No. 64 - Segunda quincena de Mayo 1995
Peter Sutherland
Bi- y uni-lateralismo, amenazas a la OMC
por
Chakravarthi Raghavan
Si las negociaciones bilaterales entre EEUU, la Unión Europea o Japón no se llevan a cabo en un contexto multilateral incondicional, y si alguno de ellos actúa unilateralmente, se debilitará todo el sistema de la OMC, advirtió el ex presidente del GATT.
En una reunión con corresponsales acreditados ante la ONU en Ginebra, se le preguntó al ex-director general del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) Peter Sutherland su opinión sobre los reclamos planteados al concluir la Ronda Uruguay y crearse la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los reclamos aludidos giraban en torno a la amenaza de que el sistema multilateral normativo de la OMC diera paso a un unilateralismo y a sanciones de comercio unilaterales, y la posibilidad de que Washington amenazara a otros países con investigaciones y acciones en el marco del superartículo 301, provocando cada año la estampida de los diplomáticos comerciales de otros países (desde Japón a Canadá) para asegurarse de no figurar en la lista negra.
El jerarca saliente de la OMC se declaró en contra de los reclamos europeos y alemanes de una zona atlántica de libre comercio (que abarque a Estados Unidos y la Unión Europea). También manifestó que aplaudiría cualquier acción negociadora autónoma tendiente a avanzar en el proceso de reducción de los obstáculos y de aumento de las oportunidades comerciales, sobre bases multilaterales de nación más favorecida. Pero por lo que se ha visto, ésta no parece ser la intención de algunos países.
No a las discriminaciones
También se pidió a Sutherland que comentara las recientes declaraciones de Canadá sobre una "super OMC" para acelerar la apertura de los mercados de algunos países, y la contradicción que esto implica, ya que fue Canadá el que impulsó entre 1992 y 1993 una OMC (como organización multilateral de comercio) para cortar el paso a cualquier maniobra de Estados Unidos de instalar un "super GATT".
Sutherland contestó que correspondía al Ministerio de Comercio canadiense explicar sus recientes declaraciones, pero las posiciones de Ottawa no sugerían que estuvieran planeando una estructura adicional discriminatoria.
"Me opongo totalmente a la creación de una estructura mundial que ofrezca ventajas discriminatorias en términos de comercio a quienes la integran. Los acuerdos regionales de tipo Mercosur, que discriminan entre los miembros y los no miembros, pueden no ser del todo malos en la medida en que las disciplinas multilaterales puedan ser aplicadas. Pero el tipo de modelo del cual estamos hablando es algo totalmente distinto", expresó.
Sobre las posibles amenazas de Estados Unidos con el superartículo 301, Sutherland observó que representantes de dicho país le habían asegurado varias veces, en reuniones privadas, que aplicarían y acatarían las disciplinas multilaterales de la OMC y no se embarcarían en negociaciones bilaterales ni aplicarían sanciones fuera de la OMC. Y "no tengo razones para creer que harán lo contrario", dijo al respecto. Dentro del ámbito de la OMC, las normas exigen que en caso de surgir diferencias se apliquen los mecanismos del proceso multilateral.
Además Sutherland señaló que Estados Unidos también había asegurado que cualquier acuerdo surgido de algún tipo de negociación bilateral se aplicaría conforme a criterios de multilateralidad, y los mercados abiertos asegurados serían para todos, citando el ejemplo de las negociaciones entre Estados Unidos y Japón sobre servicios financieros.
"Pero será útil", expresó Sutherland, "que esto (el seguro de beneficios bilaterales a ser multilateralizado) se reitere constantemente al máximo nivel (...) Por supuesto, las negociaciones bilaterales son comprensibles y correctas. No hay nada malo en ellas, en la medida en que los resultados se multilateralicen (...)"
Se recordó a Sutherland que lo asegurado es una cosa, pero la realidad parece ser otra: los funcionarios de Estados Unidos, tanto el representante comercial y el secretario de Comercio de Estados Unidos, como los líderes del Congreso continúan haciendo valer el derecho de Estados Unidos a emprender acciones unilaterales.
Dar credibilidad al sistema
Sutherland reiteró su opinión de que la OMC se sustenta en normas, las cuales establecen que las disputas deben ser presentadas y adjudicadas ante el mecanismo de solución de diferencias. Por consiguiente, los miembros de la OMC están autorizados a adoptar medidas contra quienes se juzgue que contravinieron las normas.
"Pero el sistema depende totalmente de su credibilidad. Es una planta frágil que necesita ser alimentada y crecer dándole credibilidad y actuando conforme a esos principios (...) No creo que nadie vaya a repudiar estos principios (...) La OMC debe ser un sistema multilateral eficaz y hacer respetar los derechos de los débiles", manifestó.
Procedimiento imperfecto
Preguntado acerca del proceso por el cual se había elegido su sucesor y se dieron a conocer las candidaturas regionales y nombramientos de delegados, Sutherland respondió que si bien finalmente se había llegado a una buena elección por un proceso imperfecto, era vital que en el nombramiento de las autoridades de las organizaciones internacionales, el peso regional no debía ser un factor preponderante, sino lo referido a quién podría desempeñarse en el cargo ejerciendo un liderazgo mundial.
Sutherland afirmó no creer que los europeos fueran "inocentes" en este aspecto. "No importa si un candidato viene de Europa, América del Norte, América Latina, Asia u otro lugar, la elección debe estar basada en el mérito del candidato y no en sus orígenes regionales", señaló.
La globalización al extremo
Sobre las relaciones entre normas comerciales y laborales, Sutherland declaró que todavía se encuentran en discusión, y los debates sobre el tema en Estados Unidos y la Unión Europea demuestran que aún no existe consenso al respecto.
Se expresaron grandes diferencias sobre si las sanciones comerciales podían o no ser usadas como un mecanismo de aplicación de cualquier tipo de normas internacionales laborales, de derechos humanos o de otra esfera, y si algún tema nuevo del programa sobre este punto tendrá cabida dentro de la OMC o en algún otro ámbito.
Sutherland dio a entender que la OMC debe contar con capacidad de investigación para emprender este tipo de trabajo y para mantener discusiones, pero concedió que había quienes opinaban que, siendo una organización contractual de comercio, no le compete emprender esa tarea. Personalmente, Sutherland no considera que estos y otros temas puedan ser discutidos en el marco de la OCDE, que es solamente una organización de los países industrializados y no un organismo universal, y sobre esa base podría crearse un consenso.
Con respecto a la "intrusión" de la OMC en esferas propias de la actividad nacional, como la cultura, Sutherland estuvo de acuerdo en que representa un cambio enorme, filosóficamente hablando, entre el GATT original, que partió de la reducción de aranceles y luego fue entrando en ámbitos no arancelarios, hasta hoy en día, en que le incumben temas de servicios, derechos de propiedad intelectual, subsidios y varios otros.
Ningún país o economía actual ha sido inmune a esos elementos exteriores. Incluso para Estados Unidos la contribución de las exportaciones y el comercio exterior al PIB es ahora significativa, si bien no tan alta como la de Europa y Japón.
Ahora que todos hablan de la integración a escala mundial surge la necesidad de establecer normas internacionales que atiendan los mecanismos internos de los países, se llamen cultura u otra cosa. Con respecto a la situación de los países en desarrollo, -que se sienten los perdedores del arreglo de la OMC- Sutherland respondió que nadie tiene del todo la razón ni carece totalmente de ella. Los europeos y los estadounidenses aducen que ellos han hecho más por abrir sus mercados que otros.
"Pero el comercio y las oportunidades comerciales son cada vez más importantes para el desarrollo, en lugar de la ayuda, que sin duda tuvo su importancia. De lo contrario, los países en desarrollo enfrentarían la emigración y la alienación de grandes masas de gente", expresó el ex-director del GATT.
"Al mismo tiempo, como lo demostraron las discusiones internas que se dieron en el proceso de ratificación de la OMC, los países industrializados también han tenido que enfrentar algunos problemas", finalizó Sutherland.
Fuente: Red del Tercer Mundo
|