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Nº 193 - junio 2005

Reunión de la OMPI sobre desarrollo

Surgen diferencias entre el Norte y el Sur

por Martin Khor y Sangeeta Shashikant

Las posiciones expresadas por los países miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en el curso de la primera reunión intergubernamental entre sesiones reflejaron diferencias de opinión considerables acerca de la necesidad de introducir una reforma de la agencia de las Naciones Unidas que la coloque en una posición favorable al desarrollo.

La primera reunión intergubernamental entre sesiones de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que comenzó el 11 de abril, reflejó un fuerte desacuerdo en torno al posible establecimiento de un Programa para el Desarrollo, y en tal caso, cómo.
Los que proponen un Programa para el Desarrollo afirmaron que para que las consideraciones del desarrollo sean incluidas en el trabajo y las actividades de la OMPI es necesario introducir cambios de largo alcance en el mandato de la organización, en la forma en que se realizan sus actividades y en los principios que rigen las normas y negociaciones de tratados nuevos.
Los principales proponentes son 14 países en desarrollo, congregados en lo que denominan el Grupo de Amigos del Desarrollo. El 11 de abril, Brasil y Argentina, en representación del grupo, presentaron sus propuestas, elaboradas y posteriormente apoyadas por varios de sus miembros.
Varias agrupaciones regionales de países en desarrollo, entre ellas de Africa, Asia y América Latina y el Caribe, aplaudieron la iniciativa de un Programa para el Desarrollo en la OMPI y expresaron su apoyo a partes de las propuestas de los Amigos del Desarrollo.
Los países industrializados, sin embargo, adoptaron una posición diferente. La declaración del Grupo B (integrado por países desarrollados) manifestó que la OMPI ya contemplaba una dimensión del desarrollo, que la participación de los países en desarrollo en todos los ámbitos de la OMPI estaba asegurada, y que la OMPI ofrecía abundante ayuda técnica, la cual podría, no obstante, ser mejorada.
El criterio de los países desarrollados fue que el fortalecimiento de los derechos de propiedad intelectual contribuiría al desarrollo, que la OMPI estaba haciendo un buen trabajo en eso, y que el centro de un programa para el desarrollo debería ser el mejoramiento de las actividades de ayuda técnica a la OMPI. Para la ayuda técnica y las cuestiones de desarrollo parecían inclinarse por hacer uso del Comité Permanente sobre la Cooperación para el Desarrollo Relacionada con la Propiedad Intelectual.
Durante el debate del primer día de la reunión, numerosos países en desarrollo subrayaron que el Programa para el Desarrollo propuesto no podía igualarse a un aumento de la ayuda técnica.

Controversia en torno al orden del día

La parte inicial de la reunión estuvo marcada por una controversia en torno al orden del día, en particular acerca de cómo se informaría sobre el resultado o las conclusiones de la reunión. El proyecto de orden del día, elaborado por la Secretaría de la OMPI (conocida como el departamento internacional), tenía como quinto punto “Trabajo futuro” y como punto final “Resumen del Presidente”. No había un punto sobre la adopción del informe de la reunión.
Varios países en desarrollo, entre ellos Jamaica, Brasil e India, insistieron que la adopción del informe de la reunión debía ser incluida en el orden del día (como es práctica habitual en las reuniones de la OMPI) y que el resumen del Presidente sería sólo un repertorio de hechos de los debates y no, como había indicado el presidente de la reunión, el embajador de Paraguay Rigoberto Gauto Vielman, una declaración sobre el trabajo futuro.
Los países en desarrollo querían que los resultados del punto del orden del día “Trabajo futuro” fueran incorporados en el informe de la reunión, en lugar de ser materia del “Resumen del Presidente”.
El Presidente dijo que el tema de las consultas con las delegaciones iba a ser un informe de hechos de la Secretaría. Sin embargo, sería el Presidente el que hiciera el informe para decidir sobre la evolución del trabajo de la reunión intergubernamental entre sesiones.
Varias delegaciones no estuvieron de acuerdo con la sugerencia del Presidente. Argentina manifestó que las señales acerca del trabajo futuro no eran responsabilidad del Presidente. Brasil expresó que en el orden del día no se mencionaba una declaración por parte del Presidente, el cual sólo debía dar un resumen de los hechos.
Después de un prolongado debate, finalmente se decidió que la adopción del proyecto del informe sería incluida como punto número 7.
También se decidió que se autorizaría a 17 ONGs a asistir a la reunión intergubernamental entre sesiones en carácter ad hoc, en el entendido de que esto no sentaría un precedente para futuras reuniones. Anteriormente, más de mil ONGs habían firmado una declaración a la OMPI protestando por un anuncio de que sólo podrían asistir las ONGs acreditadas en la Asamblea General de la OMPI.
Se habían presentado cuatro documentos para la reunión, por las mismas delegaciones autoras (Grupo de Amigos del Desarrollo, Estados Unidos, el Reino Unido y México).
El documento del Grupo de Amigos del Desarrollo contiene propuestas para plantear el Programa para el Desarrollo a través de la revisión del mandato y las actividades de la OMPI, estableciendo principios y directrices para la formulación de normas, la revisión y reforma de las actividades de ayuda técnica de la OMPI, y el establecimiento de un programa para la transferencia de tecnología. (Ver el artículo “Países en desarrollo presentan detallado plan para reformar la OMPI”).
El documento de Estados Unidos propone un “programa de sociedad de la OMPI”, una herramienta con base en Internet para conectar a posibles socios e interesados (especialmente países donantes y receptores) en torno a cuestiones y actividades relacionadas con la propiedad intelectual, y el personal sería de una nueva oficina de la OMPI.
El documento del Reino Unido presenta aspectos de la Comisión Independiente sobre Derechos de Propiedad Intelectual (creada por el gobierno del Reino Unido), incluido un “mensaje principal” de que los regímenes de propiedad intelectual pueden y deben ser adaptados para tomar en cuenta las circunstancias individuales de los países en el marco de acuerdos internacionales como el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS). Sin embargo, el documento luego defiende que se trabaje en la armonización de las leyes de patente a través de la OMPI. Estuvo de acuerdo en que es necesario coordinar y evaluar mejor la ayuda técnica de la OMPI. Para las discusiones en materia de ayuda técnica podría recurrirse al Comité Permanente sobre la Cooperación para el Desarrollo Relacionada con la Propiedad Intelectual.
El documento de México también sugirió que se utilizara el Comité Permanente sobre la Cooperación para el Desarrollo Relacionada con la Propiedad Intelectual para incluir en él actividades de divulgación del sistema de propiedad intelectual en los países en desarrollo, y se condujera una evaluación. También sugirió que la OMPI convocara a una reunión de oficinas nacionales de patente y ONGs para discutir mecanismos regionales para conducir la evaluación.

“Una plataforma para un debate sustancial”

En la reunión del 11 de abril, Brasil presentó la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo (Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, República Dominicana, Ecuador, Egipto, Irán, Kenia, Perú, Sierra Leona, Sudáfrica, Tanzania y Venezuela). Dijo que el documento no es retórico o declaratorio sino que contiene propuestas concretas que podrían ser la base de nuevas discusiones sustanciales acerca de cómo fortalecer la OMPI de manera que sirva a los numerosos electorados de los países en desarrollo.
El Grupo de Amigos del Desarrollo ve la propuesta como una “plataforma para un debate sustancial en la OMPI” ya que brinda una perspectiva amplia acerca de cómo el Grupo de Amigos del Desarrollo considera la propiedad intelectual y el desarrollo. Brasil indicó que el Grupo de Amigos del Desarrollo desea evitar la fragmentación de los elementos planteados en la propuesta, diciendo que era fundamental que las ideas diferentes continuaran discutiéndose en su totalidad. El documento es presentado en forma de módulos, de manera que la discusión pueda hacerse de manera gradual.
Brasil expresó que el Grupo de Amigos del Desarrollo consideraba el Programa para el Desarrollo como un punto permanente del programa de la OMPI. Es un programa con temas transversales y tiene impacto en todos los aspectos de la propiedad intelectual y en todos los organismos de la OMPI. Es por eso que el Grupo de Amigos del Desarrollo no quiere que se asigne la discusión de su propuesta o del tema sólo a un organismo específico de la OMPI.
Argentina se explayó luego sobre los principales puntos y propuestas del documento del grupo, subrayando los principios, directrices y mecanismos de aplicación propuestos. Entre los puntos señalados figuró la necesidad de que la OMPI tenga estructuras y procedimientos más dirigidos a los miembros; la propuesta de crear una oficina de evaluación e investigación independiente, que evaluaría el impacto de las actividades de la OMPI sobre el desarrollo; directrices y mecanismos para el trabajo de la OMPI en la formulación de normas (o el establecimiento de tratados y reglas); directrices para la ayuda técnica de la OMPI, que deberían ser adoptadas en la próxima Asamblea General; y criterios a favor del desarrollo para la transferencia de tecnología.
República Dominicana, Sudáfrica, Bolivia y Egipto estuvieron entre los miembros del Grupo de Amigos del Desarrollo que habló en apoyo de las declaraciones de Brasil y Argentina, y enfatizaron que la creación de un programa para el desarrollo en la OMPI o una dimensión del desarrollo en la propiedad intelectual no es lo mismo que la ayuda técnica.
Sudáfrica subrayó que no apoyará ninguna sugerencia que proponga como programa para el desarrollo la ayuda técnica. Exhortó a todos los estados miembros a analizar cuidadosamente todos los elementos de la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo, que no se limita a la ayuda técnica, y que esperaba que el proceso continuaría sobre la base de todos los elementos. Reiteró que el compromiso de asegurar que el desarrollo sea incorporado a la OMPI debe ser holístico y que la OMPI, como otros organismos de la ONU, debe regirse por los objetivos de desarrollo más amplios del foro mundial.
Según el delegado egipcio, la dimensión del desarrollo debería estar en el centro de todos los acuerdos acordados en la OMPI, pero esto no puede ocurrir si no se consideran los elementos de la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo.
China también estuvo de acuerdo en que el programa de desarrollo de la OMPI no debería limitarse a la ayuda técnica y defendió que la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo ofreciera una oportunidad para estudiar el tema del desarrollo.
El Grupo Africano, coordinado por Marruecos, renovó en principio su apoyo a la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo de crear un Programa para el Desarrollo para la OMPI, calificándolo de iniciativa ambiciosa que apunta a dar la visibilidad necesaria con respecto a la importancia de la incorporación de la dimensión del desarrollo en los programas y actividades de la OMPI.
Marruecos manifestó que el Grupo Africano comparte muchas de las consideraciones planteadas en la propuesta relativas a la propiedad intelectual y el desarrollo. No obstante, la propuesta puede mejorarse ya que no aborda algunas cuestiones de importancia para los países africanos, en especial las cuestiones de la propiedad intelectual pertenecientes a los recursos genéticos, el conocimiento tradicional y el folklore.
El Grupo Africano dijo que estaba convencido de que la propiedad intelectual no debería ser considerada un fin en sí mismo sino un vector importante para el desarrollo. Puso de manifiesto numerosas consideraciones que deberían ser tomadas en cuenta, entre ellas la evaluación de los costos y las ventajas de la aplicación de la protección de la propiedad intelectual y la introducción de normas; la necesidad de tomar en cuenta los diferentes grados de desarrollo de los países y sus objetivos públicos (tales como salud y biodiversidad y acceso a la información y el conocimiento); y el equilibrio de los derechos entre los titulares de derechos y la sociedad.
El Grupo expresó que las necesidades de los países africanos van más allá de los programas de ayuda técnica y la creación de capacidad. También subrayó la necesidad de facilitar transferencia de tecnología y mejorar la capacidad de los países para asimilarla. Manifestó que incumbe a la OMPI tratar de facilitar esta transferencia de tecnología a los países en desarrollo, como organismo especializado de la ONU y de conformidad con el Acuerdo entre la ONU y la OMPI.
Con relación a la propuesta de Estados Unidos, Marruecos expresó que algunos aspectos complementaban la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo. Sin embargo, tenía ciertas reservas con relación a la base conceptual, ya que la propuesta de Estados Unidos asume que en todos los países existe infraestructura que permite el acceso a Internet. Debido a la división digital, no todos los países poseen los mismos servicios de Internet, y la propuesta de Estados Unidos debería estar vinculada con la realización de esfuerzos por reducir esta división digital.
Benin, en nombre de los países menos adelantados (PMA), felicitó las diferentes propuestas y dijo que le gustaría que el desarrollo estuviera incorporado en todos los programas de la OMPI.

No hay un criterio de medir a todos con la misma vara

Singapur, en nombre del Grupo Asiático, celebró la propuesta del Grupo de Amigos del Desarrollo y dijo que servía como una buena base para un diálogo constructivo. Introducir la dimensión del desarrollo en todas las actividades de la OMPI debería ser una prioridad para la organización, y es acorde con el centro del trabajo de la ONU y otros foros internacionales que apuntan a cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de la ONU.
La protección de la propiedad intelectual no es un fin en sí mismo y a la hora de aplicar los compromisos de los DPI no se aplica el criterio de medir a todos con la misma vara. El trabajo de la OMPI en la aplicación del Programa para el Desarrollo debería ser asumido de manera equilibrada, guiado por circunstancias únicas y peculiares en cada país y basado en consideraciones de política pública y prioridades de desarrollo nacional.
El Grupo Asiático dijo que “debe respetarse el espacio de política nacional de cada país, especialmente cuando se les pide a los países en desarrollo que asuman obligaciones internacionales. El Programa para el Desarrollo debería tomar en cuenta todos los impactos negativos en los usuarios de propiedad intelectual, en los consumidores en general y en las políticas públicas, no sólo los intereses de los titulares de la propiedad intelectual. Es vital inyectar este equilibrio y equidad en los distintos organismos de la OMPI”.
Expresó su voluntad de “contribuir a un sistema internacional de la propiedad intelectual que sea equilibrado y sensible a las necesidades de los países en desarrollo y los PMA”, así como a un sistema que “promueva la investigación, estimule la creatividad y fomente la innovación en beneficio de las sociedades en su conjunto”.
Singapur también leyó una declaración en nombre de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Dio la bienvenida a toda iniciativa dirigida a contribuir a integrar la dimensión del desarrollo en todos los sectores del trabajo y las actividades de la OMPI. La declaración explicó las diversas actividades que han asumido la ASEAN y la OMPI y se congratuló de que la OMPI se centrara en la “aplicación de la propiedad intelectual de manera de apoyar el crecimiento económico y la creación de riqueza”. Varios delegados y observadores consideraron que la declaración sugería sutilmente, contrario a las opiniones del Grupo de Amigos del Desarrollo, que la OMPI ya ha incorporado adecuadamente la dimensión del desarrollo en las actividades de ayuda técnica.
Pakistán, asociándose a la declaración del Grupo Asiático, declaró que las diversas propuestas no deberían distraer del tema central, que es asegurar que el sistema de propiedad intelectual brinde a los estados en distintos grados de desarrollo el necesario espacio político para atender sus necesidades de desarrollo. En los casos en que esas flexibilidades no existan, necesitarían introducirlas.
Añadió que es necesario examinar los instrumentos de propiedad intelectual existentes y que la idea de una “evaluación del impacto del desarrollo” amerita una atención muy de cerca ya que esto aseguraría normas más equilibradas y facilitaría los esfuerzos por crear consenso en normas necesarias para enfrentar los nuevos escollos.
Hablando en nombre del Grupo de América Latina y el Caribe (GRULAC), Jamaica expresó que la dimensión del desarrollo de la propiedad intelectual es parte integral de cualquier discurso sobre propiedad intelectual y formulación de normas. Si bien muchos consideran el sistema de propiedad intelectual como un aspecto importante de la política económica nacional, para utilizarlo como catalizador del desarrollo el sistema debe resolver los problemas fundamentales de los países en desarrollo.
Por esto la OMPI, como organismo de la ONU cuyos integrantes son en gran medida países en desarrollo, y que tiene a su cargo el mandato de promover la propiedad intelectual, debe abordar plenamente los intereses de los países en desarrollo en todos los aspectos de su trabajo.
La propiedad intelectual no es una panacea para el desarrollo. El Programa para el Desarrollo de la OMPI procura fortalecer la contribución de dicho organismo al sector del desarrollo. Pero, subrayó, “el Programa para el Desarrollo no es sólo acerca de fortalecer la ayuda técnica tanto cuantitativa como cualitativamente, sino que abarca otros aspectos importantes incluida la formulación de normas y la transferencia de tecnología”.

Una herramienta para el desarrollo

Italia, en nombre del Grupo B que comprende a países desarrollados de la OMPI, manifestó que le parecía bien profundizar la discusión de la relación entre el desarrollo y la propiedad intelectual en la OMPI. Dijo que la propiedad intelectual ha servido como herramienta para el desarrollo, y que incrementar el desarrollo del sistema internacional de propiedad intelectual, incluida la armonización, conduciría a un sistema de propiedad intelectual más simple y fácil de utilizar.
Añadió que la dimensión del desarrollo no es nueva para la OMPI, la cual ha asegurado la participación de los países en desarrollo en todos los sectores, y que los estados miembros son libres de procurar sus objetivos en todos los tratados de la OMPI y los temas nuevos de interés para los países en desarrollo (tales como recursos genéticos) se han convertido en parte importante del programa de la OMPI.
El Grupo B subrayó el trabajo de ayuda técnica de la OMPI y manifestó que es hora de realizar un “inventario y evaluación urgente” de las actividades de la OMPI en este campo y considerar si abordan las necesidades de los países receptores y cómo pueden ser mejor coordinadas con los programas de otras organizaciones internacionales.
El Grupo alentó a la Secretaría de la OMPI a realizar una evaluación amplia de las actividades de la OMPI en el campo del desarrollo e informar al Comité Permanente sobre la Cooperación para el Desarrollo Relacionada con la Propiedad Intelectual. El Grupo B considera a dicho Comité como el “foro apropiado” para profundizar el debate futuro.
Luxemburgo, en nombre de los 25 estados miembros de la Unión Europea, adhirió a la propuesta del Reino Unido y aplaudió la propuesta de Estados Unidos, calificándola de pragmática.
Las delegaciones de Estados Unidos, el Reino Unido y México, que también habían presentado documentos, aclararon en sus declaraciones que no apoyaban la creación de nuevos organismos en la OMPI para tratar el programa para el desarrollo.
Estados Unidos dijo que consideraba que la función de la OMPI es primordialmente proteger la propiedad intelectual, ya que hay otros organismos de la ONU que son organismos de desarrollo. Según Estados Unidos, el actual marco jurídico de la OMPI ofrece espacio suficiente para resolver las inquietudes de los países en desarrollo, y no apoyó la instalación de nuevos organismos. Si los estados miembros no estaban conformes con los organismos actuales, entonces había que revisar esos organismos.
Estados Unidos dejó en claro en la reunión que “no desaría cambiar” la OMPI en una dirección que disminuyera el apoyo que actualmente tiene de Estados Unidos.
El Reino Unido se refirió a sí mismo como un Amigo del Desarrollo también, pero rechazó la idea de que hubiera que crear nuevos organismos o que fuera necesario enmendar el Convenio de la OMPI como lo proponía el Grupo de Amigos del Desarrollo.
Según México, es la falta de conocimiento del sistema de propiedad intelectual lo que ha generado tensiones en los países en desarrollo y por eso debería haber esfuerzos por asegurar la divulgación del conocimiento sobre propiedad intelectual. Dijo, además, que la creación de otros organismos no ayudará.
Estados Unidos estuvo a la defensiva a la vez que presentó su propuesta sobre la creación de un “programa de asociación de la OMPI”, una herramienta basada en Internet que ayudará a “reunir a todos los interesados para compatibilizar necesidades específicas con los recursos disponibles y amplificar el impacto que causa en el desarrollo la ayuda para el desarrollo de la propiedad intelectual”, diciendo que no se refería sólo a la ayuda técnica. Este programa está dirigido a resolver las necesidades de una mejor coordinación, aprender de las necesidades reales de los países en desarrollo y lograr que la ayuda para el desarrollo tenga mayor vinculación con ellos.
La delegación suiza expresó sorpresa por el Programa para el Desarrollo de la OMPI, ya que en su opinión, ya existe y no necesita ser creado. Más que un nuevo proceso, lo que debería hacerse es adoptar un criterio más pragmático para utilizar el proceso que ya existe y ha dado tantos frutos, como forma de lograr resultados concretos duraderos.




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