAD observó que la Organización Mundial del Comercio, y en particular su acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS), también guardan silencio sobre el asunto, pero algunos países en desarrollo propusieron que en las solicitudes de patente se exija revelar la fuente de los recursos genéticos y el conocimiento tradicional usados en la invención, así como pruebas de un consentimiento previo informado y distribución de beneficios.

Algunos de los artículos publicados en el libro recomiendan también ampliar el alcance del artículo 23 del TRIPS, para fortalecer la protección de las indicaciones geográficas.(SUNS www.sunsonline.org).




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