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No. 67 - Primera quincena de Julio 1995

ONGs al G-7

Reclaman programas al servicio de la gente

por Chakravarthi Raghavan

El Grupo de los 7 debe enfrentar los grandes problemas de la volatilidad monetaria y el subdesarrollo de la economía mundial mediante drásticas reformas de las instituciones de Bretton Woods, para ponerlas al servicio de la gente y del futuro del planeta, según una coalición internacional de ONGs.

Las ONGs del Norte y del Sur, muchas de ellas agrupadas en el "Proyecto de Replanteo de Bretton Woods", no oficial, expresaron que los líderes del Grupo de los 7 debían poner en marcha un proceso, abierto a todas las partes interesadas (estados miembros y público por igual), para una evaluación ordenada y profunda de la economía mundial y sus instituciones, comenzando por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El proceso de transformación, expresaron las ONGs, debe conducir a reformas drásticas de estas instituciones financieras internacionales, así como de sus políticas y programas, para ponerlas al servicio de la gente y del futuro del planeta.

El Banco Mundial (BM) y el FMI deben condonar por completo, utilizando para ello sus propios recursos, la deuda de los países de bajos ingresos seriamente endeudados y por lo menos el 50% de la deuda de los países de ingresos medios severamente endeudados.

Las ONGs censuraron la utilización de los fondos blandos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) por parte del BM así como de los fondos del Servicio Ampliado para el Ajuste Estructural por parte del FMI, para refinanciar las deudas que se les deben.

Ineficacia del ajuste y falta de control

La declaración de las ONGs también reclama que se ponga fin al "monopolio" del Banco Mundial sobre la investigación para el desarrollo, y que se efectúe una descentralización de las actividades y el personal del Banco, actualmente centralizados en Washington.

La crisis financiera mexicana -a la cual siguieron el colapso del dólar y el aumento del yen y el marco- opinaron las ONGs, demostró el poder en aumento de los mercados financieros internacionales y la falta de control tanto de los gobiernos ricos como de los pobres, así como del FMI y el Banco Mundial sobre las políticas económicas mundiales. Y, lo que es más importante, la crisis mexicana puso de manifiesto la ineficacia de los programas de ajuste estructural.

Pero aumentar el capital del FMI y del Banco no solucionaría el problema y sería "irresponsable" dar a estas instituciones más dinero para que apliquen las mismas políticas que condujeron a la crisis mexicana.

En cambio, el Grupo de los 7 debería estudiar la posibilidad de introducir reformas drásticas a las políticas y operaciones del Banco Mundial y el FMI, para aumentar la eficacia de la aplicación de sus mandatos y contribuir a procesos de desarrollo sustentables y equitativos definidos por la sociedad civil.

"Censurable" uso de fondos blandos

Las ONGs calificaron de "censurable" el uso de "moneda débil" para refinanciar las deudas del Banco Mundial y el FMI, proveniente de la AIF y de los fondos del Servicio Ampliado para el Ajuste Estructural del FMI, respectivamente.

Tanto el FMI como el Banco Mundial deberían aceptar su cuota de responsabilidad por la crisis de endeudamiento y cancelar el 100% de la deuda de los países de bajos ingresos severamente endeudados y el 50% de la deuda de los países de ingresos medios severamente endeudados. El Banco financiaría las cancelaciones con sus reservas y el FMI con sus reservas de oro o una emisión especial de derechos de giro.

Para resolver la carga insostenible de la deuda a largo plazo de los países en desarrollo, el Grupo de los 7 debería investigar la viabilidad de crear un grupo especial de Arbitraje de la Deuda que funcionara como un tribunal local de bancarrota, consolidando todas las deudas, incluida la del Fondo y el Banco y la deuda comercial, que se pagarían de una manera imparcial tomando en cuenta la capacidad de pago del deudor.

Investigación y desarrollo: fin al monopolio del BM

Las políticas, proyectos y actividades del Banco Mundial deben apuntar a un tipo de desarrollo que sea sustentable y equitativo y la prioridad del Banco debe ser la inversión en proyectos y países que todavía no atraen a los inversores privados.

Las ONGs también reclamaron que se pusiera fin al actual monopolio del Banco sobre la investigación vinculada al desarrollo. Dicho monopolio no fue saludable para el Banco ni para sus clientes, ya que permitió que aquél se volviera arrogante y cerrado. Se subutiliza el talento de los expertos de los países prestatarios, mientras que se pagan altos salarios a especialistas extranjeros cuyas propuestas generalmente no son las más apropiadas.

Las ONGs también sostuvieron la necesidad de una descentralización del personal, concentrado actualmente en Washington, y que debería utilizarse y desarrollarse la capacitación local, generalmente de menor costo. Habría que reexaminar el contrato de los representantes residentes de los países, y que el personal asignado a determinada región y/o país lo fuera por períodos más prolongados, tanto para obtener mayor experiencia como para que permitir la rendición de cuentas por su desempeño.

La política de préstamos del Banco debe ser asumida sólo después de haber evaluado la repercusión social y ambiental del proyecto, y en un proceso transparente, que impida que el Banco o el gobierno interesado se escuden uno en el otro. Si bien la reestructura es una necesidad sentida por todos los países, el Banco debería dar cabida a una mayor diversidad de enfoques, prestando más atención a las ideas que surgen del país interesado.

Otro de los planteos de las ONGs fue que ninguna política de préstamos debería empeorar la situación de los pobres o del medio ambiente con el argumento de que es necesario pasar ahora ese sufrimiento para poder gozar en el futuro de un crecimiento.

"Si es necesario sufrir, eso lo debe decidir la población del lugar, y ese sufrimiento tendrá que ser distribuido de manera equitativa entre todos, y lo ideal sería que entre todos los actores económicos, tanto nacionales como internacionales".

No a la reducción de la demanda

En lugar de poner énfasis en la reducción de la demanda, las políticas del Banco deberían orientarse a ayudar a los países a fortalecer la capacidad productiva interna, si bien adhiriendo a las leyes laborales reconocidas internacionalmente y a reglamentaciones ambientales racionales. Los programas de ajuste estructural deben apoyar enfoques de desarrollo sustentables, en especial la agricultura sustentable, las formas colectivas de transporte y el desarrollo de energía renovable. El Banco Mundial no debe destinar recursos a proyectos de ingeniería a gran escala, sino a financiar el desarrollo del sector social, y los gobiernos miembros deben permitirle conceder préstamos a interés bajo y donaciones para tal fin.

Un cambio de enfoque del alivio de la pobreza

La forma más efectiva de poner en práctica el objetivo del Banco de aliviar la pobreza es a través de la participación, en particular de los afectados por los proyectos, a partir de la identificación anticipada de los problemas y durante todo el ciclo del proyecto, de manera que durante su aplicación los proyectos puedan ser adaptados conforme a las realidades cambiantes.

Con relación a las políticas del Banco de promoción de las privatizaciones, y al uso de los servicios del Grupo del Banco (de la Corporación Financiera Internacional -CFI- y del Organismo Multilateral de Garantías de Inversión) las ONGs sostuvieron que si las trasnacionales invertían en proyectos a gran escala, deberían hacerlo por su cuenta y riesgo y que el dinero de los contribuyentes no debe ser utilizado para subsidiar emprendimientos riesgosos de las trasnacionales.

En lugar de ponerse a estudiar cómo seguir financiando los mismos proyectos económicamente inviables y ambientalmente destructivos, el grupo del Banco Mundial debería concentrarse con mayor eficacia en su declarado "objetivo máximo" de alivio de la pobreza.

FMI en busca de identidad

Haciendo referencia a la historia reciente, la declaración de las ONGs recordó que a partir de los años 70, los principales países industrializados hicieron abandono del sistema de paridad, y el FMI se enfrentó a una gran crisis de identidad: su misión central de estabilizar el sistema monetario internacional había prácticamente desaparecido.

Con el auge de la inversión extranjera privada y la especulación monetaria de los nuevos mercados, la capacidad del Fondo para apoyar a las monedas objeto de ataque por parte de los especuladores se puso en tela de juicio. El dinero que el FMI podía recaudar para proteger a las monedas era "menor" comparado con los miles de millones de dólares de capital especulativo que podía entrar y salir de un país.

En opinión de las ONGs, en términos de reformas, el FMI debería retomar su responsabilidad primaria de garantizar tasas cambiarias estables, y abandonar el sector del desarrollo, permitiendo que un Banco Mundial reformado promueva préstamos concesionarios y a largo plazo a los gobiernos.

"El Fondo no tiene experiencia en materia de desarrollo ni debe pretender adquirirla. Sus esfuerzos en esta área simplemente duplican los del Banco Mundial, la institución intergubernamental destinada a promover el desarrollo. El FMI debe clausurar el Servicio Ampliado para Ajuste Estructural, de largo plazo, y en lugar de promover políticas de constricción, debe fomentar políticas de estabilización que aumenten la capacidad productiva respetando la coherencia con los principios de equidad, de sustentabilidad ambiental y de los derechos humanos y las normas laborales internacionales.

Estabilización monetaria

El FMI también debe mejorar su eficacia para estabilizar las monedas mundiales. Debe estudiar la viabilidad y utilidad de un fondo especial para los países cuyas monedas sufren embates especulativos.

Esa línea crediticia debería ser financiada con los propios recursos del FMI, tal vez la venta de sus reservas de oro, préstamos en el mercado o emisión de derechos especiales de giro.

El FMI debería estudiar y facilitar la armonización de las reglamentaciones cambiarias y de títulos entre los principales países comerciales y, conforme a dicha armonización, establecer una tarifa especial, para actuar como mecanismo de freno del circuito comercial computarizado.

Esa estabilización monetaria beneficiaría a los propios países de monedas fuertes, protegiéndolos a ellos y al FMI de tener que hacer frente al rescate de futuros Méxicos. El FMI también tendría que rendir cuentas a todos los gobiernos miembros, prestatarios y acreedores, a través de un departamento de auditoría externa que evaluaría las condiciones en las cuales se prestó el dinero y la efectividad de las recomendaciones de política que dio.

"El FMI adhirió al mercado libre", expresaron las ONGs, "pero elude el mercado libre de ideas e información cuando está de por medio el propio Fondo. Debe haber mayor acceso público a los documentos del FMI y, para poner en práctica sus responsabilidades de supervisión, el organismo debe tener acceso a información oportuna y calificada de fuentes oficiales así como de las fuentes de que disponen los actores privados del mercado. A su vez, el FMI debe hacer conocer sus informes al público en tiempo y forma."

Un proceso abierto

La cumbre Halifax, declararon las ONG, fue una oportunidad importante para empezar una evaluación en profundidad de la economía y de las instituciones mundiales, comenzando por las instituciones de Bretton Woods. Si bien los países del Grupo de los 7 son los protagonistas más importantes de estas instituciones y tienen la responsabilidad correspondiente, el proceso debe ser abierto y abarcar a todas las partes interesadas: gobierno y público.

El Grupo de los 7 debe ampliar el mandato del Grupo de Trabajo de la Banca Multilateral de Desarrollo del Comité de Desarrollo del Banco Mundial, para que efectúe una evaluación genuina de las instituciones internacionales.

El Grupo de Trabajo tuvo la posibilidad de incluir a gobiernos miembros, y cuenta con 18 gobiernos miembros seleccionados en función de diversos criterios de representatividad. Pero dicho Grupo debe ser fortalecido haciéndolo accesible al público, ampliando su agenda e incluyendo temas monetarios internacionales y aumentando su composición de forma tal que incluya a representantes de todos los ministerios pertinentes (como Ministerio de Hacienda y Ministerio de Desarrollo).

Fuente: SUNS

Red de ONGs para vigilar a la BMD La Red Latinoamericana y del Caribe sobre la Banca Multilateral de Desarrollo (Red-Bancos) tiene como principal objetivo el seguimiento de los proyectos y políticas de la banca multilateral de desarrollo (BMD). La misma está compuesta por organizaciones no gubernamentales (ONGs) abocadas a la problemática del medio ambiente y desarrollo y por movimientos sociales de la región. Creada en Guadalajara en abril de 1994, durante la reunión de ONGs convocada para analizar Estrategias sobre la Banca Multilateral de Desarrollo, la Red tiene como propósitos fundamentales: - fortalecer el papel de las ONGs y de los movimientos sociales en la región en relación a los proyectos y las políticas de la BMD; - fortalecer la capacidad de las ONGs y de los movimientos sociales para la formulación de alternativas de desarrollo; - fortalecer la capacidad de las ONGs para exigir una mayor transparencia y responsabilidad de la BMD en sus políticas y proyectos.

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