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No. 74 - Segunda quincena de Octubre 1995

Asamblea Anual FMI/BM

Todo igual para los países más pobres

La posición del Banco Mundial y el FMI sobre los dos temas más importantes para los más de cincuenta países más pobres del mundo, deuda multilateral y futuros créditos, sigue incambiada: pagos en fecha y nada de cancelaciones ni reestructuración de la deuda

Las instituciones de Bretton Woods tendrán pocas buenas noticias que dar a sus miembros pobres, en especial los países más pobres que confían en la ayuda concesional, cuando se encuentren este mes en Washington, Estados Unidos, para realizar su reunión anual.

El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya tomaron posición sobre los dos temas más importantes para los cincuenta y pico de países más pobres del mundo: la deuda multilateral con ambas instituciones y los futuros créditos.

La perspectiva sigue siendo la misma, pagos en fecha y nada de cancelaciones ni reestructuración de la deuda, adelantó a la prensa una autoridad del FMI. Añadió que no sólo el FMI, sino también los organismos financieros multilaterales, en especial el Banco Mundial y sus filiales, tienen la misma posición.

Revuelo no confirmado

Esto parece dejar de lado, por lo menos por ahora, el revuelo generado a principios de setiembre cuando una propuesta interna del Banco Mundial se filtró al diario británico Financial Times, en vísperas de la presencia del presidente del organismo, James Wolfensohn, ante la conferencia de Naciones Unidas sobre la mujer en Beijing.

La propuesta preveía crear un nuevo fondo de 11.000 millones de dólares para liquidar la deuda oficial de los países pobres.

Desde entonces el Banco Mundial restó importancia a la propuesta, calificándola como un mero estudio interno, si bien algunos informes oficiales insisten en que Wolfensohn está dispuesto a encarar decididamente el problema.

Sin embargo, el único entusiasmado parecería ser Wolfensohn. Eso se reflejó al día siguiente del trascendido a la prensa, cuando un funcionario del FMI dijo al Times que la propuesta "era ideológicamente poco sólida".

Tres semanas después, Jack Boorman, director de desarrollo y evaluación política del Fondo, brindó a los periodistas la primera reacción oficial del FMI.

Boorman dijo que las discusiones sobre una nueva estrategia para la deuda todavía están "a nivel del personal" entre ambas instituciones. O sea que no han sido tratadas por la gerencia, menos aún por los directorios ejecutivos de ambos organismos.

El pasado mes de abril, el entonces presidente del Comité para el Desarrollo del Banco Mundial, el marroquí Mohammed El Kabbaj, anunció que podría haber una propuesta concreta sobre el tema de la deuda para que el comité la considerara. Ahora, ese anuncio suena hueco.

La "eficiencia" del BM

Según Boorman, una nueva estrategia para la deuda se descarta por una serie de razones, entre ellas que el alivio de la deuda, aunque necesario, podría perjudicar a los países pobres, recreando la crisis de préstamos de hace 15 años, cuando los bancos dejaron de entregar fondos a los países altamente endeudados.

Ambas instituciones, manifestó, están buscando la "forma más eficiente" de solucionar el problema de la deuda. El tema será tratado durante la reunión anual, "no para llegar a una conclusión, sino para discutirlo".

Además, enfatizó Boorman, el estudio del FMI sobre los 27 países más pobres reveló que 18 de ellos, la mayoría, pueden lograr una "sustentabilidad de la deuda", es decir que pueden pagar los intereses de sus deudas, siempre y cuando tengan nuevos préstamos adecuados y continúen implementando los programas de ajuste estructural.

Los países ricos, expresó, deben primero reponer los fondos de la Asociación Internacional de Desarrollo (IDA), muchos de cuyos préstamos blandos se utilizan para respaldar reformas de mercado "antes de poner sobre la mesa nuevas iniciativas".

El director también insistió en que las instituciones multilaterales transfieren más recursos a los países pobres mediante la IDA y el Fondo Ampliado para Ajuste Estructural (ESAF) del propio FMI, que los pagos que reciben, debido a la naturaleza concesional de los dos organismos.

El ESAF cobra sólo el 0,5% de interés en sus préstamos, pagaderos en un período de seis a diez años, mientras que la tasa de interés de la IDA es de 0,75% y su período de pago es de 40 años después de un período de gracia de 10 años. La mayoría de los préstamos de ambas instituciones todavía no han vencido.

El negocio de la deuda

Pero el problema, admitido por los propios organismos, es que los países pobres que deben grandes sumas al Banco han pagado más dinero en servicios de la deuda de lo que reciben en nuevos fondos, un fenómeno denominado "transferencia neta negativa".

Entre 1990 y 1995, Nigeria y Côte d'Ivoire, por ejemplo, tuvieron transferencias negativas de 1.450 millones de dólares y 569 millones de dólares respectivamente. Sólo en 1995, Nigeria entregó 373 millones de dólares y Côte d'Ivoire 107 millones.

No obstante, Boorman dijo que el problema de los países pobres se plantea con otros acreedores, con la excepción del Club de Paris, de gobiernos occidentales acreedores. Señaló a Rusia y a bancos comerciales que podrían dar a Côte d'Ivoire, por ejemplo, términos similares a los del acuerdo de Nápoles de 1994.

Según los términos de Nápoles, el Club de Paris podría suspender hasta un 67% del servicio de la deuda de un país que esté aplicando reformas económicas, y hasta un 67% del principal, si ha logrado avances en la aplicación de dichas reformas. Hasta ahora, sólo Uganda se ha beneficiado de este acuerdo.

En los informes anuales del ESAF y el IDA, Boorman reafirmó la posición del FMI y el Banco Mundial para los nuevos préstamos: ahora habrá menos dinero para los países más pobres del mundo como consecuencia de los recortes a la ayuda que parecen favorecer a los ex países comunistas de Europa y Asia Central.

Dijo que el Fondo tenía ahora suficientes recursos para financiar al ESAF hasta 1998. Necesitará unos 1.940 millones de dólares (1.300 millones de Derechos Especiales de Giro (DEI), la moneda interna del FMI) para zanjar los seis años de diferencia entre esa fecha y el año 2004, cuando esté reembolsada la mayoría de los préstamos ESAF y pueda retirarse la cuenta de reserva financiada por Alemania, Francia y Japón.

Oposición a la venta de oro

No obstante, Boorman se mostró optimista acerca de la continuación de la línea crediticia. "Tal vez necesitemos menos de 1.300 millones de DEI de los donantes bilaterales; además, los países que en determinado momento recibieron los préstamos, pueden convertirse en donantes, e incluso países que actualmente tienen pocas perspectivas pueden cambiar su situación", manifestó.

Pero una opción a la cual el Fondo no recurrirá es a vender parte de su oro para aumentar los recursos del ESAF. Según Boorman, a pesar del respaldo del Director Gerente Michel Camdessus, en el directorio existe una fuerte oposición a la propuesta.

Un funcionario del FMI declaró que la venta cuenta con la oposición de la "mayoría de los miembros del directorio", donde Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña definen la votación. El argumento es que menoscabaría los activos reales del FMI y crearía una pérdida de confianza en el organismo, lo cual, a su vez, podría desencadenar una crisis financiera mundial.

Lo que el FMI y el Banco Mundial tendrían que hacer es administrar los fondos concesionales de forma de dirigirlos a cuatro objetivos, explicó Boorman: los países con "reformas vinculadas al Banco Mundial"; los países que ponen énfasis en el sector social y reducen el gasto militar; los países que abordan "frontalmente" la corrupción; y los que invierten en educación.

En cuanto al gasto en defensa, Boorman atacó a los países desarrollados por exportar armas a los países pobres diciendo "debe haber mayor coherencia" entre ellos con respecto a las exportaciones de armas y su impacto en las economías locales.

Abrió cierta esperanza de que el FMI podría ampliar el período de reembolso de los préstamos del ESAF a 25 años, como lo propuso el ministro de finanzas británico Kenneth Clarke. dijo que la mayoría del directorio "favorece abiertamente" el actual límite de 10 años porque un plazo mayor dañaría la "identidad (del FMI) como institución financiera", además de reducir los fondos que podrían destinarse a nuevos préstamos. "Preferimos la fórmula actual, repitiendo los préstamos por el ESAF", manifestó. Pero "podría considerarse la posibilidad" de reducir la tasa de interés, añadió.

(Fuente: SUNS/IPS)




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