Actualidades / Medio ambiente
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No. 68 - Segunda quincena de Julio 1995
India
La "revolución verde" cede paso a cultivos sostenibles
por
Martin Kohr
La llamada Revolución Verde, lanzada hace 30 años, transformó la agricultura de la India, que de país importador de granos pasó a disponer de excedentes para la exportación, pero a un costo muy alto sobre el medio ambiente y la biodiversidad, al mismo tiempo que los campesinos se empobrecían.
El uso intenso de fertilizantes y pesticidas generado con la Revolución Verde tuvo fuerte impacto en el ambiente de India, con el resultado de una productividad decreciente, al tiempo que la selección de semillas de alto rendimiento provocaba la desaparición de variedades tradicionales.
La historia se ha repetido en otras naciones en desarrollo de Asia, donde muchos agricultores abandonan ahora los métodos de la Revolución Verde, en busca de una agricultura adecuada al ambiente.
La Asociación de Granjeros de Karnataka, que reúne a 10 de los 30 millones de campesinos de ese sureño estado de India, creó el llamado Instituto Internacional para la Agricultura Sostenible, con el objetivo de impulsar el cultivo basado en insumos orgánicos.
"Nuestro propósito es lanzar una nueva revolución agrícola, para modificar las prácticas actuales, destructivas del ambiente, e incorporar métodos favorables al suelo y el agua y que también puedan aumentar los ingresos de los cultivadores", explicó M.D. Nanjundaswamy, presidente de la Asociación.
El nuevo Instituto, conocido por las siglas KRRS, tiene la participación de la Red del Tercer Mundo, una organización internacional dedicada a los temas del medio ambiente y el desarrollo radicada en Malasia.
Cuatrocientos agricultores se congregaron en Bangalore el 30 de mayo último, para la ceremonia de inauguración del KRRS.
"Nuestros agricultores se endeudaron durante varios años para comprar fertilizantes y pesticidas químicos y, como resultado, sus ingresos han mermado", señaló Nanjundaswamy, copresidente del nuevo Instituto.
"El empleo de productos químicos debilitó la fertilidad de los suelos y el rendimiento de las cosechas", agregó. Asimismo, "los granjeros incorporados a la Revolución Verde usan ahora pocas variedades de semillas y se han vuelto dependientes de los proveedores", destacó el dirigente.
El Instituto se propone asesorar a los campesinos de Karnataka y de toda India en prácticas de granja orgánica y creará bancos de semillas, para promover la recuperación de cosechas tradicionales.
"Muchas semillas tradicionales se perdieron durante la Revolución Verde", y "el proyecto ayudará a los granjeros a seleccionar las variedades más adecuadas, a recuperar la biodiversidad agrícola y a mejorar la productividad", afirmó Vandana Shiva, también copresidenta del KRRS.
Granjeros de diversos puntos del estado llevaron a la reunión inaugural 200 variedades de semillas tradicionales de arroz, mijo, sorgo y maní, que serán las primeras del banco del Instituto.
Mejora ambiental y productiva
"Esperamos demostrar que los métodos ecológicos son superiores no sólo en términos ambientales, sino también en cuanto a rendimientos y el mejoramiento del ingreso de los granjeros", dijo Shiva, directora de la Fundación de Investigación en Recursos Naturales, Ciencia y Tecnología, de Delhi.
El centro de capacitación del Instituto se radicará en las tierras de Baba Goweda Patel, vicepresidente del KRRS, quien tres años después de adoptar prácticas orgánicas al cultivo de sorgo, obtuvo un aumento de productividad del 80 por ciento, y de 170 por ciento en sus ingresos.
En 1991 Patel obtenía una producción de siete toneladas de sorgo en las siete hectáreas que había sembrado, tras aplicar cada media hectárea fertilizantes y pesticidas químicos por un valor actual de 50 dólares.
En 1992 abandonó los insumos químicos para pasarse al cultivo orgánico y también obtuvo una tonelada de sorgo por cada hectárea cultivada, pero el ahorro en fertilizantes y pesticidas mejoró sus ingresos.
Hacia 1994, con la tercera cosecha, la granja de Patel floreció. Sus ingresos por hectárea fueron de 540 dólares, al crecer la producción a 1,8 toneladas.
Patel destacó que de haber insistido con los productos químicos, sus tierras no habrían rendido más que una tonelada por hectárea, y después de deducir el costo de los insumos, sólo habría recibido aproximadamente 200 dólares por hectárea.
"Los granjeros de mi aldea manifestaron escepticismo cuando yo abandoné el cultivo convencional, pero al ver el éxito que logré, han desistido de los insumos químicos, y ahora, 500 campesinos practican la agricultora alternativa, al menos en parte de sus tierras", agregó.
Fuente: SUNS/IPS
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