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No. 62 - Segunda quincena de Abril 1995

Japón

Temor por inestabilidad de mercados financieros

Pérdidas sin precedentes en la bolsa de Tokio y un alza abrupta del yen en relación al dólar aumentaron los temores de que el caos de los mercados financieros se haya vuelto incontrolable para los gobiernos.

El Indice Nikkei se desplomó a comienzos de abril 758,66 puntos, equivalentes a 4,7%, para colocarse en 15.381,29 puntos, el nivel más bajo en 32 meses. Pero el mercado se recuperó ligeramente después del anuncio del gobierno de que destinará recursos del Estado para apuntalar los precios declinantes de la bolsa.

La razón principal del dramático hundimiento, registrado en el primer día del nuevo año fiscal de Japón, fue la astronómica valorización del yen. La moneda japonesa alcanzó la marca de 85,5 unidades por cada dólar estadounidense, en comparación con la paridad de 100 unidades registrada a comienzos de 1995.

Shoichiro Toyoda, dirigente de Keidanren, el mayor grupo empresarial de Japón, declaró que la economía japonesa se encuentra actualmente en "una situación muy delicada" y previno que la crisis financiera podría perjudicar a las firmas del país dependientes de las exportaciones.

El día siguiente, el yen permaneció a 85,5 por dólar, un mínimo histórico desde la Segunda Guerra Mundial. El encumbramiento del yen no parece incidir significativamente en la balanza comercial de Japón, pero en cambio ocasiona grandes pérdidas a las empresas exportadoras.

Por ejemplo, el gigante automovilístico Toyota pierde 1.000 millones de dólares cada vez que el yen se revaloriza en una unidad por dólar.

Los analistas señalaron que la crisis financiera de México, la quiebra del banco británico Barings y la caída del dólar estadounidense han demostrado que las turbulencias de los mercados financieros pueden trastornar inclusive a las economías de los países más ricos del mundo.

El Grupo de los Siete (G-7) países industrializados, que sostendrá su cumbre anual en junio próximo, confía en encontrar las fórmulas que permitan fortalecer las instituciones financieras para que afronten en el futuro crisis eventuales semejantes a la de México.

Expertos financieros previnieron que Japón debe adoptar medidas severas si pretende estabilizar su moneda e infundir confianza a largo plazo en sus mercados de capitales.

"Japón se rehusa a reconocer que un yen fuerte es un problema real que lo ha colocado en aprietos", dijo Richard Cool, un analista del Instituto de Investigaciones Nomura de Tokio.

La percepción general en Japón es de que la actual turbulencia en el mercado de cambios se relaciona con el déficit de presupuesto de Estados Unidos y con una disminución del ritmo de crecimiento de la economía norteamericana.

"El gobierno de Estados Unidos no está haciendo nada para detener la caída del dólar. Hasta que no veamos una acción definitiva de Washington, nada podremos hacer", comentó un funcionario del Banco Sanwa.

A pesar de esas opiniones, los analistas financieros creen que el gobierno de Tokio tendrá que responder a las demandas de los inversionistas que reclaman decisiones inmediatas.

Se esperaba que el Banco de Japón redujera la tasa oficial de descuento en un esfuerzo último por detener la valorización de la moneda japonesa en relación al dólar.

El Banco de Japón había descartado anteriormente la reducción de la tasa de descuento, que equivale al interés por sus préstamos al sistema bancario, y continuó comprando dólares en un intento por revertir la tendencia vigente.

Funcionarios del banco explicaron que antes de tomar nuevas medidas esperaban observar el efecto que causaría la reducción de la tasa de descuento, anunciada a un nivel récord de 1,75%.

Cool observó que el lento crecimiento de la economía japonesa durante los últimos años no constituye el mejor ambiente para la reducción de las tasas de interés.

"La situación actual no es comparable a la de los años 80 cuando los inversionistas japoneses se beneficiaron con las altas tasas de interés ofrecidas en los mercados internacionales. En los 90, no existen tasas similares, lo que implica que las tasas oficiales de descuento no tendrán influencia a largo plazo", dijo Cool.

Los expertos pronostican que la paridad cambiaria continuará oscilando este año entre 80 y 90 yens por dólar. En consecuencia, se espera que el mercado permanezca pesado, a menos que Japón adopte medidas para enfrentar los problemas fundamentales de su economía.

Los analistas sostienen que el gobierno debe aumentar el gasto en obras públicas, tomar medidas para asegurar que su anunciado proceso de desregulación se ejecute y disminuir su actual superávit financiero.

Los empresarios japoneses han criticado el programa de cinco años de desregulación anunciado en abril por el gobierno. "No creo que responda a las exigencias internas y externas de Japón", dijo Toyoda del grupo Keindaren.

Las compañías intermediarias han acusado al Ministerio de Finanzas de bloquear las innovaciones en las orientaciones de la cartera y de imponer medidas restrictivas.

Chris Calderwood, de la firma británica de corredores BZW, dijo que las políticas japonesas en ejecución son lentas en comparación con otros paises desarrollados. "Tokio debe adoptar decisiones para eliminar las regulaciones proteccionistas y estimular los mercados de valores y el conjunto de la economía", sostuvo.

Otros expertos puntualizaron que la resistencia a las desregulaciones han impedido la globalización del sector bursátil. "Sólo el mercado de las exportaciones de Japón ha sido globalizado", indicó Cool.

El experto observó que un yen fuerte favorece a las economías asiáticas porque impulsará las inversiones japonesas y aumentará las exportaciones hacia Japón.

Pero países como Tailandia, Filipinas e Indonesia, que han contraído cuantiosos préstamos en yen con bancos japoneses, se muestran alarmados porque sus obligaciones aumentan a medida que el yen se fortalece.

Fuente: SUNS/IPS

Asia: la región de mayor crecimiento Las economías en desarrollo de Asia crecerán a un promedio de 7,5% durante los dos años próximos, lo que les permitirá mantener el envidiable título de la región de más rápida expansión del mundo, afirmó un estudio del Banco Asiático de Desarrollo (BAD).

En su informe denominado ''Panorama del Desarrollo Asiático de 1995 y 1996'', el Banco Asiático de Desarrollo (BAD) sostuvo que la fortaleza de la región reside en la correcta administración económica, las sustanciosas inversiones extranjeras y los elevados ahorros internos, características ausentes en otras regiones en desarrollo como América latina y Africa.

La diferencia de crecimiento de Asia con otras regiones debe estrecharse en los años siguientes debido a la recuperación de otras economías, advirtió el BAD en su informe que abarca a 34 países en desarrollo miembros de la institución.

"Pero aunque el crecimiento económico del área asiática en desarrollo disminuya del promedio de 7,5% de 1995 y 1996, siempre será el más pronunciado en todo el mundo", aseguró.

El Asia en desarrollo creció 8,2% en 1994, por encima del 7,9% registrado en 1993. Las previsiones del BAD indican que el crecimiento del Producto Interno Bruto de Asia disminuirá levemente en 1995 para ubicarse en 7,6%. Las mismas estimaciones adelantan una expansión de 7,4% en 1996.

La ligera reducción del promedio de crecimiento asiático en los dos años próximos se relaciona con el comportamiento de la economía de China, que después de ostentar una expansión de dos dígitos en los últimos años está sometida actualmente a medidas de contención para evitar el fenómeno conocido como sobrecalentamiento.

El aumento del Producto Interno Bruto de China, la economía de mayor crecimiento del mundo, se contrajo de una expansión de más de 13% en 1992 y 1993 a 11,8% en 1994. El crecimiento proyectado para 1995 es de 9,8%, en tanto se vaticina una expansión de 8,9% en los años posteriores.

Los tigres económicos de Hong Kong, Corea, Singapur y Taiwan crecerán un 7% en 1995 y 6,7% en 1996.

Se espera que el Sudeste Asiático crezca un 7,5% en 1995 y 7,4% en 1996, sin mayores diferencias con relación a los años anteriores. El comportamiento de la región fue respaldado por el despegue de la economía de Filipinas, que el año pasado se expandió en un 4,3%.

Un impulso económico sostenido se espera de las economías en transición de Indochina, donde el BAD pronostica aumentos del crecimiento del PIB para Camboya y Laos. Respecto a Vietnam, se vaticina una expansión a un promedio de 8,5% en los dos años venideros.

Las repúblicas de Asia Central, específicamente Kazajstán y Kirguizia, presentan aun índices negativos de crecimiento y tasas de inflación promedio superiores a 1.000%, pero el banco considera que ambos se esfuerzan por reestructurar sus economías basadas anteriormente en sistemas de planificación centralizada.

Aunque Asia se presenta como la envidia de otras regiones, también tiene problemas emergentes que enfrentar, advirtió el BAD. En la región viven 1.100 millones de pobres, de los cuales la mitad residen en Asia del Sur y un 15% en Asia del Este.

Asia recibió 48% del total de capitales trasladados a los países en desarrollo, por un monto global de 109.000 millones de dólares en 1994. Un 75% de los flujos netos de capitales derivados al Asia provienen del sector privado.

Pero al contrario de México, mostró poco entusiasmo por las inversiones golondrinas. Asia también depende menos de la asistencia externa y contaba en 1994 con reservas de divisas por 403.000 millones de dólares, cerca de 60% del total de reservas del mundo en desarrollo.

Fuente: SUNS/IPS



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