Red-Bancos / Banca Multilateral
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No. 71 - Primera quincena de Setiembre 1995
Deuda externa
La crisis se agrava si no surgen alternativas
La insistencia en las políticas de ajuste luego de la crisis mexicana agudizará la crisis de la deuda y la vulnerabilidad de las economías de América Latina, concluyó una reunión de parlamentarios, académicos y ONGs decididos a emprender soluciones que aborden de raíz el problema.
Del 3 al 5 de agosto se llevó a cabo en la Ciudad de México, la Reunión Internacional Sobre Deuda Externa y Alternativas, convocada por diversos organismos internacionales.
Entre los convocantes figuran grupos internacionales como EURODAD, la Red del Tercer Mundo, Development-Gap, entre otros; y nacionales: la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC), Alianza Cívica, Foro de Apoyo Mutuo, entre otros. También participaron parlamentarios de los principales partidos políticos mexicanos.
El evento contó con la asistencia de representantes de organizaciones de Ghana, Australia, Bélgica, Holanda, Canadá, Estados Unidos, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Brasil, Colombia, Perú y Chile.
Durante los trabajos de la reunión, a la que asistieron alrededor de 200 personas, se abordaron aspectos relacionados con la deuda multilateral, el libre comercio, la deuda interna y las alternativas de solución al problema.
Deuda y globalización
La discusión durante la reunión mostró que el tema de la deuda externa forma parte de un proceso de globalización de la economía, mientras que para los países de América Latina y el Caribe ha tomado la forma del ajuste estructural.
En los últimos años, los flujos de capital hacia la región ocultaron el hecho de que el servicio de la deuda continuaba siendo bastante alto. De hecho, según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 1994 el flujo neto en lo que respecta al pago de intereses de la deuda y remesas de utilidades fue de 32.000 millones de dólares, monto similar al de 1985.
Como consecuencia de la crisis mexicana y del posterior impacto, denominado "efecto tequila", la vigencia del pesado fardo que constituye la deuda externa volverá a manifestarse en muchos países de la región, con más fuerza en unos que en otros.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Banco Mundial, el FMI y las elites políticas y financieras de la región insisten en que se trata de problemas coyunturales, de instrumentación de las políticas económicas, y no frente de un problema de índole estructural. En su afán por salvaguardar el modelo económico vigente desde comienzos de los años 80, pretenden mantener la dependencia de las economías latinoamericanas respecto del "dinero caliente", para financiar desequilibrios en las cuentas externas.
Esto coloca a los países de la región en una situación de extrema vulnerabilidad, sujetos a las fluctuaciones de las tasas de interés en Estados Unidos. De manera cíclica, los flujos de capital se dirigen al Sur cuando las tasas de interés son reducidas en el Norte, y a la inversa, escapan de los llamados "mercados emergentes" cuando sobrevienen alzas en las tasas de interés en los principales centros financieros, particularmente en Estados Unidos.
Para romper el círculo
A cada crisis de pagos en la región se trata de responder con un "ajuste del ajuste" que repetidamente gravita sobre los trabajadores, los consumidores y la mayoría de la población. De manera sistemática se transfiere la carga del pago a dichos grupos, quienes tienen que pagar con la caída de su poder adquisitivo, la factura de los repetidos rescates financieros a gobiernos y al sistema financiero en nuestros países. Dichos salvamentos dan prioridad al capital financiero por encima de la economía productiva, en detrimento incluso de la propia capacidad de pago de los países.
En años recientes se han multiplicado las iniciativas de parlamentarios, académicos, ONGs y grupos de ciudadanos con el propósito de romper este circulo vicioso de la deuda externa y de emprender soluciones que verdaderamente aborden de raíz el problema. En este sentido, cobra importancia el refuerzo de los nexos y relaciones entre ONGs de América Latina y el Caribe y EURODAD (red que agrupa a ONGs en Europa) y otras ONGs del Norte, así como de las propias ONGs con organizaciones sociales y ciudadanas tanto en América Latina como en el Norte.
Tales lazos pueden facilitar el intercambio de información actualizada sobre los desarrollos más recientes de la deuda externa en sus respectivos países y en los organismos multilaterales , así como impulsar la discusión de los procesos de globalización, ajuste estructural, flujos financieros, entre otros; que permiten una adecuada ubicación de los problemas de la deuda externa en la década de los 90.
Por otra parte, también importa estrechar lazos entre ONGs de América Latina y el Caribe y ONGs del Norte, para lograr que, de acuerdo al desarrollo de los problemas de la deuda externa en cada país, se adopten los mecanismos apropiados (campañas, publicaciones, cabildeo) que sean necesarios para el cumplimiento de esos objetivos.
Fuente: Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, RMALC
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