Nº 193 - junio 2005
Programa para el Desarrollo
OMPI realizará dos nuevas reuniones en junio y julio
por
Martin Khor
En una reunión de carácter no decisorio realizada del 11 al 13 de abril para discutir criterios de trabajo más favorables al desarrollo, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) decidió convocar a dos reuniones más para avanzar en el tratamiento de este tema, que encendió el debate entre los países desarrollados y en desarrollo miembros.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) realizará dos reuniones más, en junio y julio, para avanzar en la discusión de las propuestas relativas a un Programa para el Desarrollo para la OMPI y elaborar un informe para la Asamblea General de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el trabajo futuro en este tema. Esta fue la decisión principal a la que se llegó al final de la primera reunión intergubernamental entre sesiones acerca de un Programa para el Desarrollo para la OMPI, realizada en Ginebra del 11 al 13 de abril.
La decisión estaba contenida en un Resumen del Presidente que había sido negociado por los estados miembros de la OMPI. La próxima reunión será el 20-22 de junio y la tercera en una fecha aún no especificada de julio.
Un proyecto anterior del presidente, el embajador de Paraguay Rigoberto Gauto Vielman, estableció que habría sólo una sesión más de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones (el 20-24 de junio) antes de la Asamblea General. Esto fue apoyado por los países desarrollados. Sin embargo, numerosos países en desarrollo, encabezados por Egipto, Argentina, Brasil (por el Grupo de Amigos del Desarrollo, con 14 miembros) e India, dijeron que no alcanzaría con una reunión para examinar las propuestas existentes y discutir nuevas, así como elaborar el informe para la Asamblea General de 2005. Ese informe debe estar terminado en julio, según una decisión de la última Asamblea General de setiembre/octubre de 2004.
Después de prolongadas discusiones informales en una pequeña sala, se acordó que se realizarían dos reuniones, y en la mañana del 13 de abril se elaboró y adoptó un nuevo proyecto.
El párrafo principal del Resumen del Presidente en materia de funcionamiento establece: “Dada la necesidad de analizar con detenimiento las propuestas, se consideró que sería necesario contar con más tiempo para que los estados miembros las examinaran. La reunión intergubernamental entre períodos de sesiones decidió continuar las discusiones y considerar las propuestas en su próxima sesión, que tendría lugar del 20 al 22 de junio, y una tercera sesión de tres días sería en julio de 2005, en fechas que la Secretaría comunicaría a los estados miembros lo más pronto posible. Los estados miembros pueden presentar por escrito a la Secretaría propuestas adicionales sobre el establecimiento de un programa para el desarrollo para su consideración en la próxima sesión de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones. Para facilitar las discusiones en esa próxima sesión, el presidente invitó a esos estados miembros, que habían realizado o estarían realizando propuestas, a que las presentaran por escrito a la Secretaría en un lenguaje que resultara funcional y aplicable”.
En el Resumen también se decía que la Secretaría pondría a disposición del público el proyecto de informe de la reunión actual (conteniendo las intervenciones y el Resumen del Presidente) a partir del 25 de abril. Los comentarios debían realizarse para el 4 de mayo y el informe revisado estaría disponible a partir del 11 de mayo, y su adopción sería considerada en la próxima sesión de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones.
El Resumen dejó sin resolver lo relativo a cuál de las partes elaboraría el informe final del proceso de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones para su presentación ante la Asamblea General. Se espera que contenga puntos sustanciales relativos al Programa para el Desarrollo propuesto así como recomendaciones acerca de cómo seguir avanzando con el proceso.
Italia (en representación del Grupo B, que comprende a países desarrollados) propuso que se enmendara un proyecto de Resumen anterior, a efectos de aclarar que el Presidente elaboraría un proyecto de informe para la Asamblea General que estableciera un plan de trabajo futuro. Sin embargo, esto contó con la oposición de Brasil y Argentina, quienes adujeron que el informe a la Asamblea General (que no era meramente un informe de hechos) debería ser elaborado por estados miembros y no por el Presidente. El proyecto final del Resumen no se refiere a quién elaboraría el informe.
Detrás de las prolongadas discusiones sobre la cantidad de reuniones y la redacción del informe final, hubo diferencias de opinión acerca de cómo profundizar la iniciativa del Programa para el Desarrollo. Los países en desarrollo que respaldan la iniciativa desean destinar más tiempo a la discusión, de manera que puedan sacarse algunas conclusiones sobre la sustancia del Programa para el Desarrollo y que pueda elaborarse un plan operativo para llevarlo a cabo.
Consideraban que sería mejor realizar dos sesiones más de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones para mantener el ímpetu creado en la última Asamblea General y la actual reunión intergubernamental entre períodos de sesiones. Los países en desarrollo proponentes aspiran a un plan amplio del Programa de Desarrollo, que incluya cambiar el mandato y la estructura de gobierno de la OMPI -para hacerla más dirigida a los miembros y que les dé mayor participación-, infundir principios de desarrollo en sus actividades normativas (o de elaboración de tratados), cambiando la asistencia técnica que se está llevando a cabo e introduciendo métodos o normas para lograr transferencia de tecnología.
Los países desarrollados, por el otro lado, parecieron menos proclives a darle más tiempo al proceso de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones. Durante la reunión fueron firmes en señalar que el Programa para el Desarrollo podría ser manejado por el Comité Permanente de la OMPI sobre la Cooperación para el Desarrollo Relacionada con la Propiedad Intelectual, que se refiere principalmente a la ayuda técnica. Esto se ajusta al criterio de que el fortalecimiento de la dimensión del desarrollo en la OMPI podría equipararse con más y mejor ayuda técnica.
Los diplomáticos de los países en desarrollo también prefieren que el informe fundamental a la Asamblea General sea redactado de manera participativa y transparente, por los estados miembros, en lugar de que sea el trabajo del Presidente. “No hemos tenido buena experiencia en la OMC con los textos del Presidente”, dijo un diplomático que abarca la Organización Mundial de Comercio (OMC) y la OMPI. “Es difícil que nuestras opiniones queden reflejadas en este tipo de procesos, cuando todos tienen que negociar con el Presidente. Es más participativo y transparente cuando los estados miembros elaboran ellos mismos el informe”.
En gran parte de la mañana y la primera tarde del último día de la reunión intergubernamental entre períodos de sesiones, numerosas ONG y grupos de la industria hicieron presentaciones. Anteriormente, algunas organizaciones intergubernamentales y organismos internacionales también realizaron declaraciones.
Marwa Kisiri, quien dirige la oficina en Ginebra del Grupo ACP (países de África, el Caribe y el Pacífico), manifestó que la Secretaría de dicho grupo apoyó plenamente el reclamo de que la OMPI cumpliera una función más enérgica para expresar y aplicar un programa para el desarrollo. La secretaría elogió a las delegaciones que presentaron propuestas o hablaron a favor de un Programa para el Desarrollo de cobertura amplia en la OMPI, en especial las propuestas detalladas del Grupo de Amigos del Desarrollo. Señaló que la mayoría de los miembros de ese Grupo provenían del Grupo ACP.
Agregó que los países ACP continúan sufriendo subdesarrollo socioeconómico y necesitan una integración apropiada en el marco económico mundial. En el contexto de los derechos de propiedad intelectual (DPI) y la OMPI, es fundamental que esta integración apropiada reconozca la necesidad de normas en materia de propiedad intelectual y normas que sean compatibles con las necesidades de desarrollo y no contrarias a ellas.
Un criterio equilibrado de ese tipo exigiría que los países ACP y otros países en desarrollo recibieran ayuda sobre la utilización plena y apropiada de sus derechos a las flexibilidades y la conservación de espacio político para sus estrategias y objetivos de desarrollo. Eso debería reflejarse en programas de ayuda técnica, manifestó Kisiri. Añadió que la OMPI puede mejorar su trabajo en la medida que responda a las necesidades y demandas de los países receptores, en especial mediante la creación de capacidad sobre cómo hacer uso de las flexibilidades orientadas al desarrollo, como patentes y cuestiones de salud.
Kisiri manifestó que en su calidad de miembro de la familia de la ONU, la OMPI debería ahora, como una cuestión de prioridad, adoptar las propuestas de integrar plenamente el desarrollo en todas sus actividades y de fortalecerlo. Haciendo referencia a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y a todas las decisiones de la OMC en materia de Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS) y de salud pública, Kisiri dijo que la OMPI no puede permitirse quedar fuera del consenso mundial ya que eso equivaldría a actuar en un vacío y estar ausente del consenso de la ONU en materia de desarrollo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acogió con beneplácito la iniciativa oportuna e importante de la OMPI y dio su opinión sobre los DPI y la salud. Desde 1999, sucesivas resoluciones de la Asamblea Mundial de la Salud han solicitado a la OMPI que asegure que su estrategia en materia de medicamentos aborde la cuestión importante del impacto de los tratados comerciales internacionales en la salud pública y el acceso a los medicamentos.
La Asamblea Mundial de la Salud expresó en mayo de 2003 su “preocupación por el sistema actual de protección de patentes, especialmente en lo relativo al acceso a los medicamentos en los países en desarrollo”, y exhortó a los estados miembros a que adaptaran la “legislación nacional para utilizar a pleno las flexibilidades contenidas en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio”. Otra resolución de la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2004 también exhortó a los estados miembros a fomentar que los acuerdos comerciales bilaterales tomaran en cuenta las flexibilidades contenidas en el Acuerdo sobre TRIPS de la OMC y reconocidas por la Declaración Ministerial de Doha Relativa al Acuerdo sobre los TRIPS y la Salud Pública.
La OMC añadió que hay dos actividades que son importantes para contribuir a la aplicación de la Declaración de Doha Relativa al Acuerdo sobre TRIPS y la Salud Pública para lograr el objetivo de acceso a todos a los medicamentos. En primer lugar está la necesidad de una información precisa y actualizada sobre el estado de las patentes de medicamentos ya que en varios países hay una incertidumbre considerable con relación a la existencia de patentes sobre determinados medicamentos. Deberían adoptarse, pues, medidas para exigir o fomentar la revelación de las patentes sobre medicamentos. Esta tarea puede ser asumida inicialmente por organizaciones regionales o multilaterales u oficinas de patentes, en las que podría haber una capacidad insuficiente a escala nacional.
En segundo lugar está la necesidad de alentar que en el sistema de patentes se introduzca una perspectiva de salud pública. Esto incluye temas tales como el desarrollo de directrices sobre la patentabilidad de medicamentos, por ejemplo, en asuntos tales como la posibilidad de patentar usos, dosis y combinaciones nuevas y secundarias. Esas directrices deberían ser elaboradas por quienes están encargados de examinar las patentes, conjuntamente con expertos en materia de salud pública. Los países en desarrollo pueden adaptar esas directrices de manera de hacerlas apropiadas a sus necesidades específicas.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) manifestó que reconocía la importancia de evaluar las consecuencias de los DPI sobre el desarrollo. Luego presentó detalles de su trabajo en materia de DPI y desarrollo, entre ellos la ayuda a los países en desarrollo para comprender las consecuencias que tendría el Acuerdo sobre TRIPS en el desarrollo, facilitando su participación informada en las negociaciones relacionadas con los DPI y subrayando las flexibilidades del Acuerdo sobre TRIPS y otros tratados de DPI.
Otras cuestiones abordadas por la UNCTAD fueron los DPI y el desarrollo de innovación nacional, programas de computación de fuente abierta y protección del conocimiento tradicional. La UNCTAD siguió con interés las actividades de la OMPI y ofreció brindar asesoramiento técnico sobre las consecuencias de los DPI en el desarrollo, así como su relación con el comercio y la transferencia de tecnología.
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