Actualidades / Naciones Unidas
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No. 60 - Segunda quincena de Marzo 1995
Principios básicos en la reforma de la ONU
Democracia, pluralismo y transparencia son los principios básicos que deben guiar las reformas institucionales de la ONU, según el South Centre.
En el "Foro sobre el Futuro de Naciones Unidas", celebrado en los primeros días de marzo,en Viena, el South Centre presentó un documento en el cual reclama algunas reformas básicas del organismo mundial que le permitan servir a la humanidad en forma dinámica, sensible y efectiva.
En una era de democracia y pluralismo, afirma el South Centre, la Organización de Naciones Unidas "debe encabezar y ser vista como líder en la práctica de la democracia en todos sus órganos y procesos".
Y continúa: "el Consejo de Seguridad debe estar compuesto por miembros totalmente responsables, designados a partir de una fórmula democrática establecida por la Asamblea General, (y) todas las veces debe actuar de manera transparente, con informes permanentes y en estrecha consulta con la Asamblea General".
Igualdad soberana
Como medida provisoria, agrega el documento, si bien se han hecho esfuerzos por aceptar e introducir nuevas fuentes de financiamiento para la ONU, todos los miembros deben aplicar los principios democráticos de recaudación de ingresos y de gobierno con respecto a sus contribuciones a la ONU, y alertar a sus legisladores y ciudadanos en cuanto a que esto implica que nadie contribuye "más" a la ONU. La ley de la igualdad soberana de los estados miembros debe ser plenamente respetada y todo miembro que la infrinja debe hacerse responsable.
El documento señala que la conferencia fundadora de San Francisco negoció y adoptó una definición legal de "igualdad soberana" (que abarca todos los valores originales de democracia, responsabilidad y respeto por la diversidad) y resolvió que los estados son jurídicamente iguales, que cada uno de ellos goza del derecho inherente de la plena soberanía, que la personalidad del estado es respetada al igual que su integridad territorial e independencia política y que el estado debe cumplir totalmente sus derechos y obligaciones internacionales.
Si bien esto no está inscrito en la Carta, se asumió que la adopción formal de la definición por el organismo constituyente aseguraría su aplicación uniforme, "y sigue siendo parte integral de la legislación de la ONU".
Injerencia de la ONU en la coordinación macroeconómica
La ONU, continúa exponiendo el documento del South Centre, debe ser facultada para resolver asuntos relativos a la economía mundial, estableciendo una genuina responsabilidad multilateral por la coordinación macroeconómica, conforme a los mandatos existentes y totalmente aplicables, pero poco usados, de la Carta.
Las mejoras a la coordinación entre el Grupo de los 7 o los esfuerzos combinados de un Grupo de los 7 ampliado con el FMI son "insuficientes e inaceptables" y la función debe ser reasignada a la ONU, quien debería poder adoptar un enfoque integral efectivo de los problemas mundiales.
Al respecto, la Asamblea General de la ONU debe activar el Artículo 58 y reflotar los Artículos 57, 63 y 64, ejerciendo un liderazgo político en los temas de política macroeconómica y social, integrando a todos los organismos especializados -incluidos el BIRF, FMI y OMC- dentro de su dirección política.
Debe utilizarse plenamente al ECOSOC en el ejercicio de sus responsabilidades y nada de su mandato o composición le impide proveer "los servicios de seguridad económica ahora tan ampliamente discutidos, salvo la falta de voluntad de un pequeño número de estados miembros de trabajar en favor de toda la economía mundial en un organismo mundial".
Una vez reafirmada la función del ECOSOC, la designación de mecanismos para facilitar un diálogo de política a alto nivel y bien centrado así como la creación de organismos del ECOSOC más pequeños y con fines específicos no debería presentar problemas graves.
Habrá que reconstruir la capacidad intelectual de la ONU y de sus órganos para asumir un trabajo analítico y centrado en la política, altamente creativo y de calidad, en los campos económico y del desarrollo, luego de los muchos años de erosión sistemática en favor de las instituciones de Bretton Woods.
También es necesario dar un fuerte respaldo institucional y financiero a la UNCTAD, para permitirle que siga contribuyendo a la solución de los problemas mundiales del desarrollo.
Como parte principal de esta estragegia, habría que comenzar un proceso intergubernamental "superior y amplio" para reformar las instituciones de Bretton Woods: evaluar y redefinir sus mandatos y funciones, teniendo en cuenta la necesidad de restaurar algunos de sus cometidos originales que han sido olvidados. Deberían introducirse cambios apropiados para democratizar la conducción y los mecanismos internos de toma de decisiones, así como también para la evaluación y el control riguroso y continuo de su desempeño.
Regular actividades de las trasnacionales
Es necesario crear un mecanismo efectivo dentro de la ONU para establecer un marco de evaluación y regulación internacional con relación a las actividades y políticas de las empresas trasnacioales, que se están convirtiendo cada vez más en actores influyentes en el escenario mundial y dentro de la propia ONU.
Si se quiere revitalizar y fortalecer el sistema de Naciones Unidas, la introducción de un financiamiento adecuado constituye una prioridad máxima y el objetivo debería ser liberar a la ONU de la excesiva dependencia de un único estado miembro.
Habría que revisar las normas relativas al cumplimiento de las obligaciones legales de contribución total y puntual y aplicarlas a todos los miembros infractores. Habrá que ponerse de acuerdo en torno a nuevas fuentes de financiamiento para apoyar las actividades de la ONU e introducir el tema como asunto de carácter urgente.
Para revitalizar el Servicio Civil Internacional, después de muchos años de olvido y desmoralización, habría que crear una comisión de corto plazo independiente y representativa para estudiar la situación y recomendar políticas y programas para llevar el Servicio al grado de excelencia exigido y establecer con firmeza su independencia intelectual y su capacidad de comprometerse con los objetivos mundiales de la ONU.
Fuente: Red del Tercer Mundo
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