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Análisis / Comercio


No. 62 - Segunda quincena de Abril 1995

"Rocky" Ruggiero

Habilidad diplomática y amplia experiencia

por Chakravarthi Raghavan

Renato Ruggiero, conocido en alguna prensa occidental con el apelativo de "Rocky" Ruggiero, exhibió su habilidad diplomática en algunos encuentros con los medios de difusión luego de su nombramiento como nuevo director general de la OMC, pero se cuidó de mostrar su verdadera personalidad.

Un Ruggiero radiante apareció en una conferencia de prensa organizada por la Delegación de la Unión Europea ante la Organización Mundial de Comercio (OMC). Afirmó que sería el director general de todos los miembros de la OMC y las partes contratantes, y efectuó otras declaraciones de carácter personal.

En sus respuestas intentó ser equilibrado y dejar contentos a todos, en especial a la prensa, con un discurso irresistible para los políticos y los diplomáticos, sobre sus excelentes relaciones y su identificación con los medios de difusión de Roma y Bruselas, que espera continuar en Ginebra.

Es posible que Ruggiero logre tener éxito en la tarea de moldear la Secretaría de la OMC. En esto vale su amplia experiencia en los vericuetos de la burocracia italiana y de la Comisión Europea. Ruggiero ha sido diplomático, secretario general del Ministerio de Comercio italiano y jefe del gabinete del presidente de la Comisión de la Comunidad Europea, y también ocupó el cargo de ministro de Comercio de su país y fue presidente del Consejo de la Comunidad Europea de los Ministros de Comercio.

En la conferencia de prensa que ofreció junto con el representante comercial de Estados Unidos, Mickey Kantor, en Washington, prometió una estructura "sencilla, eficiente y creíble" para servir a la OMC.

No hay certeza, en cambio, de que Ruggiero pueda impresionar del mismo modo a los diplomáticos del Tercer Mundo como lo hizo Sutherland en cuanto a su sentido de "justicia" para defender los intereses del Sur con respecto a las potencias.

Es que Ruggiero es un líder ansioso por imprimir un tinte político a su trabajo y tiene una tendencia similar a la de Sutherland por cultivar toda la publicidad y la difusión que se le presenten.

Tampoco es seguro que demuestre ser un Wyndam White (el primer director general del GATT), quien luego de participar en las negociaciones entre el GATT y la Carta de La Habana llegó a Ginebra para organizar la Secretaría de Servicios para el Contrato.

Sin embargo, Ruggiero no estará partiendo de cero, sino enfrentando una Secretaría del GATT/OMC cuya moral ha dejado mucho que desear, y deberá convertirla en una órgano funcional. Se trata de una tarea titánica, según la opinión de muchos observadores y funcionarios.

Pescador de ilusiones

En sus reiteradas declaraciones a la prensa, Ruggiero siempre intentó conformar a todos. Desde 1990, cuando era ministro de Comercio italiano y presidente del Consejo de Comercio de la Comisión Europea, promovió un producto institucional (al que calificó como "una forma de enmascarar el fracaso de las negociaciones y de crear un foro para continuarlas"), pasando por los diversos comentarios y explicaciones de dichos comentarios, hasta su campaña electoral, que finalizó en la conferencia de prensa celebrada en Washington el martes 21 de marzo y los dos encuentros siguientes con la prensa en Ginebra.

En tres o cuatro oportunidades señaló que era "un buen amigo de Estados Unidos", recordando su actuación en la Comisión Europea y en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), como un "sherpa" italiano para las conferencias cumbres del Grupo de los 7; su participación en el establecimiento de los euromisiles en Italia, hasta el apoyo recibido de EEUU para su elección.

Problemas de lenguaje y transcripciones

Reflexionando sobre sus numerosos comentarios a la prensa y teniendo en cuenta el uso que hace del lenguaje -desprovisto de gramática, que ofusca o transmite lo contrario- es difícil precisar exactamente lo que Ruggiero hará en el ejercicio de su cargo.

Pero en la conferencia de prensa, incitado por una pregunta provocativa, afloró el verdadero Ruggiero.

Intentó dar por tierra los temores de los enviados del Tercer Mundo por sus comentarios sobre la agenda de la nueva OMC, y subrayó que algunas delegaciones habían planteado estos temas (en Marrakesh) pero no se había llegado a un acuerdo de "si debe haber una discusión, cuándo, dónde y qué propósito tendrá".

"Mi opinión personal es que el proteccionismo no es la respuesta a este problema", expresó.

Pero en Washington, junto a Kantor, Ruggiero se refirió a "una reunión de cerebros" y agregó que también tenía "reuniones de cerebros" similares en muchas otras capitales.

Luego abordó algunos de los temas de la agenda de la OMC . Según una transcripción de esa conferencia de prensa, en relación a los acuerdos de la Ronda Uruguay y a la inquietud de varios países con respecto a los arreglos particulares, dijo que su único compromiso era poner en práctica todos los acuerdos.

Luego se refirió a la importancia de los "temas nuevos" y a la diversidad de áreas incorporadas al propio acuerdo y a la agenda: "Diría que la agenda fue mejorada y ampliada en Marrakesh. Me refiero a que hubo un acuerdo muy importante sobre la creación de un comité de comercio y medio ambiente, que son de los principales esferas de acción de la OMC, pues debemos mejorar y fortalecer la relación entre comercio y medio ambiente. Será de vital importancia si queremos lograr el crecimiento (...) y un mundo en el cual podamos vivir todos".

"Algunas delegaciones (...) propusieron una estructura similar para el problema de las normas laborales. Por eso hay una cantidad de preguntas que de una forma u otra han sido aceptadas. Bueno, ésta es la agenda, y el problema ahora es cómo ponerla en práctica. Qué es lo primero, cómo resolver ésta o aquélla dificultad. Y, por cierto, esto no está incluido en mi poder de tomar decisiones, pues no lo tengo en ese terreno. Debemos ver juntos la estructura de (¿la Secretaría?) y las partes contratantes, cómo mejorarán..."

Ante la pregunta de si mantuvo una reunión con el embajador Kantor sobre el papel del trabajo y el medio ambiente en la OMC y si esos temas forman parte de la reunión de cerebros Ruggiero respondió:

"Bueno, llegamos a un acuerdo con la reunión de cerebros en (¿todos?) los temas, lo que no significa que veamos la cuestión exactamente de la misma forma, sino que seguramente notamos que existe el problema: que no hay argumentos que deban ser finalmente excluidos de las conversaciones y del diálogo. Tenemos que acordar cómo y cuándo. Pero todos estamos de acuerdo en que sería difícil ver y excluir argumentos que han sido planteados".

La impresión general de los enviados -tal vez injusta para con Ruggiero- es que intentaría impulsar estos temas que cuentan con el favor de la alianza transatlántica.

¿Más normativa y menos intervención estatal?

Después de la finalización de las negociaciones, en diciembre de 1993, los enviados del GATT y Sutherland hicieron hincapié en el nuevo sistema de comercio como "de carácter normativo", apartándolo del slogan ideológico del "libre comercio" que no tiene sustancia en la OMC y en sus acuerdos, como tampoco lo tiene el antiguo GATT.

En sus comentarios en Washington, y más aún aquí, Ruggiero se esmeró en señalar que la facultad para tomar decisiones en la OMC (ya sea para la aplicación de los acuerdos o de cualquier agenda nueva) radica en los miembros y las partes contratantes y no en él como autoridad de la Secretaría.

En Ginebra, después de las decisiones de la reunión de los jefes de delegación, Ruggiero manifestó que su primer trabajo como director general de la OMC sería promover el libre comercio que -indicó- no es una doctrina económica sino que significa combatir el proteccionismo y reducir los obstáculos comerciales para compartir los beneficios del crecimiento con los demás.

"No podemos cerrar nuestras fronteras a los bienes. Si creemos que podemos hacerlo, tenemos que aceptar inmigrantes de los países en desarrollo. Si creemos que podemos cerrar las fronteras a los bienes y a los inmigrantes, tendremos mayor violencia en el mundo."

También habló de la necesidad de encarar las acciones de las empresas privadas, grupos de consumidores, etc., a través de las normas de competencia de la OMC. Pero dado que la OMC y el slogan del "libre comercio" implican reducir la intervención estatal, no quedó claro cómo plantear restricciones voluntarias a nivel privado partiendo de normas laborales y ambientales para empresas y grupos de consumidores del Norte.

Fuente: SUNS




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