Análisis / Política económica
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No. 83 - Primera quincena de Abril 1996
Estudio de la APEC
No todos se benefician con el libre comercio
por
Martin Khor
Los defensores del libre comercio y de la liberalización de la inversión a menudo dan a entender que en el proceso ganan todos y no pierde nadie. Sin embargo, un estudio reciente demuestra que si los países de la APEC se liberalizaran de acuerdo a cierto cronograma, la gran mayoría sufriría un efecto comercial adverso.
Algunos grupos influyentes (en especial de los países industrializados) y los medios internacionales de difusión promueven con tanto empeño el "libre comercio" que, casi automáticamente, muchos creen que será algo bueno para todos los países que lo practiquen.
Pero la apertura de las fronteras, para que las importaciones puedan entrar fácilmente, puede crear trastornos a un país, a menos que también logre aumentar sus exportaciones a otros países al mismo ritmo o más rápidamente.
Los países poderosos, con grandes compañías, generalmente sacan provecho de la liberalización comercial, mientras que los países más débiles pueden terminar perdiendo. No es cierto que "todos ganan con el libre comercio". Este aspecto tiene consecuencias políticas importantes, en especial para las autoridades de los países a los que se les pide que liberalicen sus economías en el marco de organizaciones multilaterales tales como la Organización Mundial de Comercio (OMC) o con agrupaciones regionales como la APEC (El Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico).
Algunos países asiáticos en desarrollo que integran la APEC resistieron los intentos de Estados Unidos y Australia de convertir la organización en un acuerdo formal y legalmente obligatorio de libre comercio.
En la Cumbre de Osaka, reunida en noviembre pasado, varios de estos países insistieron en que la liberalización económica de los países de la APEC debería ser de carácter voluntario y no dictada compulsivamente por esquemas uniformes fijos y un cronograma obligatorio.
La negativa a aceptar en esta etapa un acuerdo formal de comercio tiene su mérito. La APEC tiene países grandes, medianos y pequeños. Algunos ya están económicamente adelantados (Estados Unidos, Australia, Japón); otros están casi tan desarrollados (Corea, Taiwan, Singapur); otros son de medianos ingresos y rápido crecimiento (Malasia, Indonesia, Tailandia, China); y otros aún están lidiando con los temas más elementales de lograr permanecer en el camino del crecimiento.
No queda en absoluto claro que todas las partes vayan a ganar o ganen de manera equitativa con la liberalización. Tampoco está claro de qué manera los distintos países serían afectados por la liberalización en términos del crecimiento, el empleo o los resultados comerciales.
Un estudio reciente dirigido por el doctor Yoshisha Inada, de la Universidad de Konan, en Japón, efectuó ciertas estimaciones interesantes sobre qué sucedería en el caso de que los países de la APEC siguieran un régimen acordado de liberalización del comercio y la inversión.
Un documento de Inada, "El impacto económico de la integración regional con especial referencia a la APEC", fue distribuido en una conferencia sobre el desarrollo del este asiático, organizada por la UNCTAD y realizada en Kuala Lumpur del 29 de febrero al 1º de marzo.
Lamentablemente, Inada no estuvo presente pero su ponencia sirvió de base a los participantes. En un taller informal de la UNCTAD, llevado a cabo en octubre del año pasado, Inada había presentado los resultados de su estudio. En el mismo compara las tasas de crecimiento y de la actuación comercial de los distintos grupos de países en tres escenarios diferentes:
* El escenario 1 proyecta el crecimiento y los movimientos comerciales futuros basándose en las tendencias actuales, sin un acuerdo de la APEC. Esta es la posición "de referencia".
* El escenario 2 asume que los países de la APEC han acordado reducciones arancelarias entre 1995 y el 2003 con las tasas siguientes: Estados Unidos y Japón, 4%; Corea y Taiwan de 4% a 8%; los cinco países de la ASEAN del 4% al 12%; y China también del 4% al 12%.
* El escenario 3 asume las reducciones arancelarias mencionadas anteriormente más una desreglamentación acordada de la inversión extranjera, lo que da como resultado un aumento del ingreso de inversión a China y la ASEAN.
El documento demuestra que la liberalización produce efectos diferentes sobre las tasas de crecimiento económico (medidos por el Producto Interno Bruto) de distintos grupos de países de la APEC.
Los países de la APEC, tomados en conjunto, ganarían, ya que su crecimiento medio general en el período 1995-2003 aumentaría del 2,7% en el escenario 1 a 2,9% en el escenario 2 y a 3% en el escenario 3.
Crecimiento económico:
ganadores y perdedores
Pero los beneficios y costos no están repartidos de manera equitativa.
Entre los perdedores estarían los países de la ASEAN. El escenario 1 tiene su crecimiento promedio en 7,6%, mientras que la tasa cae al 7,4% en el escenario 2 y al 7,5% en el escenario 3.
Japón sería uno de los que sale favorecido (la tasa de crecimiento aumenta del 2,8% de referencia a 3,2% en los escenarios 2 y 3), y Corea sería otro (del 6,3% al 6,7% en el escenario 2 y al 7,3% en el escenario 3). El efecto sobre Estados Unidos es neutral, y su crecimiento permanece en 2,3% en todas las situaciones.
Tal como dice el documento de Inada, los "méritos de la integración no son iguales en los países miembros". Las reducciones de las tasas arancelarias "alientan el flujo comercial interno de los países miembros de la APEC, y la APEC tomada en su conjunto sale ganando, pero los países y regiones miembros no siempre se benefician de igual forma".
Las balanzas comerciales
Aún más interesantes son las estimaciones que hace Inada en el documento, acerca de lo que podría ocurrirle a la balanza comercial.
En el escenario 1, la ASEAN 5 tendría, en el año 2003, un excedente comercial de 48.000 millones de dólares. Pero en el escenario 2 este excedente se reduciría en 21.000 millones de dólares (a 27.000 millones). Y en el escenario 3 el excedente bajaría 39.000 millones de dólares (quedaría en sólo 9.000 millones).
En otras palabras, la liberalización del comercio y la inversión auspiciada por la APEC para el año 2003 tendría un efecto negativo de 39.000 millones de dólares sobre la balanza comercial de la ASEAN, en comparación con una situación de no liberalización del comercio y la inversión.
El caso de China sería incluso peor. En el escenario 1, en el año 2003 China ya tendría un déficit comercial de 25.000 millones de dólares. El déficit aumentaría a 46.000 millones de dólares y a 109.000 millones en los escenarios 2 y 3. Por lo tanto, existiría un efecto comercial negativo de 21.000 millones de dólares y 84.000 millones respectivamente, cifras bastante importantes.
El que más ganaría sería Japón. En el año 2003 su excedente comercial sería de 179.000 millones en el escenario 1, aumentando a 249.000 millones en el escenario 2 (una ganancia de 70.000 millones de dólares) y a 251.000 millones en el escenario 3 (una ganancia de 72.000 millones).
Otro beneficiado sería Corea, que en el año 2003 disfrutaría de un efecto comercial positivo de 4.000 millones de dólares y de 12.000 millones en los escenarios 2 y 3. Para Taiwan habría un efecto comercial negativo de 772 millones de dólares en el escenario 2, pero una importante ganancia de 17.000 millones de dólares en la balanza comercial en el escenario 3.
Increíblemente, Estados Unidos estaría entre los perdidosos: su balanza comercial estaría con 9.000 millones de dólares menos en el escenario 2 (comparado con la de referencia) y 6.000 millones de dólares menos en el escenario 3.
Estas, por supuesto, son sólo proyecciones y no pueden ser tomadas como datos fidedignos. En cualquier proyección pueden obtenerse diversos resultados conforme a distintas presunciones.
El ejercicio realizado por Inada es, no obstante, sumamente valioso ya que muestra la posibilidad real de que haya países que puedan ganar y otros perder en condiciones de liberalización del comercio y la inversión.
Sin duda es probable que existan desacuerdos en cuanto a la precisión de las presunciones y las predicciones, y por lo tanto de las estimaciones. Esto es normal en el arte de la predicción económica. Sin embargo, el estudio demuestra que no se debe partir de la presunción de que la liberalización es automáticamente buena para todos los interesados, como tampoco un acuerdo de libre comercio -con tasas fijas de reducciones arancelarias y con normas sobre la liberalización de la inversión- es equitativo y necesariamente positivo para todos los países.
(Fuente: SUNS)
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