Actualidades / Medio ambiente
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No. 69 - Primera quincena de Agosto 1995
FAO examina relación entre bosques y clima
Un buen ordenamiento forestal puede ayudar a reducir los efectos del cambio climático, sostiene la FAO, en un libro que acaba de ser publicado y que examina la "compleja" relación entre ambos.
El nuevo libro "Climate Change, Forests and Forest Management" (Cambio climático, bosques y manejo forestal) publicado por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) analiza las evidencias del cambio climático anunciado y sus posibles efectos, el efecto invernadero, cómo podría incidir en los bosques y cómo los bosques podrían adaptarse y ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.
"La relación entre cambio climático y bosques es especialmente compleja", señala el autor del libro, William Ciesla, funcionario de la División Recursos Forestales de la FAO, con sede en Roma.
Bosques: fuentes o depósitos de carbono
"En primer lugar está el tema de los bosques y las prácticas humanas que pueden llevar a aumentar los niveles de los gases de efecto invernadero y en particular del dióxido de carbono", declaró Ciesla a la prensa.
Los bosques almacenan de 20 a 100 veces más carbono por unidad de superficie que las tierras de cultivo y se estima que contienen hasta un 80% del carbono terrestre mundial que existe en la superficie.
Cuando los árboles mueren o son talados, el carbono es liberado a la atmósfera, ya sea lentamente a través de la descomposición natural como dióxido de carbono y metano, o más rápidamente en el caso de incendios.
Deforestación y efecto invernadero
Entre las actividades humanas que contribuyen a la liberación de los gases de efecto invernadero figuran la deforestación, la quema de biomasa (por diversas razones) y los incendios. La deforestación también puede provocar la erosión del suelo, que a su vez libera más carbono en la atmósfera.
Un gran motivo de preocupación es la deforestación en los trópicos, que durante los años 80 se mantuvo a un ritmo promedial de 15,4 millones de hectáreas por año, una superficie equivalente a la de Nepal o Grecia.
"Existen muchas formas por las cuales los bosques pueden ser afectados por el cambio climático", afirma Ciesla.
Adaptabilidad del bosque
Cuando los modelos de temperatura y lluvia cambian, también lo hacen la variedad y distribución de plantas y animales. No obstante, es posible que los cambios ocurran tan rápidamente que tal vez algunas especies de árboles no tengan la capacidad de adaptarse a través de la migración. Además, los nuevos sitios pueden tener temperaturas convenientes, pero no otros factores. El resultado final será que disminuirán las extensiones de bosques. El aumento de la temperatura también podría ser la causa de mayores incendios y una creciente pérdida de árboles por enfermedades e insectos. Pese a todo es posible ayudar a los bosques a adaptarse al cambio.
Las buenas prácticas de manejo pueden ayudar, incluyendo extensiones de rotación menores para reducir el riesgo de enfermedades que aumentan con la antigüedad de los árboles; mejor selección de especies que convengan al medio; una ampliación de la base genética del material de plantación; y mejor protección del fuego, las plagas y las enfermedades. Y como "los bosques son las reservas de carbono, pueden ayudar a reducir los efectos del cambio climático", agrega el autor.
Los dos principales mecanismos, sostiene, son la reducción de la deforestación de los trópicos y el aliento de prácticas para rehabilitar los bosques degradados, e incluso aumentar las plantaciones en los casos en que convenga.
"Básicamente, es tan sólo cuestión de una buena silvicultura sustentable", explica. Reducir la deforestación tropical requerirá un "enfoque multisectorial", ya que en la mayoría de los casos resulta de la necesidad de expandir la agricultura.
Cambio climático: complejidad y dilemas
Ciesla tiene mucho cuidado en señalar que el tema del cambio climático es muy complejo y lleno de dilemas. El libro destaca cuánto ha cambiado el clima a lo largo del tiempo.
Por cierto hubo un aumento de temperatura de alrededor del 0,5% desde el comienzo del siglo, pero es difícil determinar si es natural o resultado de la actividad humana. El nuevo factor de este fenómeno es el aumento de los gases de efecto invernadero que ha sido monitoreado y medido.
"No obstante", dice Ciesla, "intentar predecir lo que esto podría significar demostró ser muy complicado", y agrega que se han construido diversos modelos pero los resultados son contradictorios. "El propósito del libro es ofrecer información para los técnicos forestales a todos los niveles. La intención es discutir con cierto detalle el tema del cambio climático que provoca tanta preocupación en está década y señalar qué respuesta podrían tener los bosques".
Fuente: SUNS/IPS
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