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Nº 207 - agosto 2006

Ronda de Doha de la OMC

Consejo General sólo “toma nota” de suspensión de negociaciones

por Martin Khor

El Consejo General de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se reunió el 27 de julio, no adoptó una decisión formal sobre la suspensión de las negociaciones de Doha. El presidente simplemente “tomó nota” de las declaraciones que el director general, Pascal Lamy, y las delegaciones realizaron sobre el tema.
Se había esperado que el Consejo General de la OMC adoptara una decisión formal sobre la suspensión de las negociaciones de Doha, propuesta por el director general en una reunión informal del Comité de Negociaciones Comerciales el lunes 24 de julio.
Al final de esa reunión informal, hubo un acuerdo implícito de miembros de la OMC de que se suspenderían las negociaciones de Doha, pero se esperaba que eso se confirmara a través de una decisión formal del Consejo.

En la reunión del Consejo del 27 de julio, la propuesta de suspender las conversaciones fue el primer tema discutido en el orden del día bajo el punto “Informe del Presidente del Comité de Negociaciones Comerciales”.
Después de un resumen brindado por Lamy, hablaron varias delegaciones y algunas pidieron que la declaración que habían realizado en la reunión del 24 de julio fuera incluida en los registros de la reunión del Consejo.
Según fuentes diplomáticas, al final del debate sobre este punto del orden del día, el presidente del Consejo General, el embajador de de Noruega Eirik Glenne, dijo que había escuchado varios puntos de vista acerca de cómo debería interpretarse la suspensión de las conversaciones. Tomó nota de la declaración de Lamy y los comentarios de las delegaciones.

No hubo más intervenciones de los miembros en este tema, y la reunión procedió al tema siguiente, cuestiones pendientes relativas a la aplicación.
Fuera de la sala de reuniones varios diplomáticos especulaban sobre lo de “tomar nota” del presidente del Consejo y la falta de toma de decisiones del Consejo.

El embajador de un país dijo que el Consejo General no adoptaría una decisión de suspender las conversaciones porque, de hacerlo, entonces el Consejo tendría que adoptar otra decisión para que las conversaciones se reanudaran. Esto podría ser motivo de problema en el caso de que algunos miembros no estuvieran a favor de la reanudación de las conversaciones, expresó el diplomático. Es por eso que algunos pensaron que era mejor no tomar una decisión, ya que esto ofrecería “flexibilidad” al proceso de reanudación de las conversaciones.
Sin embargo, según otro diplomático de experiencia, parecería que Lamy había querido derivar al presidente del Consejo General la tarea de adoptar una decisión. Pero el presidente del Consejo no había querido asumir la responsabilidad de la adopción de una decisión, por lo que meramente tomó nota de todas las declaraciones efectuadas, incluso la de Lamy.
Otro diplomático destacó que podría haber dudas acerca de si había una base legal para la suspensión de las negociaciones cuando se realizaron, y que por lo tanto podría ser un problema si el Consejo adoptara formalmente una decisión sobre la suspensión para legitimarla.
Según su opinión, había habido un intento por parte de Lamy y Glenne de derivar al otro la responsabilidad de haber suspendido las conversaciones.
Un analista de comercio independiente, quien ha observado y analizado las negociaciones del GATT y la OMC durante muchos años, señaló que éste era el último ejemplo de la “forma en que funciona el sistema de la OMC que se dice basado en las normas pero que no sigue las normas de procedimiento”.
La razón de disponer que el Consejo General no adoptara una decisión formal es que para Lamy y los principales países sería más fácil maniobrar para reanudar las conversaciones cuando creyeran que la ocasión es propicia, sin tener que conseguir el acuerdo de todos los miembros, opina el analista.

Muchos diplomáticos estuvieron de acuerdo en que, de hecho, la suspensión de las conversaciones ya ocurre, y que esto fue una movida política. Después de la conclusión del presidente sobre el punto de la agenda, ninguna delegación planteó interrogantes en cuanto al estado de la suspensión, porque “nadie quería hacer olas, o aparecer como en desacuerdo con la suspensión”, comentó un diplomático.

En su declaración, Lamy se refirió al informe que había presentado en la reunión informal del 24 de julio del Comité de Negociaciones Comerciales, en el cual refería los recientes acontecimientos, y a su recomendación de “suspender las negociaciones de toda la Ronda en su conjunto”.
“No propongo nuevos plazos o fechas para la reanudación de actividades en los grupos de negociación ni creo que actualmente sea posible. Claramente, la pelota está en la cancha de los miembros. Suspender las negociaciones significa que el avance logrado hasta ahora sobre los diversos elementos de la agenda de negociaciones queda en suspenso hasta la reanudación de las negociaciones”, dijo.

“En nuestra reunión del lunes, mi recomendación fue aceptada con pesar. Hubo muchas expresiones de descontento, pero las delegaciones también reafirmaron las razones por las cuales la Ronda es importante para el desarrollo y muchos señalaron la importancia sistémica de la OMC. De la discusión del lunes resulta claro que nadie desea abandonar nuestro esfuerzo colectivo. Es tiempo de pensar con calma, y no de hacer diplomacia con megáfono. Exhorto a todos los miembros a evitar el conocido juego de echarse las culpas”, añadió.

Lamy expresó que continuaría sus contactos con los participantes a todo nivel y que estaría a disposición de todos los miembros. “Pueden contar conmigo para hacer todo lo que pueda para mantener alta la presión de modo que el movimiento político permita una reanudación de las negociaciones. Sin embargo, esto debe provenir de ustedes, los Miembros”, afirmó.

Luego de la declaración de Lamy, hubo varias intervenciones referidas al reciente giro de los acontecimientos. Numerosos países en desarrollo y sus grupos expresaron que lamentaban la suspensión de las negociaciones. Pidieron más detalles acerca de cómo podrían reanudar las conversaciones, y pusieron énfasis en la necesidad de un proceso participativo que abarque a todos los miembros, y no sólo a algunos selectos.

El grupo Asia-Caribe-Pacífico (ACP), representado por el embajador de Mauricio Baboo Servansing, declaró que el grupo lamenta profundamente el revés de las negociaciones. Hace cinco años, los miembros de la OMC lanzaron la Agenda de Doha para el Desarrollo y la suspensión de la Ronda implica que todas las promesas de desarrollo deben quedar suspendidas.

“Los países de la ACP, a pesar de sus magras capacidades y recursos, han invertido mucho en las negociaciones de Doha; por lo tanto, estamos profundamente frustrados por la situación actual”, expresó Servansing.
El Grupo ACP también buscó aclaraciones de Lamy acerca de su propuesta de suspender las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo: ¿El director general tiene intenciones de iniciar consultas con más miembros con miras a definir el alcance exacto de esta suspensión? ¿Cuál sería la extensión de esta suspensión? El director general también debería comprometerse a celebrar consultas multilaterales para definir claramente todos los parámetros de esta “suspensión”.
El Grupo también recalcó que las Modalidades preliminares sobre la Agricultura y el Acceso a los Mercados para los Productos no Agrícolas, que se están estudiando, deberían seguir siendo la base de las negociaciones y deberían ser el punto de partida cuando se reanuden las negociaciones.
También subrayó que el proceso multilateral, que implica enfoques de acumulación progresiva y transparente, debería seguir siendo la base de las negociaciones. Tampoco debería haber intentos por redefinir “el todo único” (single undertaking), que es arte y parte del equilibrio logrado en Doha.
El Grupo de Africa, representado por el embajador de Benin Samuel Amehou, expresó que era amargo reconocer que las negociaciones están actualmente suspendidas debido a la falta de movimiento y flexibilidad de algunos grandes actores del comercio internacional. Hay consecuencias que son económicas, financieras y sociales.
Las expectativas del Grupo acerca de la contribución que podría hacer la Ronda al desarrollo siguen siendo muy ambiciosas. Es por eso que el Grupo de Africa todavía no comprende por qué se detuvo el proceso de negociación. El Grupo de Africa está profundamente conmocionado.

Los países en desarrollo y los países menos adelantados son quienes más sufrirían por la prolongación de la Ronda de Doha y sería un desperdicio tener una suspensión efectiva e indefinida de la Ronda.
El Grupo de Africa citó los siguientes problemas que podrían resultar del incumplimiento de los compromisos de Hong Kong: la continuación de las políticas de los países desarrollados de apoyo interno en la agricultura; los desastrosos efectos de continuar con las subvenciones a las exportaciones y el apoyo interno al algodón por parte de algunos países desarrollados; las graves consecuencias de no aplicar la decisión sobre la condición de libre de derechos y de contingentes para los productos originarios de los países menos adelantados; la no adopción del programa de Ayuda para el Comercio.
El Grupo de Africa pidió que las negociaciones comenzaran nuevamente después del receso de verano de manera que las preocupaciones de los países miembros en desarrollo y en particular los menos adelantados (PMA) puedan continuar siendo examinadas y recibir un tratamiento adecuado.

Recalcó que el proceso de consulta para la reanudación de las negociaciones debe involucrar a todos los grupos de la membresía de la OMC y no debería estar limitado a un grupo restringido de miembros. El proceso de negociaciones no debería ser tomado como rehén por algunos miembros. De la misma forma, las decisiones tendrán que ser tomadas por el consenso entre todos los miembros, ya sea sobre el proceso o la sustancia.

Por lo tanto, el Grupo de Africa exigió estar estrechamente asociado con todas las etapas de las negociaciones cuando el trabajo comenzara nuevamente, en especial en la medida que Africa no tiene un representante en el Grupo de los Seis. Así, las consultas tendrán que ser verdaderamente participativas y transcurrir en un espíritu de búsqueda de soluciones reales a los problemas y bajo nuevas condiciones.

El Grupo de Africa exhortó que se comenzara a trabajar nuevamente en setiembre, sobre la base de diversos textos presentados por los miembros de la OMC y los informes presentados por los presidentes de los diversos organismos de negociación, en especial Agricultura y Acceso a los Mercados para los Productos No Agrícolas.

El embajador de Venezuela Oscar Carvallo manifestó que el Consejo General estaba por adoptar una decisión importante. La suspensión de las negociaciones de Doha es de un carácter totalmente nuevo, ya que implica establecer un precedente para el futuro. Es por eso que la forma y los parámetros que deben decidirse para la suspensión deben ser sopesados cuidadosamente.

Venezuela expresó que era importante reflexionar acerca de lo que la prensa ha llamado el colapso de la Ronda de Doha. Lo que fracasó es el proceso “mini ministerial” y el proceso del Grupo de los Seis, así como los esfuerzos por separar el “todo único” priorizando algunos aspectos.

Venezuela preguntó qué quedará de lo que se logró hasta ahora, en términos de los documentos de los presidentes de los grupos de negociación que, con todos sus defectos, son los resultados de un proceso de acumulación progresiva. Ese proceso es el que todavía no ha fracasado, es el que ha logrado resultados, es el que nos permitirá avanzar si estas negociaciones comienzan nuevamente. Cuando las negociaciones se reanuden, es desde allí que tendremos que partir.
Agregó que es necesario definir la forma de la decisión a ser adoptada. Específicamente, ¿cuál es el significado de “renovación de la negociación” cuando estén dadas las condiciones de negociación de la manera que se exigen? ¿Quién decide que eso es así, cuál es la clave para la reanudación?

Para Venezuela, en la medida que es el Consejo General el que toma esta decisión de suspender las negociaciones, también deberá ser este Consejo, o un órgano superior a él, el que tome la decisión de reanudarlas. Solicitó que este punto se exprese claramente en el lenguaje de la decisión a ser tomada.

Venezuela también puso énfasis en que la suspensión no debería permitir una modificación del mandato de negociación ya que esto no crearía una atmósfera de negociación propicia. Pidió saber por adelantado el lenguaje exacto propuesto para adoptar la decisión.

El embajador de Brasil Clodoaldo Hugueney tomó nota de la recomendación de Lamy para suspender las negociaciones de la Ronda en su totalidad. “Lamentamos que esto se torne inevitable, pero es lo correcto bajo estas circunstancias”, manifestó.
“Este es un momento triste para la OMC. Quedamos con un sentimiento de congoja por las oportunidades perdidas para la reforma y liberalización del comercio. Debemos ahora superar nuestra perplejidad y prepararnos para la eventual reanudación de las negociaciones. Contamos con la energía, decisión y sentido de equidad del director general para ayudar a poner el proceso en marcha nuevamente. Pero la responsabilidad principal está en manos de los miembros”, dijo.
“En el camino que tenemos por delante, Brasil expresó que, en primer lugar debemos aspirar a reanudar las negociaciones en el corto plazo, y no en el largo plazo. En segundo lugar, debemos preservar el acquis de la negociación. Debemos construir fuerza política para aplicar plenamente el mandato de Doha, el Marco de julio y la Declaración de Hong Kong, que siguen siendo las bases de nuestro esfuerzo negociador. Rebajar los objetivos de negociación para adecuarlos al grado de compromiso político que nos llevó a este estado de cosas, no es una opción”.

Cualquier “camino fácil” engañoso, a expensas de los países en desarrollo, no será aceptable para Brasil.
“Además del mandato, debemos preservar lo que ya tenemos. Una cantidad considerable de trabajo técnico y político se refleja en las propuestas de negociación. Son las únicas bases sólidas para futuras negociaciones. Esperamos que el director general continúe celebrando consultas e informando al Consejo General de manera regular. De nuestra parte, también estaremos observando las formas de hacer avanzar el proceso, en consulta con nuestros socios negociadores. Así como declaró el Grupo de los 20 en su comunicado del lunes, estaremos dispuestos a volver a comprometernos con las negociaciones en cualquier momento”, concluyó el embajador brasileño.

El embajador de Filipinas Manuel Teehankee dijo que su país aceptó la suspensión de las negociaciones quizás como el único camino viable, dada la divergencia de puntos de vista y posiciones.

“Sin embargo, somos de la opinión de que la suspensión de las negociaciones y el periodo de reflexión no pueden ser indefinidos o indeterminados, ya que todos estaremos actuando de manera incoherente con el espíritu en pro del desarrollo y con el mandato de Doha, y cometeremos una injusticia con los esfuerzos que todos hemos invertido en las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo si al final del periodo de reflexión no somos capaces de reanudar las negociaciones y hacer frente decididamente a las difíciles decisiones políticas que es necesario adoptar”, dijo.

Si bien el director general dijo claramente que debe haber suficiente voluntad política y acción de parte de todos los países del Grupo de los Seis que permita reanudar las negociaciones, “no obstante, esta acción y voluntad política también deben provenir de todos los demás miembros de esta organización”, puntualizó.

“Si bien es cierto que los países del Grupo de los 6 son los principales jugadores, esos mismos países deben reconocer que sus intereses individuales de país deben ceder ante la necesidad de preservar la integridad y credibilidad de la OMC como institución y del sistema multilateral de comercio en su totalidad, así como que sus intereses deben rendirse ante los intereses de desarrollo de la vasta mayoría de los miembros que representan los miles de millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.
Filipinas también creía que “todo intento por sacar temas del Programa de Doha para el Desarrollo, cuya resolución debería formar parte del equilibrio general de la ronda y el todo único, debería ser resistido como prematuro e incompatible con el espíritu de la suspensión por un tiempo determinado con fines de reflexión”.

Filipinas recordó que la mayoría de los países en desarrollo convinieron iniciar esta ronda sobre la base de que los desequilibrios existentes y las desigualdades fundamentales del sistema multilateral de comercio se rectificarían en esas negociaciones.
“Por lo tanto, al final del día, para que sea verdaderamente una ronda para el desarrollo, los socios comerciales desarrollados deberían estar dispuestos a aceptar una proporción más pequeña de los beneficios que surgen de las negociaciones del Programa de Doha para el Desarrollo, como forma de compensar los desequilibrios atrincherados y los mayores beneficios y participación que obtuvieron los países miembros desarrollados en rondas anteriores”, dijo el embajador filipino.

El Grupo de los 33 no hizo una declaración en el Consejo General, pero Indonesia, coordinador del Grupo de los 33, pidió que su declaración en la reunión informal del Comité de Negociaciones Comerciales del 24 de julio fuera incluida en el registro de actas.

En esa declaración, el Grupo de los 33 manifestó que siempre había adherido a la opinión de que el sistema multilateral, basado en el comercio justo y normas equitativas, brinda mayores oportunidades para impulsar el desarrollo rural y nacional: “Por lo tanto, es con gran decepción que el Grupo de los 33 señala que, hasta ahora, el necesario adelanto continúa eludiéndonos. Hemos trabajado durante cinco años en un intento por eliminar las distorsiones del comercio agrícola provocadas principalmente por las enormes subvenciones agrícolas pagadas durante décadas por algunos países.

“La excesiva demanda ambiciosa para el acceso a los mercados en los países en desarrollo no puede ser utilizada para justificar la incapacidad de proponer reformas fundamentales en este pilar.
“El Grupo de los 33 países en desarrollo reúne al 75 por ciento de los agricultores pobres y de subsistencia y no puede permitirse ignorar sus preocupaciones en materia de medios de subsistencia y seguridad alimentaria. Como señaló acertadamente el ministro Kamal Nath, estamos aquí para negociar el comercio, no la preocupación en materia de medios de subsistencia de nuestros pueblos. El Grupo de los 33 está dispuesto a abrir sus mercados a los productos agrícolas, no a los productos agrícolas subvencionados.

“El Grupo reafirma su compromiso total con el mandato de Doha. Permanecemos abiertos a esos compromisos tan pronto como haya indicaciones discernibles de los responsables de las mayores distorsiones del mercado mundial, tanto en términos de los que están dispuestos a contribuir para lograr reformas significativas, como sus flexibilidades para establecer un trato especial y diferenciado para los países en desarrollo, verdaderamente efectivo y aplicable.

“No habría que desperdiciar el gran volumen de trabajo técnico realizado en los últimos años y habría que ofrecer una base firme para reanudar nuestro trabajo en cuanto haya indicaciones de mayor flexibilidad por parte de todos. El Grupo expresa su total fe en la unidad del Grupo y está comprometido a esforzarse colectivamente en pro de sus objetivos comunes”, concluye la declaración.




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