No. 45 - Junio 1995
CHAKRAVARTHI RAGHAVAN
La ONU debe dirigir la política internacional
En su calidad de principal instrumento político de los gobiernos del mundo, la ONU debería establecer los lineamientos internacionales y las instituciones de Bretton Woods y la OMC tendrían que subordinarse a la Asamblea General de la organización.
"La opinión pública debería insistir en que Naciones Unidas se encargue de formular la política internacional, teniendo en cuenta parámetros políticos, económicos, sociales y de otro tipo", afirmó Chakravarthi Raghavan, editor en jefe del SUNS (South-North Development Monitor) y representante de la Red del Tercer Mundo en Ginebra.
En un discurso pronunciado en la conferencia anual del Consejo Mundial de Iglesias, realizado en Ginebra el 24 de abril último, Raghavan sostuvo que las instituciones de Bretton Woods y la Organización Mundial de Comercio (OMC) debían ser responsables ante la Asamblea General de la ONU.
La OMC y las instituciones de Bretton Woods "deben ser tratadas como instituciones técnicas en la esfera económica y financiera, tal como lo es la OMS en el campo de la salud y la OIT en los temas laborales. Pero el impulso de la política general y la orientación en materia de política mundial deben ser establecidos por la Asamblea General de la ONU, en su carácter de principal órgano político de la comunidad internacional, y estas instituciones deben ser regidas por esa política."
Raghavan agregó que las instituciones de Bretton Woods deben rendir cuentas y estar dispuestas a pagar el precio en el mercado por su mala política de asesoramiento a los países. "No pueden ser jueces de su propia causa, y es necesario que se establezcan grupos independientes que atiendan las diferencias entre ellos y sus clientes, los gobiernos que les pidieron prestado". Las trasnacionales, que se encuentran fuera de los controles nacionales, también deben situarse bajo los controles internacionales de la ONU. El Centro sobre Empresas Trasnacionales (CTC, ahora fusionado en la Secretaría de la UNCTAD), se creó originalmente para ser esa fuerza contrabalanceadora. Pero en realidad está duplicando el trabajo del FMI, el Banco Mundial y la OMC, promoviendo los intereses de las trasnacionales y la inversión extranjera directa. Si el CTC no va a ejercer ese poder internacional neutralizador, también debería ser desmantelado.
Los cometidos originales
Raghavan efectuó una reseña histórica del menoscabo de la influencia de Naciones Unidas en la política económica y social mundial por parte de las grandes potencias que paulatinamente otorgaron ese poder a las instituciones de Bretton Woods y a la OMC. Recordó que la Carta de Naciones Unidas no establecía que la ONU fuera solamente un organismo para el mantenimiento de la paz. El alcance de la Carta se extiende a todas las esferas de la actividad humana: política y de seguridad, pero también económica, social y cultural, expresó.
Y si bien la Carta preveía que la resolución de estos temas estuviera a cargo de organismos separados, insistía en el papel preponderante de la ONU como organismo orientador, a través de la Asamblea General y el ECOSOC. Pese a que se reconocía el protagonismo especial de las cinco potencias, éste quedaba confinado a temas de paz y seguridad. En los demás aspectos no se reconocía jerarquía alguna.
A las instituciones de Bretton Woods se les concedió la aplicación de un principio especial en el ámbito decisorio, basado en "un voto por dólar", ya que serían intermediarios financieros en la recaudación de capital a corto plazo para prestarlo a los gobiernos a tasas favorables y con plazos largos.
"Pero no estaba previsto en absoluto que estos organismos decidieran la política económica (para el Sur y ahora para Europa del Este), la drástica reducción de las funciones de los gobiernos y el aumento del espacio y el poder del sistema trasnacional", expresó Raghavan.
Atribuciones cercenadas
Durante un tiempo, desde fines de los 50 hasta principios de los 80, las sectores económicos y sociales de la ONU (incluida la UNCTAD y organismos especializados) intentaron hacerse cargo de los problemas y preocupaciones del mundo en desarrollo y buscaron reformar el sistema internacional. "Sus secretarías pudieron ofrecer un punto de vista diferente y facilitaron las discusiones intergubernamentales", continuó Raghavan. "Pero muy pronto fueron silenciadas".
Las grandes potencias impusieron sus derechos en las esferas no vinculadas a las decisiones de paz y seguridad del capítulo VII.
Mediante la negativa de fondos o la amenaza de negativa por parte de algunos países desarrollados, -en flagrante violación a las obligaciones previstas en la Carta- las secretarías fueron virtualmente acalladas y obligadas a acatar", agregó Raghavan.
"Los órganos intergubernamentales y organismos de la ONU se convirtieron en meras sociedades de debate o seminarios de eruditos. En los últimos 50 años podría decirse que en gran medida, la ONU ha sido castrada".
Raghavan comentó que incluso la función primaria de mantenimiento de la paz de la ONU se transformó en una ilusión, y ahora es la servidora de Estados Unidos y sus intereses.
La seguridad como pretexto
La ONU se fundó sobre el principio de la soberanía de los estados nacionales y la no injerencia en los asuntos internos. Si bien los organismos de la ONU reafirmaron el derecho a discutir temas relativos a los derechos humanos e incluso adoptar resoluciones, lo hicieron con el propósito de transitar una vía de persuasión a través de presiones morales y en condiciones de igualdad.
"Pero en la última década, con el derrumbamiento del poder soviético, se han enunciado algunas doctrinas nuevas, supuestamente basadas en el derecho humanitario, que permiten el uso coercitivo del poder enmascarado en argumentos de seguridad".
En este contexto, agregó Raghavan, la propuesta de crear un Consejo de Seguridad Económica de la ONU (que se combinaría con el Consejo de Seguridad política), en caso de ser llevada a la práctica, ampliaría realmente el poder coercitivo de las potencias dominantes y reduciría el ámbito de pluralidad de los países del sistema internacional.
Raghavan dijo que la visión original que dio origen al sistema de la ONU entró en crisis. "No hay una visión de las diversas propuestas de reforma de la ONU, ya sea las que emanan de los grupos de investigación interdisciplinaria en temas de política pública establecidos por la Secretaría General de la ONU como de grupos privados, tales como la Comisión de Gobernación Mundial.
El poder de la tecnocracia
Con respecto a las instituciones de Bretton Woods, Raghavan afirmó que cuando se crearon se había previsto que cumplieran un cometido especial, pero nunca que estuvieran eximidas de la competencia y el escrutinio de la ONU. Con la crisis del sistema de Bretton Woods en 1971, sus instituciones ya no tienen más autoridad sobre los países de la OCDE y ahora ejercen su poder sólo sobre el Sur y el ex bloque socialista.
"Las instituciones de Bretton Woods han convertido a la mayoría de los países del Sur en mano de obra cautiva. No es sólo el poder del que presta dinero sobre su deudor el que ellos ejercen.
"Sus vastas ganancias y recursos, que ahora provienen de los ingresos percibidos de los préstamos al Sur, les permitieron contratar profesionales y académicos (con salarios un 25% por encima de lo que puede pagar el sistema de Naciones Unidas) y utilizarlos en investigaciones y análisis para su beneficio propio con la finalidad de imponer su ideología y elaborar publicaciones vistosas como para proclamar su erudición y opacar otros puntos de vista."
A través de los programas de ajuste estructural de las instituciones de Bretton Woods y las nuevas normas de la OMC, se busca resucitar la división del trabajo de la época colonialista. Esto, sostuvo Raghavan, está facilitado por un proceso de integración a escala mundial dirigido por el Norte, que apunta a dar más facultades a las empresas trasnacionales.
Nuevo orden trasnacional
"Esta integración a escala mundial y la nueva interdependencia fueron creadas por una minoría de potencias que eliminaron los instrumentos de gobernación internacional. A través de las instituciones de Bretton Woods y la OMC, están forzando un 'desarme unilateral' de los estados nacionales, obligándolos a retirarse de la economía y crear nuevas reglas de juego que favorezcan los sistemas de producción, distribución, consumo y cultura extranjeros trasnacionales sobre los sistemas nacionales y la gente. Este desarme se ha creado reduciendo el espacio de las sociedades y gobiernos nacionales y expandiendo el espacio de los actores trasnacionales."
Raghavan también previno contra la reinterpretación, dirigida por el Norte, de la Carta de Naciones Unidas que implica una división del trabajo entre la ONU (que supervisa la paz y la seguridad) y las instituciones de Bretton Woods y la OMC (que se encargan de los asuntos económicos).
Las instituciones de Bretton Woods y la OMC, que ahora permanecen prácticamente fuera de la ONU, deberían, en cambio, rendir cuentas a la Asamblea General, expresó. Las ONGs, diversas iglesias y organizaciones religiosas como el Consejo Mundial de Iglesias, agregó, no deberían brindar un apoyo ciego a la ONU, como en el pasado, sino ofrecer un apoyo discriminado, y denunciar cuando sea necesario a la ONU y a sus miembros, incluidos los gobiernos del Sur, en su ciega búsqueda de un orden económico neoliberal y la marginación de la gente. "En suma", finalizó, "todos debemos ponernos de pie y atestiguar".
Fuente: Red del Tercer Mundo
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