Pagina nueva 1
 
   EDICION | TEMAS
   No. 153 - Enero/Febrero 2002
Actualidades / Trabajo
Tendencias / Deuda externa
Tendencias / Comercio
Actualidades / Desarrollo
Actualidades / Comercio
 
   Ediciones
   Anteriores
   Ultima edición
 
   Otras publicaciones


Actualidades / Desarrollo


No. 153 - Enero/Febrero 2002

Inversión extranjera directa

Escasas evidencias de efectos derivados positivos

por Chakravarthi Raghavan

Poco existe en el camino de la evidencia empírica que permita establecer que la inversión extranjera directa (IED) tiene efectos derivados positivos para los países receptores, a pesar de las expectativas generadas por la teoría económica, según un estudio presentado en una reunión de expertos en Ginebra organizada por la ONU y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo.

Hay escasa evidencia empírica que indique que la inversión extranjera directa (IED) redunda en efectos positivos para las economías receptoras, según un estudio presentado en una reunión de expertos organizada en Ginebra por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. La reunión de expertos versó sobre "Financiamiento para el desarrollo: Incrementando los beneficios de la IED y mejorando la corriente financiera empresarial en las economías de transición".

El documento presentado en la reunión sobre IED y resultados intra-industrias, es de Holger Gorg y David Greenaway, del Centro Leverhulme para la Investigación de Globalización y Política Económica, Universidad de Nottingham. Greenaway es un reconocido académico y economista neoclásico, y el documento de su coautoría ha examinado los estudios y literatura existentes. El documento concluye que si bien la teoría señala varias razones por las que se podrían esperar efectos derivados positivos de las empresas transnacionales, "la evidencia empírica encontrada en apoyo de que existen repercusiones positivas es más bien limitada". Esto podría ser porque la teoría es ilusoria y las transnacionales son muy efectivas para proteger sus activos o porque se analizan datos equivocados. En todo caso, es necesario realizar una mayor investigación sistemática y trabajo discriminado centrado en el análisis de tablas de datos por empresa y por planta, para poder determinar si importa la forma de ingreso de la inversión, las características de la propiedad, la forma de administración de la empresa, y otras características por el estilo.

Políticas generales

El consenso de la literatura también es claro en cuanto a que las políticas "generales" que apuntaban a alterar los variables macroeconómicas fundamentales eran más importantes que las políticas específicas dirigidas a determinadas inversiones. Estas últimas parecen afectar primordialmente a la distribución de la renta. Por un lado, los gobiernos compiten ofreciendo incentivos a las inversiones y en el proceso gastan rentas en las transnacionales. Por otro lado, luego utilizan (por lo menos algunos) medidas de inversión relacionadas con el comercio (TRIMs) para intentar reclamar algunas de esas rentas.

Tanto las pruebas econométricas como el trabajo de estudios de casos indican que en general las características del entorno económico –infraestructura, condiciones del mercado laboral local, confiabilidad de los sistemas de comunicaciones y otras por el estilo, así como la macroeconomía general y el clima en materia de política comercial- son mucho más importantes.

Eso, por supuesto, no significa que dejen de emplearse las intervenciones selectivas. Sin duda los gobiernos seguirán buscando oportunidades de medidas focalizadas y las transnacionales seguirán dispuestas a aceptarlas. Esto también es, por lo tanto, un potencial espacio de trabajo futuro. Sabemos muy poco sobre el impacto comparativo de instrumentos alternativos, añade Greenaway. (Un área que no está contemplada en el documento es el efecto de las normas de inversión propuestas en la Organización Internacional del Trabajo sobre las medidas de los países receptores destinadas a promover vinculaciones positivas).

Greenaway señala que si bien la mayoría de los economistas verían los resultados del proceso de globalización (alentado por el intercambio internacional de bienes, servicios y factores de producción) como fundamentalmente benigno en el largo plazo, eso no significa que el ajuste de la globalización no tenga sus costos. Los costos a corto plazo tal vez sean soportados por los factores desplazados, y son éstos los que generalmente terminan siendo el centro de la hostilidad pública hacia la globalización. Si bien el comercio entre empresas independientes, la migración de trabajadores y las inversiones transfronterizas son los impulsores de la globalización, las inversiones transfronterizas son las más visibles, lo que quizás explica por qué la hostilidad pública a la globalización se manifiesta como hostilidad hacia las transnacionales.

Investigando los efectos derivados

Según la teoría, señala Greenaway, las transnacionales instalan en el exterior fábricas de producción, en lugar de exportar directamente y/o dar licencias de su producción o tecnología, y la explicación más convincente de esto es el énfasis en la coexistencia de cierta forma de reconocimiento de la propiedad conferida por las patentes y las fallas del mercado en la protección de ese reconocimiento. En general, de acuerdo a la teoría, entre otros elementos, las transnacionales tienen ventajas específicas ante ciertas empresas, los que pueden estar relacionados con los métodos de producción que utilizan, la forma en que organizan sus actividades y la forma en que comercializan sus productos y servicios. Y una vez que han establecido una filial en el exterior, tal vez no puedan impedir que algunos de los beneficios de esas ventajas lleguen a las empresas locales a través de la imitación, la movilidad laboral, la competencia o que las empresas locales aprendan los procesos de exportación.

Ese beneficio tiene el potencial de aumentar la productividad y su explotación puede estar relacionada con las características estructurales de la economía receptora, en particular la "capacidad de absorción" del país receptor. A partir del estudio de 31 casos, Greenaway concluye que "hay una mezcla de resultados empíricos sobre la presencia de efectos derivados positivos". La mayoría analizó la existencia de tales efectos derivados en un marco econométrico en el cual la productividad laboral o la productividad de los factores totales de las empresas nacionales se contrae en una serie de variables independientes que se supone afectan a la productividad.

Varios estudios anteriores que encontraron efectos derivados positivos, utilizaron datos industriales agregados transectoriales, mientras que otros estudios posteriores, que utilizaron tablas de datos por empresas que pueden ofrecer un vínculo de causa, encontraron efectos negativos o ningún efecto estadístico significativo. La investigación que hizo Greenaway sobre la literatura existente dio como resultado 12 estudios que no encontraron efectos estadísticos importantes de las transnacionales en la productividad nacional, y otros 16 que informaron de resultados estadísticamente significativos.

No obstante, como señalaron Holger Gorg y Eric Strobl (en Economic Journal, Vol. 111, 2001), el análisis transeccional de datos puede conducir a resultados tendenciosos, ya que el diseño de la investigación podría afectar el que se encuentren o no efectos derivados, mientras que los estudios de tablas especiales que utilizan datos de una empresa –en lugar de a nivel de la industria-, parecen ser más apropiados para juzgar la verdadera extensión de los efectos derivados de la productividad.

Solo dos estudios (sobre el Reino Unido y Rumania), que utilizan datos a nivel de industria y por lo tanto datos a nivel de empresa, encuentran resultados positivos. El estudio del Reino Unido también utiliza datos a nivel de la industria y por lo tanto datos agregados subóptimos sobre empresas heterogéneas. Surgen algunos efectos derivados positivos cuando las transnacionales se instalan en una economía para sacar ventaja de su estrategia de sustitución de importaciones, mientras que las que se instalan en el rubro exportaciones no parecen tener tal repercusión. Al investigar la literatura sobre efectos derivados en la productividad, los salarios y la evidencia empírica de efectos derivados al interior de la industria, Greenaway dice: "En general, hay escasa evidencia que apoye la presencia de efectos derivados positivos. La mayoría de las obras no los encuentra e incluso en algunos casos se informa de efectos derivados negativos a nivel agregado. También están mezcladas las pruebas sobre efectos derivados en los salarios y las exportaciones". No obstante, los estudios que desagregan los datos encuentran cierta evidencia de efectos derivados en empresas que tienen cierto nivel de capacidad de absorción. Pero son necesarios más estudios para determinar los factores que permiten que las empresas locales creen esa capacidad, tal como el acceso al financiamiento para inversiones, capital humano y experiencia en administración.

En general, señala Greenaway, los determinantes precisos del crecimiento económico todavía están lejos de ser conocidos, tanto en la teoría como en la literatura empírica. La mayoría de las autoridades que deciden las políticas comprenden esto y ven la promoción de inversiones como una prioridad. Más que como a una cantidad de inversión nacional equivalente, la mayoría de los gobiernos verían en la inversión extranjera directa el potencial de tener efectos derivados sobre la productividad de los factores totales. Se considera que las empresas extranjeras tienen más capacidad en materia de tecnología y/o administración que las empresas locales. Y esta percepción, agregada a la opinión de que las transnacionales tienen efectos derivados potenciales en las empresas nacionales, explica por qué la atracción de inversiones se ubica en un sitial tan importante de la lista de las prioridades políticas de varios gobiernos. En general, la evidencia del papel de las medidas de política para influir en el nivel y composición de la IED parecería sugerir que, en general, la intervención debería estar dirigida en gran medida a brindar un entorno económico sólido: políticas de educación y capacitación que apunten a mejorar la formación general, políticas en materia de tecnología enfocadas al desarrollo de conglomerados, y políticas de inversión pública que apunten a desarrollar redes de transporte y comunicación eficientes y confiables.

No obstante, la evidencia de efectos derivados no es alentadora, ya se trate de economías en desarrollo, desarrolladas o en transición, y hay poca evidencia en apoyo de la presencia de efectos derivados.

Hasta la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales, los TRIM podían ser utilizados como métodos legales o extra legales para alentar efectos derivados positivos y hubo una proliferación de ellos en los países en desarrollo. Pero los acuerdos de la Ronda Uruguay proscribieron el uso de unos cuantos y dejaron sentado una gama de requisitos de información. Varios, en particular los requisitos de contenido local, deben ser suprimidos. Según el estudio, son las "segundas mejores" medidas y el escaso trabajo que se ha hecho en ellas no ha logrado establecer un vínculo directo entre su presencia y la transferencia de tecnologías útiles. Sin embargo, "esto parece ser porque varias de las medidas son difíciles de especificar con precisión y difíciles de monitorear, y también porque en la práctica, son más importantes las políticas más generales (para promover los efectos derivados)".




Tercer Mundo Económico
Red del Tercer Mundo - Third World Network 
Secretaría para América Latina:  Jackson 1136, Montevideo 11200, Uruguay
Tel: (+598 2) 419 6192 / Fax: (+ 598 2) 411 9222
redtm@item.org.uy - www.redtercermundo.org.uy