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Tema de tapa


No. 79 - Mayo 1998

Una integración con justicia y equidad

por Alejandro Villamar

El autor, miembro de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, presentó al Foro Parlamentario reunido en la Cumbre de los Pueblos de América el informe del Foro Ambiental.
Este es el texto completo de su intervención.

Hay un problema central en el tema de comercio y medio ambiente y es el hecho de que en el panorama internacional, en múltiples negociaciones que han tenido los representantes gubernamentales en el ámbito de las Naciones Unidas, e incluso en los ámbitos regionales, el tema ambiental se ha tocado, han declarado la importancia que tiene e incluso existen estudios muy detallados de los organismos multilaterales y de los organismos financieros acerca de la importancia de la dimensión ambiental en las políticas de desarrollo.

Resulta, por decir lo menos, incongruente, que en estas negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se hayan negado específicamente a incorporar estos acuerdos. Pese a las razones que pudieran asistirle, algunas con un cierto grado de razón, de que los países más desarrollados pudieran utilizar la dimensión laboral y ambiental como mecanismos proteccionistas, nosotros creemos que deberían de incorporarlos y encontrar soluciones para que efectivamente no tuvieran un curso proteccionista en materia de integración económica. Por lo demás, nos parece importantísimo a estas alturas, y después de la experiencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que no se tomen en consideración los efectos ambientales que tiene el aumento del flujo comercial y de inversión. Nos preocupa demasiado a todos los grupos, a las organizaciones regionales e incluso a representantes de las redes mundiales presentes en esta Cumbre de los Pueblos de América, que no se vea en cada uno de los 12 grupos de trabajo que acordaron constituir los ministros de Comercio en marzo en Costa Rica, ningún interés en vincular los efectos que tienen el comercio y la inversión. Y subrayamos lo de inversión porque creemos que el ALCA, lo mismo que el TLCAN, no es sólo un acuerdo de comercio, es un acuerdo que tiene un centro que es inversión. El capítulo 11 del TLCAN, o el grupo de inversión No. 3 de trabajo de San José de Costa Rica, señalan muy claramente la naturaleza de éste tipo de acuerdos.

Nosotros creemos que es importantísimo que participe la ciudadanía en este tipo de cosas y los representantes de los ciudadanos, que evidentemente son los parlamentarios, deberían también tomar participación en las negociaciones o en la consulta. Nos parece que aquí hay un aspecto central que tiene que ver con el ejercicio real de la democracia, y no de la democracia retórica, en el sentido de que deben de ser consultados no sólo los grupos empresariales más fuertes del continente, sino que también deben ser consultados los parlamentarios y los grupos de ciudadanos.

Creemos que se podrá avanzar en la medida en que cada uno de los grupos de negociación tenga en consideración la dimensión ambiental y la dimensión laboral y social en términos generales. Nos parece que los parlamentarios deberían de tomar muy en cuenta las reglas de una negociación. Y la primera es que se tiene que considerar la existencia de asimetrías entre nuestros países. Asimetrías no sólo de orden económico sino asimetrías de orden ambiental, asimetrías de orden social y asimetrías también de orden político. Si no hay reconocimiento de la existencia de asimetrías entre los países se puede cometer un error de orden estratégico en las negociaciones. La cancha de juego no está pareja y no juega a favor de los países latinoamericanos. Por lo tanto, la cancha del juego no puede ser el trato de igualdad entre desiguales. Existen asimetrías no sólo de orden económico sino también asimetrías de orden ambiental. Por lo tanto, desde el principio de las negociaciones deben de considerar muy seriamente la experiencia pasada del proceso de TLCAN y, desde un inicio, tomar en consideración que la cláusula de trato nacional no es una cláusula que deberían de aceptar nuestros gobiernos como principio de negociación. De la misma manera no deberían de aceptar la cláusula de trato nacional en materia de inversiones.

Y por ultimo, debería de considerarse la necesidad de que se alcance una integración de orden económico, pero con justicia y equidad, y que tenga un carácter verdaderamente sustentable. De otra manera, los grupos que hemos trabajado en el Foro Ambiental nos planteamos que se daría pie a una integración subordinada que va contra los principios de las constituciones de cada uno de los pueblos de este hemisferio, pero también contra los compromisos que nuestros gobiernos han adoptado y han ratificado en el plano nacional, pero compromisos de orden internacional también. Es decir, estamos planteando que exijamos el respeto al derecho internacional, pero sobre todo al derecho de nuestros propios países.


Conclusiones del Foro Ambiental sobre Comercio y desarrollo sustentable

El proceso del ALCA es incompatible con los principios y criterios del desarrollo sustentable. La liberalización de las inversiones y la apertura comercial han demostrado por ejemplo en el caso Canadá, Estados Unidos y México, sus altos impactos sociales y ambientales. La expansión de este mismo modelo propuesto por el ALCA para América Latina nos alerta sobre la inminencia de consecuencias similares.

A pesar de que nuestros gobiernos se comprometieron a profundizar la democracia, erradicar la pobreza, conservar el medio ambiente y garantizar el desarrollo sustentable en la Américas, sus esfuerzos se han restringido a preparar las negociaciones para el ALCA con el único objetivo de facilitar las inversiones y ampliar los mercados en el hemisferio.

El ALCA en su propuesta actual, intensifica la expropiación de los recursos genéticos, la destrucción de ecosistemas naturales, la degradación ambiental en sectores agropecuarios y urbanos, la desregulación ambiental y la violación de los derechos ciudadanos individuales y colectivos de las generaciones presentes y futuras.

Paradojalmente la preservación de la seguridad alimentaria, la protección del conocimiento y la utilización colectiva de la biodiversidad, el uso sustentable de los ecosistemas y la existencia de sistemas justos y equitativos de distribución de los beneficios obtenidos de los recursos naturales, son considerados hoy como limitaciones al comercio. Es por ello que estos y otros componentes del desarrollo sustentable son rechazados por los gobiernos, quienes renuncian a establecer políticas de desarrollo que respondan a las necesidades de su propia población, para servir a las necesidades y presiones del mercado internacional.

En consecuencia, las organizaciones ciudadanas presentes en la Cumbre de los Pueblos demandamos:

1. Que los acuerdos de comercio e inversión deberán subordinarse a las propuestas de desarrollo decididas a nivel nacional por el conjunto de actores y movimientos sociales.

2. Condicionar cualquier acuerdo de inversión y comercio, a la Carta Fundamental de los Derechos Humanos, a la Declaración de Copenhague sobre Derechos Económicos y Sociales, y a los convenios de la OIT.

3. Establecer la preeminencia de los acuerdos ambientales multilaterales, con los que nuestros gobiernos se han comprometido, por sobre los tratados de inversión y comercio.

4. Establecer, antes del inicio de negociaciones de comercio e inversión, mecanismos de participación y decisión para que las organizaciones ciudadanas establezcan la conveniencia o rechazo de estos acuerdos.

5. Establecer medidas de regulación social del flujo de inversiones y el intercambio comercial.

6. Cualquier negociación o acuerdo deberá reconocer las asimetrías en el orden económico, social, ambiental y cultural, y en consecuencia, no aceptar cláusulas de trato nacional para las inversiones extranjeras.

Las organizaciones presentes en la Cumbre de los Pueblos nos comprometemos a:

1. Establecer y profundizar alianzas con otros sectores sociales, a nivel nacional, regional y hemisférico, con el fin de generar acciones tendientes a:

a. Resistir y obstaculizar las negociaciones del ALCA a través de la movilización social;

b. Establecer una estrategia común a nivel hemisférico para monitorear e incidir en el actual proceso de negociaciones.

2. Crear instancias de información y capacitación ciudadana sobre las relaciones entre inversión, comercio y desarrollo sustentable, incluyendo los impactos de la globalización y propuestas específicas para su consolidación tales como el Acuerdo Multilateral de Inversiones.

3. Trabajar en la elaboración de una propuesta alternativa de integración basada en los principios del desarrollo sustentable.

Las organizaciones ciudadanas presentes en la Cumbre de los Pueblos rechazamos el proceso de negociación del ALCA por considerarlo inconsulto y antidemocrático, pues su objetivo es exclusivamente facilitar las inversiones y el comercio, y excluye deliberadamente los intereses y la participación de los pueblos y sus organizaciones.

En consecuencia proponemos que:

1. Cualquier iniciativa de negociación comercial o de inversiones deberá considerar la participación de la sociedad civil, desde el inicio del proceso, para lo cual los gobiernos deberán disponer los mecanismos informativos, administrativos y financieros.

2. Los gobiernos reconocerán la legitimidad de las decisiones de la sociedad civil por sobre otro tipo de presiones e intereses en diseño de las políticas nacionales y de los acuerdos de integración. Esto incluye suspender los actuales procesos inconsultos de negociación.

3. Todos los Acuerdos, no importando el nivel en que se encuentren, deberán ser sometidos a la opinión de la ciudadanía, respetando su derecho a rechazarlos.

4. Los procesos de participación ciudadana deberán permitir un acceso a la información completa y oportuna y deberán contemplar la realización de plebiscitos con el objetivo de garantizar la participación y expresión de toda la sociedad.




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