Nº 186 - Noviembre 2004
Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
Gobiernos logran pocos acuerdos, pero empresarios concretan muchos negocios.
por
Claudio Lara Cortés
Las grandes naciones que miran al océano Pacífico se reunieron en noviembre en Santiago de Chile. La propuesta para iniciar las negociaciones de un tratado de libre comercio regional no se concretaron. Pero varias empresas concretaron negocios, y entre ellas se destaca el empuje de China invirtiendo en América Latina. Muchos de los temas olvidados por empresas y gobiernos se discutieron en el Foro Social Chileno.
En medio de un gigantesco despliegue de seguridad, los líderes y empresarios de las 21 economías del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) se reunieron en noviembre en Santiago de Chile. En el balance final del Foro de líderes destaca lo que se viene repitiendo por años: el compromiso político para lograr mayores progresos en las negociaciones multilaterales, en la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). También se subraya la activa participación del Consejo Consultivo Empresarial del APEC (ABAC) durante el desarrollo del Foro.
Sin embargo, la idea de avanzar en un acuerdo regional de libre comercio, como esperaban tanto los organizadores del Foro como los integrantes del consejo empresarial, no fue recogida en la declaración de Santiago. En verdad, de esta nueva reunión no se esperaban grandes resultados. La masiva publicidad del evento no se correspondía con los escasos avances que había tenido la implementación de las metas y acuerdos de la APEC.
Sin Tratado de Libre Comercio
El riesgo de que no se cumplan las metas de liberalización del comercio de bienes, servicios e inversiones establecidas en el encuentro de Bogor en 1994, o el compromiso adquirido en 2001 en Shangai de reducir en cinco por ciento el costo del comercio internacional de aquí al 2006, estaba –y está- muy presente en el ambiente empresarial. No por casualidad, el banquero chileno Hernán Somerville, como presidente de ABAC, exhortó en su primera carta a los líderes de los países miembros a discutir la forma de hacer más efectiva la aplicación de los acuerdos. Más tarde, los empresarios sugirieron a los 21 líderes que la mejor vía para avanzar en ese sentido era acordar un Tratado de Libre Comercio regional cuyas decisiones sean obligatorias, a diferencia de la situación actual, donde se toman medidas voluntariamente. Esta ambiciosa propuesta fue respaldada entusiastamente por el presidente de Chile, Ricardo Lagos, y recibió algunos apoyos en la reunión de ministros de finanzas en setiembre, además del director gerente del Fondo Monetario Internacional. Sólo el Tratado de Libre Comercio salvará a la APEC, parecía ser la consigna antes del Foro.
Pero las pocas probabilidades de éxito que tenía esta iniciativa, se esfumaron rápidamente con la visita del director general de la OMC, Supachai Panichpakdi, quien llamó a no desviar la atención del objetivo multilateral. Opinión similar manifestó el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick. No es de extrañar, entonces, que la escueta Declaración de Santiago subrayara: “El avance de la Ronda de Doha para el Desarrollo es nuestra primera prioridad para lograr la liberalización comercial”.
Además, en un implícito reconocimiento de los pocos avances logrados, la declaración agrega: “Hemos instruido a nuestros Ministros a realizar un estudio de cómo profundizar la liberalización comercial en la búsqueda de los objetivos establecidos en Bogor”. Se reconoce, asimismo, que los tratados de libre comercio bilaterales –que ya suman 14 entre ellos, con otros tantos en negociación-, “pueden hacer una contribución positiva al proceso de liberalización comercial. Para este efecto, hemos adoptado un conjunto de buenas prácticas para la convergencia de estos acuerdos preferenciales”.
La “comunidad de negocios”
Aunque el sueño de hacer un gigantesco tratado de libre comercio de todas las economías de la APEC no fue tomado en cuenta, la declaración hace especial mención al rol que jugó la “comunidad de negocios” en todo este proceso. Los integrantes de ABAC firmaron personalmente un documento en que se comprometen a erradicar la corrupción. Y este tema también fue parte de la declaración final de los líderes, quienes elaboraron a puertas cerradas (el denominado Retiro) el “Compromiso de Santiago para luchar contra la corrupción y asegurar la transparencia”.
Se incorporó, asimismo, la no muy clara vinculación entre comercio y seguridad. La iniciativa alienta a las “economías pertinentes a adoptar las medidas que permitan ratificar las convenciones universales básicas antiterroristas, y destacamos las acciones adoptadas por las economías en el área de la seguridad y el comercio”.
Si bien la cumbre APEC 2004 concluyó con pocas iniciativas novedosas, sus máximos representantes y los cientos de empresarios convocados no perdieron el tiempo. Importantes multinacionales como la taiwanesa Teco Electric & Machinery, la minera BHP Billiton y la Federal Express, anunciaron la realización de nuevos negocios en Chile.
Sin lugar a dudas, China fue la niña bonita de la APEC. Algunos analistas han llamado la atención sobre la estrategia de este país de no sólo abrir sus fronteras a los negocios y portarse como socio fiable según las convenciones internacionales, sino de haber empezado a comprar los recursos naturales disponibles en el planeta. En Chile, China Minmetals acaba de comprar las mineras cupríferas Collahuasi y Lomas Bayas.
China aprovechó, además, de oficializar su disposición de comenzar las negociaciones para un tratado de libre comercio con Chile. Ello, a cambio de ese preciado certificado de “economía de mercado” que necesita para su inclusión de hecho en la OMC, donde tiene el status precario de “economía de transición”.
Chile también sacó ventajas de la reciente cumbre APEC y acordó con Japón realizar un estudio de factibilidad para un posible tratado de libre comercio. Con Rusia firmó un convenio que elimina la doble tributación para mejorar los niveles de intercambio comercial. A su vez, se profundizó el análisis de las negociaciones del acuerdo comercial P3 que incorpora también a Singapur y Nueva Zelanda, y que podría ver la luz en el primer semestre de 2005. Habría que recordar que a la fecha Chile tiene cuatro tratados de libre comercio con economías APEC (México, Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur) y un Acuerdo de Complementación Económica (ACE 38) con Perú.
La CEO Summit 2004
Cabe señalar que simultáneamente a la Cumbre de Líderes de la APEC, se reunieron cerca de 600 ejecutivos y propietarios de empresas (la cumbre de ejecutivos empresariales CEO Summit 2004). Junto con dar su receta para lograr el éxito, los empresarios discutieron sobre el enorme déficit fiscal de Estados Unidos –de 412.000 millones de dólares en setiembre-, que ha traído como consecuencia que el dólar se ubique en sus menores niveles en cuatro años frente al yen y el euro. Este tema marcó la pauta en la reunión que sostuvo el G-20 en esos mismos días en Berlín, aunque no arrojó soluciones concretas para frenar este panorama.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ratificó en Santiago, tras una ronda de reuniones bilaterales con Japón y China, su compromiso con un dólar fuerte y dijo que trabajará para corregir el fuerte déficit de sus intercambios con el resto del mundo. Sus declaraciones se produjeron al día siguiente de una seria advertencia del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que cree que el déficit en cuenta corriente de su país no podría mantenerse en los niveles actuales, lo que implica que cierta devaluación del dólar sería inevitable si se quiere reducir el déficit. Europa también se está quejando de sufrir el impacto de un dólar en declive, y que sus fabricantes se están volviendo menos competitivos en los mercados internacionales. No obstante, Estados Unidos y Europa se han unido para presionar a China a que revalúe su moneda, lo que encarecería las exportaciones chinas. El gigante asiático ha sugerido que está considerando tomar medidas en ese sentido, pero aún no ha hecho nada. Estos temas que están aquejando seriamente a las economías de la Cuenca del Pacífico no fueron discutidos en el Foro de la APEC.
Foro Social Chileno
Tampoco fueron discutidas las razones del por qué el 65 por ciento de la población de los países miembros de este Foro -1.700 millones de personas- no recibe los beneficios de la globalización. Esas cuestiones en cambio fueron abordadas durante el Foro Social Chileno, después que más de 50.000 personas marcharon el viernes 19 de noviembre por las calles de Santiago para manifestar su rechazo a la APEC y a Bush. No eran cifras, eran personas de carne y hueso que debaten cara a cara alternativas frescas e imaginativas, que hagan posible otro futuro.
Mientras tanto, la APEC sólo ofrece una receta añeja y única: más liberalización de los mercados. Sin embargo, según el diario chileno El Mercurio (22 de noviembre, 2004), la mayoría de los empresarios “top” de la zona Asia-Pacífico estima después de la Cumbre que la liberalización del comercio en la región APEC no se alcanzará dentro del plazo, que es en 2010.
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Claudio Lara Cortés es economista chileno, director de la Revista Economía Crítica y Desarrollo, y asesor de organizaciones sociales y sindicales.
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