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No. 164/165 - Enero/Febrero 2003

TRIPS y salud pública

Estados Unidos presiona a países africanos

por Chakravarthi Raghavan

Estados Unidos presiona a los países africanos subsaharianos para que acepten una solución acotada a los problemas que enfrentan tanto ellos como otros países pobres para la importación de medicamentos genéricos a precios accesibles. En los hechos, esa solución negaría muchos de los logros obtenidos en la declaración acordada por los ministros de comercio en Doha.

Estados Unidos está presionando directamente de manera considerable a los gobiernos de países del África Subsahariana para que instruyan a sus delegaciones comerciales en Ginebra a que se opongan a varias de las propuestas (del Grupo Africano y otros países en desarrollo) presentadas ante el Consejo de TRIPS (Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio) de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para la aplicación del Párrafo 6 de la Declaración Ministerial de Doha relativa al Acuerdo sobre TRIPS y la Salud Pública. Una carta de la Representante Comercial de Estados Unidos ante África, Rosa Whitaker, del 25 de octubre, sobre el tema de TRIPS y la salud pública y dirigida a los gobiernos de los países del África Subsahariana, refleja la posición de las grandes empresas farmacéuticas y sus esfuerzos por diluir y reformular la Declaración de Doha sobre esta materia.

La posición de Estados Unidos está dirigida tanto a los países en desarrollo como a los europeos. Estos últimos han adoptado una posición levemente más flexible, en parte por sus propios movimientos sociales de interés público y en parte por los firmes puntos de vista expresados en el parlamento europeo. Los grupos de la sociedad civil que controlan muy de cerca el tema han obtenido copias de la carta de la Representante Comercial de Estados Unidos y están preparando una campaña y denunciando ampliamente las presiones de Estados Unidos.

Además del tema de TRIPS y la salud pública, la carta de Whitaker también se refiere a los temas de aplicación, relativos al Acuerdo sobre Textiles y Vestido. Whitaker aduce que las propuestas para reducir los contingentes de los países industrializados en materia de textiles y vestido perjudicarían a los países del África Subsahariana y los privarían de los beneficios que ofrece Estados Unidos a través de la Ley de Crecimiento y Oportunidad de África. En ambos temas, la carta que envió Estados Unidos a través de sus embajadas a los ministros de comercio y establecimientos comerciales de los países del África Subsahariana en busca de apoyo a la posición estadounidense y de que se dieran instrucciones a los negociadores en Ginebra, ofrece cierta información equívoca que apunta a confundir a las capitales.

Estrechando la mira

En materia de TRIPS y de salud pública, el intento de Estados Unidos parece dirigido a reformular el Párrafo 6 de la Declaración Ministerial de Doha. Ese párrafo encomendaba al Consejo de los TRIPS a que para el 31 de diciembre encontrara "una pronta solución" al problema de los miembros de la OMC "cuyas capacidades de fabricación en el sector farmacéutico son insuficientes o inexistentes", y que podrían tropezar con dificultades para hacer un uso efectivo de las licencias obligatorias con arreglo al Acuerdo sobre TRIPS".

Aparentemente, la posición de Estados Unidos procura acotar los temas de salud pública que abarca la declaración de Doha, los países importadores beneficiarios y los países proveedores que abastecerían las medicinas genéricas. Buscaría complicar y demorar la oferta y exportación de esas drogas lo más posible de manera de desalentar a los proveedores a exportar y reducir con ello las ganancias del gran conglomerado farmacéutico. En la Declaración Ministerial de Doha se afirmaba (Párrafo 4) que el Acuerdo sobre TRIPS no impide ni deberá impedir que los miembros de la OMC adopten medidas para proteger la salud pública y promover el acceso a los medicamentos para todos. En el Párrafo 1 se reconoció "la gravedad de los problemas de salud pública" que afligen a muchos países en desarrollo y menos adelantados, "especialmente los resultantes del VIH/SIDA, la tuberculosis, el paludismo y otras epidemias". Por lo tanto abarca, y estuvo dirigida a abarcar, todos los problemas de salud pública de los países en desarrollo, y no meramente las enfermedades especificadas (VIH/SIDA, tuberculosis, paludismo). Afirmó las flexibilidades disponibles conforme al Acuerdo sobre los TRIPS y el derecho de los países a adoptar medidas para asegurarlas y resolver "problemas de salud pública". En términos del Párrafo 6, las discusiones en Ginebra se centraron en los temas relativos a qué productos y enfermedades se abarca: productos del sector farmacéutico, incluidas las sustancias activas para la fabricación de medicamentos. En cuanto a las enfermedades que abarca, si bien el VIH/SIDA, la tuberculosis y el paludismo están mencionados en el Párrafo 1, el uso del término "especialmente" en ese párrafo, en cuanto al significado común que puede encontrarse en el diccionario y al derecho de interpretación pública internacional, significa que otras enfermedades podrían caer también dentro de esas categorías. Las discusiones se centraron además en cuáles son los países que calificarían para importar las drogas genéricas y cuáles podrían ser los países proveedores.

La carta de Estados Unidos a los países africanos busca su apoyo para el documento de posición del presidente del Consejo de los TRIPS, el embajador mexicano Eduardo Pérez Motta, lo que tendría el efecto de intentar limitar a los países que pueden ser considerados como "países que califican" para otorgar licencias obligatorias para importar, y también los países proveedores.

Parte de los intentos de Estados Unidos también apunta probablemente a impedir que empresas y fabricantes farmacéuticos de otros países desarrollados utilicen esas disposiciones para exportar a los países que califican. Resulta interesante observar que el Parlamento Europeo adoptó recientemente una resolución solicitando a la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la Unión Europea) que enmendara su directiva de patentes y permitiera el otorgamiento de una licencia obligatoria a un fabricante europeo para exportar la producción a un país en desarrollo con capacidades de fabricación en el sector farmacéutico insuficientes o inexistentes.

Algunos grupos de la sociedad civil de Estados Unidos y Europa consideraron esto como un avance importante; otros son más escépticos y cautelosos: la Comisión Europea y el Consejo de Ministros aún deben aceptarlo y producir tal enmienda, e incluso luego la Comisión o un gobierno miembro puede o no otorgar dicha licencia y/o establecer condiciones que podrían impedir el abastecimiento.

La Unión Europea tiene tanto intereses de la industria farmacéutica para proteger como países miembros donde hay opiniones firmes sobre el costo de la atención de la salud y los precios de los medicamentos. No obstante, una cosa parece bastante clara: Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y otros países no se atreven a poner fin a las conversaciones en la OMC sobre este tema sin llegar a una solución satisfactoria para los países en desarrollo, en particular los africanos. Cualquier falla en este sentido tendrá efectos considerables.

Al mismo tiempo, a menos que los países africanos tomen recaudos, podrían terminar con una victoria pírrica, en la cual su esperanza de lograr algo se tope con que ese "algo" no reditúa y que finalmente no obtengan las sustancias activas para la importación y producción de medicamentos genéricos dentro de sus países ni los medicamentos propiamente dichos, tampoco medicamentos baratos ni la transferencia de inversión y tecnología necesaria. La fabricación y distribución de productos farmacéuticos a precios accesibles para sus poblaciones requiere por supuesto producción y tecnología así como capital e inversión. Pero también necesita algo más, en términos de infraestructura –una necesidad claramente percibida ya en 1978-79 por la Declaración Alma Ata y el programa de drogas esenciales enunciado en la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su entonces director general Halfdan Mahler y adoptada con entusiasmo por la Asamblea Mundial de la Salud, que comprometía a los miembros de la OMC a adoptar una gama de políticas nacionales e internacionales para su aplicación. Todo esto ha sido calladamente olvidado y "enterrado" por sus sucesores y por los propios países en desarrollo, que se habían comprometido a brindar una prestación primaria de la salud y drogas esenciales.

También se requiere que un país tenga una cantidad considerable de experiencia y capacidad para probar adecuadamente de manera sostenida la calidad de los medicamentos producidos dentro del país, y una maquinaria pública para llevar la información a los médicos practicantes e instituciones de salud pública, más que depender exclusivamente de la industria farmacéutica.

Restricciones

La carta de Estados Unidos a los países del África Subsahariana se refiere al mandato dirigido al Consejo sobre TRIPS y a su necesidad de encontrar una "solución práctica" antes de fines del año 2002 para resolver los problemas que enfrentan los países africanos entre otros, para hacer un uso efectivo de las licencias obligatorias para productos farmacéuticos.

En los hechos esto también intenta restringir el alcance de la declaración de Doha. Estados Unidos también encomienda las propuestas del embajador Pérez Motta, que varias delegaciones de países en desarrollo implicadas en las consultas sobre TRIPS consideraron dirigidas a zanjar las diferencias entre Estados Unidos y la Unión Europea y no entre el Norte y el Sur.

Estados Unidos ha pedido a los países del África Subsahariana que instruyan a sus representantes en Ginebra para que respondan favorablemente al documento de Pérez Motta y trabajen con Estados Unidos en apoyo a una solución que resuelva los intereses de África y sus circunstancias particulares. Las propuestas de Estados Unidos, se dice en la carta de Whitaker, apoyan una solución que se centre en las graves epidemias que sufren los africanos: VIH/SIDA, paludismo y tuberculosis. "Ampliar la solución para abarcar cualquier problema de salud pública, como defienden algunos", argumenta Estados Unidos, en un intento por reformular el Párrafo 1 de la declaración de Doha y restringir su alcance, "desviaría la atención y los recursos de esas epidemias en perjuicio de África, y se corre el riesgo de trivializar la gravedad de esas graves epidemias".

Estados Unidos también desea restringir su alcance a "medicamentos esenciales de bajo costo" y no ampliarla a productos que incluyan "la amplia gama de productos de diagnóstico y otros asuntos relacionados con la salud". Las disposiciones del Acuerdo sobre TRIPS en materia de licencia obligatoria (Artículo 31) corresponden a todos los miembros de la OMC. Pero Estados Unidos claramente intenta limitar su alcance argumentando que los beneficios de las licencias obligatorias están limitados a aquéllos que los necesitan de manera extrema. En este sentido menciona a los países menos adelantados y a los países en desarrollo de bajos ingresos que no tienen la capacidad de producir internamente drogas esenciales (entre ellos todos los países del Africa Subsahariana). "Permitir que los países desarrollados o los países en desarrollo adelantados importen en el marco de las licencias obligatorias podría alentar el abuso de esta solución con propósitos comerciales. Es posible que los exportadores centren su atención en los mercados más lucrativos de los países desarrollados en lugar de en el mundo en desarrollo". Por este motivo, Estados Unidos desea limitar las exportaciones en el marco de licencias obligatorias a los países menos adelantados y en desarrollo. Permitir que los países desarrollados sean exportadores equivaldría a obstaculizar la transferencia de tecnología y la inversión de las compañías farmacéuticas en el mundo en desarrollo, argumenta en términos muy engañosos. También insiste que el mandato dirigido al Consejo sobre TRIPS es para resolver un problema específico del Acuerdo sobre TRIPS, no para abrir o renegociar este acuerdo. (SUNS)




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