No. 178 - Marzo 2004
Informe 2004 de la OIT
Desempleo mundial alcanzó nivel sin precedentes en 2003
por
Kanaga Raja
El desempleo mundial alcanzó niveles excepcionalmente altos el año pasado, según el informe anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que subrayó la necesidad de dar prioridad a las políticas de empleo para combatir el desempleo y la pobreza del sector denominado “pobres que trabajan”.
La cantidad de personas desempleadas y en busca de trabajo en 2003 alcanzó la cifra récord de 185,9 millones, o un 6,2 por ciento del total de la fuerza de trabajo. Se trata de la mayor cifra de desempleo registrada hasta ahora, según manifiesta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe anual, “Tendencias Mundiales del Empleo 2004”.
Este aumento del desempleo ocurrió a pesar de un aumento del crecimiento económico, después de dos años de desaceleración, añadió la OIT. El nivel de desempleo récord de 2003 representa, sin embargo, un aumento mínimo con respecto al del año 2002, que fue de 185,4 millones.
La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mostró un optimismo cauteloso con relación a 2004 y dice que la demanda creciente del mundo industrializado, el aumento del comercio y un crecimiento paralelo de la demanda interna podrían dar cierta esperanza en cuanto a perspectivas de empleo.
En la primera mitad de 2003, el aumento del desempleo y del subempleo tuvo como causa la lentitud del aumento económico del mundo industrializado, el impacto que la epidemia del Síndrome respiratorio agudo severo (SARS, neumonía atípica) tuvo en el empleo en Asia y los efectos de los conflictos armados, esto último en mayor medida con repercusiones en el empleo del sector viajes y turismo.
La recuperación económica que tuvo lugar en la segunda mitad de 2003 pareció desacelerar el deterioro de la situación mundial del empleo y, de mantenerse, podría continuar haciéndolo a lo largo de 2004.
La tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial promedio fue de 3,2 por ciento en 2003 y las proyecciones para 2004 la ubican en 4,1 por ciento, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) citadas por la OIT. El comercio mundial aumentó levemente en 2003: un tres por ciento comparado con el 2,5 por ciento de 2002.
“Las tasas de crecimiento previstas para América Latina y el Caribe, Medio Oriente y África del Norte, y las economías de transición (más del cuatro por ciento), para todas las subregiones de Asia (7,1 por ciento en Asia Oriental, 4,5 por ciento en Asia Sudoriental y 5,8 por ciento en el sur de Asia), y en el África subsahariana (apenas por debajo de cinco por ciento) deberían ser suficientemente altas como para permitirles a esas regiones generar nuevas oportunidades de empleo”, se dice en el informe de la OIT.
“Es demasiado pronto para decir que hemos superado lo peor”, declaró el director general de la OIT, Juan Somavia. “Nuestra mayor preocupación es que si la recuperación falla y nuestras esperanzas de más y mejores puestos de trabajo se siguen dilatando, muchos países no podrán reducir la pobreza a la mitad, tal como se había fijado para 2015 en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pero podemos revertir esta tendencia y reducir la pobreza si las autoridades responsables dejan de tratar al empleo como si fuera algo secundario y ubican el trabajo digno como un objetivo que esté en el centro de las políticas macroeconómicas y sociales”.
Tendencias del (des)empleo
La OIT dijo que entre los desempleados del mundo, aproximadamente 108,1 millones son hombres, 600.000 más con respecto a 2002. Entre las mujeres hubo un leve descenso, de 77,9 millones en 2002 a 77,8 millones en 2003.
Sin embargo, los más afectados son los jóvenes: 88,2 millones, entre 15 y 24 años, enfrentaron una tasa de desempleo de 14,4 por ciento, más del doble de la tasa de desempleo mundial de 6,2 por ciento.
Paralelamente al deterioro de la situación del empleo, las dimensiones de la economía informal decrecieron en las regiones en desarrollo con tasas de crecimiento del PIB bajas.
La OIT reveló que la cantidad de “pobres que trabajan” -personas que viven con el equivalente a un dólar o menos por día- se mantuvo estable en el nivel de 2002, de 550 millones. Este estancamiento continuado haría imposible alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir la pobreza mundial a la mitad para el año 2015, se señaló en el informe.
Según el director ejecutivo de empleo de la OIT, Goran Hultin, uno o una de cada cuatro integrantes de la fuerza de trabajo mundial está o bien desempleado o desempleada, o vive por debajo de la línea de pobreza. Es imperioso resolver el problema de la pobreza aumentando los ingresos de los “pobres que trabajan”, así como también aumentando la intensidad del empleo convirtiéndolo en el elemento central de la política económica, expresó.
Las regiones industrializadas experimentaron una recuperación con respecto a la desaceleración económica de los últimos dos años, especialmente en la segunda mitad de 2003. El crecimiento notable del PIB en Estados Unidos quedó ensombrecido, sin embargo, por la escasa actividad en la creación de puestos de trabajo, y las tasas de desempleo permanecieron en niveles altos de alrededor del seis por ciento.
Si bien hubo evoluciones positivas en los mercados laborales de algunos países de la Unión Europea, Japón finalmente logró salir de su larga crisis, a pesar de la tasa de crecimiento algo baja de su PIB, que registró un nivel de 1,5 por ciento. No obstante, tal vez le lleve algún tiempo alcanzar los bajos niveles de desempleo de principios de la década del 90, por debajo del tres por ciento.
América Latina y el Caribe, la región más afectada por la desaceleración económica mundial de 2001 en términos de crecimiento de la producción así como de pérdida de empleo, experimentó cierta recuperación en 2003 (1,6 por ciento, después de una disminución de 0,1 por ciento en 2002). Hasta la fecha, la recuperación del empleo ha sido lenta.
A pesar de las sólidas tasas de crecimiento del PIB superiores al siete por ciento, Asia oriental tuvo un aumento del desempleo, atribuible en gran medida a China por el proceso de transformación en curso de la agricultura a las industrias de fabricación y servicios que hacen un uso menos intensivo del empleo, y a la reorganización del sector público.
En el sur de Asia, la tasa de desempleo permaneció estable a pesar del aumento de 5,1 por ciento de su PIB. Es así que esta región no experimentó una disminución de los “pobres que trabajan”, además de que aumentó el empleo informal. La cantidad de “pobres que trabajan” representa ahora un 40 por ciento de la cifra total de empleados. Asia oriental, mientras tanto, experimentará un leve aumento del desempleo debido al elevado número de ingresos al mercado laboral: más de seis millones de personas por año hasta 2015.
Medio Oriente y África del Norte registraron la mayor incidencia de desempleo del mundo, con una tasa de desempleo de 12,2 por ciento. Esto se debió a una gran reestructura del empleo en el sector público y a elevadas tasas de crecimiento de la fuerza de trabajo.
La región del África subsahariana tuvo una leve disminución de las tasas de empleo. La tasa de desempleo promedio de 2003 fue de 10,9 por ciento. La elevada incidencia del sector de los “pobres que trabajan” conjuntamente con la pandemia del VIH/Sida constituyen el mayor obstáculo para el crecimiento y el desarrollo de esta región.
Laurence Johnson, analista de empleo de la OIT, dijo que el África subsahariana necesita crear aproximadamente ocho millones de puestos de trabajo por año en los próximos 12 años para absorber el número en rápido ascenso de personas en busca de trabajo.
Desempleo y reducción de la pobreza
Johnson también se mostró cauto en cuanto al optimismo de que la proyección del aumento del crecimiento del PIB en Estados Unidos se traduciría en un aumento del empleo.
La economía mundial registró un crecimiento del PIB pero no un crecimiento general del empleo en 2003, una perspectiva que es necesario que cambie si se quiere lograr el Objetivo de Desarrollo del Milenio de reducir la pobreza a la mitad para 2015.
“El reto en general es absorber los 514 millones de nuevos ingresos a los mercados laborales del mundo y reducir los niveles de ‘pobres que trabajan’ para el año 2015”, se dijo en la OIT. “De qué manera el crecimiento del PIB se traducirá en aumento del empleo en 2004 y en los años sucesivos, depende de los esfuerzos de las autoridades para priorizar la importancia de las políticas de empleo y ponerlas en pie de igualdad con las políticas macroeconómicas”.
Se exhortó a las autoridades políticas a resolver los problemas de desempleo y subempleo generalizados, y diseñar políticas a favor de los pobres que les permitan a ellos y a sus familias, salir de la pobreza a través de un empleo digno. (SUNS)
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