No. 81 - Julio 1998
Puente Colonia-Buenos Aires
Impactos y consecuencias
En la reunión realizada el día viernes 29 de mayo en la ciudad uruguaya de Colonia del Sacramento, un grupo de expertos uruguayos y argentinos -convocados por la Coalición internacional Ríos Vivos, REDES Amigos de la Tierra y la Sociedad Ecológica San Gabriel- analizó los impactos del proyectado puente Colonia-Buenos Aires. La conclusión a la que se arribó es que la obra proyectada tendrá más impactos negativos que beneficios, quedando una pregunta sin respuesta: ¿por qué el puente?
Si la población local no lo considera necesario y nunca lo pidió,
¿a qué intereses responde?
El puente Colonia-Buenos Aires sobre el Río de la Plata, como otras obras de infraestructura que se están desarrollando en la región, es concebido en el marco de un modelo de desarrollo globalizador que nada tiene que ver con las necesidades locales, sino que responde a intereses especulativos de grupos específicos. Desde el punto de vista ambiental, no existe un estudio sobre la compleja dinámica del estuario y los efectos que la obra tendría, durante y después de su construcción en el lecho del río y en relación a la acumulación de sedimentos al actuar como una barrera en el río. La transformación del estuario acarreará problemas a la navegación y afectará las costas, que es una de las grandes riquezas del departamento y del país. Por otro lado, la cabecera del puente en Uruguay estará ubicada en la Punta de Los Patos, zona de humedales, rica en biodiversidad que debiera ser protegida y no agredida por un megaproyecto de esta naturaleza.
Desde el punto de vista económico, existen muchos costos ocultos que los defensores de la obra no suelen mencionar. La empresa que reciba la concesión de la obra recibirá también una extensa zona, que se destinará a la cabecera del puente, donde se desarrollarán diversas actividades económicas no especificadas claramente, que incluirían desde restaurantes hasta free shops y estaciones de servicios, todas ellas libres de impuestos, cuyo resultado sería una competencia desleal con los comercios de la zona. La construcción del puente también estará libre de impuestos para garantizar la "viabilidad" económica de la obra, lo que significa que todos subvencionaremos a las compañías que se harían cargo de la obra y su funcionamiento.
La cabecera del puente estará ubicada en la zona donde se encuentra el aeropuerto de Colonia, lo que significa que dicho aeropuerto tendrá que ser construido nuevamente en otro lugar. ¿Quién pagará el costo de esa reinstalación? La obra requerirá diversas obras de infraestructura complementarias muy costosas, que según el Tratado propuesto deberán ser financiadas con fondos públicos. Y si fueran realizadas por empresas privadas, de todas maneras las terminará pagando la población, porque ninguna empresa se dedica a la caridad.
Se argumenta que el puente generará fuentes de trabajo, pero nunca se dice cuántas. Lo único que dice el Tratado es que se tratará, en la medida de lo posible, de que los puestos de trabajo se distribuyan equitativamente entre los dos países. De lo que no se habla es de las fuentes de trabajo que se van a perder.
El turismo no va a aumentar. En este momento existen condiciones óptimas para que los turistas se trasladen rápida y cómodamente entre Colonia y Buenos Aires. Los barcos, en este sentido, mejoran constantemente. El puente será una obra obsoleta con el correr de los años. Suponiendo que a partir del puente se incrementara el transporte de carga, esto no beneficiará al departamento de Colonia, que en la actualidad atrae el turismo por ser muy apacible, y un centro con un patrimonio histórico muy importante. Nadie quiere hacer turismo en una terminal de carga con las costas arruinadas.
El Instituto de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, realizó recientemente a pedido de la Comisión Binacional del Puente un estudio de la rentabilidad económica de la obra y planteó que "la factibilidad es dudosa y que la obra está sobredimensionada". Afirma también que si los estados no subsidiaran la obra, ésta no sería posible, porque en sí misma no se justifica. Propone que frente a que el Tratado no permite garantías, ¡que los Estados le aseguren a las empresas que comprarán el Puente cuándo éste dé pérdidas! No es extraño entonces, que por esta larga lista de dudas y argumentos contra el Puente, el Tratado en discusión en el parlamento uruguayo proponga crear un organismo -una comisión internacional a ser designada por el Poder Ejecutivo- que tendrá todas las facultades para negociar la concesión de la obra y aprobar el proyecto ejecutivo, lo que es una auténtica alienación del poder de control de la obra por parte de la ciudadanía, los entes públicos, parlamentos y gobiernos de ambas orillas.
REDES Amigos de la Tierra considera que el proyectado Puente Colonia-Buenos Aires tendrá más impactos negativos que beneficios y se pregunta: ¿por qué el puente? si la población local no lo considera necesario y nunca lo pidió, ¿a qué intereses responde?
El puente generará importantes impactos ambientales en la zona circundante, incluyendo la generación de residuos de todo tipo y la necesidad de incrementar la red de saneamiento que finalmente termina en el río.
Cuando se argumenta que el tráfico que hoy se desplaza por los otros puentes, Paysandú-Colón y Fray Bentos-Puerto Unzué, se desplazará en el futuro por este nuevo trazado, no se tiene en cuenta que esto significa un costo muy importante para Uruguay, ya que de la inversión hecha en esas obras, con fondos públicos, sólo se ha recuperado 15-20 por ciento.
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