Actualidades / Propiedad intelectual
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No. 156 - Mayo 2002
Conferencia de OMPI
Un régimen de patentes "talle único" no sirve a todos
por
Martin Khor
Varios participantes de una conferencia organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) del 25 al 27 de marzo expresaron su preocupación por la creciente convergencia hacia normas de patente estrictas en todo el mundo y subrayaron la importancia de permitir a los países flexibilidad para determinar normas de patente según los diferentes niveles de desarrollo y las distintas interpretaciones de patentabilidad.
Los oradores de una conferencia sobre el sistema internacional de patentes subrayaron los problemas resultantes de un régimen de propiedad intelectual "talle único", especialmente con relación a la patente de nuevas tecnologías, y de aplicarlo sin flexibilidad a todos los países, para equilibrar los intereses públicos y privados.
Si no se ofrece flexibilidad y no se adoptan precauciones, el régimen de patentes podría convertirse en un régimen que protege más la inversión que la invención, y se alejará de sus objetivos originales, advirtió Carlos Correa, director del programa de graduación en propiedad intelectual de la Universidad de Buenos Aires. El sistema de patentes, afirmó el experto argentino, se expande ahora a áreas donde no existe ningún proceso inventivo, o donde las patentes se conceden por rasgos triviales, e ignora áreas donde sí existe un proceso inventivo.
Es necesario que el sistema de patentes tenga un enfoque diferencial para países en distintos grados de desarrollo, argumentó Correa, advirtiendo que los actuales intentos de armonización de las disposiciones sobre patentes podrían causar problemas si no se reconoce esta necesidad de flexibilidad.
La conferencia sobre el sistema internacional de patentes, que tuvo lugar del 25 al 27 de marzo, fue organizada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y a la misma asistieron más de 300 funcionarios de oficinas de patentes, diplomáticos, abogados, académicos y ONGs.
Michel Vivant, de la Universidad de Montpellier, Francia, subrayó los diferentes enfoques adoptados con relación a la patentabilidad de nuevas tecnologías, tal como la del caso de los materiales genéticos. También dijo que el instrumento de la patente no puede aplicarse de la misma forma a países en diferentes estadios de desarrollo.
Uno de los participantes de la Conferencia organizada por OMPI dijo que era claro que un régimen de patentes de "talle único" aplicado a todos los países como resultado del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS) de la Organización Mundial de Comercio (OMC) causa problemas, y que el sistema debe cambiar para permitir la necesaria flexibilidad en cuanto a países diferentes, interpretaciones diferentes de la patentabilidad y enfoques diferentes del equilibrio entre intereses públicos y privados.
Mal calce
La sesión plenaria sobre "¿Un único talle sirve a todos? El desafío de las nuevas tecnologías", realizada el 27 de marzo, fue una de las que contó con mayor asistencia. Correa se centró en cómo las nuevas tecnologías han ocasionado problemas en el sistema de patentes. El académico de la Universidad de Buenos Aires dijo que había un crecimiento explosivo en la cantidad de patentes en Estados Unidos y esto en parte se debía a la creciente flexibilidad en cuanto a lo que allí se considera patentable. Por ejemplo, señaló, el sistema de patentes está absorbiendo muchos inventos triviales.
Otro escollo es el tratamiento del trabajo basado en materiales que existen naturalmente. Es ampliamente reconocido que la patente basada en el aislamiento de las sustancias naturales es cuestionable. Con relación a las secuencias genéticas, las ONG han planteado cuestiones éticas a esas prácticas, y hay un férreo control del mercado de las sustancias, planteando interrogantes sobre el uso de las patentes como herramienta de investigación. Por ejemplo, con relación a las vacunas contra la malaria, hay 35 patentes que afectan el uso de antígenos, y que pueden detener los trabajos de investigación.
Correa también dio varios ejemplos de patentes concedidas en Estados Unidos a softwares de computación, tales como la invención patentada que traduce entre idiomas naturales, determina los límites de las regiones gráficas de una pantalla de un computador, automatiza las correcciones de errores de ortografía como en cierta forma un sistema corrector ortográfico o comprime y manipula imágenes en un computador.
Dijo que algunos sectores maduros han encontrado una oportunidad de tener derechos exclusivos sobre los métodos comerciales, lo cual es muy controvertido y dio origen a tensiones.
El experto argentino también dio ejemplos de la concesión de patentes triviales, tales como un método para el golf que marca el calce de la mano dominante del jugador de manera que pueda mejorar el control de la velocidad y dirección del tiro.
Estos escollos han influido en el sistema de innovación acumulada y el sistema de patentes.
Las compañías con recursos tecnológicos pueden utilizar el sistema de patentes para ganar ventaja y pueden lanzar una ofensiva. Se han diseñado nuevas estrategias en materia de patentes, como el "amurallamiento" (donde una serie de patentes, ordenadas de cierta forma, bloquean ciertas líneas de direcciones de investigación y desarrollo) y el "blanqueo" (donde un sector es convertido en un campo de minas de patentes, colocadas a cada paso de un proceso de fabricación).
Correa concluyó que si hay una acción en el sentido de una mayor armonización del sistema de patentes, el sistema debe ser ajustado de manera que beneficie a todos. Ahora el sistema se expande a sectores donde no hay un proceso de invención o donde se conceden patentes por cualquier cosa, incluso a medida que el sistema ignora sectores en los que hay un paso inventivo. Hay un problema con la concesión de patentes de baja calidad, especialmente en Estados Unidos.
El experto argentino añadió que los países desarrollados habían aplicado diferentes normas de patentes en diferentes épocas de su historia. Comparado con ellos, los países en desarrollo actualmente han adoptado normas más estrictas. Esto plantea problemas, ya que obviamente un talle único no sirve a todos, dijo Correa, quien citó un informe del Banco Mundial de 2001, que concluye que los países desarrollados deberían reconocer que los países en desarrollo necesitan tener normas de propiedad intelectual más flexibles que las de los países desarrollados, que el Acuerdo sobre TRIPS ofrece flexibilidad en varios sectores y que los países en desarrollo deberían tener la oportunidad de actuar en los límites más bajos si eso es en bien de sus intereses de desarrollo.
Correa también estableció que es necesario que haya un trato diferenciado para países diferentes. Según algunos países, es necesario adoptar normas de propiedad intelectual más elevadas, pero entonces esas normas más elevadas tal vez no actúen en beneficio de todos. Añadió que por el solo hecho de que se concedan más patentes, eso no significa que la sociedad se beneficie más. Es necesario asegurar la calidad elevada de las patentes concedidas.
Correa concluyó que el proceso de armonización debería tener cabal cuenta del ajuste necesario, para asegurar el cumplimiento del objetivo original de las patentes. "Necesitamos evaluar el impacto de esos procesos de armonización, para estudiar la dimensión legal y las consecuencias socioeconómicas en los países en desarrollo", afirmó.
Repensando el modelo convencional de patentes
Michel Vivant dijo que las patentes aplicadas a las nuevas tecnologías (biotecnología y tecnología de la información) es un sector muy controvertido. Por ejemplo, los genetistas no están de acuerdo si las secuencias de genes representadas por una serie de letras son una imagen o hay realmente información contenida en ellas.
Vivant también planteó el interrogante de si es necesario repensar el sistema de patentes convencionales, y cómo podría abordarse ese tema.
Un tema clave es: ¿qué se considera una "invención"? Lo que en algunos países se consideran invenciones, en otros resultan descubrimientos y no son patentables. No hay una línea formal entre el descubrimiento y la invención en Estados Unidos y los países europeos. Señalando que no hay un criterio específico para la "invención", Vivant preguntó si habría que repensar el concepto de qué es una invención.
El experto francés también preguntó si el modelo de patentes convencionales es todavía viable, y expresó que hay una ampliación de lo que se considera patentable. ¿Es posible ampliar las patentes a un sector tan extenso, en el contexto actual? Vivant señaló que algunas personas dicen que no; otras, especialmente en el Acuerdo sobre TRIPS, argumentan que se puede conceder patentes en todos los campos de la tecnología. Esta frase en el Acuerdo sobre TRIPS demuestra que no hay límites tecnológicos. Por lo tanto, deben haber patentes en todas las áreas tecnológicas, pero la ampliación del régimen de patentes nos deja en una situación en la cual el modelo convencional ya no es viable, expresó.
Citando el debate sobre qué constituye un proceso inventivo en los casos de la medicina y la tecnología de la información, Vivant manifestó que no estaría bien abandonar las normas tradicionales. "Si hay que patentar nuevas invenciones, deben cumplir el criterio normal".
Citando el caso de qué constituye una invención en el sector de la biotecnología, Vivant dijo que es una pregunta interesante la de si puede haber un único modelo o no, y que la cuestión del modelo convencional podría ser revisada.
Con relación a las relaciones Norte-Sur, Vivant dijo que el instrumento de las patentes no puede aplicarse de la misma forma a países en distintos estadios de desarrollo, por lo que nuevamente se plantea la pregunta de si debería haber un modelo único. Concluyó que las patentes pueden sobrevivir al siglo XXI, pero preguntó si podemos adaptar el modelo en lugar de tener que habérnosla con él con relación a la biotecnología y la tecnología de la información. El sistema de patentes debería respetar el equilibrio de intereses existentes en la sociedad y también los factores que intervienen en las relaciones Norte-Sur.
Un participante comentó que después de haber escuchado a los oradores, quedaba claro que un tamaño único no le queda bien a todos, y que es necesario que el sistema de patentes tenga flexibilidad para tomar en cuenta tres factores: las diferentes capacidades de los países, las diferentes interpretaciones acerca de qué es una invención y qué es un descubrimiento, y diferentes enfoques de qué es un equilibrio apropiado entre el interés privado de los titulares de patentes y los intereses públicos de los consumidores, empresas pequeñas y países en desarrollo.
El camino hacia la armonización, dijo el participante, podría causar problemas ya que no hay un acuerdo por el momento, por ejemplo, en por qué los microorganismos y los procesos microbiológicos tienen que ser patentables conforme al Acuerdo sobre TRIPS, y también hay conflictos entre los enfoques adoptados por Acerdo sobre TRIPS y el Convenio de Biodiversidad. Si se lleva a cabo de manera inadecuada, la armonización podría llevar a constreñir las flexibilidades.
Otro participante comentó que de las intervenciones detectaba que hay dificultades que surgen de la utilización del sistema de patentes por nuevas tecnologías y es difícil aplicar el mismo criterio a todos los países dada la diferencia en el desarrollo. Por lo tanto, debería haber caminos paralelos, incluso el establecimiento de sistemas sui generis para tecnologías nuevas o conocimientos tradicionales.
En respuesta, Correa expresó que con relación al Artículo 27.3(b) del Acuerdo sobre TRIPS (que permite el patentamiento de formas vivas y procesos naturales), era importante darse cuenta que si bien existe un requerimiento para justificar algo como invención para que sea patentable, no hay definición sobre qué es una invención, de manera que hay flexibilidad para definirla, y esta flexibilidad debería ser mantenida.
Correa advirtió que existe el riesgo de que el sistema de patentes se convierta en un sistema que protege las inversiones más que las invenciones. "Si tomamos ese camino, nos alejaremos del objetivo original de brindar incentivos al inventor", concluyó el experto.
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