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   No. 179 - Abril 2004
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No. 179 - Abril 2004

América Latina

Repunta el ingreso de capitales pero se mantienen los vaivenes

por Rocío Lapitz

Pese al repunte de la inversión extranjera en América Latina, que se estima alcanzará este año casi los 40.000 millones de dólares, la misma se mantendrá por debajo de los niveles de 2002. Los flujos de capitales muestran enormes vaivenes, y buena parte de la recuperación se debe a menores pérdidas en el mercado de acciones y un fuerte aumento en los préstamos privados no bancarios.

Pese al repunte de la inversión extranjera en América Latina, que se estima alcanzará este año casi los 40.000 millones de dólares, la misma se mantendrá por debajo de los niveles de 2002. Los flujos de capitales muestran enormes vaivenes, y buena parte de la recuperación se debe a menores pérdidas en el mercado de acciones y un fuerte aumento en los préstamos privados no bancarios.

Los últimos datos publicados por el International Institute of Finance (IIF) en setiembre de 2003, muestran una mayor afluencia de capitales privados hacia los mercados financieros de los países emergentes. Esto refleja que los inversores internacionales están recobrando su confianza en los mercados de los países en desarrollo, así como también es un muestra de la recuperación de la economía de estos países que empuja las exportaciones, mejora sus cuentas corrientes y fortalece en cierta medida sus finanzas públicas.
La crisis económica de 2002 estableció que en ese año el flujo de capitales hacia los países usualmente definidos como “emergentes” cayera a 121.000 millones de dólares, el mínimo nivel en diez años. Sin embargo, la recuperación procesada en 2003 hizo que este flujo alcanzara la cifra de 162.000 millones de dólares, y se espera que para este año sea de 186.000 millones. América Latina mostró la misma tendencia, y el flujo de capitales pasó de 15.000 millones de dólares en 2002, a más de 26.000 millones en 2003 y se espera que aumente todavía más este año.
Considerando al conjunto de “mercados emergentes”, la recuperación de 2003 con respecto al año anterior estuvo centrada sobre todo en el mercado accionario, y no tanto por las inversiones a largo plazo. Esta tendencia se debió a que los bonos públicos pagaron tasas de interés muy altas en comparación con los bajos rendimientos de los activos de los países desarrollados. El riesgo asociado a esta afluencia se debe a la volatilidad de las tasas de interés. Si la evolución de las tasas se revierte, es probable que el flujo de capitales varíe en el tiempo y se destine nuevamente hacia países desarrollados.

 

Flujo Neto de Capitales Externos hacia Mercados Emergentes.

Miles de millones de dólares; basado en el International Institute of Finance (2003); los datos 2003/4 son estimados.

 

 

2001

2002

2003

2004

MERCADOS EMERGENTES

 

 

 

 

 Flujo Neto Privado

133.2

121.2

161.9

185.7

   Inversión Extranjera Directa

142.8

112.1

102.8

119

   Inversión en Acciones

7.1

-0.9

13.3

16.9

   Préstamos Priv. No Bancarios

9.8

15.7

32.4

39.4

   Préstamos Comerciales Bancarios

-26.6

-5.7

13.4

10.4

 Flujo Neto Oficial

11.1

-3.2

-5

-9.1

AMÉRICA LATINA

 

 

 

 

 Flujo Neto Privado

51.9

15.0

26.4

39.4

   Inversión Extranjera Directa

60.7

35.2

24.8

32.2

   Inversión en Acciones

-1.3

-2.2

-0.6

-0.2

   Préstamos Priv. No Bancarios

2.1

-4

8.3

13.4

   Préstamos Comerciales Bancarios

-9.6

-14

-6

-6.2

 Flujo Neto Oficial

22.9

7.9

11.1

-1.3

 


La inversión extranjera directa en América Latina sufrió un gran golpe luego de la crisis de 2002, con una reducción de 42 por ciento respecto del año anterior, debido sobre todo a la inestabilidad generalizada de las economías latinoamericanas, tanto por factores económicos como políticos. La inversión extranjera directa superó en 2002 los 35.000 millones de dólares, según datos del IIF.
A pesar de la recuperación económica en algunos países, los inversores mantenían cautela en el caso latinoamericano. Es por ello que, a pesar de la recuperación de los flujos de capital, la inversión extranjera directa en 2003 volvió a ser menor a la del año anterior. Se observa una contracción de más de 10.000 millones de dólares con respecto a los niveles de 2002, lo que representa una caída de casi el 30 por ciento. Se estima que este año habrá una recuperación neta de la inversión extranjera, alcanzando o superando los 32.000 millones de dólares, una cifra que si bien es superior a los ingresos de 2003, sigue siendo menor a los de los años anteriores.
La recuperación del flujo de capitales en 2003 se debió principalmente a los préstamos privados no bancarios, que incluyen los montos girados por instituciones como los fondos de inversión. En ese rubro se creció 307,5 por ciento con respecto al año anterior y para este año se estima un crecimiento de 61 por ciento. Un primer análisis puede indicar que este hecho es positivo, aunque deberá verse el destino de esos fondos, ya que siempre existe el riesgo que generen obligaciones en un futuro cercano. En el caso de la inversión extranjera directa, la caída de 2003 fue de casi 30 por ciento, para volver a crecer 30 por ciento en este año. Estas tendencias, en subidas y bajadas, ejemplifican las enormes fluctuaciones a las que están sujetas las economías latinoamericanas.
La salida neta de capitales en acciones se mantuvo, aunque se redujo en 2003, y todavía más según las estimaciones de 2004 (caídas de las salidas respectivamente de 72,2 y 66,6 por ciento). Este flujo está atado a las cotizaciones de las acciones de las empresas afincadas en la región, que en muchos casos han dejado de ser atractivas. Pero además, son inversiones que en varias circunstancias apuntan al corto plazo, y por lo tanto pueden generar nuevas inestabilidades en la región. Esta es un área donde también se necesitan reglas más claras para determinar las estrategias de los países latinoamericanos en términos de inversión.
Es importante ser cauto ante las proyecciones del IIF. La afluencia de capitales hacia países latinoamericanos depende de varios factores exógenos. Entre los elementos que impulsan el movimiento de capitales se encuentra la recuperación de las economías desarrolladas, ya que existe un vínculo directo entre su nivel de actividad y los flujos de capitales hacia naciones en desarrollo. Otro factor es la diferencia de tasas entre estas economías.
Si se cumplen estas predicciones del repunte en el ingreso de capitales, será una buena noticia para América Latina, ya que la inversión extranjera directa sigue siendo un factor clave en las economías de la región. Sin embargo, una vez más, América Latina juega un papel menor en las decisiones que explican esos flujos. En la mayor parte de los casos, los papeles relevantes en la toma de decisiones sobre las inversiones se encuentran fuera de la región, y en casi todos los casos, esos agentes toman sus decisiones basados en las tasas de retorno y la percepción del riesgo nacional y regional. Se establece así una fuerte dependencia latinoamericana, donde estos factores exógenos tienen en muchos casos un peso mayor a las propias autoridades nacionales a la hora de orientar el destino de sus capitales.
Los vaivenes que han sufrido los flujos de capital también pone en evidencia la enorme importancia que pueden tener los regímenes jurídicos de regulación sobre las inversiones. En ese terreno, las propuestas que se vienen discutiendo en torno al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) apuntas a otorgar a los inversores privados una condición análoga a las del Estado, de donde una cierta definición de “libre” flujo de inversiones se convierte en un fin en sí mismo, quedando excluidas las posibilidades de regularlos para atender a las estrategias de desarrollo nacional.
Además, durante muchos años la economía de algunos países latinoamericanos ha dependido excesivamente del sistema financiero, lo que los hace muy vulnerables a los vaivenes en el ingreso de capitales desde diferentes partes del mundo. Si bien esto puede tener algunos aspectos beneficiosos, ya que permite contar con un financiamiento de la inversión, es clave considerar el destino de esos fondos. Las implicancias no son las misma si se destinan a la especulación financiera, que a inversiones en el sistema productivo. Por lo tanto, siguen pendientes tareas esenciales que hacen a la regulación de la inversión extranjera y su articulación con las metas del desarrollo nacional.

------------ Rocío Lapitz es analista de información en Desarrollo, Economía, Ecología y Equidad América Latina (D3E).




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