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No. 77 - Primera quincena de Diciembre 1995

Brasil, India y Malasia

Diplomáticos se oponen a nuevos temas en la OMC

Diplomáticos de Brasil, India y Malasia ven con preocupación y desconfianza los intentos de algunos gobiernos del Norte de introducir temas nuevos para su negociación en el marco de la Organización Mundial de Comercio

Aún antes de haber asimilado debidamente los alcances de los acuerdos de la Ronda Uruguay que entraron en vigor en enero, ya se está queriendo incluir en la agenda internacional de comercio otros temas nuevos y complicados.

Un grupo de diplomáticos de Malasia y de otros países en desarrollo importantes ven con preocupación y desconfianza los intentos de algunos gobiernos del Norte de introducir temas nuevos para su negociación en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Consideran que habría que dar tiempo a los países en desarrollo para evaluar los acuerdos comerciales recién concluidos y avenirse a los mismos, y que no deben ser apurados a negociar temas nuevos, como un nuevo tratado sobre inversiones extranjeras y normas laborales.

Asuntos inconclusos de la Ronda Uruguay

Entrevistas realizadas en Ginebra a embajadores de Malasia, Brasil e India revelan que los diplomáticos comerciales de esos países ya están abrumados con un programa febril de reuniones y negociaciones sobre los "asuntos inconclusos" de la Ronda Uruguay.

Si sus misiones, siempre faltas de personal, no pueden hacer frente satisfactoriamente al trabajo actual, ¿cómo van a poder asumir otra arremetida de temas impulsados por el Norte en su propio beneficio?

El debate adquirió un matiz de urgencia porque los países del Norte están tratando a toda costa de utilizar la Reunión Ministerial de la OMC que tendrá lugar en Singapur en diciembre de 1996, para iniciar y legitimar negociaciones sobre los "temas nuevos".

En las próximas semanas y meses, el Norte intentará presionar a los países en desarrollo para que acepten incluir estos temas en la agenda de la Conferencia de Singapur.

La Unión Europea es una de las fuerzas principales que pugna por que la OMC negocie un nuevo tratado sobre inversiones extranjeras que le daría a los inversores extranjeros el derecho a entrar en cualquier país y ser tratados igual que las empresas nacionales. Los países en desarrollo deben lograr pronto una acción conjunta, si es que quieren dar una respuesta adecuada.

El embajador de Malasia en Ginebra, Encik Haron Siraj, opina que la Reunión Ministerial de la OMC debería centrarse en una evaluación de los efectos de la Ronda Uruguay. "No debe adoptar una nueva agenda de temas de negociación", expresó Haron, quien es además representante permanente de Malasia ante la OMC y las Naciones Unidas. A su entender, la Reunión Ministerial fue mandatada para ser una conferencia de evaluación. "Debe abarcar asuntos tales como hasta qué punto se han aplicado las decisiones de la ronda o cuáles son las razones o dificultades que impiden alcanzar los resultados; evaluar las normas y reglamentaciones que conspiran contra la puesta en práctica de la Ronda, y otras cosas por el estilo.

"Sería demasiado pretender que los países en desarrollo acepten una nueva agenda de temas y comiencen a negociar sobre temas nuevos, cuando actualmente enfrentan tantas dificultades tratando de poner en práctica lo acordado en la Ronda Uruguay."

Las misiones de los países del Sur tienen poco personal con relación al inmenso trabajo de negociación que requiere la OMC. Malasia tiene sólo dos funcionarios de tiempo completo que trabajan en asuntos de la OMC, mientras que India tiene tres.

Si no se toma conciencia de la enorme importancia que tienen las negociaciones de la OMC en la determinación de las políticas nacionales, éstas seguirán resolviéndose de manera indebida, con las consiguientes consecuencias graves a largo plazo.

Exigencias abrumadoras

El representante permanente de Brasil en Ginebra, embajador Celso Lafer, comparte la opinión de que temas nuevos como las inversiones no deben ser llevados a una nueva ronda de negociaciones, por lo menos no en esta etapa.

"Las exigencias de la Ronda Uruguay son sumamente abrumadoras, y por el momento estamos atosigados tratando de cumplir con ellas. No estamos preparados para comenzar una nueva ronda de negociaciones sobre un nuevo grupo de temas.

"El enorme volumen de trabajo que implica tratar de hacer frente a las consecuencias de los acuerdos aprobados previamente y a las negociaciones en marcha a nivel internacional y regional, somete a los funcionarios de comercio y a los negociadores a una tensión permanente

"No tenemos una capacidad analítica suficientemente buena como para enfrentar una nueva ronda. En esta etapa, y para la Reunión Ministerial, alcanza con tratar la implementación de la OMC y evaluar la situación actual. No deberían empujarnos a analizar temas nuevos que, por el momento, no podemos manejar."

El tema de las inversiones es el punto de discusión más álgido en los círculos comerciales de Ginebra. Según Haron, el tema "todavía no está maduro" y los países en desarrollo no están bien al tanto de sus consecuencias, en especial en el contexto de la OMC, donde pueden imponerse sanciones comerciales por incumplimiento de un tratado. Por lo tanto, la OMC no sería, precisamente, el mejor lugar para discutir este tema.

A la hora de examinar la propuesta de la Comunidad Económica de introducir los derechos de los inversores en la OMC, declaró Haron, es importante observar que las corrientes de inversión están relacionadas no sólo con el comercio sino también con otra serie de temas, tales como las corrientes financieras, la transferencia de tecnología y el comportamiento de las compañías (en especial las prácticas comerciales restrictivas).

Por lo tanto, es necesario evaluar con mesura los efectos del ingreso de inversiones extranjeras a los países en desarrollo, expresó Haron.

"Hay beneficios y costos para las inversiones extranjeras, y ambos deben ser tenidos en cuenta. Entre los beneficios figura la creación de empleo y el aumento de las exportaciones. Pero también hay costos entre los que hay que incluir los costos sociales y ambientales, y costos de oportunidad tales como la pérdida del cobro de impuestos debido a la necesidad de ofrecer incentivos. Por lo tanto, hay que agregar el balance de estos costos y beneficios."

Derechos y obligaciones

A nivel internacional, para los países en desarrollo es muy importante observar el vínculo que existe entre la inversión extranjera, los poderes monopólicos y las reglas de la competencia; la transferencia de precios y otras prácticas comerciales restrictivas; y los términos y condiciones de la transferencia de tecnología. "Por lo tanto, si se quieren considerar los derechos y libertades de los inversores extranjeros, también hay que considerar las obligaciones de estas compañías para con los países receptores", expresó Haron Siraj.

"La inversión extranjera requiere un intercambio, un dar y recibir. Los países desarrollados no pueden pretender que los países en desarrollo den mucho y a cambio esperen muy poco."

Si bien actualmente muchos países en desarrollo han aceptado inversiones extranjeras, los países del Norte deben permitirle al Sur el derecho a considerar también el balance de las ventajas y las desventajas.

"Los países en desarrollo ya han aceptado muchos compromisos en la Ronda Uruguay que implican garantizar más derechos a los inversores extranjeros, por ejemplo a través de los TRIM, los TRIP y los convenios de servicios.

"Estos compromisos ya asumidos son gravosos para los países en desarrollo, y para ellos constituyen los aspectos negativos de la Ronda Uruguay, mientras que el aspecto positivo es el mayor acceso a los mercados para sus productos."

Según Haron, si bien se podría discutir el tema de las inversiones, la OMC no es el lugar indicado para hacerlo de manera exhaustiva. Por lo tanto, no hay por qué dar por sentado que la OMC debe hacer suyo el tema.

"Previamente habría que discutir cuál es el ámbito o ámbitos más apropiados para discutir el tema de las inversiones, y cuál sería la competencia de las distintas organizaciones.

"Por ejemplo, el tema está siendo debatido también en el Banco Mundial, el FMI y organismos de Naciones Unidas como la UNCTAD. La OMC es sólo uno de los organismos a los que le compete, y lo que tendría que abordar es el aspecto comercial."

Haron Siraj comparte la opinión de que la próxima Reunión Ministerial de la OMC de diciembre de 1996 en Singapur debe centrarse en una evaluación de los efectos de la Ronda Uruguay y "no debe emprender una nueva agenda de temas de negociación".

La Reunión Ministerial, agregó, fue mandatada para ser una conferencia de evaluación.

El embajador de la India ante la OMC, S. Narayanan, habló en contra del tratado sobre inversiones propuesto, en un seminario organizado la semana pasada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).

Inviable políticamente

Con relación al comentario de un orador en cuanto a que un régimen multilateral de inversiones supondría un alto grado de injerencia y rozaría temas como la soberanía, Narayanan declaró que en lo que respecta a India, no es políticamente viable avalar un régimen de ese tipo o aceptar la propuesta de que cualquier extranjero tiene derecho a ingresar e invertir.

Por lo tanto, antes de tratar de negociar una serie de normas de inversión, es fundamental averiguar sobre su viabilidad política.

Narayanan señaló que actualmente hay más demanda de inversión extranjera directa (IED) que oferta, y que por lo tanto los inversores extranjeros podrían conseguir buenas condiciones de los gobiernos receptores, por lo que se preguntó por qué estos inversores extranjeros están ahora pidiendo un régimen multilateral de inversiones.

Agregó que las normas de inversión propuestas serían inherentemente asimétricas o desiguales. En la OMC, los gobiernos que reciben inversiones extranjeras tendrían que aceptar la obligación de conceder derechos a las compañías extranjeras. Por otro lado, los gobiernos de los países de origen de las compañías tendrían derecho a presentar demandas a nombre de sus compañías ante la OMC con el argumento de que se han violado los derechos de sus inversores.

Pero, aun así, ¿el gobierno del país de origen de las compañías también asumiría las obligaciones y aceptaría la responsabilidad por el mal manejo o el perjuicio causado por el inversor extranjero a la economía y a los habitantes del país receptor? Las normas multilaterales propuestas no obligarían a los países de origen de las trasnacionales a asumir estas responsabilidades.

Narayanan también destacó el siguiente caso de dualidad de criterios: los que abogan por un tratado de inversiones lo hacen basados supuestamente en la necesidad de aumentar la movilidad de la inversión, que es un factor de producción. Pero los países del Norte no están dispuestos a discutir un aumento similar de la movilidad de la mano de obra, que también es un factor de producción.

La implicación del ejemplo citado por Narayanan es que el Norte maneja razones superiores para defender la liberalización de los factores (como la inversión) que lo favorecen, pero se niega a prestar atención cuando las mismas razones se utilizan legítimamente para promover la liberalización del flujo de factores (como la mano de obra) en los cuales el Sur tiene una ventaja.

Es imperioso llevar adelante una defensa firme de los intereses del Sur, para impedir el inicio de otra ronda de negociaciones en el marco de la OMC que seguramente hundirá a los países en desarrollo en mayores dificultades, cerrándoles más el camino de opciones para el desarrollo.

Debilidades del Sur

Lamentablemente, los países del Sur están hoy mal parados para enfrentar las nuevas maniobras del Norte. No están unidos, sus negociadores comerciales están recargados de trabajo y apenas si tienen tiempo para reaccionar tan siquiera a las posiciones del Norte. A esto se suma que las autoridades de las capitales no prestan suficiente atención a estos temas trascendentes, no dando así suficiente respaldo a los negociadores.

Por encima de todo, es necesario que la dirigencia política del Sur le dé al tema la máxima prioridad, hablando y organizándose entre ellos al más alto nivel para responder adecuadamente a estos nuevos procesos. Sólo así el Sur podrá apartarse de la resbaladiza pendiente de otra ronda de las llamadas negociaciones "comerciales", en la cual sus intereses se verán luego seriamente perjudicados.

(M.K.)




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