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No. 67 - Primera quincena de Julio 1995

Batalla entre el dólar y el yen afecta al Sur

por Martin Khor

La apreciación del yen con respecto al dólar, resultante de las decisiones de los gobiernos de EEUU y Japón y los especuladores financieros en general, está provocando grandes dificultades en las economías del Sur, que se ven atrapadas en un proceso al que, paradójicamente, miran de afuera.

El viejo proverbio africano de que cuando los elefantes pelean el que sufre es el pasto, describe convenientemente la situación de los países en desarrollo en la actual conmoción monetaria internacional.

La drástica caída que ha experimentado el dólar estadounidense desde principios de año está causando gran preocupación e incertidumbre, incluso en Japón y Alemania, cuyas monedas se han valorizado bruscamente.

Pero los que tal vez sufren más en carne propia son los países del Sur, en especial los que tienen abultadas deudas con los bancos y organismos de ayuda japoneses. Siguiendo la tendencia mundial, sus monedas también se depreciaron bastante con respecto al yen. Y por eso ahora tienen que gastar mucho más en términos de sus propias monedas para seguir pagando los mismos intereses de los préstamos que habían contratado en yenes.

También tienen que pagar más en moneda nacional para importar los mismos productos japoneses, muchos de ellos insumos de sus industrias, incluso cuando no ha habido cambio en los precios en yenes de esos bienes.

Los países asiáticos se han visto particularmente perjudicados en la medida en que sus deudas e importaciones son en su mayoría con Japón. Justamente hace poco, varios de esos países solicitaron al gobierno japonés que distendiera las condiciones de pago de la deuda en valor nominal yen para compensar parcialmente las grandes tensiones que conlleva el aumento del valor del yen. Japón se negó rotundamente.

Sinsabores de los países asiáticos

En la recientemente concluida reunión anual del Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) en Auckland, delegados de varios países asiáticos hablaron de las penurias que enfrentan sus economías debido al aumento del yen en aproximadamente un 20% con respecto al dólar estadounidense en lo que va del año, y en promedio similar con respecto a muchas monedas asiáticas.

Los funcionarios financieros de cinco países de la ASEAN se reunieron con la delegación japonesa el 3 de mayo para expresar su preocupación por la suba del yen, y también exhortaron a Japón a contemplar la voluntad de la ASEAN de ser consultada cuando el Grupo de los 7 países industrializados y el Fondo Monetario Internacional (FMI) adopten decisiones sobre temas financieros mundiales.

Ese mismo día en Beijing, el premier chino Li Peng pidió al premier japonés Tomiichi Murayama, en oportunidad de su visita, que distendiera el plan de pago de la deuda de China. El premier Li dijo que el aumento del yen había agravado la carga del pago de la deuda de muchos países asiáticos.

La respuesta japonesa tanto a la ASEAN como a China fue un rotundo "no".

En Auckland, el ministro de Hacienda de Japón, Masayoshi Takemura, excluyendo la posibilidad de cualquier tipo de medida especial de alivio, declaró en una conferencia de prensa el 4 de mayo: "Nuestra intención es no cambiar los términos y condiciones de los préstamos en yenes a raíz de la fluctuación del mercado cambiario".

Y en Beijing, el premier japonés sólo expresó "comprensión" ante la situación crítica de China. Anteriormente, Japón ya había respondido a los pedidos de nuevos préstamos o de una liberalización de los términos para ayudar a pagar la deuda diciendo que no podía hacer una excepción con China.

La tajante respuesta de Japón no es nueva. Hace varios años, en una situación similar, también se negó al pedido de Malasia de ablandar los términos de pago de los préstamos en yenes.

China e Indonesia: los más afectados

En la región asiática, China e Indonesia son los más afectados. Los chinos tienen una deuda con los japoneses de 2,26 billones de yenes (US$ 27.000 millones) que se remonta a 1972. Tan sólo desde el mes de marzo, el fortalecimiento del yen aumentó el valor en dólares de los préstamos en yenes a China en 2.000 millones de dólares.

Indonesia tiene gran parte de su deuda externa en yenes, y debido al aumento de esta moneda su deuda externa ha escalado a los 100.000 o 110.000 dólares estadounidenses, o incluso más.

Con sus enormes excedentes comerciales Japón surgió como uno de los mayores acreedores, y la proliferación de los préstamos bancarios japoneses ha hecho que muchos países del Sur estén ahora encerrados en la zona de influencia del yen y el nivel de cuantía de su deuda (y de los intereses que deben pagar por ella) depende de las fluctuaciones de dicha moneda.

Sin embargo, esos países no tienen voz alguna en los alineamientos y realineamientos monetarios mundiales, que están definidos por los gobiernos de los principales países y entidades (en especial Estados Unidos, Japón, Alemania y la Unión Europea), o por comerciantes y especuladores monetarios.

Depreciación monetaria y penetración de mercados

En la evolución monetaria de los últimos meses, el gobierno de Estados Unidos se abstuvo deliberadamente de intervenir para detener la espiral descendente del dólar. En el pasado, la caída de la moneda de un país habría sido mirada con alarma por sus ciudadanos como una herida en su orgullo nacional.

Pero en el actual sistema de competencia comercial feroz, la depreciación de una moneda se considera un instrumento que sirve para abaratar las exportaciones de un país y ser así más hábil para penetrar los mercados extranjeros.

Hace un par de años, después de la ruptura de las conversaciones entre Estados Unidos y Japón destinadas a lograr que los japoneses abrieran sus mercados a los productos estadounidenses, un alto funcionario estadounidense señaló que como medida de último recurso Estados Unidos "abatiría el dólar".

En la crisis actual del mercado de divisas extranjeras, tanto Alemania como Japón no están satisfechos con la "desatención complaciente" de Estados Unidos, o su negativa a tomar medidas para defender el dólar, por ejemplo aumentando las tasas de interés. Sus compañías ya están sintiendo los efectos. Si mantienen los precios actuales (en términos de sus propias monedas) de sus exportaciones, sus productos dejarán de ser competitivos y las ventas caerán. Si, por otro lado, reducen los precios (en términos de sus propias monedas) como para mantener la competitividad, sus ingresos y márgenes de ganancia también caerán.

"Blanco móvil" de Occidente

Permitir que la propia moneda se deprecie como forma de poner a los competidores a la defensiva ha sido una maniobra que se ha constituido en un arma comercial.

El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamed, subrayó el 3 de mayo que la brusca apreciación del yen era una "nueva estrategia de Occidente" que quería tratar a la moneda japonesa como un "blanco móvil".

Mahathir sostuvo que Occidente no iba a permitir que Japón tuviera respiro. "Si se lo permiten, los japoneses podrán idear alguna forma de superar el aumento del valor del yen."

"Lo que hacen es intentar que el yen suba antes de que los japoneses puedan dedicarse a resolver el problema. Y cuando intenten hacerlo, el yen subirá aún más. De esa forma, los japoneses tendrán que estar corriendo para poder mantener el equilibrio. Este es un nuevo fenómeno y una nueva estrategia de Occidente, que tendremos que observar. También debemos calibrar qué efectos tiene sobre nosotros."

La deuda en yenes

El primer ministro agregó que Malasia ya había dejado de pedir préstamos en yenes, pero la vieja deuda en esa moneda por cierto aumentó, en algunos casos más del triple de la tasa en la cual el país había pedido prestado. "En el pasado logramos manejar la apreciación del yen, pero ahora se está haciendo difícil".

Además de tener efectos sobre el pago de los préstamos y los precios de las importaciones, la reciente inestabilidad del mercado monetario también afecta el desempeño empresarial de la región.

El Singapore Business Times informó recientemente que cerca de 25 compañías de Singapur habían comunicado que la conmoción de los mercados de divisas extranjeras había afectado sus niveles inferiores en 1994.

Por ejemplo, Singapore Airlines (la segunda empresa en importancia) informó que la apreciación del dólar de Singapur fue responsable de una caída del 23% de su rendimiento general de 1994. La empresa naviera Neptune Orient Lines informó que una pérdida del 16% de sus ganancias netas se debió en parte a la moneda local fuerte. Muchas otras compañías comunicaron pérdidas surgidas de cambios en los valores relativos de las distintas monedas con las cuales realizan sus transacciones comerciales.

La presente conmoción monetaria es el último ejemplo de cómo los países en desarrollo son los que reciben las bofetadas de las decisiones en materia monetaria, adoptadas por uno o más de los principales países.

El franco en Africa

El año pasado, 14 países africanos fueron forzados por las presiones de Francia y el FMI a devaluar su moneda común. Tal como expresó un informe del International Herald Tribune: "El 12 de enero, los 79 millones de ciudadanos de los miembros de la Comunidad Financiera Africana (o CFA) amanecieron con su moneda única, el franco CFA, a la mitad de su valor. Eso provocó que los precios se duplicaran o triplicaran para los productos importados, muchos de los cuales eran imprescindibles para la vida diaria".

Seis meses después, sostenía el informe del Herald, "el resultado más patente es que millones de personas de algunos de los países más pobres del mundo han sido sumidas en una pobreza aun mayor".

La publicación da detalles de cómo las familias vieron reducido su poder adquisitivo a la mitad, teniendo que restringir sus comidas a dos al día y enviando a sus niños a la escuela sin desayunar.

La decisión de devaluar la tomó Francia, que durante décadas ayudó a los países de la CFA a mantener una moneda estable vinculándola al franco francés.

Los peligros de una depreciación competitiva

La actual inestabilidad monetaria está favorecida por la crisis del tipo de cambio fijo del sistema de Bretton Woods, y la decisión de mantener monedas flotantes. Esto le permite al gobierno de Estados Unidos dejar que su dólar caiga de manera significativa sin tener que defender su nivel. En lugar de eso, la devaluación en sí misma puede ser usada como instrumento para reducir el déficit comercial abaratando las exportaciones del país y encareciendo las importaciones.

El problema surgirá si todos los países adoptan la misma política. Entraríamos entonces en una nueva era de "depreciación monetaria competitiva". La inestabilidad resultante del mercado de divisas exteriores y de los niveles monetarios, afectará al comercio y, por último, a la producción y a los ingresos de todo el mundo.

Fuente: SUNS

Guerra del auto EEUU-Japón en la OMC Ginebra - Estados Unidos y Japón efectuaron una segunda ronda de consultas el 22 de junio en esta ciudad, en el marco de la OMC, acerca de las sanciones comerciales estadounidenses contra los autos de lujo nipones y las diferencias que ambos países mantienen en materia de comercio.

El anunció fue efectuado el miércoles 21 en Tokio. En forma paralela a las consultas de la OMC, se celebraría un encuentro de ministros de ambos países, con participación de la oficina del representante comercial estadounidense y del Ministerio de Comercio Internacional e Industria de Japón.

El canciller nipón, Yohei Kono, llamó a efectuar urgentemente nuevos esfuerzos que permitan superar la situación de estancamiento y propuso la elevación de las discusiones mantenidas entre Estados Unidos y Japón al máximo nivel político, después de la reunión del Grupo de los 7 en Halifax.

Kono se refirió a la necesidad de hallar soluciones antes que el diferendo afecte las relaciones de los dos países, punto de vista que también ha sido promovido por algunos círculos estadounidenses.

Fuentes niponas afirmaron en Ginebra que existe una percepción distinta entre la Cancillería y el poderoso Ministerio de Comercio Internacional e Industria de Japón.

Fuente: SUNS/IPS



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