Actualidades / Crisis Financiera
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No. 115 - Noviembre 1998
La recesión mundial es evitable
por
Chkravarthi Raghavan
La crisis actual que afecta al sistema financiero mundial no necesariamente tiene por qué desembocar en una recesión mundial, y hay signos de que, en la medida que los países están convencidos de que la inflación ha dejado de ser una amenaza, dirigen sus baterías a buscar la forma de hacer frente a la deflación mundial, dijo el Secretario General de la UNCTAD, Rubens Ricúpero.
"Se están tomando medidas y hay lugar para la esperanza", anunció Ricúpero, en ocasión de la 45ª sesión de la Junta de Comercio y Desarrollo del referido organismo, que el 22 de octubre celebró una reunión de alto nivel sobre "Los efectos de la crisis financiera sobre el comercio, la inversión y el desarrollo: perspectivas regionales".
La crisis que actualmente afecta al sistema financiero mundial podría tener cierto efecto positivo en la medida que sirva de catalizador para la adopción de medidas que se hacen necesarias para mejorar los sistemas económico, financiero y monetario, agregó.
Anteriormente, el embajador de Singapur, Chak Mun See, quien fue elegido presidente de la Junta, había destacado que lamentablemente, tal como lo señalara el Informe sobre Comercio y Desarrollo de este año, el de 1990 ya había advertido sobre las consecuencias intrínsecamente desestabilizadoras de la globalización de los sistemas financieros, y la vulnerabilidad de los países lo ha demostrado fehacientemente. La velocidad con la que la crisis financiera de Asia oriental se esparció a todo el mundo dejó a todos sorprendidos. Estos son momentos en que se plantean interrogantes fundamentales acerca de la libertad de los mercados y los beneficios de la liberalización, que, no obstante, no deben conducir a conclusiones equivocadas.
Ricúpero comenzó su discurso citando el editorial y las noticias de principios de octubre del Financial Times, relativas a los "vaivenes violentos" del tipo de cambio dólar/yen, las pérdidas que han sufrido los titulares de activos como consecuencia de las bruscas caídas de los mercados bursátiles de Estados Unidos y Europa, y los pronósticos de los economistas del sector privado que anuncian una reducción de más de la mitad -0,7 por ciento- de las previsiones de crecimiento de la economía estadounidense para el próximo año, y una desaceleración del crecimiento económico para el Reino Unido de uno por ciento.
Uno de los informes de la referida publicación, citado por Ricúpero, dice: "Cualquier ilusión de que pueda existir una salida ordenada de la crisis financiera mundial se ha hecho trizas. La extraordinaria recesión del dólar es una prueba contundente de que el sistema financiero está profundamente alterado... Los intentos por explicar la caída del dólar a través de las "variables macroeconómicas fundamentales" son desacertados... la acción de esta semana tiene sus raíces en la enorme pérdida del efecto multiplicador de la economía mundial, que comenzó con el estallido de la crisis rusa en agosto".
El secretario general de la UNCTAD también citó a un economista principal de un grupo de Zurich, cuyo comentario apuntaba a los inversionistas especuladores (los fondos con cobertura) cuyas operaciones de carácter mundial se hacen con una relación deuda capital de uno a mil, algo "sin parangón en la historia moderna del mundo financiero (...) los inversionistas que operan con fondos tomados en préstamo tienen que vender, y vender rápidamente, cuando los precios van en su contra".
Ricúpero también citó al presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (cuando el dólar soportó su caída más brusca con relación al yen), quien expresó que nunca había visto algo similar en sus 50 años de experiencia supervisando la economía estadounidense, y que había "un amplio espectro de incertidumbre o temor" ante el cual la gente no se comprometía y "en los mercados, la falta de compromiso se traduce en caída de los precios".
Ricúpero contrastó el actual pesimismo que surge de los pronósticos y los análisis de la economía mundial con la visión "rosa" que de la misma brindó el FMI en su informe de abril de 1997, y con la idea de sus economistas de las bondades que trae la posibilidad del "dinero mundial" de entrar y salir rápidamente de los países "ejerciendo sobre los gobiernos mucho más presión para que apliquen correctamente las políticas económicas". Ricúpero expresó que en ese estudio, los economistas del FMI no incluyeron en el mapa las zonas de peligro y "por diversas razones prefirieron minimizar las posibilidades de sufrir perjuicios".
La primera lección a extraer de todo esto fue que "no hay ventajas comparativas en el campo de las ideas (...) necesitamos de una diversidad de enfoques y perspectivas en los análisis y la investigación de la economía mundial, teniendo presente la necesidad de presentar un resultado lo más amplio y equilibrado posible".
Así como el mercado es un "mecanismo maravilloso" en tanto procesa millones de partes de información sobre millones de actores individuales, en el reino del análisis del sistema monetario y financiero "estar a merced de un solo abastecedor de pensamiento equivale a aceptar una suerte de monopolio de la verdad, una posición dominante en el mercado del conocimiento (...) una situación que debe evitarse".
Con este propósito, agregó, la UNCTAD está decidida a cumplir con su parte y seguir brindando "análisis racionales e independientes", cumpliendo con lo que le compete dentro del sistema de las Naciones Unidas, es decir el tratamiento de los diversos componentes del desarrollo económico.
Para ofrecer un asesoramiento independiente y equilibrado a los países que lo necesitan es necesario trascender los viejos dogmas. La comunidad internacional ha estado dividida durante demasiado tiempo, a veces por opiniones extremas centradas en uno u otro elemento de una ecuación de muchas variables, o en discusiones estériles sobre Estado versus mercado. Ambos son necesarios y complementarios, igual que combatir la inflación y lograr el crecimiento económico al mismo tiempo. La estabilidad sin crecimiento se traduciría en estancamiento.
La lección más importante de lo que estamos viviendo ahora es la dicotomía de las discusiones sobre el entorno exterior y las políticas económicas nacionales. "Podemos ver ahora que es absolutamente indispensable que exista un entorno exterior favorable, no sólo para los países en desarrollo sino para la economía más poderosa y exitosa del mundo, Estados Unidos, que ha comenzado a sentir las consecuencias adversas del entorno (...) A la vez, también es necesario aplicar políticas macroeconómicas nacionales racionales".
Ricúpero se refirió a la experiencia de Chile como el caso más exitoso de ajuste en América Latina, con un crecimiento sostenido durante 13 años en medio de una inflación decreciente y escaso o ningún déficit fiscal. Fue además el único país que implementó una reforma exitosa de su sistema de seguridad social. Pero a pesar de todo eso, Chile se convirtió en víctima de su propio éxito. Aumentó sus exportaciones a los mercados emergentes de Asia, que ahora absorben alrededor del 35 por ciento del total de sus exportaciones. El derrumbe de Asia afectó las exportaciones chilenas, tanto en la reducción del volumen de las mismas como en el precio del cobre, su principal producto de exportación. Como consecuencia de esto, Chile está luchando por evitar un déficit de su cuenta corriente, que algunos economistas creen podría llegar al siete por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a pesar de que las autoridades chilenas confían que podrán evitarlo.
Ricúpero advirtió que no hay marcha atrás en la integración de los países en desarrollo a la economía mundial y el sistema mundial de comercio, pero cuando el entorno exterior comienza a fallar, ni siquiera la integración constituye una garantía.
Al final de su intervención Ricúpero dio a entender que la crisis podría llegar a tener cierto efecto positivo como catalizador de medidas necesarias para mejorar los sistemas económico, financiero y monetario, y en las últimas semanas el mundo parece moverse en la dirección de introducir cambios. Añadió que no creía que estuviéramos en la víspera de "la crisis final del capitalismo o la globalización" ni tampoco que era inevitable que sobreviniera una recesión mundial.
De las tres economías más grandes del mundo, la de Estados Unidos y la Unión Europea tenían "variables macroeconómicas fundamentales sólidas" -sin inflación ni déficit fiscales, y con tasas de interés en descenso o muy bajas.
Ante los recientes pronunciamientos del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y del secretario del Tesoro, Robert Rubin, y del Grupo de los 7, así como de la rebaja del tipo de interés por la Reserva Federal y la posibilidad de que los tipos de interés europeos converjan e incluso de que baje el de Alemania, Ricúpero agregó: "finalmente los países se están convenciendo de que la inflación ya no es más una amenaza, y tenemos que dirigir nuestra atención a la deflación como la amenaza más grave (...) se están tomando medidas y hay lugar para la esperanza".
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