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Derechos Humanos

Viernes 17 de Octubre de 2003

Guatemala: Agua, Pobreza y CAFTA

por Anthony James

El Banco Mundial pronostica que la pobreza continuará agudizándose en la mayoría de los países del mundo por lo menos durante la próxima generación. En el norte campesino de Guatemala, en América Central, el 75% de los hogares de Fray Bartolomé de las Casas (Fray) sufre esa realidad en carne propia – el 85% vive en la 'extrema' pobreza (con un ingreso diario de menos de US$ 1). A pesar de estar ubicada en una región tropical de frondosa vegetación, donde llueve ocho a nueve meses por año, Fray padece sin embargo una sequía crónica.

El sol de la tarde del 20 de mayo descarga su tórrido calor sobre Fray. El cielo de Guatemala sigue cubierto por una bruma blanca producida por la quema de monte y matorrales cortados por los campesinos (trabajadores rurales predominantemente indígenas) previo a la siembra anual de frijoles, arroz y maíz.

Los ventiladores de techo no logran disminuir el sudor que corre libremente por los rostros de un pequeño grupo de personas reunidas dentro del local de La Casa de la Cultura. Representan a algunas de las comunidades más golpeadas por la 'sequía'.

El jefe (y único empleado) del departamento municipal de agua, Juan Medina, abre la reunión con la elocuencia de un político experimentado. 'El problema se debe a errores de la empresa, fallas técnicas, mal uso por parte de la población y malas decisiones adoptadas por las autoridades municipales. Yo no soy responsable de esto,' se lamenta.

El gobierno local de Fray está en manos de integrantes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), un ex movimiento rebelde de izquierda que en la década de los ochenta combatió al gobierno financiado por los EE.UU.

Ante las sucesivas intervenciones de los representantes comunitarios, se repite la misma respuesta absolvente de culpa, provocando oleadas de creciente frustración, desesperación y cólera que sacuden al grupo.

Medina continúa: 'Nadie me escucha. Nadie me da información alguna. El alcalde se reúne con otros en Cobán [la ciudad más cercana, a tres horas de distancia por auto], mientras que acá todas las decisiones son tomadas por el alcalde, el secretario, el tesorero y otros pocos elegidos.'

Al cabo de una hora, Cándido Reyes se arrima con aire desdichado a las deliberaciones. Concluye exasperado que, luego de tres años de intentar trabajar con un departamento que ahora admite no ser más que un organismo vacío, 'Hay peros y peros, pero no hay responsables al final'.

Reyes es un maestro muy respetado, un refugiado repatriado y representante local de la organización vasca de lucro social Zuzeneko Elkartasuna (Hacia la Solidaridad Directa). La organización se dedica a facilitar el acceso de la comunidad al agua potable.

Aproximadamente la mitad de los 43,000 habitantes de Fray siguen careciendo de este servicio básico, lo que regularmente provoca muertes infantiles a causa de enfermedades tratables como la diarrea. Al mismo tiempo, en Fray la petrolera estadounidense Texaco paga la misma tarifa fija por su suministro de agua que una familia que vive por debajo de la línea de pobreza.

Unos días antes de la asamblea, Reyes le había advertido al Alcalde Ceferino de Paz Gonzáles que 'El problema mayor es la administración'. Ambos tienen un pasado común en la guerrilla que libró una guerra a muerte contra las brutales dictaduras militares dispuestas por el gobierno de los Estados Unidos y que dirigieron a Guatemala durante gran parte del último medio siglo.

Hoy, comparten nuevamente una tarea común. Sin embargo, los reclamos de Reyes y la comunidad por un mejor acceso al agua potable siguen siendo ignorados. Mientras que las aguas pluviales inundan literalmente a Fray durante la mayor parte del año y la asistencia internacional sigue llegando tan incesantemente como nunca, la 'sequía' y la 'pobreza' permanecen como síntomas de una estructura gubernamental desconectada y carente de transparencia y responsabilidad, así como de una coordinación y planificación inoperantes.

Los empleados al servicio de la comunidad ocupan cargos nominales con sueldos relativamente cómodos, administrativamente aislados unos de otros, de la población, de los problemas y del poder para cambiar la situación.

Ya cerca del final de la asamblea comunitaria, Medina plantea con aire de fatalidad que 'La única forma de arreglar el problema es pasándolo a manos de una empresa privada.'

Con esto la asamblea se suma a lo que es hoy uno de los mayores debates a nivel internacional – la privatización del agua. En este caso, la perspectiva de vender la fuente de vida de Guatemala a un gigante corporativo estadounidense.

A pocos días de la asamblea de Fray, a unos escasos cientos de kilómetros de distancia, en la rica ciudad colonial de Antigua, Guatemala, el gobierno de Estados Unidos se reúne con cinco de sus pares centroamericanos (los gobiernos de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica). Desde entonces se han reunido en Honduras, y luego nuevamente en Guatemala.

En el orden del día estaba el CAFTA – el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica. El CAFTA es el próximo paso del plan del gobierno estadounidense para lograr que todos los países del continente americano rematen sus bienes públicos a corporaciones estadounidenses y adopten como al dólar, como dos de las muchas medidas tendientes a seguir facilitando las operaciones de las corporaciones estadounidenses en la región (Costa Rica y El Salvador ya están prácticamente 'dolarizadas'.) Esto se presenta como la mejor forma de erradicar la pobreza en América Central.

El proceso consta de 11 reuniones mensuales desarrolladas a lo largo del año 2003 entre autoridades gubernamentales de cada uno de los seis países, dirigidas a implementar un plan de 10 años de mega inversiones multibillonarias para la industrialización de Centroamérica. El plan se denomina Plan Puebla Panamá (PPP) – por extenderse de Puebla (ciudad inmediatamente al sur de México DF) hasta Panamá (que comparte la frontera meridional de Costa Rica).

En el Informe de Centroamérica de 28 de marzo se detalla parte de lo que supone el PPP, incluyendo la construcción de una carretera de ocho carriles que atravesará algunas de las últimas regiones de selva que quedan en el norte de Guatemala.

El gobierno estadounidense insiste en que sólo está negociando con gobiernos democráticos. Pregunté a cientos de personas en Fray si saben algo de estas reuniones. Nadie ha oído hablar siquiera del CAFTA. El Alcalde Ceferino confirma su exclusión: 'No, a mí no me han enviado ninguna invitación para participar, ni me han pedido que dé mi opinión sobre los acuerdos de libre comercio.'

Esporádicamente aparece alguna referencia al CAFTA o al PPP en la prensa guatemalteca, por lo general en notas cortas. El 18 de junio, el periódico nacional Prensa Libre publicó un informe de una página sobre una conferencia de prensa con la jefa de la misión negociadora de EE.UU., Regina Vargo. En el mismo el periodista afirma que, 'Al empezar la ronda de preguntas, Vargo dejo bien en claro a los periodistas que prefería que no le hicieran ninguna pregunta sobre el proceso de negociaciones.'

No es de sorprender, entonces, que la gente no esté enterada. El argumento que se da para privatizar el agua (y otros 'bienes' públicos como la educación y los servicios de salud) en el marco del CAFTA, y para la globalización corporativa en general, se basa en que las estructuras de gobierno están desconectadas, carecen de transparencia, no se hacen responsables ante la población y son ineficientes y corruptas. Este argumento se utiliza por la sencilla razón de que generalmente es cierto – tal como lo evidencia la situación en Fray, y en muchos otros lugares del mundo.

Lo que no se dice, sin embargo, es cómo llegó Guatemala a esta situación de 'pobreza' y 'sequía' en primer lugar. Y como esas mismas estructuras de gobierno carentes de transparencia y responsabilidad fueron creadas y apoyadas como parte misma del proceso.

La privatización ha sido parte de la política del gobierno guatemalteco desde hace bastante más de 100 años, descontando los 10 años siguientes a la Segunda Guerra Mundial –un breve cambio de política que en 1954 provocó nada menos que una invasión orquestada por la CIA y el derrocamiento del gobierno elegido democráticamente.

La dictadura militar del Presidente Justo Rufino Barrios, que detentó el poder por más de tres décadas desde fines del siglo XIX hasta principios del XX, hablaba de 'modernización' para referirse al fomento de la mayor cantidad posible de inversión extranjera (principalmente proveniente de Estados Unidos).

La más tristemente famosa de las empresas estadounidenses en invertir a gran escala fue la United Fruit Company. A fin de facilitar las operaciones a gran escala de la UFC como objetivo prioritario, el gobierno cedió efectivamente a la empresa el control de los principales puertos y carreteras de Guatemala, y 'privatizó' la mayoría de las tierras más aptas para el cultivo (mayoritariamente bananero).

La UFC controlaba virtualmente al país, a tal punto que sus presiones lograron que en 1954 la CIA orquestara la invasión a Guatemala. El gobierno de Estados Unidos reinstauró una dictadura militar y la política de 'modernización' se puso nuevamente en marcha.

¿Quiénes se beneficiaron? La UFC y los gobiernos artífices del golpe. Y ¿los desplazados y explotados? Hoy se ven por toda Guatemala.

Este patrón se repite a lo largo y ancho del mundo, inalterado en sus aspectos medulares por las políticas privatizadoras de la globalización corporativa, porque las políticas en sí no varían sustancialmente de las que provocaron esta situación en primer lugar.

Las estructuras de gobierno desconectadas y carentes de transparencia y responsabilidad ante el pueblo siguen iguales, continúan ayudando a las empresas privadas, que por su naturaleza misma son entes desvinculados de, y que no se hacen responsable ante, la población (y que sólo velan por los intereses financieros estrechos de sus accionistas).

Si lo que se pretende es construir una democracia auténtica, esta debe basarse en un sentido más amplio de eficiencia y justicia, se requieren estructuras verdaderas de rendición de cuentas. Estructuras que garanticen la representación popular, en vez de perpetuar la representación corporativa. Estructuras que faciliten y mejoren el acceso público a la información y a los procesos de toma de decisiones.

Esto evitaría que la historia volviera a repetirse por otro siglo más, abriendo sistemáticamente el camino para que el agua, el dinero y otros recursos finalmente lleguen a destino.

Noticias Centrales - Red del Tercer Mundo

Datos del autor: Anthony James es un voluntario independiente que trabaja en Fray Bartolomé de las Casas, Guatemala. Es escritor especializado en temas de justicia económica, social y ambiental vinculados a la globalización y el desarrollo internacional.

Artículo publicado originalmente en http://www.sharedparadise.com. La presente versión editada fue tomada de la publicación Green Left Weekly (No. 553, 10 de setiembre, 2003).

Este artículo puede ser reproducido citando al autor, la fuente original y TWN Features. Por favor envíenos copia de la publicación.




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