No. 152 - Diciembre 2001
Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC
Trampas en la Suite Presidencial Número 11
por
Rammanohar Reddy
Sesiones exclusivas a puertas cerradas, propuestas de último momento lanzadas a delegaciones desprevenidas, ánimos caldeados, todo eso sucedió durante un día y una noche de trabajo en la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC en Doha, caracterizada por la generalización de la desinformación y la manipulación.
Cuando hay mucho en juego y no se sabe qué puede pasar, la Organización Mundial de Comercio (OMC) recurre a sus viejas prácticas no transparentes y despóticas. Funcionarios de la OMC habían informado en principio que la de Doha sería la primera Conferencia Ministerial sin el infame proceso conocido como "sala verde", cuando ministros de una docena de países ricos y (de pocos países) pobres eran llamados para ser intimidados a puertas cerradas por Estados Unidos y la Unión Europea, y los resultados luego eran enviados a la asamblea integrada por todos los miembros de la OMC para recibir su sello de aprobación de rutina.
Pero el 13 de noviembre, el último día previsto de la conferencia, y sin que hubiera un acuerdo a la vista, ministros de unos 20 países entre los 142 miembros de la OMC fueron llamados a las 18 horas a participar de negociaciones a puertas cerradas en la Suite Presidencial Número 11 del centro de conferencias. Esa reunión continuó, con una breve interrupción, hasta las tres de la mañana del 14 de noviembre, mientras la Unión Europea, Estados Unidos y el director general de la OMC, Mike Moore, pretendían convencer a un bloque reacio de países en desarrollo a acceder al lanzamiento de una nueva ronda. "Desgastarnos mediante la fatiga es la táctica típica de los poderosos en la OMC", afirmó un ministro de un país en desarrollo.
Quienes no fueron invitados debieron esperar afuera para ser informados de los resultados de las conversaciones. Así llegó a su fin la iniciativa de la transparencia en la OMC. A aquellos funcionarios que no estaban invitados y que intentaron ingresar a la sala donde se tomaban las decisiones se les pidió que se retiraran. Eso ocurrió cuando Yash Tandon, de la delegación de Uganda, intentó participar en la reunión. Poco después se le negó el permiso para asistir a un Ministro Consejero de la delegación comercial de un país africano (encargado de las negociaciones en Ginebra), quien quería estar presente para asesorar a su ministro.
Estados Unidos y la Unión Europea
También se aplicó presión en cuestiones de contenido. "A las tres de la mañana del 14 de noviembre, la Unión Europea repentinamente lanzó una propuesta completamente nueva sobre medio ambiente", dijo un funcionario de un país en desarrollo, refiriéndose a cómo se trataba en Doha uno de los temas más controvertidos. "El ministro de Tanzania dijo que no podía comprender el lenguaje utilizado y pidió por favor que le dieran tiempo para consultar el asunto con sus funcionarios afuera". (No queda claro qué tipo de consulta ni cuánto tiempo se le otorgó, pero otros funcionarios de delegaciones africanas de Países Menos Adelantados (PMA) declararon a la prensa en la mañana del 14 de noviembre que la posición que finalmente tomó el ministro de Tanzania, de respaldar los documentos, era contraria a las indicaciones dadas en Zanzíbar a Tanzania en su calidad de portavoz de los PMA, y fue decidida sin que Tanzania haya consultado con ministros de otros PMD).
Pero no solo los países en desarrollo fueron sometidos a dichas presiones. Un embajador ante la OMC de un país europeo que no es miembro de la Unión Europea dijo que los cambios que propuso repentinamente Estados Unidos a las obligaciones antidumping irritaron a su país. "Nunca se nos explicó, ni pudimos entender, por qué se agregaron a último momento frases y condiciones nuevas. No obstante, se exigió nuestro consentimiento inmediato", afirmó.
Hubo ministros que perdieron los estribos en más de una ocasión durante las tensas negociaciones. Pero, en general, aquellos que emplearon términos fuertes fueron los representantes de los países ricos. En una ocasión similar el 13 de noviembre, molesto con el tono de las reprensiones procedentes de ministros de dos de los países desarrollados de América, el embajador de Pakistán ante la OMC, Munir Akram, se retiró de la reunión, aunque su ministro permaneció en la Suite Presidencial Número 11. Al día siguiente, uno de los funcionarios más encumbrados de la OMC, ansioso por lanzar una nueva ronda, manifestó su malestar con un ministro de comercio de Asia. Posteriormente le correspondió a funcionarios subalternos de la OMC pedir disculpas por dicho comportamiento.
Un embajador de un país desarrollado dijo que lo ocurrido en la OMC habría de perjudicar a la organización como institución. "Algunos países y funcionarios de la OMC llegarán a cualquier extremo para obtener la aprobación de una nueva ronda. Pero la forma en que lo hacen compromete los cimientos mismos de la OMC", expresó.
La conexión india
Como India surgió como uno de los participantes más importantes de la Cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, su momento llegó en los últimos días de la reunión en Doha. Incluso lo satírico estuvo relacionado con India. Las ONG habían empapelado las paredes del centro de convenciones con copias de un cheque de 1995 emitido por el "Banco de Ginebra OMC" a los países en desarrollo por el ingreso procedente del mayor crecimiento de las exportaciones de los países en desarrollo, mayor acceso a los mercados y concesiones comerciales. Pero el cheque llevaba la leyenda "incumplido".
La inspiración provino del discurso del primer ministro de India ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la semana previa, cuando comparó las promesas de la anterior ronda del GATT a los países en desarrollo con "un cheque rebotado". Los ánimos se caldearon y ocasionalmente se oyeron declaraciones destempladas. Un periodista dijo al portavoz de la Unión Europea, Anthony Gooch, en la tensa mañana del 14 de noviembre —cuando parecía que la conferencia iba a fracasar— que el ministro de Comercio de India, Murasoli Maran, le había dicho que no existía una Declaración Ministerial. (El ministro quería decir que no se había acordado una declaración final). Gooch rápidamente se dirigió a un periodista indio que estaba presente y le dijo ásperamente: "¿Si usted tiene el borrador de la declaración, por qué no se lo da a su ministro, que al parecer le hace falta una copia?".
La desinformación y la manipulación fueron generalizadas durante la conferencia; mientras los ministros eran cortejados, se aplicaba presión a los gobiernos y se quebraban alianzas. La atención parecía concentrarse en la alianza entre India, el Grupo de África y los PMA. El 12 de noviembre, Kenia anunció en una reunión del Grupo de África que India había decidido subirse al carro de la Unión Europea y de Estados Unidos, por lo cual los africanos debían olvidarse de una posible unidad de los países en desarrollo. Un tanto misteriosamente, un periodista estadounidense recibió simultáneamente una llamada telefónica de la oficina de prensa de Estados Unidos informándole que Kenia convocaría a la brevedad una conferencia de prensa para realizar un importante anuncio. Por fortuna, la delegación india se enteró del anuncio de Kenia y emitió una declaración propia, ratificando su posición. Kenia no convocó la conferencia de prensa, pero como demostraron hechos ulteriores, se había perpetrado el daño a la alianza.
Al destacar los acontecimientos en Doha, un alto funcionario de la OMC observó: "La OMC suma a China, la OMC es aislada por India". Por más que se pueda decir acerca de quiénes deciden las cosas en la OMC, hubo algo que quedó claro. La atención en Doha, por razones muy distintas, se concentró en dos de los países más grandes y poblados del mundo.
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Rammanohar Reddy es subeditor de The Hindu, un diario independiente en India.
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Este artículo se publicó en SUNS Nº 5012 con el consentimiento de The Hindu.
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