Nº 208 - setiembre 2006

Mercosur prepara propuesta de reforma del FMI

por María José Romero

En momentos que el FMI estudia en Washington propuestas de reforma con vista a la Reunión Anual de Singapur en setiembre, los países del Mercosur coordinan una posición común para presentar en la Asamblea. Desde ya, los gobiernos son conscientes de la resistencia que generan sus propuestas.

La cancelación anticipada de la mayor parte de la deuda que los países del Mercosur tenían con el Fondo Monetario Internacional (FMI) los coloca ahora en una posición de fuerza al momento de plantear sus cuestionamientos al organismo. Previo a la Reunión Anual del FMI-Banco Mundial, que tendrá lugar del 14 al 20 de setiembre en Singapur, los ministros de Economía del Mercosur se reunirán en Río de Janeiro para unificar su posición.
La ministra de Economía de Argentina, Felisa Miceli, adelantó los planes del bloque regional en un seminario organizado en Buenos Aires por su Ministerio sobre “Desbalances Globales y Arquitectura Financiera Internacional”. Este encuentro contó con la presencia de los economistas Jan Kregel, de las Naciones Unidas, y Ariel Buira, director de la Secretaría del G-24.
“El FMI debería dejar de ser parte del problema para pasar a ser parte de la solución”, afirmó Miceli, reeditando un concepto que ella misma y su antecesor, Roberto Lavagna, utilizan para referirse al rol que el FMI desempeñó en Argentina.
En su presentación, al cierre del seminario, Miceli adelantó que en la próxima reunión anual del FMI, a celebrarse en Singapur en forma conjunta con el Banco Mundial, Argentina reclamará que este organismo oriente sus supervisiones de la economía mundial al crecimiento sostenido y la situación social de los países miembros, y no exclusivamente a las cuentas fiscales y al ajuste.
La ministra aseguró que “se necesita un cambio en el FMI para reflejar mejor la presencia de los países en desarrollo en la economía mundial”. Para ello reclamó también que se modifique la fórmula de cálculo de las cuotas que aportan los países socios. Según explicó, deberían fijarse no sólo por el tamaño actual de las economías sino por la paridad del poder adquisitivo de las naciones. La reforma del FMI debe ser “profunda, no cosmética ni sólo de las cuotas”, señaló.
Miceli propuso también que el FMI comience a liberar líneas de préstamos contingentes de desembolso automático frente a situaciones de crisis, pero admitió que su propuesta dejaría sin efecto las condiciones que hoy en día el organismo multilateral impone a cambio del financiamiento. El FMI debe volver a ocupar su papel de “prestamista de última instancia”, subrayó. Las condicionalidades sólo consiguen agudizar la situación de los países que reciben financiamiento.
Otra iniciativa que llevará el bloque es que el FMI oficie como una suerte de proveedor de garantías para títulos públicos que emitan los países, lo cual reduciría las tasas de interés de esas colocaciones.
Sin embargo, la ministra argentina reconoce que todas sus ideas generan fuerte resistencia en el staff del FMI, que continúa sin revisar su posición a pesar de los errores sistemáticos de los últimos años.
En la misma situación que los gobiernos del Mercosur se encuentran los países Africanos (Ministers Seek More Powers in IMF/World Bank - http://allafrica.com/stories/200608071148.html), quienes también estudian una posición común, a presentar en Singapur, en relación a la reforma del sistema de cuotas para conseguir una mayor representación en el organismo.
Por su parte, desde la sociedad civil diversas organizaciones llaman a manifestar contra el FMI y el Banco Mundial durante la próxima reunión anual de Singapur, realizando seminarios y eventos paralelos. Según un documento de consenso divulgado por la organización Focus on the Global South (Bangkok), el FMI se encuentra quizá en su estado más vulnerable en muchos años (Ver documento completo: “El FMI: reducirlo o hundirlo - Declaración de consenso y documento estratégico” www.choike.org/nuevo/ifis/informes/444.html).
El FMI atraviesa una triple crisis –crisis de legitimidad, crisis presupuestaria y crisis funcional– sin precedentes en sus 62 años de vida. Estas circunstancias le brindan a los críticos de la institución la oportunidad de cambiarlo radicalmente y quitarle poder, cuando no desarticularlo por completo. En caso de no ser aprovechada la coyuntura, esta oportunidad podrá pasar rápidamente y se podrían llegar a dar las circunstancias para que el FMI resultara revigorizado y salvado.

----------------- María José Romero es politóloga e investigadora de Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) en el Instituto del Tercer Mundo (ITeM).