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Nª 200-201 enero/febrero 2006

ONG critican resultado de la conferencia de Hong Kong

por Hira Jhamtani

En contraste con las declaraciones de varios gobiernos que celebraron como un éxito la última Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), las ONG que siguieron de cerca las negociaciones la consideraron, casi por unanimidad, un fracaso, en comparación con las metas de desarrollo.

Las ONG –ya sea las que se ocupan del desarrollo, el ambiente o los derechos de los trabajadores– fueron sumamente críticas del resultado de la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que tuvo lugar en diciembre en Hong Kong. Sus juicios varían de “pésimo” y “un desastre para el desarrollo” a “traición”.
También en contraste, la Coalición de Industrias de Servicios, que representa los intereses de multinacionales de servicios de Europa y Estados Unidos, consideró un éxito la reunión, e inmediatamente habló de nuevas negociaciones plurilaterales en varios sectores para que los países en desarrollo abran sus mercados a los gigantes de los servicios.
Africa Trade Network, una red que coordina las actividades de varias ONG africanas, comentó que, en lugar de ser un hito en la “ronda de desarrollo”, Hong Kong fue una plataforma para producir resultados contrarios al desarrollo. La Declaración Ministerial representa “una pérdida para los países africanos, que fueron forzados a ceder en la mayoría de las posiciones que llevaron a Hong Kong. Y cualquier compensación que exista en otras áreas es, en el mejor de los casos, ambigua, y en el peor, engañosa”, afirmó la red.
La pérdida más clara, según Africa Trade Network, fue en los servicios, “porque quedó afectado el derecho (de los países africanos) a elegir qué sectores de servicios abrir y en qué medida, según sus propias necesidades nacionales. El Anexo C sobre servicios permite negociaciones plurilaterales y sectoriales, así como mayor propiedad extranjera en inversiones y subsectores de servicios, y esto ejerce una enorme presión sobre países africanos para que abran subsectores de servicios sensibles a poderosas empresas del Norte”.
Africa Trade Network continúa: “Mediante la adopción de una fórmula suiza sobre el acceso a los mercados para los productos no agrícolas (NAMA), los países africanos serán obligados a realizar drásticos recortes en sus aranceles industriales. Esto provocará más cierres de industrias nacionales, desindustrialización y pérdida masiva de empleo. El texto también prevé la eliminación sectorial de aranceles industriales.
“En materia de agricultura, los intereses africanos han sido ignorados, por ejemplo la necesidad de mecanismos de flexibilidad específicos para los países en desarrollo con topes arancelarios y consolidaciones bajas y homogéneas. La fecha final de 2013 para la eliminación de los subsidios a las exportaciones pierde significado en comparación con los daños causados a los agricultores africanos por medidas de ayuda interna en los países ricos. La ayuda interna en la Unión Europea equivale a 55.000 millones de euros, mientras que los subsidios a las exportaciones equivalen a 3.000 millones de euros. Los países ricos también se crearon una ruta de escape estableciendo que la fecha final sólo se confirmará tras la finalización de las modalidades.
“Todo esto a cambio de un supuesto paquete de desarrollo que está esencialmente vacío. La oferta a los países menos adelantados está muy por debajo de las expectativas. En lugar de la demanda inicial, de acceso consolidado libre de derechos y cuotas a los mercados de los países industrializados para todos los productos de todos los países menos adelantados, la oferta se redujo a una cobertura de productos de 97 por ciento y a una expresión de mejor esfuerzo para hacerla ‘duradera’. Esto significa que los países ricos pueden exceptuar exactamente los productos cuya exportación interesa a los países menos adelantados.
“La propuesta de ayuda para el comercio está básicamente vacía en el mejor de los casos, porque no existe un compromiso para entregar el dinero prometido, y en el peor de los casos, es una ayuda para la liberalización comercial, para que las economías africanas puedan ajustarse a la liberalización forzada.
“Sobre el algodón, no se ha eliminado la principal amenaza a los productores africanos: la ayuda interna en los países industrializados, que destruye el mercado de millones de cultivadores de algodón africanos”.
La Organización de Productores Africanos de Algodón declaró que el resultado de Hong Kong fue tan malo que “todo está por hacerse todavía”. Los productores africanos llegaron a Hong Kong con la esperanza de hallar una solución al problema de los subsidios injustos y distorsionadores del comercio que reciben los productores estadounidenses y europeos. “Lamentablemente, no ha habido ninguna propuesta concreta sobre la solucitud más esencial, la de la eliminación de los subsidios internos de los países industrializados, aunque representan casi 90 por ciento del total de los subsidios estadounidenses al algodón y casi el total de los subsidios europeos”.
Los productores africanos señalaron que los gobiernos no han dado ninguna respuesta concreta al problema. Los productores no aceptarán la decisión de Hong Kong y “no cejarán en su lucha por eliminar los subsidios al algodón de los países ricos”.
La Red del Tercer Mundo opinó que Hong Kong dejó poco para celebrar. El acuerdo para eliminar los subsidios a las exportaciones antes de 2013 no fue suficiente, ya que esos subsidios debieron eliminarse hace mucho tiempo y al menos se debió adoptar el plazo de 2010.
En cuanto al algodón, aunque los subsidios a las exportaciones se eliminarán en 2006, esto constituye sólo una pequeña parte de la distorsión del comercio. No se adoptaron medidas concretas en cuanto a los subsidios internos distorsionadores del comercio, que ascienden a unos 3.800 millones de dólares o entre 80 y 90 por ciento de la ayuda total estadounidense para el algodón. Éste es el principal problema para los cultivadores de algodón de Africa y otras regiones en desarrollo.
Los países menos adelantados, supuestamente defendidos por esta conferencia de la OMC, obtuvieron mucho menos de lo que se les había prometido. La decisión sobre el acceso a los mercados de los países ricos libre de derechos y cuotas tiene una vía de escape, porque establece que los países con dificultades en ofrecer tal acceso podrán brindarlo sólo para 97 por ciento de los productos. Esto permite a los países industrializados seguir protegiendo sus “productos sensibles” en los que los países menos adelantados tienen ventaja de exportación, por ejemplo los textiles y la indumentaria de Bangladesh y el arroz de Camboya. Tampoco hubo avances en cuanto a muchas otras propuestas sobre trato especial y diferenciado.
“El peor acuerdo fue el de servicios y NAMA (productos no agrícolas). El texto sobre servicios, que no obtuvo un consenso en Ginebra y fue muy disputado en Hong Kong, inclinó las modalidades del GATS en la dirección requerida por la Unión Europea y otros miembros industrializados. La contrapropuesta formulada por más de 100 países en desarrollo no se reflejó en la Declaración Ministerial y como resultado esos países estarán sujetos a presiones de liberalización en 19 amplios subsectores de servicios”, declaró la Red del Tercer Mundo.
“Sobre NAMA, la adopción de la fórmula suiza puede ser devastadora para las perspectivas de desarrollo industrial de países en desarrollo”, afirmó.
Yashpal Tandon, director ejecutivo del South Centre, opinó que falta mucho para que esta ronda de negociaciones pueda llamarse “de desarrollo”, porque los países en desarrollo y los menos adelantados, en un frente unido, debieron luchar mucho y por largo tiempo para no obtener nada. Y no se logró gran cosa en términos de desarrollo con respecto a los subsidios internos a la agricultura, el espacio político y los mecanismos de flexibilidad sobre NAMA y servicios, como tampoco sobre problemas de aplicación y trato especial y diferenciado en todos los sectores.
Tandon destacó que, una vez más, los países en desarrollo y los menos adelantados ofrecieron grandes concesiones y aceptaron compromisos para salvar el sistema multilateral de comercio. Los países menos adelantados debieron aceptar un incierto acceso libre de cuotas y derechos a los mercados, que no llega a cubrir 100 por ciento de los productos. Los otros países en desarrollo debieron ceder mucho en materia de flexibilidad sobre NAMA y aceptar prescriptivos enfoques de negociación sobre servicios.
Rashid S. Kaukab, coordinador comercial del South Centre, agregó: “Hong Kong deberá recordarse por el espíritu de compromiso y sacrificio demostrado por los países en desarrollo y los menos adelantados para salvar a la Ronda de Doha del colapso total”.
Focus on the Global South señaló que la reunión minsiterial terminó con la adopción de un texto muy defectuoso, que no refleja lo que numerosos países en desarrollo estuvieron reclamando en los cinco días anteriores. La presión de los países industrializados venció la resistencia de los países en desarrollo. Al aceptar el recorte de sus aranceles de productos agrícolas, industriales y de servicios, los países en desarrollo convirtieron el texto en un fracaso para el desarrollo y en un triunfo para la globalización corporativa.
En cuanto a los subsidios a las exportaciones, la Unión Europea logró grandes concesiones a cambio de nada. Una gran proporción de la ayuda que brinda la Unión Europea se destina a subsidios para las exportaciones, pero sólo una pequeña parte es clasificada de esa manera.
“El G-20 vendió los intereses de los países en desarrollo. Ese grupo sabe bien que el texto no prevé ningún recorte real en la ayuda interna ni en los subsidios a las exportaciones de parte de Estados Unidos o la Unión Europea. Brasil e India embaucaron a otros países en desarrollo para poder obtener cierto acceso a los mercados agrícolas en el caso de Brasil, y tercerización de servicios para India.
“Aunque el paquete de agricultura estaba totalmente vacío, el mundo en desarrollo fue obligado a tragarse la amarga píldora del acceso agresivo a sus mercados de servicios. El texto aprueba el lanzamiento de negociaciones sectoriales que obligarán a los países en desarrollo a brindar a los inversores extranjeros los mismos derechos que a los proveedores locales. Esto les impedirá desarrollar sus propios sectores de servicios”.
Oxfam Internacional consideró que el texto es inaceptable y refleja los intereses de los países ricos. Es “una traición a los promesas de desarrollo. El pequeño avance en algunos aspectos de la agricultura es más que contrarrestado por propuestas muy peligrosas sobre servicios e industria. Los países en desarrollo fueron colocados en una posición imposible: aceptar un texto lleno de fallas o ser culpados por el fracaso de la ronda”.
En cuanto a servicios y NAMA, las propuestas fueron de mal en peor, afirmó Oxfam Internacional. El derecho de los países pobres a proteger los servicios básicos y las industrias emergentes ha sido muy afectado, con graves consecuencias para el desarrollo. El “paquete de desarrollo” para los países más pobres se redujo hasta incluir ofertas casi vacías de ayuda para el comercio, con muy pocos fondos nuevos y un menguado paquete de acceso libre de derechos y cuotas, que no obstante permitirá a los países ricos excluir productos clave”, señaló.
ActionAid declaró que el resultado constituyó una afrenta para los pobres del mundo. En cuanto a la eliminación de los subsidios a las exportaciones, ActionAid dijo: “Los pobres no pueden esperar otros ocho años para que terminen los subsidios europeos a las exportaciones. La oferta significa que, una vez más, los intereses de la minoría quedan por encima de las necesidades de la mayoría de la población mundial”. Sobre los subsidios a las exportaciones, Tim Rice, the ActionAid/Gran Bretaña, dijo que no sólo el plazo de 2013 es demasiado alejado y tardío, sino que la Unión Europea ya se había comprometido a reducir esos subsidios de todas formas. “Para 2013, esos recortes sólo ascenderán a 1.000 millones de euros, cifra que palidece en importancia en comparación con los 55.000 millones de euros que la Unión Europea ofrece en subsidios internos cada año. Millones de agricultores de países pobres seguirán perdiendo su sustento debido a esas subvenciones injustas”, agregó.
Lori Wallach, de Public Citizen de Estados Unidos, comentó que los esfuerzos de los negociadores por caracterizar la Conferencia Ministerial de Hong Kong como un éxito revela la vulnerabilidad del proceso de la OMC, dado que el éxito más significativo fue simplemente haber evitado el colapso de otra conferencia más. Sólo se resolvió uno de decenas de importantes cuestiones de negociación pendientes, mientras que 95 por ciento de los asuntos que han trabado las negociaciones hasta ahora fueron simplemente disimulados.
Los países ricos se esforzaron por mucho tiempo por producir un paquete de “desarrollo” basado en la estrategia de seducir a los países más pobres y separarlos de los simplemente pobres. El verdadero objetivo de este paquete es cambiar el tema de la agenda de negociaciones, que muchos países en desarrollo consideran perjudiciales para sus intereses.
Sin embargo, aun el llamado paquete de “desarrollo” está vacío, porque se basa en la idea de que ofrecer donaciones y préstamos para la facilitación el comercio, a fin de aumentar las importaciones de países ricos a los países más pobres, será beneficioso para éstos. La publicitada propuesta del acceso libre de derechos permite a los países ricos exceptuar justamente los productos en que los países menos adelantados tienen más interés. En Estados Unidos, sólo 7,5 por ciento de todas las líneas arancelarias constituyen el triple o más que el arancel promedio del país. La mayoría de los aranceles estadounidenses son tan bajos que 97 por ciento de los productos que se liberarán de derechos en virtud del paquete de “desarrollo” continuará permitiendo la exclusión de casi la mitad de los picos arancelarios de ese país.
Amigos de la Tierra/Internacional dijo que el resultado de Hong Kong fue sólo “un arreglo para salvar las apariencias” y que sus decisiones son una amenaza más para el ambiente mundial y el sustento de los pobres. “Los llamados beneficios para los países en desarrollo no son más que migajas que no compensarán el precio que millones de agricultores, pescadores, indígenas y otros en el mundo en desarrollo tendrán que pagar por este acuerdo”, declaró Meena Raman, presidenta de la organización.
Las propuestas para abrir los mercados en sectores agrícolas y de recursos naturales (madera, pesca y minerales) beneficiarán a las grandes empresas pero tendrán un efecto devastador sobre los pobres, que dependen de los recursos naturales como medio de vida y fuente de alimentos y medicamentos.
Amigos de la Tierra también afirmó que los países industrializados “reenvasaron” antigua ayuda y la presentaron como nuevos fondos para los países en desarrollo. Es irónico que algunos de los países más pobres del mundo todavía estén bajo extrema presión para abrir sus mercados en nombre del desarrollo, aun cuando esto puede llevar a la desindustrialización y el aumento de la pobreza y el desempleo, agregó.
Según Greenpeace Internacional, “la Declaración Ministerial es un despreciable ejercicio de salvataje de las apariencias en la OMC” y el acuerdo final está muy desequilibrado a favor de los países ricos. Greenpeace teme que el acuerdo sobre NAMA promueva una mayor liberalización en sectores como la electrónica, la pesca y la explotación maderera, lo que inevitablemente tendrá consecuencias sociales y ambientales negativas: más desechos electrónicos se vertirán en los países en desarrollo, más árboles se destruirán y más peces serán robados a los océanos.
La OMC, agregó Greenpeace, no atendió los reclamos de los países del Sur de impedir la legitimación de un ataque a sus recursos biológicos para beneficio de las empresas del Norte. En cuanto a la eliminación de los subsidios agrícolas, el plazo de 2013 es “muy poco, y muy tarde”. Daniel Mittler, de Greenpeace, exclamó “Es escandaloso que los países ricos hayan obtenido concesiones a cambio de meras promesas, por tercera vez, de poner fin a subsidios a las exportaciones que amenazan la vida de millones de personas. ¡Estos subsidios debieron dejar de existir hace mucho tiempo!”.
Dos organizaciones de trabajadores también criticaron el resultado. La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y Solidar afirmaron que el acuerdo fue un golpe más al empleo y al desarrollo sostenible. Guy Ryder, secretario general de la CIOSL, expresó: “Lo hicieron otra vez. Pese a la unidad de los países en desarrollo, pese a que millones de personas clamaban por justicia comercial, los países industrializados manipularon las cosas para lograr un acuerdo que traiciona el desarrollo una vez más y no atiende la cuestión clave del trabajo decente”. El texto pondrá a los países en desarrollo bajo extrema presión para abrir sus servicios públicos, advirtió.
Giampiero Alhadeff, secretario general de Solidar, dijo que “Hong Kong puso fin a cualquier pretensión de que las negociaciones de Doha se trataban de poner fin a la pobreza”. La fecha final de 2013 para eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas es un magro consuelo para los países en desarrollo, cuyos trabajadores serán víctimas del desempleo masivo resultante del acuerdo sobre NAMA. “Ha habido un fracaso fundamental aquí”, destacó.
Peter Hardstaff, de World Development Movement, de Gran Bretaña, dijo: “El plazo de 2013 para poner fin a los subsidios a las exportaciones es un gesto simbólico de beneficio marginal, realizado 10 años tarde”. Los beneficios han sido exagerados fuera de toda proporción, y los países en desarrollo no deberían dar nada a cambio de que la Unión Europea mantenga una promesa que tiene una década de antigüedad. Sin embargo, a cambio de esto, los países en desarrollo estarán bajo una enorme presión para negociar recortes radicales en los aranceles industriales y abrir el comercio de servicios, lamentó.
Por otra parte, la Coalición de Industrias de Servicios, que representa a empresas multinacionales de servicios, celebró el resultado en este sector por considerar que otorgó “un nuevo ímpetu para realizar negociaciones serias a principios del año próximo”. La Declaración apoya negociaciones multilaterales entre países de ideas similares que quieren progresos en subsectores como los envíos express y servicios de logística, telecomunicaciones, informática y servicios relacionados, servicios financieros, servicios de energía, servicios audiovisuales y servicios legales y de contabilidad.
“Celebramos el apoyo de los miembros de la OMC al trabajo de los ‘grupos de amigos’”, expresó Robert Vastine, presidente de la Coalición. “Creemos que la labor de grupos como los Amigos del Reparto Express puede ser la clave para el progreso real de éste y otros subsectores. La disposición del texto de que los miembros deben presentar sus peticiones a otros miembros antes de febrero de 2006 es “útil”, agregó Vastine, y señaló que Estados Unidos ya exporta 340.000 millones de dólares en servicios, con un excedente de exportación de 50.000 millones, y que “el potencial de crecimiento de las exportaciones y las inversiones de Estados Unidos en estos subsectores es enorme”. Vastine afirmó que el acuerdo sobre negociaciones plurilaterales y fechas para presentar peticiones y ofertas adicionales se ajusta a los objetivos declarados por Estados Unidos al principio de la Conferencia Ministerial.




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