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Derechos Humanos

Viernes 7 de Noviembre de 2003

Los derechos humanos de los inmigrantes reciben escaso reconocimiento

por Kanaga Raja

Un estudio encomendado por la Organización Internacional para las Migraciones reveló que muchos inmigrantes sufren violaciones de derechos humanos, pero su vulnerabilidad a esa situación no ha recibido la debida atención.



Numerosos inmigrantes sufren violaciones de sus derechos humanos y a pesar de que ha habido avances importantes en la protección de los derechos humanos en general, la vulnerabilidad de los inmigrantes a esos abusos no ha recibido la debida atención, se dice en un nuevo estudio de la Organización Internacional para las Migraciones. Bimal Ghosh, Profesor Emérito de la Facultad Colombiana de Administración Pública, realizó el estudio para dicho organismo.

En él se revela que las presiones al parecer implacables que provocan la emigración, yuxtapuestas a un clima cada vez más restrictivo en materia de ingreso a los países de destino, ha incrementado abruptamente los riesgos potenciales de violación de los derechos humanos de los inmigrantes.

El estudio argumenta que los estados nacionales tienen un deber ético así como un interés propio centrado en los ciudadanos, en defender esos derechos a través de la acción tanto individual como colectiva. También subraya la necesidad de que los grupos de derechos humanos y las asociaciones de asistencia a los inmigrantes, cooperen y se unan.

En una conferencia de prensa, Ghosh manifestó que la protección de los derechos humanos de los inmigrantes es un tema importante en la medida que involucra a gran cantidad de personas. Actualmente hay 175 millones de inmigrantes en todo el mundo. Una de cada 34 personas en el mundo es inmigrante. En los países industrializados el índice es mayor: una de cada 10.

El flujo anual de inmigrantes también está creciendo a un ritmo más rápido que nunca. Actualmente, cada minuto por lo menos 10 personas cruzan fronteras en todo el mundo, sin contar a los turistas, los visitantes por una corta estadía y otros que normalmente no son considerados inmigrantes.

Ghosh subrayó que la mayoría de los inmigrantes son vulnerables en cuanto no tienen las mismas protecciones de las leyes nacionales de las que gozan los grupos nacionales, como es el caso de las comunidades indígenas. La posición de los inmigrantes ha quedado poco clara a escala nacional ya que la responsabilidad primordial de los estados es proteger a sus ciudadanos, expresó.

Ghosh señaló que, no obstante, los estados deberían estar interesados en la protección de los derechos humanos de los inmigrantes no nacionales. Aparte del argumento ético de que los derechos humanos de cada persona son importantes, también está la cuestión de la reciprocidad, enfatizó.

Citó una encuesta que reveló que aproximadamente el 25 por ciento de los más de 90 países encuestados eran países que recibían y también enviaban inmigrantes. “Si usted no protege a los inmigrantes en su país, sus ciudadanos en el exterior también podrían estar en una situación vulnerable”, comentó.

Las propias leyes todavía no han dado un reconocimiento pleno o inequívoco de los derechos y facultades de los inmigrantes o los que no son ciudadanos. A pesar de esa carencia, muchos inmigrantes están expuestos a una segunda clase de vulnerabilidad debido a la pobreza, la falta de educación y capacitación y la discriminación de género.

Las vulnerabilidades adicionales de los inmigrantes se originan no solamente en su falta de familiaridad con las condiciones locales, sino también y a menudo de manera más importante, en una “tendencia intrínseca de la sociedad que los recibe a estar en contra de los extranjeros, en especial cuando pertenecen a un grupo cultural, religioso o étnico diferente”.

Otra limitación que impide a los inmigrantes gozar plenamente de sus derechos humanos es que varios países no han ratificado la totalidad de los instrumentos de derechos humanos internacionales o los que se aplican específicamente a los trabajadores inmigrantes. En el caso del Convenio de las Naciones Unidas para la Protección de los Trabajadores Migratorios y de los Miembros de sus Familias, de 1990, por ejemplo, llevó 12 años desde su adopción para asegurar las 20 ratificaciones necesarias para que entrara en funcionamiento.

La globalización ha contribuido a una expansión sin precedentes del sector informal, prácticamente en todas partes y en especial en los países industrializados. Industrias menos competitivas, empresas marginales y numerosas empresas familiares con baja productividad, luchan por sobrevivir en este sector, con la ayuda de trabajadores inmigrantes mal pagos, dóciles y con frecuencia irregulares.

El estudio destaca los casos de inmigrantes en situaciones especiales en que el riesgo de violaciones de los derechos humanos es mucho mayor. Tal es el caso de los inmigrantes víctimas del tráfico humano, de los que buscan refugio y asilo, y de los inmigrantes y trabajadores inmigrantes en época de conflictos armados.

El estudio también registra la situación de varios países con posterioridad al 11 de setiembre, en los cuales se han impuesto restricciones a ciertas libertades en general y a las libertades civiles, como parte de campañas contra el terrorismo.

“La mayoría de esas medidas se aplican a todos, pero los inmigrantes, incluso los residentes extranjeros de larga data y hasta los que son ciudadanos naturalizados, parecen estar entre los más perjudicados”, se señala en el estudio.

En el estudio también se destacan las nuevas leyes y medidas aplicadas en los Estados Unidos después del 11 de setiembre que, a pesar de la negativa oficial de su sesgo racista, provocó que los árabes de Oriente Medio y África del Norte e incluso ciudadanos estadounidenses de origen árabe fueran investigados muy de cerca. Según la organización Human Rights Watch, alrededor de 1.200 personas sin ciudadanía estadounidense fueron secretamente arrestadas y 752 de ellas, encarceladas.

El ataque a las libertades civiles en general pero que afectan en particular a los que no son ciudadanos también se ha hecho evidente en la mayoría de los países de Europa occidental, en especial Alemania, Italia, España y el Reino Unido, así como también en toda la Unión Europea, se señala en el estudio.

La campaña antiterrorista de los Estados Unidos ha planteado un nuevo escollo para los activistas que luchan por los derechos humanos de los inmigrantes. “La lucha contra el terrorismo no es una lucha contra los inmigrantes. No todos los inmigrantes son terroristas, no todos los terroristas son inmigrantes”, manifestó Ghosh. – Servicio Informativo de la Red del Tercer Mundo

Acerca del autor: Kanaga Raja es investigador de la Red del Tercer Mundo y está radicado en Ginebra.

Este artículo puede ser reproducido citando al autor, como fuente original al Servicio Informativo de la Red del Tercer Mundo y (cuando corresponda) la revista u organismo cooperador involucrado en el artículo. Rogamos nos envíe copia de la publicación.




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