No. 128 - Diciembre 1999
Tercera Reunión Ministerial de la OMC
Moore da su interpretación del fracaso de Seattle
El director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Mike Moore, declaró el 8 de diciembre, a su regreso a Ginebra, que comenzaría las consultas para "salvar las dificultades en las esferas en las que aún no se ha logrado un consenso" a través de un proceso auténticamente completo. El siguiente es el texto completo de la declaración de Moore a la prensa:
El pasado viernes en Seattle todos nos sentimos decepcionados, aunque no abatidos, ante el hecho de que no fuera posible terminar la tarea para la que habíamos ido allí. Se consiguieron logros importantes en el poco tiempo de que dispusieron los Ministros para mantener serias negociaciones y se redujeron considerablemente las diferencias en una serie de esferas importantes. Charlene Barshefsky, presidenta de la Conferencia Ministerial, declaró suspendida la reunión y dijo que deberíamos proseguir y finalizar nuestros trabajos. La suspensión de las conversaciones no es algo nuevo en la historia del sistema multilateral de comercio, pero es crucial que preservemos y consolidemos los logros ya conseguidos. Los progresos realizados no se deben echar por la borda.
Siento especial decepción porque el aplazamiento de nuestras deliberaciones significa posponer los beneficios que se habrían derivado para los países en desarrollo y menos adelantados, para los cuales, en cambio, no van a desaparecer los problemas. El logro de un conjunto de resultados no deja de estar al alcance de la mano.
La presidenta de la Conferencia Ministerial de Seattle me ha encomendado "mantener consultas con las delegaciones y examinar formas innovadoras de salvar las dificultades en las esferas en las que aún no se ha logrado un consenso, preparar un proceso mejorado que sea a la vez eficiente y auténticamente completo, y preparar el camino para lograr una conclusión satisfactoria", y eso es lo que haré.
Estoy decidido a cumplir esos cometidos con celeridad para conseguir la máxima participación posible de todos los Miembros en el próximo proceso y estar lo antes posible en condiciones de informar a los Ministros que estamos preparados para convocar de nuevo la Conferencia Ministerial y concluirla con éxito.
Varios países en desarrollo nos han felicitado por nuestros esfuerzos para conseguir la máxima participación de los miembros en la etapa preparatoria y en Seattle. Antes de la Conferencia Ministerial, organizamos seminarios especiales para las naciones que no tenían representación en Ginebra. Nuestros programas de asistencia técnica permitieron que los países en desarrollo estuvieran mejor preparados que nunca. Sobre la base de la experiencia adquirida en reuniones ministeriales anteriores, establecimos grupos de trabajo sobre cuestiones específicas abiertos a todos los Miembros. En reuniones de participación más restringida, que resultaron ser necesarias para avanzar en las negociaciones, velamos por que todos los intereses estuvieran debidamente representados. Ahora bien, sabíamos que eso no sería bastante. Esa es la razón de que en la estructura creada para la Conferencia Ministerial estableciéramos un grupo de trabajo especial para examinar los problemas de organización a que la OMC hace frente al llevar a cabo su labor.
Pese al revés temporal que ha supuesto Seattle, nuestros objetivos no han cambiado:
* Proseguir las negociaciones para la liberalización progresiva del comercio internacional.
* Orientar el comercio de modo que contribuya más eficazmente al desarrollo económico y la mitigación de la pobreza.
* Confirmar el papel fundamental que desempeña el sistema de comercio basado en normas para nuestros gobiernos miembros en la conducción de sus relaciones económicas en un espíritu de cooperación.
* Organizar la OMC con arreglo a pautas que respondan más precisamente a las necesidades de todos los miembros.
El sentimiento de apremio que suscitan estos objetivos no está menos presente ahora que hace 10 días. Mucho es lo que está en juego. No sólo están en el platillo de la balanza los beneficios de unas nuevas negociaciones comerciales. En los próximos meses tendremos que afrontar en la OMC cuestiones difíciles y delicadas. Cuanto más retrasemos el inicio de las negociaciones mayor será la pérdida para los más pobres de entre nosotros.
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