Instituciones Financieras Internacionales
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Nº 209 - octubre 2006
Carta al Banco Mundial y al FMI del coordinador de Social Watch
por
Roberto Bissio
Señor Rodrigo de Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional
Señor Paul Wolfowitz, presidente del Banco Mundial
Estimado Sr. Rato, estimado Sr. Wolfowitz,
En pocas horas estaré tomando un avión a los efectos de participar en la asamblea anual de las instituciones financieras internacionales que ustedes presiden. En varias oportunidades en el pasado he participado en dichas asambleas como representante de la sociedad civil. Sin embargo, viajar hoy no es una ocasión agradable u honorable para mí, debido a las dudas en cuanto a si seré bien recibido por el país anfitrión, sobre las posibilidades de llevar adelante mi trabajo como observador de la asamblea y comprometerme en diálogos significativos con las autoridades financieras del mundo, y por último, pero no menos importante, mi propia seguridad.
Como seguramente ustedes saben, varios colegas de organizaciones no gubernamentales y un periodista, todos debidamente acreditados para participar en la asamblea han sido deportados por el país anfitrión o se les ha negado autorización para ingresar, en una decisión unilateral y arbitraria de las autoridades locales, en una violación flagrante del acuerdo con el país anfitrión.. He oído que ustedes han protestado por estos procedimientos, pero estoy sorprendido por su inhabilidad para asegurar la integridad de la asamblea que ustedes presidirán. Cada una de las miles de personas participantes en la asamblea anual tiene un rol, ya sean ministros de finanzas, miembros de los gobiernos, periodistas o modestos delegados de organizaciones de la sociedad civil. Si uno solo de ellos es impedido de ingresar, todo el sistema es cuestionado. Si una voz es silenciada o amenazada hoy, quien puede asegurar que cualquier persona, incluidos ustedes, hablará libremente mañana, cuando las decisiones claves que afectarán a millones de personas viviendo en la pobreza sean tomadas?
Dado el grave daño a la credibilidad de sus organizaciones que significa el incumplimiento del acuerdo con el país anfitrión, estoy convencido de que deben considerar posponer la totalidad del evento y trasladarlo a un lugar más conveniente. El inconveniente sería menor comparado con el poderoso mensaje que ese gesto transmitiría en defensa de la democracia y los derechos humanos. Ustedes tendrían la oportunidad de corregir el error de haber recomendado como “amigable para los negocios” a un país donde los derechos básicos no son respetados y donde ni siquiera el compromiso asumido con ustedes de tratar a sus invitados con respeto tiene más valor que el papel donde fue firmado. ¿O ustedes permitirán, inclusive alentarán, al público a pensar que lo que es bueno para los negocios puede no ser bueno para los ciudadanos comunes? Esa confianza y cumplimiento de las reglas, que se supone debería ser la base de las finanzas sólidas, ¿puede ser abiertamente violada en la cara de las propias instituciones que tienen la confianza del público internacional en asuntos financieros?
He sido invitado a acompañar un boicot y a no participar de sus asambleas. Me rehúso a hacerlo, ya que la razón para participar es precisamente, el lanzamiento público del informe Social Watch 2006 sobre la arquitectura financiera internacional, que presenta la investigación de coaliciones de ciudadanos de mas de 50 países, sobre cómo la arquitectura financiera global no está funcionando para los pobres y cómo rediseñarla. Mientras mi inclinación personal es a acompañar a mi coalición y a los colegas periodistas que están sufriendo la persecución política, mi obligación es dar voz a las preocupaciones de los grupos de ciudadanos que me mandataron para presentar a ustedes los resultados de sus investigaciones y discutirlas con los representantes de vuestras organizaciones. No hacerlo agregaría autocensura a la censura que ya está teniendo lugar y sobre la que creo (y no ingenuamente, espero) que ustedes todavía tienen el tiempo y el poder de evitar.
Quisiera finalizar esta carta deseándoles éxito en la agenda relevante y sustancial de las reuniones de la Junta de Gobernadores en los próximos días, que es la tarea histórica de ayudar a salir de la pobreza a millones de mujeres y hombres. Para que esta tarea resulte exitosa, es necesaria vuestra acción inmediata para asegurar que sus propias reglas y credibilidad sean respetadas.
Hacerlo les dará el reconocimiento de incluso sus críticos más severos. Ser vistos como cómplices de la censura no les hará a ustedes ni a las instituciones que presiden ningún favor.
Cordialmente,
Roberto Bissio
Coordinador Social Watch
Montevideo, 14 de setiembre de 2006
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