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   Nº 194 - Julio 2005
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Nº 194 - Julio 2005

Propuesta de Argentina, Brasil e India sobre aranceles industriales

por Goh Chien Yen

Las negociaciones sobre acceso a los mercados para los productos no agrícolas reanudaron el 6 de junio en la OMC la discusión sobre la fórmula que debería ser utilizada para realizar reducciones arancelarias. Por un lado, Estados Unidos propone una fórmula suiza simple, y por el otro, Argentina, Brasil e India apoyan una fórmula flexible “de tipo suizo”.

Durante el proceso llamado “de sala D” (reunión en una sala más pequeña), Argentina, Brasil e India realizaron una presentación pormenorizada subrayando varias razones claves por las cuales los países en desarrollo necesitarían seguir utilizando sus aranceles industriales. Señalaron que las economías de los países en desarrollo “son inestables y sus industrias incipientes”. Por lo tanto, los aranceles son necesarios “para desarrollar [sus] industrias y enfrentar en mejores condiciones las conmociones externas. Esto se cumple especialmente para los países que siguieron las políticas del Fondo Monetario Internacional relativas a las corrientes libres de capital y al régimen cambiario libre”, añadieron.
Además, señalaron que “los aranceles [también] proporcionan ingresos que sirven a las necesidades de desarrollo” y recordaron que “a menudo las reducciones drásticas de aranceles son reemplazadas por obstáculos no arancelarios opacos y arbitrarios”.
Argentina, Brasil e India también señalaron en su presentación que debería haber “niveles de ambición proporcionados en las negociaciones sobre agricultura y acceso a los mercados para los productos no agrícolas”. “Los aranceles para productos agrícolas son considerablemente más elevados que los de los productos industriales [y] el Programa de Doha para el Desarrollo debería reducir la diferencia que existe entre los productos agrícolas y los industriales, y no aumentarla”, argumentaron.
En lo que concierne a los países en desarrollo, el nivel de ambición en el acceso a los mercados para los productos no agrícolas está expresado en “las concesiones ofrecidas por los países en desarrollo en Agricultura, Servicios y Normas; y las reducciones arancelarias de parte de los países industrializados, particularmente la reducción de crestas arancelarias, aranceles elevados y progresividad [arancelaria] sobre productos en los cuales los países en desarrollo tienen interés en exportar”, señalaron. “Para los países en desarrollo, el mandato estipula compromisos de reducción que no conlleven una reciprocidad plena, por lo tanto cualquier modalidad que imponga reducciones mayores en los países en desarrollo que en los países industrializados, va en contra del mandato”.
Argentina, Brasil e India procedieron a demostrar cómo una fórmula suiza simple, la cual es defendida por los países industrializados, impactaría desproporcionadamente en las estructuras arancelarias de los países industrializados y en desarrollo miembros. Teniendo en cuenta los aranceles consolidados más elevados de la mayoría de los países en desarrollo y los tipos arancelarios más bajos de los países industrializados, y la fórmula suiza simple -que reduciría los aranceles más elevados más drásticamente que los más bajos-, el grupo de países demostró que, independientemente del coeficiente que se utilice, los países en desarrollo terminarían haciendo reducciones más importantes que los países industrializados.
En su ejemplo, los países industrializados con un arancel promedio de cuatro por ciento harán una reducción promedio de 60 por ciento, mientras que los países en desarrollo con un arancel promedio de 29 por ciento realizarán una reducción promedio de 89 por ciento, según una fórmula suiza simple con un coeficiente de cinco. Por lo tanto, “la fórmula suiza simple revierte el principio de realizar compromisos de reducción que no conlleven una reciprocidad plena en la medida que reduce en mayor medida los aranceles de los países en desarrollo, y no tiene en cuenta las necesidades de desarrollo de cada país”, argumentaron.
Según Argentina, Brasil e India, sería más apropiado aplicar una fórmula flexible “de tipo suizo” que utilice el promedio arancelario consolidado de las líneas arancelarias individuales como parte del coeficiente, ya que esto provocará “concesiones proporcionales a los perfiles arancelarios de cada Miembro”. Continuaron demostrando que según su propuesta, “las concesiones son básicamente las mismas entre los países en desarrollo”.
En su ejemplo, los países en desarrollo con un promedio arancelario consolidado más elevado, de 29 por ciento, harán una reducción de 35 por ciento, y los países en desarrollo con un arancel consolidado promedio de 10,5 por ciento harán una reducción de 39 por ciento, cuando se utiliza un coeficiente de dos en la fórmula suiza flexible de Argentina, Brasil e India.
Con relación a los aranceles no consolidados, los tres países subrayaron que esas líneas arancelarias son “por naturaleza” más sensibles y que esto debería ser tenido en cuenta a la hora de decidir cómo deberían ser tratadas. En tal sentido, la “consolidación real de las líneas arancelarias [de las líneas actualmente no consolidadas] se basa en un promedio para resolver la sensibilidad en juego”. Señalaron que su propuesta “se equilibra por sí sola, ya que la consolidación de cada línea arancelaria superior al promedio requerirá consolidaciones proporcionalmente más bajas en otras líneas arancelarias no consolidadas”.
Los tres países también resaltaron que los compromisos de reducción que no conllevan una reciprocidad plena no deberían estar vinculados al trato especial y diferenciado. Son “conceptualmente diferentes”, como se expresa en el mandato de Doha. En su propuesta conjunta, Argentina, Brasil e India dijeron que la no reciprocidad plena “está incluida en la fórmula a través del uso de coeficientes diferenciados”. Esto no debe canjearse por las disposiciones de trato especial y diferenciado contenidas actualmente en el párrafo 8 del Anexo B del Programa de julio, como lo han hecho los países industrializados miembros en sus propuestas recientes. Según el grupo de los tres países, “el párrafo 8 es considerado el mínimo necesario para países en desarrollo como trato especial y diferenciado”.
Durante su presentación, el grupo también criticó los argumentos presentados por algunos miembros en apoyo de una fórmula suiza simple, acerca de que la reducción arancelaria podría promover el comercio entre países del Sur y que era necesaria para obtener “acceso real a los mercados”.
Disipando la controversia interpuesta por los países industrializados miembros en cuanto a que las negociaciones sobre acceso a los mercados para los productos no agrícolas deberían desembocar en reducciones reales en los tipos arancelarios aplicados actuales de todos los miembros, Argentina, Brasil e India señalaron que “los países en desarrollo han estado reduciendo autónoma y regularmente sus aranceles de nación más favorecida, ofreciendo acceso real al mercado”. Por lo tanto, “los países en desarrollo no deberían ser castigados con reducciones más profundas sólo porque han sido más liberales que los compromisos legales existentes”, argumentaron.
Con relación al tema del comercio entre países del Sur, el grupo dijo que esto “ha sido utilizado ampliamente como una excusa para procurar concesiones más elevadas de parte de los países en desarrollo con relación a los países industrializados”. Argumentaron que “según estudios de la OMC”, el comercio entre países del Sur ha crecido con mayor celeridad que el comercio entre países del Norte y del Sur debido a la “nueva serie de acuerdos comerciales regionales entre países en desarrollo; un avance en la competitividad de las exportaciones de los países en desarrollo [y] mayores obstáculos en los países industrializados”.
Estados Unidos defendió una fórmula suiza simple, argumentando que es fácil de aplicar “porque contiene únicamente un elemento, el coeficiente, que se aplicará a la lista arancelaria de cada miembro”.
Según esta fórmula, “las crestas arancelarias son eliminadas efectivamente”, mientras que “una fórmula Girard tiene escaso efecto sobre las crestas arancelarias”, manifestó Estados Unidos. Este país ha definido las crestas arancelarias como tipos por encima del 15 por ciento. Sin embargo, los países en desarrollo miembros han entendido las crestas arancelarias en términos relativos, como tipos arancelarios tres veces mayores que el tipo consolidado nacional promedio. La fórmula Girard, que es una variante de la fórmula suiza, incorpora el arancel consolidado nacional promedio de cada miembro en el cálculo del índice de reducción arancelaria.
Analizando cinco tipos hipotéticos de aranceles consolidados nacionales promedio que van de aproximadamente tres por ciento a 30 por ciento, según una fórmula suiza con cuatro coeficientes diferentes (5, 10, 15 y 20), Estados Unidos intentó demostrar que “los miembros que comienzan con tipos elevados terminan con tipos elevados en relación con el resto de los miembros”. Por ejemplo, Estados Unidos demostró que los miembros con tipos consolidados actuales de 3,45 por ciento terminarían con 1,36 por ciento conforme a la fórmula suiza con un coeficiente de cinco, mientras que los miembros con tipos consolidados por encima de 39,61 por ciento, quedarían en 4,45 por ciento según la misma fórmula. Aun así, todavía quedan disparidades en los últimos tipos finales. Según Estados Unidos, esto es un “claro ejemplo de un compromiso de reducción que no conlleva una reciprocidad plena”.
En conclusión, Estados Unidos dijo que los “resultados de una fórmula deben ser medidos de varias y diferentes maneras, incluso cómo resolver las crestas arancelarias, reducir la consolidación pendiente y ofrecer compromisos que no conlleven una reciprocidad plena”. Y agregó: “La mejor manera de medir un compromiso de reducción que no conlleve una reciprocidad plena es por los tipos finales de los Miembros”.




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