No. 78 - Segunda quincena de Diciembre 1995
Habana y Hanoi se acercan a Beijing
Las presencias de Fidel Castro y Do Muoi, líderes de los pocos países comunistas que quedan en el mundo, en China a fines de noviembre, reflejan algo más que solidaridad ideológica puesto que el tema económico es prioritario en las agendas de Cuba y Vietnam.
Para Fidel Castro, quien arribó a Beijing para una visita de 10 días, las destilerías y la industria de alimentos de China ofrecen un mercado importante para el azúcar cubano, principal artículo de exportación de ese país. Por su parte, el gobierno de La Habana también está dispuesto a comprarle a Beijing bienes manufacturados, alimentos y medicinas de bajo costo.
Esta es la primera visita de un jefe de estado cubano a China en más de treinta años. La Habana, apremiada por un embargo económico dirigido por Estados Unidos, quiere afirmar vínculos con China.
Vietnam y China: intercambio comercial y conflicto territorial
Y para Do Muoi su visita de siete días ayudará a consolidar acuerdos económicos que se espera redundarán este año en 1.000 millones de dólares de intercambio comercial. Hanoi también procura asegurarse ayuda financiera china, incluidos 9,2 millones de dólares en préstamos sin intereses entre 1993 y 1997.
Do Muoi, secretario general del oficial Partido Comunista de Vietnam, también aspira a obtener garantías en el aspecto militar, dado que ambos países cumplieron en diciembre cuatro años de relaciones diplomáticas.
"Deberíamos seguir el principio de terminar con el pasado, mirar hacia el futuro y buscar un terreno común..., para arreglar las cuestiones pendientes de la historia a través de consultas pacíficas", declaró Do Muoi a la agencia de noticias Xinhua.
Los dos países -que se enfrentaron en una breve refriega terrestre en 1979 y en el mar en marzo de 1988- mantienen una disputa territorial sobre las islas Spratly y Paracelso, en el Mar Meridional de la China, la demarcación marítima del Golfo de Tonkin y otras zonas de los 1.300 kilómetros de frontera terrestre en disputa desde la guerra de 1979.
Do Muoi, quien se reunió con el primer ministro chino Li Peng y otros líderes, había estado por última vez en Beijing cuando los dos países normalizaron sus relaciones en 1991. Los dos otrora aliados comunistas estuvieron distanciados durante más de una década tras la guerra fronteriza.
Según la agencia oficial de noticias Nueva China, el primer ministro Li dijo al secretario del partido vietnamita que los problemas pueden ser zanjados a través de consultas amistosas. A su vez, Do Muoi reclamó mayor cooperación científica y comercial.
El dirigente vietnamita partió el miércoles 30 de noviembre para Tianjin y más tarde se dirigió a Shanghai, en busca de una visión más acabada de la economía socialista de mercado de China.
Estrategia hacia Cuba
Shen Guofang, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, expresó que "las visitas de Castro y de Do Muoi son dos asuntos diferentes. Nuestros lazos bilaterales con Cuba y Vietnam se basan en la cooperación y el beneficio mutuos."
En lo que respecta a Cuba, se espera que Beijing exhorte a la nación caribeña a liberalizar su deteriorada economía centralizada y expandir sus relaciones con Occidente, en particular con Estados Unidos.
En 1993, tras asistir a una cumbre de dirigentes de Asia-Pacífico, en Seattle, el presidente chino y secretario general del Partido Comunista, Jiang Zemin, realizó una visita de dos días a Cuba, mientras que Li, el primer ministro chino, estuvo de visita en la isla en octubre.
Beijing ha instado a La Habana a que amplíe su economía porque China no puede suplantar a la extinta Unión Soviética como motor de impulso de la isla caribeña. China está tomando una actitud hacia Cuba similar a la que adoptó con Corea del Norte, que sigue siendo un país comunista de línea dura.
En una declaración aparecida en el diario "China Daily", publicado en idioma inglés, el embajador de Cuba en China, José Guerra, predijo que durante la visita se concretaría un nuevo acuerdo comercial entre los dos países. Añadió que el comercio bilateral en 1994 ascendió a 500 millones de dólares y que este año permanecerá igual.
"Los chinos dieron a los cubanos el mismo mensaje que enviaron a los norcoreanos: que deberían seguir el mismo camino que tomó China de reformas económicas y abrirse al mundo exterior", manifestó un diplomático occidental en Beijing.
Al mismo tiempo, los dos gobiernos permanecen unidos en su oposición a las reformas políticas democráticas. Fidel Castro fue uno de los primeros líderes nacionales que respaldaron la represión del gobierno chino a las protestas en favor de la democracia en 1989.
Cuba también apoyó incondicionalmente a China en las Naciones Unidas contra los intentos estadounidenses y de otros países occidentales de censurar a Beijing por violaciones a los derechos humanos.
(Fuente: SUNS/IPS)
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