Actualidades / Medio ambiente
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No. 62 - Segunda quincena de Abril 1995
Alerta en Berlín
Reducción del CO2 puede generar nuevo conflicto
En la víspera de la conferencia de la ONU sobre cambio climático, especialistas advierten que puede estallar un nuevo conflicto Norte-Sur si los países industrializados no cumplen el compromiso de reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).
En la víspera de la Primera Conferencia de las Partes del Convenio Marco sobre los Cambios Climáticos, realizada del 28 de marzo al 7 de abril en Berlín, especialistas en clima advirtieron que podría estallar un nuevo conflicto Norte-Sur si los países industrializados no aceptan reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).
"El enorme conflicto potencial sólo puede ser reducido", dijo Cristoph Bals, de la ONG Germanwatch, "si los países del Norte toman medidas y reducen drásticamente las emisiones de CO2, y los países del Tercer Mundo tienen la oportunidad de participar en la futura revolución de eficiencia energética y energía solar."
Los países industrializados producen aproximadamente el 80% de las emisiones mundiales de gases antropogénicos de efecto invernadero. No existe discusión sobre su participación como mayor contaminador, expresó Bals.
Los países en desarrollo tuvieron razón en insistir en que el Norte contribuyera con la parte que le corresponde a la protección del clima, porque ellos serían los que más sufrirán por las cambiantes características meteorológicas vinculadas con el efecto invernadero.
Los países del Sur dependen en gran medida de la agricultura, un sector que sería el primero en verse perjudicado. El suelo de muchos países del Sur es extremadamente sensible a las condiciones meteorológicas extremas y a la erosión, y los países pobres carecen de recursos para financiar medidas de carácter preventivo, declaró Bals.
Compromiso de la Convención
Su argumento fue reafirmado por el coordinador en jefe de Naciones Unidas para la investigación del clima, Hartmut Grassl. "Según la Convención sobre el Clima, firmada durante la Cumbre de la Tierra en junio de 1992, los países en desarrollo tienen derecho a recibir ayuda del Norte." Tanto éstos como los países en el umbral también compartieron la reponsabilidad de reducir las emisiones de CO2. Pero su cuota es mínima comparada con la de los países industrializados, observó Grassl en una publicación especial de Germanwatch para la conferencia de Berlin.
"Imaginemos por un minuto que todos en el Sur dejan de respirar mañana y que el Norte no reduce sus emisiones de CO2," dijo Atiq Rahman, director del Centro de Estudios Avanzados de Bangladesh. "Aún en ese caso el planeta no es sustentable en términos de cambios climáticos."
Sólo en Bangladesh, 17 millones de personas -cerca de un séptimo de la población- serán desplazadas si el nivel del mar sube un metro. En el caso de que haya cambios importantes del clima, "llegaremos en marcha hasta su puerta con los pies mojados," dijo Rahman a los periodistas el lunes.
Tres años después de Rio
En una conferencia de prensa conjunta, el vicepresidente del instituto Worldwatch con sede en Washington, Christopher Flavin, declaró: "Tres años después de haber firmado el tratado sobre el clima en la Cumbre de la Tierra, la mayoría de los gobiernos no logró responder efectivamente a la amenaza de los cambios climáticos."
Las emisiones de CO2 no se han estabilizado y mucho menos reducido en la mayoría de los países; el uso de combustible fósil aumentó incluso en Estados Unidos, donde las emisiones por ingreso per cápita son cinco veces el promedio mundial.
En el convenio marco de Naciones Unidas sobre los cambios climáticos, se suponía que los países industrializados, que ahora producen dos tercios de los gases de efecto invernadero, llevarían la delantera en la reducción de emisiones.
Pero, dijo Flavin, muchos de esos gobiernos fueron permeables a las presiones de las industrias de combustible fósil y de grupos laborales.
"En los últimos dos años utilizaron el vago lenguaje del tratado para justificar la adopción de objetivos nacionales retorcidos y débiles con respecto al clima", expresó Flavin.
Formas de eludir el acuerdo
Como señala el boletín de Worldwatch en su último número, Alemania hizo más fácil su objetivo utilizando como referencia un año anterior con emisiones más elevadas; otros corrieron la fecha para lograr las emisiones de 1990 en el año 2005.
Francia y Japón decidieron estabilizar sus emisiones per cápita, lo que les permite aumentarlas a medida que crezca su población.
España e Irlanda ignoraron por completo la Convención sobre el Clima, comentó World Watch, y en cambio trataron de reducir el aumento de las emisiones en una cantidad "no especificada".
Canadá decidió no hacer un plan nacional en absoluto, y más bien trata de aplicar una política sobre el clima para todas sus provincias.
"El gobierno de Estados Unidos interpretó el tratado como una autorización para aumentar en un 3% las emisiones de CO2, lo que estaría contrarrestado por dudosos esfuerzos de reducir las emisiones de otros gases; e incluso este plan está muy por debajo de sus propias metas", dice la publicación.
Flavin declaró el lunes a los periodistas que el incumplimiento de los países industrializados del compromiso de ir a la vanguardia en la reducción de las emisiones de CO2, provocó la frustración de los países en desarrollo, cuyos pueblos se sintieron impotentes frente a un problema que no habían causado.
Todos son responsables
En una reunión de negociaciones preparatorias de la reunión de Berlin, realizada en Nueva York en febrero, la mayoría de los estados en desarrollo apoyaron una propuesta ofrecida en primer lugar por un grupo de 30 países isleños vulnerables, todos miembros de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares. Sugirieron hacer un protocolo a la Convención sobre el Clima firmada en Rio, que exigiría drástico cortes en las emisiones de los países industrializados después del año 2000.
No obstante, agregó Flavin, los países en desarrollo no podían aducir inocencia en lo referente al calentamiento de la Tierra. Al igual que los países industrializados, muchas veces subsidiaron el uso de combustibles fósiles.
"Las emisiones están aumentando a pasos agigantados en países como Brasil, India y Turquía. China ya es el emisor número dos del mundo y está en vías de superar a Estados Unidos."
No obstante, agregó Flavin, la Conferencia de Berlin ofrece a los 166 países que firmaron el Convenio, la oportunidad de comenzar de nuevo, y por último convertir las bellas palabras en medidas efectivas.
Michael Zammit Cutajar, secretario ejecutivo del Convenio Marco de Naciones Unidas, declaró que la Conferencia de Berlín consideraría once recomendaciones conteniendo nueve decisiones presentadas por la reunión preparatoria final, llevada a cabo en Nueva York.
Una vez aceptadas, serían presentadas para su adopción formal por los ministros de más de 100 países presentes en Berlín.
De las nueve decisiones, cinco tienen que ver con los compromisos de los gobiernos en el marco del Convenio. Otra decisión sobre los compromisos hace un llamado a las Partes del Convenio a comenzar a trazar las líneas generales de lo que debería ser el contenido para las primeras comunicaciones provenientes de los países en desarrollo, que deben comenzar a fines de 1997.
Tres de las decisiones, expresó Cutajar, están relacionadas con la financiación, mientras que la relativa al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), que funciona como "mecanismo" financiero, será mantenida durante cuatro años.
Fuente: SUNS/IPS
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