Actualidades / Deuda externa
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No. 82 - Segunda quincena de Marzo 1996
ONGs de Canadá
Los acreedores deben compartir los costos
La Coalición Canadiense para la Democracia Económica reclama una solución amplia y justa de la crisis de la deuda en la que todos los acreedores, incluso los acreedores multilaterales, compartan los costos
Primera parte
Ultima Parte
2) El servicio financiero debe utilizarse para financiar la cancelación
anticipada o la reducción de la deuda de países que reúnan determinadas
condiciones.
Las ONGs y expertos en el tema de la deuda han argumentado internacionalmente
que sólo una reducción de la deuda o directamente la cancelación anticipada,
junto con el compromiso de mantener niveles de ayuda, ofrecerán alguna esperanza
de recuperación económica, social y ambiental para los países más pobres. Todos
los intentos previos de un alivio serio de la carga de la deuda no han tenido
repercusiones significativas en los principales de las deudas de los países más
pobres. Por cada dólar condonado desde 1989, se sumaron tres más.
Por qué el statu quo ya no es posible
Los críticos de las propuestas que buscan un mayor alivio de la carga de la
deuda argumentan que los mecanismos actuales alcanzan sólo para resolver los
problemas de la deuda de un número relativamente pequeño de países. Los Términos
de Nápoles para el alivio bilateral de la deuda supuestamente reducirían la
carga de los países más pobres. También hay servicios financieros en el Banco
Mundial y el FMI para asistir a países pobres muy endeudados. No obstante, como
ilustra el caso de Uganda, los Términos de Nápoles tuvieron escaso impacto en la
carga del servicio general de la deuda del país debido a las condiciones
restrictivas de los Términos de Nápoles y, lo más importante, porque una parte
significativa de la deuda de Uganda es con las instituciones multilaterales. El
punto débil de los mecanismos del FMI y del Banco Mundial, al igual que del
Servicio Financiero Aumentado de Ajuste Estructural (SAAE) del FMI y el Servicio
Financiero para la Reducción de la Deuda de la Asociación Internacional de
Fomento (AIF), es que tienen condicionamientos muy severos.
Mucho más preocupante es el creciente uso de la ayuda que se desvía para el pago
de los servicios de las deudas multilaterales. Sólo en 1994, más de dos tercios
de todos los fondos de la AIF fueron a parar al Banco en la forma de pagos de la
deuda. La AIF está financiada a través de presupuestos de ayuda de los países
donantes. Además, hay un proceso creciente de transferencia de la ayuda
bilateral a los cofres del Banco Mundial y el FMI. El uso que se ha dado a los
fondos de ayuda ha sido para el pago de intereses de las deudas mientras que el
principal de la deuda general del país continúa aumentando.
La drástica reducción de muchos programas de ayuda de los países donantes y la
decisión del Congreso de Estados Unidos de cortar su compromiso existente con la
AIF, así como la amenaza de reducir sustancialmente su compromiso con la próxima
reposición de fondos, podría significar que prácticamente todos los futuros
fondos de ayuda participarán de un ejercicio de reciclaje de la deuda del Banco
Mundial y del FMI y no estarán disponibles para la reducción de la pobreza. Las
propuestas de alivio de la carga de la deuda que sólo reciclan la deuda
existente nunca permitirán a los países pobres escapar de la trampa de la deuda
y cada vez más echarán mano a los recursos de ayuda que supuestamente son para
financiar los servicios de salud y educación y la reducción de la pobreza.
La propuesta filtrada del Banco Mundial, si bien implicaría una medida de
reducción de la deuda para determinados países que reúnan las condiciones,
distribuye esta reducción a lo largo de varios años. Sólo una cancelación o una
reducción anticipada de la deuda permitirá a los países pobres establecer
objetivos realistas de reducción de la pobreza y de desarrollo.
3) Que el servicio multilateral de la deuda sea financiado primordialmente con
los recursos existentes dentro del Banco Mundial y el FMI
De las fuentes existentes podrían obtenerse 12.000 millones del Servicio
Financiero de la Deuda Multilateral:
Cantidad
disponible para reducción de la deuda (US$ mil mill.) |
Cantidad
sugerida |
Ingresos retenidos
del Banco Mundial |
15,5 |
1,8 |
Provisiones para
fallidos |
3,7 |
1,8 |
Ajuste de
movimientos acumulativos del BIRF/AIF (ganancias por fluctuaciones de
monedas) |
7,8 |
3,8 |
Venta de oro del FMI |
40,0 |
4,6 |
TOTAL |
67,0 |
12,0 |
La financiación del servicio financiero no debe provenir de los flujos de
ayuda bilateral. De hecho, uno de los objetivos primarios de reducir las
obligaciones de la deuda multilateral debería ser disminuir sustancialmente y
por último desterrar totalmente el uso de los fondos bilaterales y de la AIF
para el pago de los servicios de la deuda multilateral. La venta del oro del FMI
no debe usarse para financiar el Servicio Financiero Aumentado de Ajuste
Estructural.
Objeciones
El Banco Mundial, el FMI y los países donantes exponen tres argumentos
principales contra el uso de los recursos existentes del BM y el FMI.
a) Cualquier reducción de la deuda multilateral afectará la capacidad crediticia
del Banco Mundial y el FMI.
b) Cualquier reducción de la deuda multilateral creará un problema de "riesgo
moral".
c) Argumento de "no almuerzo gratis".
Reducción de la deuda y capacidad crediticia
a) Las multilaterales temen que la reducción de la deuda afecte su capacidad
crediticia. El argumento es que la clasificación triple A del Banco Mundial
podría verse perjudicada, aumentando con ello los costos de los préstamos
pedidos en los mercados financieros, lo que a su vez aumentaría los costos de
los préstamos otorgados a los países en desarrollo.
La respuesta a esta objeción es que el efecto de una reducción de la deuda sería
limitado, ya que el costo bajo del préstamo multilateral se basa más en el apoyo
financiero (el capital exigible) de los grandes países desarrollados. Además, el
Banco Mundial ha creado reservas importantes y provisiones para préstamos
incobrables que podrían ser utilizadas sin riesgo para financiar la reducción de
la deuda multilateral.
De hecho puede argumentarse que seguir manteniendo tantos préstamos con tan
malos índices de cumplimiento en la cartera del Banco sólo daña su credibilidad
y que utilizar algunas de las provisiones para fallidos del Banco para resolver
esta deuda incobrable serviría para mejorar la calificación del Banco. En cuanto
al FMI, en la medida en que no pide prestado a los mercados comerciales sino a
los países miembros, el argumento expresado carece de peso. El FMI podría
fácilmente financiar una reducción de la deuda con escaso impacto en sus
operaciones generales.
Debería tenerse en cuenta que el papel del Banco Mundial y del FMI como
"acreedores de preferencia" no debe ser entendido como el de "acreedores
eximidos", sin responsabilidad por sus errores de cálculo o por empujar a los
deudores a la bancarrota. Esto es más importante aún dado que la condición de
acreedor de preferencia del FMI y del Banco Mundial se mantiene cada vez más a
través del uso de fondos de ayuda.
El impacto de esta deuda que se cierne sobre los países más pobres es el punto
más importante a considerar. El hecho de que esta carga de la deuda tenga
términos más favorables no hace mucho para aliviar el sufrimiento humano causado
por la prolongación de la crisis.
El "riesgo moral"
b) El segundo argumento contra la reducción de la deuda multilateral es el
problema del "riesgo moral". Se dice que reducir las deudas de los países que se
han sobreendeudado alentará a los gobiernos a pedir prestado de más en el
futuro, mientras que otros estarán tentados a no pagar su deuda.
Este, esencialmente, es el argumento de un usurero. La analogía no es tan
rebuscada si se considera que en los años 80 el Banco Mundial y el FMI corrieron
en rescate de los bancos comerciales, convirtiéndose en el proceso en
"prestamistas de último recurso".
La misma advertencia de "riesgo moral" fue planteada en los años 80, cuando la
deuda comercial iba a ser reducida y la experiencia demostró que no había
demasiados argumentos para este temor. De hecho, muchos bancos del Norte
salieron fortalecidos después de cancelar grandes porcentajes de las deudas
latinoamericanas en la década del 80.
El verdadero "riesgo moral" puede estar en los acreedores multilaterales: si se
los protege de la reducción de la deuda, se evitará que se hagan cargo de los
costos de sus erradas decisiones en materia de préstamo, lo que alentará las
prestaciones irresponsables en el futuro. La decisión del FMI de prestar al
África subsahariana en la década del 80 basado en el análisis de que se trataba
de un problema de liquidez a corto plazo resultó totalmente equivocada. Además,
el Banco Mundial debe asumir cierta responsabilidad por los proyectos que de
acuerdo a sus propias cuentas estaban destinados al fracaso. Al respecto es
necesario mencionar el Informe Wapenhans, que se refirió a un promedio de
fracaso de los proyectos del Banco Mundial del 37%. Hay varios casos en que el
Banco Mundial y el FMI prestaron a sabiendas a regímenes corruptos, y esos casos
deben figurar en las discusiones sobre la reducción de la deuda multilateral.
"No al almuerzo gratis"
c) Algunos funcionarios del Banco han argumentado que "no hay almuerzo gratis"
con la propuesta de alivio de la carga de la deuda. En otras palabras, cada
dólar del Banco Mundial aplicado a la reducción de la deuda significa un dólar
menos destinado a proyectos para el desarrollo.
Este argumento es aplicable sólo si se restringe la financiación a cualquier
propuesta de alivio de la deuda al uso de los recursos actuales de la AIF. No
obstante, si se consideran otras fuentes de financiamiento, como la venta del
oro del FMI y el uso de provisiones de fallidos, entonces los fondos serían
adicionales, es decir, se liberarían recursos adicionales y no sería necesario
reasignar los flujos de ayuda existentes.
Servicio Financiero Aumentado de Ajuste Estructural (SAAE)
d) Por último, muchos países del FMI y algunos países donantes, entre ellos
Canadá, argumentaron que un "super SAAE" (Servicio Financiero Aumentado de
Ajuste Estructural), con fondos nuevos, es la mejor forma de resolver los
problemas de la deuda de los países más pobres. Nos oponemos a esta propuesta
por varias razones. El FMI estableció el Servicio Financiero de Ajuste
Estructural (SAE) en 1986 y el Servicio Financiero Aumentado de Ajuste
Estructural (SAAE) en 1987. Su propósito fue extender los préstamos
concesionarios a los países de bajos ingresos para aliviar su carga de la deuda.
Los préstamos están disponibles a un 0,%5 de interés durante 10 años, con 5 de
gracia. La financiación del SAAE se hace mediante contribuciones de países
donantes, a través de sus presupuestos de ayuda.
Si bien ese fondo parece atractivo, la experiencia ha demostrado lo contrario.
En primer lugar hay condicionamientos muy severos e irreales adjuntos a esos
fondos. Por esa razón, gran parte de los fondos del SAAE han permanecido sin
asignar. En segundo lugar, se ha hecho muy poco por revertir el flujo neto de
recursos de los países de ingresos bajos y medio bajos. En efecto, el SAAE
permitió que el FMI continuara prestando y ejerciendo su influencia sobre los
países más pobres mientras se los obliga a seguir cumpliendo con sus
obligaciones de pago de los intereses de la deuda al FMI en condiciones no
favorables.
El FMI no es un organismo para el desarrollo. Su mandato original fue el de
ofrecer apoyo a la balanza de pagos a países con déficit y a regular los
controles cambiarios. A la luz de la crisis continuada que enfrentan los países
de bajos ingresos, el SAE y el SAAE demostraron ser mecanismos inapropiados para
resolver la crisis de la deuda que enfrentan esos países.
El FMI debe encarar el problema de la deuda de los países más pobres de manera
amplia y sustentable. Debe hacerlo contribuyendo a un servicio financiero de
Reducción de la Deuda Multilateral utilizando sus propias reservas, a través de
lo obtenido de la venta del oro del FMI, en lugar de usar los presupuestos para
ayuda de los donantes.
4) Las condiciones agregadas a las cancelaciones de la deuda consistirían en el
acuerdo entre los gobiernos donantes y los receptores de cumplir metas acordadas
en materia de gastos en el sector social, tales como salud y educación, en
negociación con la sociedad civil.
Las condiciones para ser elegible para el alivio de la deuda a través del
servicio financiero propuesto por el Banco Mundial (al igual que para los demás
tipos de alivio de la deuda) continúan siendo que los países deban aplicar un
programa de ajuste estructural aprobado por el Banco Mundial y el FMI. La
sistemática imposición de estos condicionamientos de ajuste estructural
aumentará el poder y el control del Banco Mundial y del FMI sobre los aspectos
más contenciosos de su agenda política. Es necesario que existan acuerdos entre
instituciones multilaterales, gobiernos donantes y receptores para ofrecer un
alivio de la deuda que tenga un impacto mensurable sobre la reducción de la
pobreza.
Dichos acuerdos deben también abordar el tema de la autodeterminación y la
integridad territorial de los pueblos indígenas. Estos acuerdos incluirían el
compromiso de aumentar los niveles de gasto en el sector social y reducir los
gastos militares. También podrían incluir compromisos para con la
sustentabilidad ambiental y la adhesión a normas laborales reconocidas
internacionalmente. En contraste, la aplicación de programas de ajuste
estructural implica serios recortes del gasto en el sector social e imposibilita
el surgimiento de alternativas locales y medidas para el logro de la seguridad
alimentaria.
5) Es necesario ampliar los criterios de selección para la cancelación o
reducción de la deuda multilateral, incluyendo los siguientes criterios:
- la relación entre los niveles de gasto para el pago del servicio de la deuda y
las necesidades del sector social;
- un grado de responsabilidad compartida en los casos de préstamos a proyectos
que demostraron ser un fracaso o préstamos que fueron inadecuados.
En el caso de países muy endeudados, las mediciones del Banco Mundial de la
sustentabilidad de la deuda, si bien son útiles, no siempre son una medida
exacta de la capacidad de un país de pagar los servicios de la deuda. Tales
mediciones implican considerar el valor neto presente del capital de la deuda
con relación a las exportaciones y el valor neto presente del servicio de la
deuda con relación al PNB. Las otras mediciones sugeridas anteriormente
ofrecerían un panorama más preciso de la capacidad de pago del servicio de la
deuda de un país y la necesidad de aliviar la carga de la deuda.
La segunda medida es necesaria para restaurar la credibilidad en las prácticas
de préstamo del Banco Mundial y el FMI y reconocer la necesidad de compartir
cierta cuota de responsabilidad por los pasados errores en materia de
otorgamiento de préstamos. Como ya se mencionó, no hay que entender que la
condición de acreedor de preferencia de estas instituciones implica que deban
ser tratados como acreedores exentos.
El alivio de la deuda multilateral no es ya una cuestión de viabilidad sino,
claramente, una cuestión de voluntad moral y política. Permitir que persista la
situación actual, mientras los países más pobres y las personas mueren de hambre
para seguir pagando los intereses de sus deudas, constituye uno de los
escándalos morales más flagrantes de nuestra época.
12 de enero de 1995
Firman el documento: Canadian Council for International Cooperation (CCIC);
Centre International de Solidarit Ouvrire (CISO); Cultural Survival Canada;
Friends of the Earth; Inter-Church Coalition on Africa; International Debt
Treaty Movement - Toronto; The Halifax Initiative: The Canadian Coalition for
Economic Democracy; CUSO; Oxfam-Canada; Social Justice Committee of Montreal;
Sierra Club of Canada; World Wildlife Fund.
Las opiniones y respuestas a las posiciones contenidas en el documento pueden
ser enviadas a:
The Coordinator, Ms. Robin Round,
The Halifax Initiative: The Canadian Coalition for Economic Democracy.
Fax: 613 241 2292.
Correo electrónico: rjr@web.apc.org
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