Nº 199 – Diciembre 2005
Negociaciones sobre agricultura de la OMC
“Juego de culpas” tras fracaso de reunión mini ministerial
por
Martin Khor
Cinco protagonistas de las estancadas negociaciones sobre agricultura de la OMC se reunieron el 19 de octubre, pero no lograron avances en esta área crucial, asestando un golpe a las perspectivas de progreso para la Conferencia Ministerial de Hong Kong.
Los preparativos para la Conferencia Ministerial de Hong Kong sufrieron un duro revés el 19 de octubre pasado, cuando una reunión clave sobre agricultura que involucró a Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, India y Australia (llamados “las cinco partes interesadas”) terminó abruptamente sin resultado alguno. La sesión programada para el día siguiente fue cancelada.
El día 20 hubo un “juego de culpas” en que algunas de esas cinco partes interesadas realizaron conferencias de prensa y declaraciones en que rechazaron cualquier responsabilidad por el fracaso y atribuyeron la culpa a los otros. “Quizá no haya sido un derrumbe, pero estuvo cerca”, dijo un diplomático de un país en desarrollo, en referencia a la reunión del día 19.
Participaron de la reunión el representante comercial de Estados Unidos, Robert Portman, el comisario de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, el canciller de Brasil, Celso Amorim, el ministro de Industria y Comercio de India, Kamal Nath, y el ministro de Comercio de Australia, Mark Vaile.
Un hecho importante fue la evaluación decididamente pesimista de Portman y Mandelson sobre la actual situación de las conversaciones de Doha, tras el fracaso de la reunión de las cinco partes interesadas.
Portman dijo a la prensa que no tenía noticias positivas, y dado que quedaba poco tiempo, resultaba “difícil prever un éxito en Hong Kong o la conclusión de la ronda (de Doha) para 2006”. El funcionario culpó directamente a la Unión Europea y al G-10 por el estancamiento de las negociaciones agrícolas.
Mandelson advirtió que, si no había resultados en dos semanas “en todas las áreas”, sería hora de reducir las expectativas para la Conferencia Ministerial de Hong Kong y dejó claro que esperaba acuerdos no sólo sobre agricultura, sino también sobre el acceso a los mercados para los productos no agrícolas (NAMA) y servicios. Se deberán elaborar “fórmulas y métodos” para Hong Kong o “no tendremos nada”, advirtió.
Mandelson reiteró que, a menos que haya progresos sobre NAMA y servicios satisfactorios para la Unión Europea, el bloque no podrá hacer concesiones en materia de agricultura. De este modo, sostienen los críticos, la Unión Europea puede culpar a otros -en especial a los países en desarrollo- por la parálisis de las negociaciones.
Pero ni Brasil, ni India ni Estados Unidos están dispuestos a aceptar estas condiciones. En declaraciones separadas, los tres países enfatizaron que se debe avanzar en la cuestión de la agricultura antes que en los otros dos sectores. Así, devuelven la culpa a la Unión Europea.
“Prefiero no hablar de parálisis, sino de candado. Y la llave de ese candado está en manos de la Unión Europea”, dijo Amorim.
Esperando a la Unión Europea
Según delegados comerciales, la reunión de las cinco partes interesadas fracasó principalmente porque la Unión Europea no hizo nuevas ofertas sobre acceso a los mercados en el sector de la agricultura. La oferta de Mandelson la semana anterior, acerca de la medida en que la Unión Europea podría recortar sus aranceles, había sido rechazada por los otros, que la consideraron muy débil.
Al comienzo de la reunión, Mandelson explicó que no podía ofrecer más, porque Francia le retiraría su apoyo. Por otro lado, también intentó pasar a la ofensiva diciendo que debería haber más progreso sobre NAMA y servicios, dado que había descontento en la Unión Europea por la falta de movimiento en estos sectores.
Otros ministros criticaron a la Unión Europea por no avanzar en materia de acceso a los mercados, y dijeron que no tenía sentido continuar la reunión si se prolongaba esa situación.
Por su parte, el bloque europeo criticó al G-20 por lo que consideró un apartamiento de su anterior posición, según la cual los recortes arancelarios de los países en desarrollo serían dos tercios del recorte de los países industrializados.
Brasil respondió que esta era una interpretación incorrecta de la propuesta del G-20, y preguntó si la inquietud de la Unión Europea se relacionaba con lo que el Grupo de los 20 (G-20) países en desarrollo había ofrecido o con lo que el grupo solicitaba al bloque europeo. La Unión Europea replicó que la ambición era demasiada, informaron negociadores comerciales.
Cuando la Unión Europea sugirió discutir los productos sensibles antes que la fórmula de reducción arancelaria, Amorim respondió que primero debía discutirse la norma general, y después la excepción. Según diplomáticos, el director general de la OMC, Pascal Lamy, también estaba presente y criticó la incapacidad de la Unión Europea para mejorar su oferta sobre el acceso a los mercados.
Aparentemente, Mandelson pidió una semana más para tratar de obtener resultados. La reunión, que debía prolongarse mucho más, terminó entonces abruptamente.
En una rueda de prensa anterior a la reunión de las cinco partes interesadas, el mismo 19 de octubre, se solicitó a Amorim que respondiera a informes según los cuales Mandelson había dicho que la Unión Europea no podría avanzar en agricultura a menos que otros países hicieran más concesiones en otras áreas, como NAMA y servicios.
Amorim dijo que podía entender que todo estuviera condicionado a lo que sucediera en otras áreas. “Pero debemos cuidarnos de los intentos por crear una cortina de humo para impedir avances en el área de la agricultura”, advirtió. Brasil no se resiste a discutir otros asuntos, pero sólo podrá haber negociaciones reales en las otras áreas “cuando tengamos algo concreto en agricultura”, dijo el ministro.
Un comunicado de prensa del Ministerio de Comercio de India, de fecha 20 de octubre, consideró “paralizadas” las negociaciones sobre agricultura tras la reunión mini ministerial. Según el comunicado, el ministro Kamal Nath insistió en la reunión en que India no podía ofrecer más recortes en los aranceles agrícolas que los contenidos en la propuesta del G-20. También planteó las cuestiones de los productos especiales y el mecanismo de salvaguardia especial para los países en desarrollo, y dijo que debían resolverse antes que otras materias.
Kamal Nath advirtió que no aceptaría un acuerdo que pudiera ser perjudicial para los agricultores. “Sólo un acuerdo que proteja plenamente nuestros intereses será aceptable”, dijo. Asimismo, resistió el intento de la Unión Europea de vincular el tratamiento de los productos sensibles (considerados sensibles por los países industrializados) con el de los productos especiales (de los que dependen países en desarrollo para la seguridad alimentaria y el sustento de sus agricultores).
Los productos sensibles lo son comercialmente, puntualizó Kamal Nath, mientras que los productos especiales son productos de los que depende la alimentación de muchas personas, la seguridad de los medios de sustento y las necesidades de desarrollo rural. El ministro también se opuso a un intento de Estados Unidos y la Unión Europea de ampliar el ámbito de las conversaciones en la reunión, y de establecer vínculos entre agricultura, NAMA y servicios.
La estrategia de los países industrializados consiste en cooperar para obtener importantes resultados sobre NAMA y así quitar la presión sobre Estados Unidos para que mejore su oferta sobre ayuda interna y recortes de subsidios, y sobre la Unión Europea para que acepte mayores reducciones en sus aranceles agrícolas.
Kamal Nath también se resistió a restar importancia a la “proporcionalidad” (por la que los países en desarrollo se comprometen a reducir los aranceles de manera proporcional), como pretendía Estados Unidos. El ministro indio insistió en que los países en desarrollo no se comprometerían, a ningún precio, a recortar más de dos tercios del recorte de los países industrializados. También rechazó, por considerarla “totalmente insuficiente”, la propuesta estadounidense de “recortes levemente menores” para los países en desarrollo.
Portman evaluó de manera pesimista el estado de las negociaciones en una conferencia de prensa ofrecida el 20 de octubre. “Me gustaría darles buenas noticias, pero no puedo”, declaró el representante comercial de Estados Unidos. “Nos preocupa que no haya progreso y quede tan poco tiempo. Es difícil prever un éxito en Hong Kong o la conclusión de la ronda para 2006”.
Agregó que Estados Unidos había avanzado sobre ayuda interna y que el G-20 había establecido números para sus propuestas, pero que la Unión Europea y el G-10 no habían ofrecido nada, y había falta de convergencia pese a los plazos establecidos para Hong Kong. En referencia a las declaraciones de la Unión Europea sobre la importancia de NAMA y los servicios, dijo que esas áreas también eran importantes para Estados Unidos, pero que primero era necesario avanzar en materia de agricultura.
Portman reiteró la necesidad de una mejora sustancial en materia de acceso a los mercados (en el área de la agricultura), no sólo de parte de los países industrializados sino también de los países en desarrollo. Las reducciones deberían realizarse tanto sobre aranceles consolidados como aplicados, aun para los países en desarrollo, dijo.
En respuesta a preguntas de los periodistas, Portman dijo que los miembros de la Unión Europea habían reafirmado el mandato del comisario de Comercio de la Unión Europea y la autoridad de ésta para negociar. También criticó al G-10 por ser aún menos ambicioso que la Unión Europea.
¿Bajando las expectativas?
En otra rueda de prensa el 20 de octubre, Mandelson advirtió que era tiempo de bajar las expectativas para la Conferencia Ministerial de Hong Kong. También dejó claro que pretendía “fórmulas y métodos” sobre NAMA y servicios antes de la conferencia. De lo contrario, “no tendremos nada”, advirtió.
Mandelson recordó que la Unión Europea contribuyó de manera fundamental para iniciar la ronda de desarrollo y deseaba verla llegar a una conclusión exitosa junto con sus socios. Dijo que el bloque europeo no recibía lecciones de nadie sobre las necesidades de los países en desarrollo, y que los mercados europeos estaban abiertos a estos países, que venden a la Unión Europea más que a Estados Unidos, Japón y Australia juntos.
La Unión Europea trabajará duro para lograr un acuerdo sobre agricultura equilibrado, incluso sobre acceso a los mercados, dijo Mandelson, pero señaló que la ronda no era sólo sobre agricultura y que la Unión Europea no era su único banquero. “Necesitamos pruebas claras de progreso en cuanto a bienes industriales y servicios antes de Hong Kong”, o “de lo contrario no tenemos nada”, previno.
Dado que faltaban siete semanas para la Conferencia Ministerial, Mandelson dijo que se necesitaba un avance decisivo en todas las áreas en la quincena siguiente, o sería necesario “reducir las expectativas para Hong Kong”. Para que la conferencia sea un éxito, señaló, debe existir una plataforma para acordar modalidades, fórmulas, métodos y estructuras sobre agricultura, NAMA y servicios. “Si esa plataforma no existe en dos semanas (...) tendremos que ajustarnos y bajar nuestras expectativas para Hong Kong”, advirtió. Agregó que eso no era lo que quería la Unión Europea, y que ésta mantenía un firme compromiso con un resultado equilibrado y ambicioso en Hong Kong.
La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer-Boel, dijo que la Unión Europea había reformado su Política Agrícola Común en 2003/2004 y como resultado estaba en buenas condiciones de ser ambiciosa en la cuestión de la ayuda interna. Al final, destacó, debe haber progreso sobre todo el paquete de agricultura, NAMA y servicios para que Hong Kong sea un éxito. Según el concepto de “todo único” de las negociaciones, nada está acordado hasta que todo esté acordado, dijo, y añadió que las expectativas sobre acceso a los mercados no deben ser tan altas que nadie pueda alcanzarlas.
Interrogado sobre si la Unión Europea presentaría una nueva propuesta sobre acceso a los mercados, Mandelson respondió que su objetivo era alcanzar un acuerdo equilibrado sobre agricultura. Presionado sobre este tema, se limitó a comentar que los socios negociadores de la Unión Europea serían los primeros en enterarse de la propuesta sobre acceso a los mercados.
Cuando se le preguntó por qué la Unión Europea se tomó tanto tiempo para presentar una nueva propuesta sobre acceso a los mercados, respondió que su bloque esperó desde julio de 2004 una propuesta de Estados Unidos sobre apoyo interno, y sólo la había recibido la semana anterior.
Con respecto a los servicios, Mandelson observó la necesidad de fijar objetivos cuantitativos obligatorios en varios subsectores identificables. Se requerirían distintos niveles de esfuerzo para países industrializados y en desarrollo. También serían necesarias negociaciones sectoriales en las que una masa crítica de miembros de la OMC demostrara un alto nivel de ambición, o lo que se llama enfoque “plurilateral”.
En cuanto a NAMA, para lograr el éxito en Hong Kong, deberá acordarse antes la estructura de la fórmula para la reducción arancelaria, los mecanismos de flexibilidad dentro de esa fórmula y el tratamiento de los aranceles sin consolidar.
En otra conferencia de prensa ofrecida el 20 de octubre, el canciller brasileño Amorim subrayó que, aunque la ronda de negociaciones era un “todo único”, su motor seguía siendo la agricultura. Aunque la propuesta de Estados Unidos sobre ayuda interna es importante, también es insuficiente, señaló.
Lo que se necesita ahora es una iniciativa importante sobre acceso a los mercados que estimule a otros a avanzar, y también ayude a Estados Unidos a progresar en materia de ayuda interna. También se deben discutir otros aspectos, tomando en cuenta que se trata de una ronda de desarrollo, y no de una maquinaria para extraer concesiones de los países en desarrollo, advirtió Amorim.
El canciller dijo que prefería hablar de un “candado” en las negociaciones, en lugar de una parálisis. “Y la llave de ese candado está en manos de la Unión Europea”, concluyó. (SUNS 5899)
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Martin Khor es director de la Red del Tercer Mundo.
Este artículo se realizó con aportes de Kanaga Raja.
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